Chi­le. Menos des­can­so y sin pago de horas extras: las crí­ti­cas a la pro­mul­ga­da ley de teletrabajo

Tomás Gon­zá­lez F. /​Resu­men Lati­no­ame­ri­cano /​24 de mar­zo de 2020

El dic­ta­men tam­po­co cuen­ta con medi­das que ase­gu­ren a las muje­res poder lle­var a cabo labo­res repro­duc­ti­vas o de tra­ba­jo doméstico.

Este mar­tes el pre­si­den­te Sebas­tián Piñe­ra, jun­to a la minis­tra del Tra­ba­jo, María José Zal­dí­var, y el minis­tro Secre­ta­rio Gene­ral de la Pre­si­den­cia (Seg­pres), Feli­pe Ward, pro­mul­ga­ron la ley de tele­tra­ba­jo y tra­ba­jo a dis­tan­cia. Una ini­cia­ti­va empre­sa­rial que tie­ne por fina­li­dad dotar de una regu­la­ción fle­xi­ble a los tra­ba­ja­do­res para que pue­dan desem­pe­ñar sus labo­res en el domi­ci­lio y que, tras casi un año en el Con­gre­so, com­ple­tó su trá­mi­te este lunes.

Des­de su ofi­ci­na en el Pala­cio de La Mone­da y a tra­vés de una video con­fe­ren­cia, el man­da­ta­rio fir­mó la nor­ma­ti­va con la que bus­can com­pa­ti­bi­li­zar lo impo­si­ble: adap­ta­bi­li­dad labo­ral o súper explo­ta­ción, con los dere­chos de todos los tra­ba­ja­do­res y tra­ba­ja­do­ras dependientes.

Allí, Piñe­ra des­ta­có que la legis­la­ción per­mi­ti­ría que, si un tra­ba­ja­dor ya tie­ne una rela­ción labo­ral, de carác­ter pre­sen­cial en la empre­sa, pue­da acor­dar con su emplea­dor el cam­bio total o par­cial a la moda­li­dad de tra­ba­jo a dis­tan­cia o tele­tra­ba­jo. Es sabi­do que las nego­cia­cio­nes entre emplea­dor y tra­ba­ja­dor indi­vi­dual son asi­mé­tri­cas por natu­ra­le­za y no sig­ni­fi­can otra cosa en la reali­dad que impo­si­cio­nes patro­na­les sobre los empleados. 

Como era de espe­rar, el dipu­tado del pino­che­tis­ta par­ti­do RN, Frank Sauer­baum, expre­só la opi­nión del ofi­cia­lis­mo res­pec­to de esta nue­va ley.

Chi­le se pone al nivel de los paí­ses desa­rro­lla­dos en don­de el tele­tra­ba­jo y el tra­ba­jo a dis­tan­cia es fre­cuen­te y es común, mejo­ran­do la cali­dad de vida de los tra­ba­ja­do­res y tam­bién res­guar­dan­do sus dere­chos“, indi­có el parlamentario.

TELETRABAJO SP

Pero para su apro­ba­ción tan­to en el Sena­do como en la Cáma­ra de Dipu­tados, y con mayo­ría opo­si­to­ra en ambas cáma­ras, la ini­cia­ti­va nece­si­tó de votos cru­za­dos para lograr el quo­rum reque­ri­do. Uno de estos votos, fue el que dio el dipu­tado inde­pen­dien­te e inte­gran­te de la ban­ca­da del par­ti­do polí­ti­co crea­do por el expre­si­den­te Ricar­do Lagos Esco­bar, el libe­ral PPD, Raúl Soto, quien tam­bién valo­ró la pro­mul­ga­ción de una ley que, para él, entre­ga más y mejo­res dere­chos labo­ra­les a los trabajadores.

La dipu­tada y pre­si­den­ta de Con­ver­gen­cia Social, Gael Yeo­mans, cri­ti­có la pro­mul­ga­ción de la ley de tele­tra­ba­jo y tra­ba­jo a dis­tan­cia por no tomar en cuen­ta la situa­ción de las muje­res que rea­li­zan labo­res repro­duc­ti­vas o domésticas. 

Gael Yeo­mans lamen­tó que la nue­va ley per­ju­di­que a par­te los tra­ba­ja­do­res y, en espe­cial, a las trabajadoras.

“Creo que es momen­to de avan­zar en más y mejo­res dere­chos para los tra­ba­ja­do­res y no retro­ce­der. Este pro­yec­to se fue con dos gran­des pro­ble­mas: no tene­mos lími­tes de jor­na­da labo­ral, ni dere­cho al des­can­so, ni pago de horas extras o inclu­so acce­der a nor­mas de higie­ne y segu­ri­dad en el tra­ba­jo. Para las muje­res no hay medi­das para que ellas pue­dan tra­ba­jar des­de su casa sin tener que hacer­se car­go de las labo­res repro­duc­ti­vas o domés­ti­cas, por­que sabe­mos la defi­ni­ción de roles que tie­ne esta socie­dad”, sos­tu­vo la parlamentaria.

La ley de tele­tra­ba­jo apro­ba­da “ase­gu­ra­ría” 12 horas de des­can­so entre jor­na­da y jor­na­da, lo que sgni­fi­ca una pre­ca­ri­za­ción en las con­di­cio­nes labo­ra­les, con jor­na­das que podrían exten­der­se más de lo legal y huma­na­men­te dispuesto.

Según cifras del Minis­te­rio del Tra­ba­jo, a la fecha, sólo un 1,5 por cien­to de los tra­ba­ja­do­res del sec­tor pri­va­do ejer­ce su labor en el for­ma­to a dis­tan­cia, es decir, unas 81 mil 695 per­so­nas de más de cin­co millo­nes 400 mil tra­ba­ja­do­res con­tra­ta­dos y en rela­ción de depen­den­cia, de un uni­ver­so de tra­ba­ja­do­res que se apro­xi­ma a las 9 millo­nes de personas.

Radio­UChi­le*


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