Esta­do espa­ñol /​Eus­kal Herria y Coro­na­vi­rus: Tra­ba­ja­do­ras de hogar y cui­da­dos: pre­gun­tas y respuestas

Isa­bel Otxoa /​Resu­men Lati­no­ame­ri­cano /​14 de mar­zo de 2020

El 50% de quie­nes tra­ba­jan en régi­men externo y el 98% de las inter­nas se dedi­can al cui­da­do de per­so­nas mayo­res en situa­ción de depen­den­cia. Es un tra­ba­jo que deman­da una gran cer­ca­nía físi­ca con la per­so­na aten­di­da. Levan­tar­las, ayu­dar­las a cami­nar, a lavar­se, a comer… Otras tra­ba­ja­do­ras cui­dan cria­tu­ras que, al pare­cer, aun­que nor­mal­men­te son asin­to­má­ti­cas, pro­pa­gan el virus.

A día 14 de mar­zo, las ins­ti­tu­cio­nes vas­cas y las espa­ño­las no han rea­li­za­do un solo movi­mien­to para diri­gir­se direc­ta­men­te a las tra­ba­ja­do­ras de hogar y cui­da­dos, indi­cán­do­les cómo les afec­tan con­cre­ta­men­te las medi­das que se están implan­tan­do para fre­nar y redu­cir los daños deri­va­dos de la epi­de­mia del coro­na­vi­rus. No hay ni un solo pro­to­co­lo que men­cio­ne a esas miles de muje­res que en épo­cas nor­ma­les pasan las gri­pes pro­pias de pie, sopor­tan sin aten­ción y sin baja médi­ca lesio­nes mus­cu­la­res deri­va­das de fal­ta de for­ma­ción y de medios para aten­der per­so­nas, y lle­van en silen­cio las secue­las síqui­cas de la fal­ta de des­can­so y vida social.

El cui­da­do en casa median­te el con­tra­to de tra­ba­jo domés­ti­co está exclui­do de la Ley de Pre­ven­ción de Ries­gos Labo­ra­les (LPRL) y por tan­to de sus ins­tru­men­tos: las tareas del pues­to de tra­ba­jo y su for­ma de eje­cu­ción segu­ra no han sido des­cri­tas ni ana­li­za­das des­de el pun­to de vis­ta de la salud labo­ral antes de la epi­de­mia, y aho­ra las par­tes no cuen­tan con ser­vi­cios de pre­ven­ción que actúen com­ple­men­tan­do y ayu­dan­do a imple­men­tar las nor­mas de las auto­ri­da­des sani­ta­rias. No está habien­do ni acción públi­ca ni pri­va­da diri­gi­da al úni­co sec­tor que que­da fue­ra de la LPRL.

El pano­ra­ma fre­cuen­te de la par­te emplea­do­ra no ayu­da en una coyun­tu­ra como esta. A veces es plu­ral, con varios fami­lia­res que dan órde­nes con­tra­dic­to­rias; otras veces, pue­de no haber emplea­dor por­que quie­nes con­tra­ta­ron sean fami­lia­res que no con­vi­ven (en un 86% de los casos, cui­da­do­ra y per­so­na cui­da­da viven solas) o por­que quie­nes en su día apa­re­cían con­tra­tan­do carez­can hoy del esta­do men­tal nece­sa­rio para dar nin­gu­na cla­se de orden de tra­ba­jo, razo­na­ble o no. En el caso de tra­ba­ja­do­ras colo­ca­das por agen­cias pri­va­das de colo­ca­ción, lega­les o ile­ga­les, que cobran a veces una can­ti­dad men­sual por “ase­so­rar” a la emplea­do­ra y en reali­dad cobran por ase­gu­rar una rápi­da sus­ti­tu­ción de la tra­ba­ja­do­ra, es de temer que en esta situa­ción des­apa­rez­can del pano­ra­ma. Teó­ri­ca­men­te no son las emplea­do­ras y por tan­to no tie­nen obli­ga­cio­nes de nin­gu­na clase.

