Vene­zue­la. Car­ta del pre­si­den­te Madu­ro al pue­blo de EE.UU: «que­re­mos paz, hay que poner­le freno a la locu­ra de Trump»

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 5 abril 2020

El can­ci­ller de la Repú­bli­ca Boli­va­ria­na de Vene­zue­la, Jor­ge Arrea­za, leyó este domin­go una car­ta envia­da por el Jefe de Esta­do, Nico­lás Madu­ro al pue­blo de Esta­dos Uni­dos,
don­de ins­ta a poner­le freno a lo que cali­fi­ca como un inten­to del
pre­si­den­te Donald Trump por ins­tru­men­ta­li­zar las ins­ti­tu­cio­nes de ese
país para alcan­zar sus obje­ti­vos elec­to­ra­les, basán­do­se en infa­mias bajo
pre­tex­to de la lucha con­tra las dro­gas a tra­vés del cual ha orde­na­do el
des­plie­gue mili­tar más gran­de hacia nues­tra región en 30 años, en medio
del com­ba­te con­tra la pan­de­mia del Covid-19 que azo­ta a la humanidad.

En la misi­va diri­gi­da al pue­blo recha­zó las ame­na­zas de la admi­nis­tra­ción Trump en con­tra de Vene­zue­la que bus­ca­lle­var a la región a un con­flic­to béli­co cos­to­so, san­grien­to y de dura­ción indefinida.

“Noso­tros en Vene­zue­la no
que­re­mos un con­flic­to arma­do en nues­tra región. Que­re­mos relaciones
fra­ter­na­les, de coope­ra­ción, de inter­cam­bio y de res­pe­to“, ase­ve­ró el
Man­da­ta­rio vene­zo­lano, al tiem­po que sen­ten­ció que el país no
pue­de acep­tar ame­na­zas béli­cas, ni blo­queos, ni tam­po­co la inten­ción de
ins­ta­lar un tute­la­je inter­na­cio­nal que vio­la la sobe­ra­nía y desconoce
los avan­ces del últi­mo año en el diá­lo­go polí­ti­co entre el gobierno y
gran par­te de la opo­si­ción venezolana.

Tras soli­da­ri­zar­se con el pue­blo esta­dou­ni­den­se que sufre los emba­tes por la pan­de­mia del Covid-19,
lla­mó a la pobla­ción de ese país a res­pon­sa­bi­li­zar a sus gober­nan­tes y
obli­ga­ro a enfo­car su aten­ción y sus recur­sos en la nece­sa­ria y urgente
lucha con­tra la pandemia.

En tal sen­ti­do, soli­ci­tó el cese de las amenazas
mili­ta­res, el fin de las san­cio­nes ile­ga­les y el blo­queo que restringe
el acce­so a insu­mos huma­ni­ta­rios, tan nece­sa­rios hoy en el país para el
com­ba­te con­tra este virus.

“Les pido, con el cora­zón en la mano, que no
per­mi­tan que su país se vea arras­tra­do, una vez más, a otro conflicto
inter­mi­na­ble, otro Viet­nam u otro Irak, pero esta vez más cer­ca de casa”, resal­ta la misiva.

A con­ti­nua­ción el tex­to de la misi­va íntegro:

Cara­cas, 3 de abril de 2020

Al Pue­blo de los Esta­dos Uni­dos de América:

Des­de hace sema­nas, el mun­do está paralizado,
inten­tan­do con­tro­lar una pan­de­mia que sin duda es el desa­fío más grande
que hemos enfren­ta­do jun­tos como socie­dad y comu­ni­dad inter­na­cio­nal. Al
igual que para el pue­blo de Esta­dos Uni­dos, con­fron­tar­la es nuestra
prioridad.

Afor­tu­na­da­men­te, en Vene­zue­la hemos con­ta­do con
algu­nas ven­ta­jas. Toma­mos medi­das muy tem­pra­nas de ais­la­mien­to y el
des­pis­ta­je amplia­do, apo­yán­do­nos en nues­tro sis­te­ma públi­co y gratuito
de salud, que cuen­ta con médi­cos de fami­lia alre­de­dor de todo el país.
Con­ta­mos tam­bién con la inva­lo­ra­ble orga­ni­za­ción comu­ni­ta­ria para ayudar
a ele­var la con­cien­cia social y brin­dar apo­yo a los más vulnerables.
Igual­men­te, la soli­da­ri­dad de Cuba, Chi­na, Rusia y el apo­yo de la
Orga­ni­za­ción Mun­dial de la Salud, nos ha per­mi­ti­do obte­ner insumos
médi­cos nece­sa­rios, a pesar de las san­cio­nes ile­ga­les de Donald Trump.

