Chi­le, san­gre por dinero

Por Hedel­ber­to López Blanch, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 30 mar­zo 2020.-

El quin­to hom­bre más rico de Chi­le, con un capi­tal de 2.880 millo­nes de dóla­res según la revis­ta For­bes, y una des­apro­ba­ción del 87 % de la pobla­ción, no quie­re dejar la silla pre­si­den­cial y para afe­rrar­se a ella, arre­me­te con enor­me furia con­tra las mani­fes­ta­cio­nes pací­fi­cas de estu­dian­tes y trabajadores.

Inne­ga­ble­men­te que el man­da­ta­rio dere­chis­ta chi­leno Sebas­tián Piñe­ra res­pon­de a los intere­ses de su cla­se social adi­ne­ra­da y que para man­te­ner su esta­tus no impor­ta lle­nar de san­gre ino­cen­te las calles de las ciudades.

Cuan­do en 2017 aspi­ra­ba a la pre­si­den­cia, este mag­na­te mul­ti­mi­llo­na­rio se vio obli­ga­do por ley a pre­sen­tar una decla­ra­ción de patri­mo­nios e intere­ses y los hizo por 600 millo­nes de dóla­res. Aho­ra en 2020, sus rique­zas per­so­na­les apa­re­cen incre­men­ta­das casi 5 veces en solo tres años de gobernación.

Piñe­ra ama­só su for­tu­na a ini­cios de la déca­da de los años 80, cuan­do regre­só de Esta­dos Uni­dos con las fran­qui­cias de las pri­me­ras tar­je­tas de cré­di­to. Segui­da­men­te fue con­tra­ta­do como ase­sor de un ban­co del que se hizo socio y diver­si­fi­có sus nego­cios finan­cie­ros a tra­vés de com­pra-ven­ta de empre­sas como una aero­lí­nea, un canal de tele­vi­sión y un equi­po de fút­bol, ade­más de inmobiliarias.

Recor­de­mos que el ice­berg de las masi­vas pro­tes­tas en el país sud­ame­ri­cano se ini­cia­ron en octu­bre del pasa­do año cuan­do este impul­sor de polí­ti­cas neo­li­be­ra­les y gran admi­ra­dor del dic­ta­dor Augus­to Pino­chet, exa­cer­bó las penu­rias de la mayo­ría de la pobla­ción des­fa­vo­re­ci­da al impo­ner un aumen­to del 30 % en el pre­cio del pasa­je en la red de transporte. 

Inme­dia­ta­men­te, miles de jóve­nes, estu­dian­tes, obre­ros y cla­se media, a los que no les alcan­za el dine­ro para sufra­gar la canas­ta bási­ca fami­liar y los ser­vi­cios pri­va­ti­za­dos de agua, elec­tri­ci­dad, alcan­ta­ri­lla­do, edu­ca­ción y aten­ción médi­ca salie­ron a las calles a recha­zar la medida. 

Como en tiem­pos de Pino­chet, el pre­si­den­te orde­nó a la fuer­za públi­ca repri­mir las mani­fes­ta­cio­nes pací­fi­cas que se exten­die­ron por todo el terri­to­rio con sal­do 35 jóve­nes ase­si­na­dos, cen­te­na­res de heri­dos, miles de dete­ni­dos que ade­más han sufri­do veja­cio­nes y vio­la­cio­nes en las cár­ce­les del régimen. 

Los cara­bi­ne­ros dis­pa­ran sin escrú­pu­lo sus esco­pe­tas de per­di­go­nes con­tra la cara muje­res y hom­bres jóve­nes por lo que 525 han per­di­do la visión de uno o de sus dos ojos. 

Estas masi­vas arre­me­ti­das son igno­ra­das o mini­mi­za­das por los medios de comu­ni­ca­cio­nes hege­mó­ni­cos pues en Chi­le los pro­pa­gan­di­za­dos dere­chos huma­nos, no son para los huma­nos sino para pre­ser­var el capi­tal de las gran­des cor­po­ra­cio­nes y de los millo­na­rios nacionales.

La mer­can­ti­li­za­ción y pri­va­ti­za­ción de los ser­vi­cios bási­cos en Chi­le resul­ta ele­va­dí­si­ma lo cual lle­va a la mayo­ría a endeu­dar­se para poder acce­der a la aten­ción médi­ca, edu­ca­ción, agua, elec­tri­ci­dad, ser­vi­cio de alcantarillado. 

Datos públi­cos seña­lan que 4,6 millo­nes de habi­tan­tes no pue­den pagar los emprés­ti­tos adqui­ri­dos, piden nue­vos cré­di­tos con mayo­res impues­tos y lo que hacen es poner­se una soga al cuello.

Un gran núme­ro de jóve­nes cuan­do ter­mi­nan estu­dios supe­rio­res deben has­ta 80 000 dóla­res por lo que la deu­da los per­se­gui­rá duran­te muchos años. 

El cre­ci­mien­to del país se ha con­cen­tra­do des­de hace años en manos de unos pocos: el 1 % de la pobla­ción acu­mu­la el 33 % de la rique­za gene­ra­da, mien­tras que el 50 % de los hoga­res de meno­res ingre­sos solo el 2,1 %.

Cuan­do pare­cía que tras las fero­ces repre­sio­nes poli­cia­les, las pro­tes­tas des­apa­re­ce­rían de las calles, una nue­va ola sur­gió y como res­pues­ta el pre­si­den­te, en vez de hablar sobre los infor­tu­nios que pade­ce el pue­blo, pidió al Con­gre­so apro­bar pro­yec­tos de ley para moder­ni­zar el cuer­po de Cara­bi­ne­ros, el sis­te­ma nacio­nal de inte­li­gen­cia y per­mi­tir la par­ti­ci­pa­ción del Ejér­ci­to con­tra el pue­blo. O sea, más represión. 

Lo cier­to es que esta vitri­na del neo­li­be­ra­lis­mo, se ha des­ba­ra­ta­do y sus cris­ta­les se expan­den por la geo­gra­fía chi­le­na. Espe­re­mos que algún día la Orga­ni­za­ción de las Nacio­nes Uni­das y su Comi­sión de Dere­chos Huma­nos con­de­nen al régi­men opresor.

Itu­rria /​Fuen­te

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