Sobre cómo pro­te­ger la salud en el empleo de hogar, ni sabe­mos ni pode­mos dar las indi­ca­cio­nes nece­sa­rias; eso es res­pon­sa­bi­li­dad de Osa­ki­detza (Ser­vi­cio Vas­co de Salud) y de Osa­lan (Ins­ti­tu­to Vas­co de Segu­ri­dad y Salud Labo­ra­les) y los corres­pon­dien­tes ser­vi­cios de otras comu­ni­da­des autó­no­mas. Esta­mos toda­vía espe­ran­do un pro­to­co­lo que no exis­te y hace tiem­po que tenía que haber­se publi­ca­do, por­que se tra­ta­ba de dar pau­tas con­cre­tas a quie­nes están actuan­do sin otra ayu­da que reco­men­da­cio­nes gene­ra­les que no les sir­ven, tales como man­te­ner la dis­tan­cia social de más de un metro; usar en caso con­tra­rio el EPI (equi­po de pro­tec­ción indi­vi­dual) que no les han pro­por­cio­na­do y ade­más no les ser­vi­ría sin ins­truc­cio­nes de cómo usar­lo; lim­pie­za fre­cuen­te de las manos (¿cuán­tas veces, en qué momen­tos cuan­do la expo­si­ción al con­tac­to con la per­so­na aten­di­da es de todo el día?).

Hay un docu­men­to de reco­men­da­cio­nes del Depar­ta­men­to de Salud y Osa­ki­detza para el ser­vi­cio de ayu­da a domi­ci­lio, que pue­de tener apli­ca­ción en algu­nos aspec­tos y ser­vir de ayu­da a las tra­ba­ja­do­ras de hogar. Pero la situa­ción es dis­tin­ta, sobre todo, por­que las reco­men­da­cio­nes con­tie­nen obli­ga­cio­nes para las empre­sas del SAD y los emplea­do­res domés­ti­cos no han reci­bi­do orien­ta­ción ni ins­truc­ción algu­na. El pro­to­co­lo his­tó­ri­co sobre actua­ción res­pec­to al sec­tor se está cum­plien­do a raja­ta­bla: hacer como si no exis­tie­se, ni aún con el coro­na­vi­rus, ni aún cuan­do el tra­ba­jo de la mayo­ría con­sis­te en estar en con­tac­to físi­co estre­cho con el prin­ci­pal gru­po de riesgo.

La apa­ri­ción rápi­da y masi­va de nece­si­da­des extra­or­di­na­rias de cui­da­do ha hecho que en muchos vecin­da­rios la gen­te joven se vuel­va hacia la mayor y que se creen gru­pos para aten­der a quien lo requie­ra, total­men­te aje­nos a los lazos fami­lia­res o de amis­tad pre­via, que son los que en épo­cas ordi­na­rias fun­cio­nan. Esta cri­sis ha pues­to de mani­fies­to la pre­ca­rie­dad de esta arqui­tec­tu­ra social en la que la nece­si­dad de reci­bir la aten­ción aje­na no está pre­vis­ta ni orga­ni­za­da y que tam­po­co tie­ne esta­ble­ci­dos los cau­ces para ofre­cer­la. En épo­cas nor­ma­les, la entre­ga vital de las muje­res de la fami­lia, y en segun­do lugar el empleo de hogar, con y sin auto­ri­za­ción para tra­ba­jar, aho­rran esta refle­xión. Los esca­sos ser­vi­cios colec­ti­vos de cui­da­do cuen­tan con ese col­chón de horas de tra­ba­jo, que falla en un momen­to como este.

La par­te más dura de la epi­de­mia no ha hecho más que empe­zar, y ya esta­mos reci­bien­do con­sul­tas que deno­tan el esta­tus de subor­di­na­ción en el empleo de hogar. Tra­ba­ja­do­ras inter­nas, pero tam­bién exter­nas a 40 horas, están reci­bien­do ya des­de hace días la orden de sus emplea­do­res de no salir de la casa en hora­rios fue­ra de su jor­na­da labo­ral, so pena de des­pi­do. Cons­ti­tu­yén­do­se en auto­ri­dad, les pri­van de la libre movi­li­dad, deci­sión que solo podría tomar la auto­ri­dad guber­na­ti­va por moti­vos de salud públi­ca. La cri­sis del coro­na­vi­rus pone tam­bién en evi­den­cia que el con­tra­to pri­va­do de tra­ba­jo de hogar y cui­da­dos no es capaz garan­ti­zar dere­chos socia­les ni huma­nos ele­men­ta­les: estas cosas ocu­rren cuan­do se está bajo la auto­ri­dad de cien­tos de miles de par­ti­cu­la­res con capa­ci­dad de impo­ner su volun­tad como en el tiem­po de la ser­vi­dum­bre medie­val, y esto no es una exa­ge­ra­ción. La dife­ren­cia entre la ser­vi­dum­bre y el con­tra­to de tra­ba­jo es pre­ci­sa­men­te que en este últi­mo hay lími­tes al poder de quien te paga, lími­tes que se lla­man dere­chos labo­ra­les y que un Esta­do Social tie­ne que ampa­rar con pres­ta­cio­nes públi­cas de des­em­pleo que hacen que no depen­das de las arbi­tra­rie­da­des de cada señor o seño­ra. El actual empleo de hogar tie­ne que des­apa­re­cer sus­ti­tui­do por ser­vi­cios, pero el obje­ti­vo va para muy lar­go y, mien­tras exis­ta, debe dis­fru­tar de igual­dad de dere­chos con el resto.

En la pági­na de www​.ath​-ele​.com, hay una guía de pre­gun­tas y res­pues­tas que se refie­re a los dere­chos de las tra­ba­ja­do­ras de hogar y cui­da­do en la cri­sis del coronavirus.

Antes de con­sul­tar­la, dos cues­tio­nes a seña­lar. La pri­me­ra es que, digan lo que digan las leyes labo­ra­les apli­ca­bles a este caso, la pri­va­ción de la pres­ta­ción de des­em­pleo en el Sis­te­ma espe­cial de Hogar es un arma pode­ro­sí­si­ma que per­mi­te impo­ner con­di­cio­nes ile­ga­les con la ame­na­za del des­pi­do. La segun­da, que el coro­na­vi­rus com­bi­na­do con la Ley de Extran­je­ría aña­de excep­cio­na­li­dad y pre­ca­rie­dad a la situa­ción pre­exis­ten­te. Pero esta vez no se va a poder mirar para otro lado si la tra­ba­ja­do­ra inter­na sin pape­les afec­ta­da por la enfer­me­dad es des­pe­di­da y no tie­ne una vivien­da a la que acu­dir o si es ella quien deja el empleo en un acto de defen­sa pro­pia por­que no cuen­ta con medi­das de pro­tec­ción fren­te al contagio.

Las res­pues­tas de la guía son pro­vi­sio­na­les, has­ta que la situa­ción o indi­ca­cio­nes de las auto­ri­da­des cam­bien. Tam­bién podrían apa­re­cer nue­vas medi­das para pro­te­ger a la ciu­da­da­nía del que­bran­to eco­nó­mi­co que trae la epi­de­mia. Si inclu­ye­sen a las tra­ba­ja­do­ras de hogar, informaríamos.

Si fal­tan pre­gun­tas, avi­sad­nos a athbizkaia@​gmail.​com y las res­pon­de­re­mos públicamente.

Final: a pun­to de enviar el tex­to a la revis­ta, se ha emi­ti­do el dis­cur­so de Sán­chez por tele­vi­sión, con las medi­das del Con­se­jo de Minis­tros del sábado.

Dos obser­va­cio­nes: la prohi­bi­ción de cir­cu­lar por la calle sal­vo para ir y vol­ver de casa al cen­tro de tra­ba­jo, resul­ta­rá durí­si­ma para quie­nes tra­ba­jan inter­nas y tie­nen uni­da vivien­da y cen­tro de tra­ba­jo. La posi­bi­li­dad de salir a la calle para hacer la com­pra, pue­de con­ver­tir­se en una oca­sión que uti­li­ce cual­quier otro miem­bro de la fami­lia para, de paso, res­pi­rar algo de aire. Como ya se ha indi­ca­do, antes de que se impu­sie­sen limi­ta­cio­nes a la libre cir­cu­la­ción, ya se les esta­ba impi­dien­do salir de casa para evi­tar el contagio.

Por otra par­te, en el lis­ta­do de sec­to­res pro­fe­sio­na­les a los que el Pre­si­den­te agra­de­ció con­mo­vi­do su cola­bo­ra­ción en esta cri­sis, fal­ta­ron las dece­nas o cen­te­nas de milla­res (¿cuán­tas son?) de tra­ba­ja­do­ras de hogar que des­pués de las muje­res de la fami­lia son el segun­do recur­so de esa par­te del sis­te­ma de cui­da­dos que no se quie­re men­cio­nar. Seña­ló por su nom­bre muchas pro­fe­sio­nes y sec­to­res: salud, infor­ma­ción, cul­tu­ra, ejér­ci­to, poli­cía, tra­ba­jo autó­no­mo… pare­ció que iba por fin a citar­les, pero se que­dó en una men­ción a “quie­nes” cui­dan. Pues­ta a sub­sa­nar, habrá más gen­te que lo merez­ca, pero quie­ro man­dar des­de aquí un abra­zo a las caje­ras de super­mer­ca­do y a las lim­pia­do­ras de super­fi­cies pro­ba­ble­men­te infec­ta­das de virus, de las que no pare­ció acordarse.

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GUÍA INFORMATIVA HASTA EL DÍA 14 DE MARZO

PRESTACIÓN DE BAJA POR ACCIDENTE DE TRABAJO – CORONAVIRUS

Situa­ción: la tra­ba­ja­do­ra no pue­de tra­ba­jar; por­que 1) está enfer­ma por el virus, o 2) en ais­la­mien­to por indi­ca­ción médi­ca has­ta deter­mi­nar cuál es su estado.

1 ¿Tie­ne dere­cho a la pres­ta­ción espe­cial por acci­den­te de trabajo?

Sí tie­ne dere­cho, exac­ta­men­te igual que todas las demás per­so­nas tra­ba­ja­do­ras. La con­di­ción es que esté de alta en la Segu­ri­dad Social, da igual cuán­to tiem­po ten­ga de coti­za­ción previa.

2 ¿Cuán­to le pagarán?

El 75% de la base de coti­za­ción duran­te toda la baja. Estan­do a tiem­po com­ple­to, la pres­ta­ción no pue­de ser infe­rior a 27,425€ al día. Para otras bases, con­sul­ta coti­za­ción a la Segu­ri­dad Social 2019 – 2020 que está en nues­tra pági­na web.

3 ¿Cómo hará para conseguirla?

Ten­drá que con­se­guir el par­te de baja de su médi­ca de cabe­ce­ra. Le debe­rá lla­mar por telé­fono expli­can­do su situa­ción. Si la médi­ca con­si­de­ra que está en uno de los casos pre­vis­tos, le pre­pa­ra­rá el papel de baja y se lo entre­ga­rá a la per­so­na que vaya de su parte.

4 ¿Quién tie­ne que pagar la baja?

La par­te emplea­do­ra no tie­ne que pagar­la, son el INSS o si no la Mutua, en el caso de que la emplea­do­ra ten­ga con­cer­ta­do con ella el ries­go de accidente.

5 ¿Qué hay que hacer para cobrarla?

Hay que soli­ci­tar la pres­ta­ción al INSS o a la Mutua. Este es el impre­so de soli­ci­tud del INSS, el de todas las Mutuas es pare­ci­do, por­que tie­ne la mis­ma infor­ma­ción. Si no se sabe relle­nar, hay que pedir al orga­nis­mo que ayu­de a hacer­lo. Se pre­sen­tan, ade­más, el par­te de baja y los de confirmación.

Tan­to INSS como Mutuas, tam­bién exi­gen apor­tar un cer­ti­fi­ca­do del emplea­dor sobre las bases de coti­za­ción ante­rio­res a la baja.

Final­men­te:

– La tra­ba­ja­do­ra deber cono­cer al menos su núme­ro de segu­ri­dad social, para faci­li­tar su iden­ti­fi­ca­ción al pedir la prestación.

– Tam­bién debe ente­rar­se de si sus emplea­do­res con­tra­ta­ron los acci­den­tes con el INSS o con qué Mutua, para no dar vuel­tas inne­ce­sa­rias al soli­ci­tar la prestación.

– Si el emplea­dor no sabe o no quie­re relle­nar el cer­ti­fi­ca­do sobre bases, hay que pre­sen­tar la soli­ci­tud de todas for­mas, indi­can­do tal cir­cuns­tan­cia. Ade­más, muchos emplea­do­res no saben las bases por las que están coti­zan­do, y no os podréis ente­rar por inter­net por­que la infor­ma­ción de bases de coti­za­ción de hogar está cerra­da al públi­co des­de el 24/​2/​2020.

– Las tra­ba­ja­do­ras a las que se les está coti­zan­do por deba­jo del sala­rio míni­mo en rela­ción a las horas tra­ba­ja­das, cobra­rán una pres­ta­ción infe­rior a la que ten­drían dere­cho. En ese caso, pue­den recla­mar con el mode­lo que col­ga­re­mos en la pági­na web.

– Para poder cobrar la baja hace fal­ta estar dada de alta en la Segu­ri­dad Social.

– Las tra­ba­ja­do­ras en situa­ción admi­nis­tra­ti­va irre­gu­lar no tie­nen acce­so a pres­ta­ción, por­que está plan­tea­da en el mar­co de la pro­tec­ción de la segu­ri­dad social.

PROBLEMAS LABORALES POSIBLES DURANTE LA CRISIS DEL CORONAVIRUS

Situa­ción: Cuan­do es la tra­ba­ja­do­ra exter­na quien enfer­ma, y no pue­de ir a trabajar.

6. ¿Le pue­den despedir?

Sí, como antes de la epi­de­mia, en hogar, el des­pi­do al enfer­mar es muy fre­cuen­te. No ten­drá pres­ta­ción de des­em­pleo; esto es igual para todos los casos de des­pi­do, sea por el moti­vo que sea, a no ser que cam­bien la ley.

Situa­ción: cuan­do es su fami­lia quien enfer­ma o nece­si­ta cuidados.

7. ¿Tie­ne dere­cho a fal­tar sin que sea una fal­ta labo­ral?, ¿Es una ausen­cia pagada?

La situa­ción está rela­ti­va­men­te pro­te­gi­da. Se pue­de fal­tar con dere­cho a cobrar el sala­rio duran­te dos días por enfer­me­dad de un parien­te cer­cano (el Esta­tu­to de los Tra­ba­ja­do­res dice que la enfer­me­dad debe ser gra­ve, pero dada la situa­ción actual, eso no sería pro­ble­ma). Tam­bién podría fal­tar en su hora­rio habi­tual y pro­po­ner otro, siem­pre que nece­si­te aten­der a una per­so­na menor de 12 años. Por fin, podría pedir una exce­den­cia para cui­dar, que no es paga­da, y tie­ne que soli­ci­tar­la y la emplea­do­ra ten­dría que acep­tar­la. El gobierno espa­ñol ha anun­cia­do que habrá medi­das labo­ra­les espe­cí­fi­cas, que atien­den a esta situa­ción de emer­gen­cia en con­cre­to y ya comunicaríamos.

Situa­ción: cuan­do la tra­ba­ja­do­ra tie­ne que que­dar­se en casa aten­dien­do sus hijos e hijas, que están en casa al menos por 15 días por haber­se cerra­do todos los cen­tros escolares.

8. Si sus emplea­do­res no están con­for­mes con que fal­te, ¿qué pue­de hacer? ¿Se le paga­ría la ausencia?

Si está rea­li­zan­do úni­ca­men­te tareas domés­ti­cas, podría pedir una adap­ta­ción de su jor­na­da para aten­der a sus cria­tu­ras y ten­drían que dár­se­la. El pro­ble­ma es que ese cam­bio tie­ne unos pla­zos de nego­cia­ción lar­gos, así que no sir­ve para este caso. Si está cui­dan­do, las carac­te­rís­ti­cas de ese tra­ba­jo no per­mi­ten gran­des varia­cio­nes de jor­na­da, por lo que pue­de ser des­pe­di­da. Y no ten­dría dere­cho a la pres­ta­ción de desempleo.

Si lle­ga a un acuer­do con sus emplea­do­res para no ir a tra­ba­jar, la ausen­cia no sería paga­da, a no ser que se tome algu­na medi­da espe­cial por la cri­sis del coronavirus.

Situa­ción: cuan­do se prohí­be a la tra­ba­ja­do­ra, exter­na o inter­na, salir de la vivien­da en la que pres­ta sus ser­vi­cios para evi­tar que se con­ta­gie en el exte­rior de la vivienda.

9. ¿Tie­nen dere­cho los emplea­do­res a impe­dir salir de la vivien­da a la tra­ba­ja­do­ra en sus horas libres? ¿Qué ocu­rre si la tra­ba­ja­do­ra se niega?

No pue­den impe­dir­le salir a la calle, es una orden que sola­men­te pue­den dar las auto­ri­da­des guber­na­ti­vas. Si hay un des­pi­do, sería nulo por ir con­tra dere­chos fun­da­men­ta­les, pero en hogar no hay read­mi­sión obli­ga­to­ria en estos casos. La indem­ni­za­ción sería algo más alta que en el des­pi­do ordi­na­rio. Hay 20 días para deman­dar, sin con­tar sába­dos ni domin­gos, ni festivos.

Situa­ción: se pide a la tra­ba­ja­do­ra que meta más horas debi­do a algu­na cir­cuns­tan­cia, como por ejem­plo que han cerra­do los cen­tros de día.

