Uru­guay. 47.332 soli­ci­tu­des de des­em­pleo en los pri­me­ros 13 días de abril/​Orga­ni­za­cio­nes vin­cu­la­das con la salud cues­tio­nan estra­te­gia para enfren­tar pan­de­mia en Uruguay/​+info

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano*, 18 abril 2020.

Entre mar­zo y el lunes 13 de abril, el Ban­co de Previsión
Social (BPS) reci­bió 133.376 soli­ci­tu­des de sub­si­dios por desempleo,
según la sín­te­sis del infor­me ela­bo­ra­do por esta ins­ti­tu­ción y difundido
por el Equi­po de la Repre­sen­ta­ción de los Tra­ba­ja­do­res (ERT).

Debi­do a la emer­gen­cia sani­ta­ria que vive Uru­guay a cau­sa del covid-19,
des­de el 1° de abril has­ta el lunes 13 hubo 47.332 soli­ci­tu­des de
sub­si­dios por des­em­pleo. De estas, 39.410 (83,26%) fue­ron por suspensión
de acti­vi­dad, 2.123 (4,49%) por des­pi­dos y 5.799 (12,25%) por
reduc­ción. Ade­más, en el perío­do com­pren­di­do entre el 1° de mar­zo y el
13 de abril hubo un total de 8.812 despidos.

Las soli­ci­tu­des duran­te abril en las que no se inte­rrum­pe la relación
labo­ral es de 95,51% (45.209). El ERT acla­ra que las soli­ci­tu­des no
corres­pon­den a beneficiarios.

En cuan­to a los sub­si­dios por enfer­me­dad, el ERT afir­ma que en marzo
se regis­tra­ron 105.697 cer­ti­fi­ca­cio­nes de enfer­me­dad, por lo que
infie­re, en base a la pro­yec­ción de años ante­rio­res, que eso implicaría
en total unas 80.000 soli­ci­tu­des y el pago a más de 40.000 per­so­nas por
enfermedad. 

Esta baja entre las cer­ti­fi­ca­cio­nes y el núme­ro total de solicitudes,
expli­ca el infor­me de ERT, tie­ne varios moti­vos: si bien son 105.697
las cer­ti­fi­ca­cio­nes médi­cas, no todos son bene­fi­cia­rios, por­que es
posi­ble que una mis­ma per­so­na se haya cer­ti­fi­ca­do más de una vez, por
tener más de un empleo.

Ade­más, no todos los tra­ba­ja­do­res que se cer­ti­fi­can reci­ben el
sub­si­dio por enfer­me­dad. Por ejem­plo: a los fun­cio­na­rios públicos
(ense­ñan­za), el Ban­co de Pre­vi­sión Social (BPS) no les paga el subsidio
por los días que se cer­ti­fi­can, y los tra­ba­ja­do­res pri­va­dos que fueron
cer­ti­fi­ca­dos por menos de tres días tam­po­co reci­ben sub­si­dios por
enfer­me­dad. Por eso es que siem­pre hay una dife­ren­cia entre la cantidad
de cer­ti­fi­ca­dos y la can­ti­dad de per­so­nas a las que el BPS les paga.

De las 105.697 cer­ti­fi­ca­cio­nes de mar­zo, 22% (23.107) fue­ron por
enfer­me­da­des vin­cu­la­das a las vías res­pi­ra­to­rias. Los depar­ta­men­tos con
más cer­ti­fi­ca­cio­nes fue­ron: Mon­te­vi­deo (13.504), Cane­lo­nes (4.146),
Mal­do­na­do (1.126), San José (674) y Colo­nia (534).

Orga­ni­za­cio­nes vin­cu­la­das con la salud cues­tio­nan estra­te­gia para enfren­tar pan­de­mia en Uruguay

Entien­den que es con­tra­dic­to­rio lla­mar a “que­dar­se en casa” y
simul­tá­nea­men­te auto­ri­zar la incor­po­ra­ción al tra­ba­jo en la
cons­truc­ción e ini­ciar las cla­ses en escue­las rurales.

En una decla­ra­ción emi­ti­da este jue­ves por el Movimiento
Nacio­nal de Usua­rios de la Salud Públi­ca y Pri­va­da, la Socie­dad Uruguaya
de Medi­ci­na Fami­liar y Comu­ni­ta­ria y la Orga­ni­za­ción Nacio­nal de
Aso­cia­cio­nes de Jubi­la­dos y Pen­sio­nis­tas del Uru­guay, entre otras
orga­ni­za­cio­nes, se expre­sa “preo­cu­pa­ción fren­te al rum­bo toma­do ante la
emer­gen­cia sani­ta­ria”, en pri­mer lugar por­que las deci­sio­nes se toman
“des­co­no­cien­do la estruc­tu­ra de gobierno del Sis­te­ma Nacio­nal Integrado
de Salud [SNIS], que es la Jun­ta Nacio­nal de Salud [Juna­sa]”.

Por eso, recla­man “el res­ta­ble­ci­mien­to inme­dia­to de toda la
estruc­tu­ra de par­ti­ci­pa­ción social”, inclu­yen­do a la Juna­sa y las juntas
depar­ta­men­ta­les y loca­les de salud. “Esto per­mi­ti­rá una con­duc­ción que
cuen­te con la mira­da de todos los acto­res y en la que se pri­vi­le­gie la
acción de la comu­ni­dad en la imple­men­ta­ción de las estrategias
sani­ta­rias”, argumentan.

Ade­más, expre­san que no hay “un rum­bo cla­ro, trans­pa­ren­te y seguro”
para enfren­tar la pan­de­mia, y que la estra­te­gia de “con­cen­tra­ción y
cen­tra­li­za­ción de los ser­vi­cios” y de la toma de deci­sio­nes “aten­ta
con­tra la posi­bi­li­dad de apli­car polí­ti­cas de pre­ven­ción y contención”.
“A la fal­ta de un rum­bo cla­ro se le agre­ga que en algu­nos temas la
comu­ni­ca­ción, ade­más de opa­ca, ha sido con­tra­dic­to­ria, así como con
caren­cias, mar­chas y con­tra­mar­chas en la ges­tión”, dicen, cues­tio­nan­do
el cie­rre de las poli­clí­ni­cas de la Red de Aten­ción Pri­ma­ria de la
Admi­nis­tra­ción de los Ser­vi­cios de Salud del Esta­do (ASSE)
, que
gene­ró un impac­to de aten­ción en los terri­to­rios y con­ges­tio­na­mien­tos en
el segun­do nivel de aten­ción. Tam­bién cri­ti­can que a “las caren­cias y
resis­ten­cias habi­tua­les al desa­rro­llo del pri­mer nivel en los efectores
no esta­ta­les” del SNIS “se les sumó una reduc­ción de hora­rio y
ser­vi­cios” en muchos cen­tros de aten­ción des­cen­tra­li­za­da. Esta atención
se sus­ti­tu­yó por la aten­ción por medio de call cen­ters, una alter­na­ti­va que “está fuer­te­men­te en dis­cu­sión por su cali­dad y esca­sa capa­ci­dad de res­pues­ta y resolutividad”.

El tema de los test

Las orga­ni­za­cio­nes fir­man­tes tam­bién cues­tio­nan la fal­ta de
trans­pa­ren­cia sobre las deci­sio­nes res­pec­to de los test diag­nós­ti­cos, ya
que aún “no se cono­ce” el Pro­to­co­lo de Aten­ción Médi­ca para la
rea­li­za­ción del test que se anun­ció, pero, ade­más, por­que se anun­ció una
can­ti­dad dia­ria de test que serían rea­li­za­dos “que lue­go no se
con­cre­ta­ron y no se expli­ca­ron las razones”.

Otros aspec­tos de la estra­te­gia que se cues­tio­nan son la deci­sión de
con­vo­car a los usua­rios de ASSE a lla­mar al SAME-105, por­que este
ser­vi­cio fue “inca­paz de res­pon­der a la deman­da”, la fal­ta de recursos
mate­ria­les para el cui­da­do y pro­tec­ción de los fun­cio­na­rios, téc­ni­cos y
médi­cos, y el envío de cien­tos de tra­ba­ja­do­res de la salud pri­va­da a
segu­ro de paro, en medio de la emer­gen­cia sanitaria.

Por todo lo ante­rior, las orga­ni­za­cio­nes exi­gen a las auto­ri­da­des del
Minis­te­rio de Salud Públi­ca que “afir­men su rol de rec­to­ría y no
per­mi­tan que dis­po­si­ti­vos crea­dos para empre­sas y tra­ba­ja­do­res afectados
por el ais­la­mien­to social sean apro­ve­cha­dos inde­bi­da­men­te para fines
pura­men­te mer­can­ti­les de empre­sas pri­va­das de la salud”, ni que sean
“uti­li­za­dos por empre­sa­rios que toman a la salud como un nego­cio, con
obje­ti­vos de rees­truc­tu­ra y achi­ca­mien­to de fun­cio­na­rios, o de ahorro
para acu­mu­la­ción de dine­ro”. Recha­zan, por lo tan­to, “las estra­te­gias de
enfren­ta­mien­to a la pan­de­mia que pri­vi­le­gian las con­si­de­ra­cio­nes de
carác­ter eco­nó­mi­co por enci­ma de la opi­nión de los científicos
com­pro­me­ti­dos con la salud, de acto­res téc­ni­cos y socia­les de la salud, y
de las nece­si­da­des de la población”. 