Al expre­sar­les mi soli­da­ri­dad ante este importante
desa­fío his­tó­ri­co y nues­tra cons­ter­na­ción y dolor por las consecuencias
de la pan­de­mia en EEUU, me veo obli­ga­do a tam­bién aler­tar­les que,
mien­tras el mun­do se enfo­ca en aten­der la emer­gen­cia del COVID-19, el
gobierno de Trump, ins­tru­men­ta­li­zan­do una vez más las ins­ti­tu­cio­nes para
alcan­zar sus obje­ti­vos elec­to­ra­les y basán­do­se en infa­mias bajo
pre­tex­to de la lucha con­tra las dro­gas, ha orde­na­do el despliegue
mili­tar más gran­de de Esta­dos Uni­dos hacia nues­tra región en 30 años,
con el fin de ame­na­zar a Vene­zue­la y de lle­var a nues­tra región a un
con­flic­to béli­co cos­to­so, san­grien­to y de dura­ción indefinida.

Como ante­ce­den­te a esta manio­bra falaz, el pasado
26 de mar­zo, William Barr, un Fis­cal Gene­ral de cuestionable
inde­pen­den­cia (quien reco­men­dó la inva­sión de 1989 a Pana­má contra
Norie­ga y ayu­dó a encu­brir las irre­gu­la­ri­da­des del escándalo
Irán-Con­tra), pre­sen­tó, sin mos­trar prue­ba algu­na, acu­sa­cio­nes de
nar­co­trá­fi­co hacia los Esta­dos Uni­dos con­tra mí y con­tra altos
fun­cio­na­rios del Esta­do vene­zo­lano, a pesar de que la infor­ma­ción del
pro­pio Depar­ta­men­to de Defen­sa demues­tra que Vene­zue­la no es un país de
trán­si­to pri­ma­rio de dro­gas hacia los Esta­dos Uni­dos, como sí lo son
paí­ses alia­dos de Washing­ton como Colom­bia u Honduras.

Es cla­ro, que la admi­nis­tra­ción Trump construye
una cor­ti­na de humo para ocul­tar el impro­vi­sa­do y errá­ti­co mane­jo de la
pan­de­mia en Esta­dos Uni­dos. Des­de un prin­ci­pio Donald Trump 
le res­tó impor­tan­cia y la negó, tal como ha hecho con el cambio
cli­má­ti­co. Hoy la cri­sis se agra­va sim­ple­men­te por­que, pese a con­tar con
recur­sos, no está dis­pues­to a trans­for­mar el sis­te­ma de salud en uno
que prio­ri­ce el cui­da­do pleno de la pobla­ción y no el lucro de ganancias
de la medi­ci­na pri­va­da, las com­pa­ñías de segu­ros y las farmacéuticas.

Noso­tros en Vene­zue­la no que­re­mos un conflicto
arma­do en nues­tra región. Que­re­mos rela­cio­nes fra­ter­na­les, de
coope­ra­ción, de inter­cam­bio y de respeto.

No pode­mos acep­tar ame­na­zas béli­cas, ni bloqueos,
ni tam­po­co la inten­ción de ins­ta­lar un tute­la­je inter­na­cio­nal que viola
nues­tra sobe­ra­nía y des­co­no­ce los avan­ces del últi­mo año en el diálogo
polí­ti­co sin­ce­ro entre el gobierno y gran par­te de la oposición
vene­zo­la­na, que desea solu­cio­nes polí­ti­cas, y no gue­rras por petróleo.

Por todo lo ante­rior, hago un lla­ma­do al pue­blo de los Esta­dos Unidos
para que pon­ga freno a esta locu­ra, para que res­pon­sa­bi­li­ce a sus
gober­nan­tes y los obli­gue a enfo­car su aten­ción y sus recur­sos en la
aten­ción urgen­te de la pan­de­mia. Pido, jun­to al cese de las amenazas
mili­ta­res, el fin de las san­cio­nes ile­ga­les y el blo­queo que restringe
el acce­so a insu­mos huma­ni­ta­rios, tan nece­sa­rios hoy en el país. Les
pido, con el cora­zón en la mano, que no per­mi­tan que su país se vea
arras­tra­do, una vez más, a otro con­flic­to inter­mi­na­ble, otro Viet­nam u
otro Irak, pero esta vez más cer­ca de casa.

No somos tan dife­ren­tes, como nos quie­ren hacer
creer con infa­mias. Somos pue­blos bus­can­do una socie­dad más justa,
libre y com­pa­si­va. No deje­mos que los intere­ses par­ti­cu­la­res de minorías
cega­das por ambi­ción nos sepa­ren. Noso­tros, como dijo una vez nuestro
líder Hugo Chá­vez, com­par­ti­mos el mis­mo sue­ño. El sue­ño de Mar­tin Luther King es tam­bién el sue­ño de Vene­zue­la y de su gobierno revo­lu­cio­na­rio. Los invi­to a luchar jun­tos por hacer reali­dad ese sueño.

No a la gue­rra de Esta­dos Uni­dos con­tra Venezuela

No más san­cio­nes criminales

Que­re­mos Paz

Nico­lás Madu­ro Moros

Itu­rria /​Fuen­te

Artikulua gustoko al duzu? / ¿Te ha gustado este artículo?

Twitter
Facebook
Telegram

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *