Argen­ti­na. Hubo un aca­ta­mien­to fuer­te en todo el país. Cua­ren­te­na for­zo­sa: cómo fue la pri­me­ra jornada

Por Car­los Rodrí­guez /​Resu­men Latinoamericano/​21 de mar­zo 2020 .-

En las prin­ci­pa­les ciu­da­des la cir­cu­la­ción de per­so­nas fue esca­sa. En Cons­ti­tu­ción, la reduc­ción fue del 70 por cien­to. Hubo 250 deten­cio­nes y ope­ra­ti­vos poli­cia­les de persuasión. 

Fue impor­tan­te el aca­ta­mien­to a las medi­das dis­pues­tas el jue­ves por el gobierno nacio­nal, anun­cia­das por el pre­si­den­te Alber­to Fer­nán­dez, con el aval uná­ni­me de gober­na­do­res y de las auto­ri­da­des de la Ciu­dad de Bue­nos Aires. Uno de los pun­tos fuer­tes, en el área metro­po­li­ta­na, se dio en luga­res sim­bó­li­cos como la por­te­ña esta­ción de tre­nes de Cons­ti­tu­ción, don­de la dis­mi­nu­ción de pasa­je­ros en hora pico fue de más del 70 por cien­to. La toma de con­cien­cia se advir­tió en muchas ciu­da­des del país, pero hubo excep­cio­nes gra­ves. Hubo 600 denun­cias con­tra per­so­nas por no cum­plir la medi­da: fue­ron dete­ni­das 250 per­so­nas por esa causa.

Mien­tras los tre­nes, los sub­tes y los colec­ti­vos cir­cu­la­ron con pocos pasa­je­ros a bor­do, se obser­va­ron lar­gas colas fren­te a super­mer­ca­dos, far­ma­cias, caje­ros auto­má­ti­cos y nego­cios de barrio, pero siem­pre man­te­nien­do una dis­tan­cia ade­cua­da, en algu­nos casos por deci­sión de las per­so­nas y en otros, por exi­gen­cia de los due­ños de los comer­cios. Fue común, en dis­tin­tos luga­res, ver pasar a patru­lle­ros que, megá­fo­nos median­te, iban recor­dan­do las medi­das de pre­ven­ción y las pena­li­da­des, en caso de no aca­tar­las. Al mar­gen de las deten­cio­nes, uni­for­ma­dos con bar­bi­jo acon­se­ja­ban en barrios bonae­ren­ses ir de a uno por fami­lia a los luga­res de com­pras esen­cia­les. En Lanús, por las redes socia­les, algu­nos veci­nos des­ta­ca­ron “la ama­bi­li­dad de las pare­jas de poli­cías”, algo que muchos con­si­de­ra­ron “un tra­to no habi­tual” que fue valorado.

En la esta­ción de tre­nes de Cons­ti­tu­ción, se esti­mó que a la maña­na, en la “hora pico”, hubo una dis­mi­nu­ción de pasa­je­ros esti­ma­da en más del 70 por cien­to. Esto que­dó pro­ba­do en la inexis­ten­cia de las habi­tua­les lar­gas colas en los ande­nes y en las para­das del metro­bús, a lo lar­go de la ave­ni­da 9 de Julio. Fuen­tes de la empre­sa Tre­nes Argen­ti­nos seña­la­ron que “el núme­ro de per­so­nas que usó el trans­por­te ferro­via­rio bajó de mane­ra nota­ble”, pero tra­ba­ja­do­res del sec­tor lamen­ta­ron que “los pasa­je­ros no res­pe­ta­ran las dis­tan­cias nece­sa­rias entre unos y otros”. Por ese moti­vo, ante las suge­ren­cias de los guar­das, se pro­du­je­ron algu­nas dis­cu­sio­nes que, al menos en la línea Roca, no pasa­ron a mayores.

En el Roca, los tre­nes lle­van entre sie­te y ocho vago­nes que tie­nen asien­tos para 42 pasa­je­ros o 64, de acuer­do con el mode­lo. Hubo que­jas de los pasa­je­ros por­que, como sue­le ocu­rrir los fines de sema­na o los feria­dos, tuvie­ron que via­jar en algu­nas for­ma­cio­nes anti­guas, con menos como­di­dad en los asien­tos y más ines­ta­bi­li­dad sobre las vías, con movi­mien­tos más brus­cos que los habi­tua­les en las for­ma­cio­nes modernas.

Muchos de los pasa­je­ros tuvie­ron que jus­ti­fi­car, ante la con­sul­ta de agen­tes poli­cia­les, que esta­ban via­jan­do para ir a sus tra­ba­jos, en espe­cia­li­da­des que fue­ron expre­sa­men­te excep­tua­das de las res­tric­cio­nes por el gobierno nacio­nal. En la esta­ción ferro­via­ria de Pla­za Mise­re­re, en el barrio de Once, el cie­rre de nego­cios como bares y res­tau­ran­tes, nota­ble en todas las ciu­da­des del país jun­to con el de los ban­cos, era toda­vía más fuer­te. Esto se debe a que la mayo­ría de los comer­cios son del área tex­til, con ven­ta de telas y con­fec­cio­nes. Lo mis­mo ocu­rrió en luga­res cén­tri­cos como la ave­ni­da San­ta Fe, Flo­ri­da y en los barrios del nor­te de la ciudad.

Las calles del micro­cen­tro por­te­ño se encon­tra­ban desier­tas, mucho más inclu­so que cuan­do la selec­ción de fút­bol jue­ga un mun­dial, por­que en esos casos la gen­te lle­na bares y con­fi­te­rías, y sólo las calles están vacías. El aca­ta­mien­to a la medi­da fue menos con­tun­den­te en el Gran Bue­nos Aires, don­de dis­mi­nu­yó la cir­cu­la­ción de per­so­nas en hora­rio pico, pero ape­nas con las carac­te­rís­ti­cas de los feria­dos o los fines de semana.

Por su par­te, en diá­lo­go con Página/​12, Anto­nio Fava­te­lla, de la orga­ni­za­ción social Sopa de Letras, expre­só su preo­cu­pa­ción “por la situa­ción de las per­so­nas en situa­ción de calle, que por el momen­to enten­de­mos que no han sido con­si­de­ra­das por el gobierno de la Ciu­dad y tam­po­co en for­ma espe­cí­fi­ca en la reso­lu­ción dic­ta­da por el gobierno nacio­nal”. Expli­có que tan­to su orga­ni­za­ción como otras que lle­van vian­das de comi­da a los sin techo “seguir­mos hacien­do la tarea y la ver­dad es que no tene­mos cono­ci­mien­to de que haya infec­ta­dos, pero igual nos preo­cu­pa su situa­ción y cree­mos que ten­drían que tener un lugar asig­na­do para cum­plir con el aislamiento”.

El minis­tro de Segu­ri­dad de la pro­vin­cia, Ser­gio Ber­ni, infor­mó que se regis­tra­ron unas 600 denun­cias con­tra per­so­nas que incum­plie­ron el ais­la­mien­to sin argu­men­tos váli­dos. En el país hubo cer­ca de 250 detenciones.

Uno de los casos más gra­ves de incum­pli­mien­to se dio en la loca­li­dad de Liber­tad, en el par­ti­do de Mer­lo, don­de la mayo­ría de los comer­cios per­ma­ne­cían abier­tos, inclu­so los que no son con­si­de­ra­dos esen­cia­les para paliar la emer­gen­cia. Era simi­lar la situa­ción en el par­ti­do de Itu­zain­gó y en Gene­ral San Mar­tín, en el nor­te del sub­ur­bano. El aca­ta­mien­to fue mucho más impor­tan­te, en la zona sur, en Ave­lla­ne­da, Lanús y Lomas de Zamora.

Ges­tos solidarios

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En La Pla­ta, los agen­tes muni­ci­pa­les se ocu­pa­ron de rea­li­zar los man­da­dos que nece­si­ta­ban hacer las per­so­nas adul­tas mayo­res, en los casos en que no hubie­ra jóve­nes vivien­do en el mis­mo domi­ci­lio. El auxi­lio for­ma par­te del pro­gra­ma “Con­tá Con­mi­go”, que se cum­pli­rá de lunes a vier­nes mien­tras dure la emer­gen­cia. La ini­cia­ti­va es gra­tui­ta y solidaria.

Otra medi­da soli­da­ria fue la que se dio en el barrio por­te­ño de Villa Cres­po, don­de dos ciu­da­da­nos perua­nos resi­den­tes en el país, Flor y Jhonny, dos flo­ris­tas, resol­vie­ron rega­lar su mer­ca­de­ría que les había que­da sin ven­der antes del comien­zo de la cua­ren­te­na. “Es un buen modo de empe­zar la cua­ren­te­na”, dijo Flor a los perio­dis­tas. Ella y su com­pa­ñe­ro viven en Argen­ti­na des­de hace 17 años.

En la ciu­dad bal­nea­ria de Villa Gesell, don­de cerra­ron todos los alo­ja­mien­tos para turis­tas como una for­ma de pre­ve­nir el con­ta­gio del coro­na­vi­rus, fue clau­su­ra­do el apart hotel La Mora­da, que per­te­ne­ce a fami­lia­res del secre­ta­rio de Turis­mo local, Emi­liano Feli­ce. La medi­da del muni­ci­pio se debió a que incum­plió la reso­lu­ción por la cual se cerra­ron todos los luga­res de alo­ja­mien­to de turis­tas. En Gesell, aun­que sin que se pro­du­je­ran inci­den­tes como los ocu­rri­dos en Pina­mar, tam­bién se cerra­ron los ingre­sos a turis­tas. Sólo se acep­ta la entra­da de per­so­nas que, aun­que vivan en otras ciu­da­des, acre­di­ten que tie­ne una casa en la villa.

Por otro lado, hay que­jas de los veci­nos por­que dejó de cir­cu­lar, por fal­ta de visi­tan­tes de otras par­tes del país, la línea de colec­ti­vos 507, la úni­ca que cir­cu­la en toda la zona. La situa­ción es com­ple­ja para muchos, por­que los remi­ses y taxis tie­nen ser­vi­cios redu­ci­dos y sólo para urgen­cias o por cues­tio­nes laborales. 

Itu­rria /​Fuen­te

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