Final­men­te, con­si­de­ran que el lla­ma­do del Poder Eje­cu­ti­vo “al ais­la­mien­to social, a ‘que­dar­se en casa’ y simul­tá­nea­men­te –y con­tra­dic­to­ria­men­te– auto­ri­zar la incor­po­ra­ción al tra­ba­jo de más de 40.000 tra­ba­ja­do­res de la cons­truc­ción en diver­sos pun­tos del país, así como el ini­cio de las cla­ses en las escue­las rura­les […], es “un gra­ve error” que pone “en ries­go” la vida de niños, maes­tros y pobla­ción en general.

Cla­ses en escue­las rura­les serán de tres horas y media y sólo tres días a la semana

El CEIP resol­vió las con­di­cio­nes que debe­rán tener las escue­las para comen­zar las cla­ses la pró­xi­ma semana. 

El Con­se­jo de Edu­ca­ción Ini­cial y Pri­ma­ria (CEIP) resol­vió este
jue­ves que sólo las escue­las rura­les que ten­gan las condiciones
sani­ta­rias nece­sa­rias comen­za­rán las cla­ses el miér­co­les 22, tal como
soli­ci­tó el Poder Eje­cu­ti­vo. En la reso­lu­ción se agre­ga que “las
escue­las selec­cio­na­das fun­cio­na­rán con un régi­men de tres días a la
sema­na, de 9.00 a 12.30, brin­dan­do alter­na­ti­va para un sis­te­ma de
ali­men­ta­ción en el hogar”.

Según comen­tó a la dia­ria el con­se­je­ro del CEIP Pablo
Cag­gia­ni, la pri­me­ra apro­xi­ma­ción indi­ca que serán unas 500 escuelas
rura­les las habi­li­ta­das, de las 950 que están acti­vas este año.
Asi­mis­mo, indi­có que aún res­ta defi­nir­se la moda­li­dad por la que se
ase­gu­ra­rá la ali­men­ta­ción de los niños, pero que no se pien­sa en el
mis­mo mode­lo de vian­das que se usa en las escue­las urba­nas con aquellos
niños que se ins­cri­bie­ron en la pri­me­ra sema­na de sus­pen­sión de clases
presenciales.

En la reso­lu­ción se deta­lla con qué cri­te­rios se selec­cio­na­rán las
escue­las que abri­rán la pró­xi­ma sema­na. Debe con­tar con buenas
con­di­cio­nes edi­li­cias, no tener difi­cul­ta­des con el agua, con­tar con
auxi­liar de ser­vi­cio, con­tar con trans­por­te públi­co o transporte
ofi­cial, y pre­sen­tar exce­len­te higie­ne. Para moni­to­rear este último
pun­to se pidió a la divi­sión Edu­ca­ción Ini­cial y Pri­ma­ria del CEIP que
inter­ven­ga a tra­vés de auxi­lia­res o coope­ra­ti­vas sociales.

En la reso­lu­ción tam­bién se indi­ca lo ya plan­tea­do por los sin­di­ca­tos este miér­co­les:
a los docen­tes que resi­dan “en loca­li­da­des en las que se registraron
casos de covid-19 se les rea­li­za­rá el hiso­pa­do y se les administrará
vacu­na anti­gri­pal”. En caso de que los tra­ba­ja­do­res se encuen­tren dentro
de la pobla­ción de ries­go no ten­drán que con­cu­rrir a las escue­las; se
soli­ci­ta­rá un docen­te suplen­te o se podrá asig­nar un auxi­liar de
ser­vi­cio de otra escuela.

El comu­ni­ca­do sur­ge lue­go de la reu­nión que man­tu­vo el CEIP con el secre­ta­rio y pro­se­cre­ta­rio de Pre­si­den­cia, y repre­sen­tan­tes del Sis­te­ma Nacio­nal de Emer­gen­cia, de los minis­te­rios de Edu­ca­ción y Cul­tu­ra y Salud Públi­ca, y de los sin­di­ca­tos de la edu­ca­ción y de los médi­cos rurales.

*la dia­ria

Itu­rria /​Fuen­te

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