10. ¿Está obli­ga­da a que­dar­se más horas que las pac­ta­das como jor­na­da ordinaria?

A nadie se le pue­de obli­gar a hacer horas extras, así que podría negar­se. La reali­dad más fre­cuen­te es que, sal­vo por moti­vos per­so­na­les de peso, las tra­ba­ja­do­ras sue­len acep­tar peti­cio­nes razo­na­bles de exten­sión de la jor­na­da, y más en esta situa­ción. Pero otra cues­tión es que hay que acla­rar cómo se van a cobrar las horas, y cuán­do. No es raro que se le de lar­gas al asun­to y a la hora de la ver­dad no se paguen. En el tra­ba­jo interno, la pro­lon­ga­ción de la jor­na­da tie­ne que res­pe­tar los des­can­sos míni­mos lega­les, que son 10 horas entre jor­na­das y 36 horas segui­das a la semana.

Situa­ción: la tra­ba­ja­do­ra se encuen­tra a car­go de per­so­nas contagiadas.

11. ¿Está obli­ga­da a aten­der­las? ¿Qué pue­de hacer?

Esta es una pre­gun­ta que hay que diri­gir al Depar­ta­men­to de Salud del Gobierno Vas­co y a Osa­lan, por­que inclu­ye la cues­tión de las medi­das de segu­ri­dad, que en prin­ci­pio com­pren­den un EPI (equi­po de pro­tec­ción indi­vi­dual) que casi en nin­gún caso se ten­drá a dis­po­si­ción. La Ley de Pre­ven­ción de Ries­gos Labo­ra­les reco­no­ce a las per­so­nas tra­ba­ja­do­ras el dere­cho a inte­rrum­pir su acti­vi­dad cuan­do corren un ries­go gra­ve e inmi­nen­te para su salud. El con­se­jo prác­ti­co es que se ten­ga a mano el telé­fono para la infor­ma­ción del coro­na­vi­rus (en Eus­ka­di, el 900 20 30 50) así como el del cen­tro de salud, que no se aban­do­ne a la per­so­na aten­di­da, pero se avi­se de la situa­ción a las per­so­nas pró­xi­mas y/​o a los ser­vi­cios de salud, mani­fes­tan­do la no dis­po­si­ción a expo­ner­se sin pro­tec­ción (aun­que este con­se­jo lo debe dar Osa­lan, ¿qué hacer en un caso así?).

Situa­ción: la tra­ba­ja­do­ra se sien­te ago­bia­da por los acon­te­ci­mien­tos y quie­re dejar pro­vi­sio­nal­men­te o defi­ni­ti­va­men­te el empleo.

12. ¿Es obli­ga­to­rio dar un pre­avi­so de cese cuan­do, por el moti­vo que sea, inclui­da la situa­ción crea­da por el coro­na­vi­rus, la tra­ba­ja­do­ra quie­re aban­do­nar el empleo?

A no ser que un con­tra­to escri­to de tra­ba­jo diga otra cosa, en hogar se sue­le enten­der que el pre­avi­so es de 7 días. Pero esto no es total­men­te cla­ro, por­que es una inter­pre­ta­ción de la ley, que dice que será “como máxi­mo” de 7 días. En todo caso no es apli­ca­ble a situa­cio­nes en las que la tra­ba­ja­do­ra deja el empleo por­que no se le tra­ta correc­ta­men­te o no se le están reco­no­cien­do sus derechos.

Situa­ción: la tra­ba­ja­do­ra es des­pe­di­da por moti­vos rela­cio­na­dos con la enfer­me­dad, hos­pi­ta­li­za­ción o muer­te de la per­so­na atendida.

13. ¿Qué dere­chos hay ante un des­pi­do por esas razones?

Depen­de de la mane­ra en la que se le haya cesa­do. Pue­den ser 20 días por año si es des­pi­do, o 7 o 12 días por año si es desis­ti­mien­to. Es algo a con­sul­tar. Y si hay falle­ci­mien­to, la indem­ni­za­ción será de un mes de sala­rio, inde­pen­dien­te­men­te de la anti­güe­dad. No ten­drá des­em­pleo en nin­gún caso.

14. ¿Y si no le des­pi­den por la hos­pi­ta­li­za­ción pero le dicen que ya le lla­ma­rán depen­dien­do de cómo aca­be todo?

No cobra­rá el sala­rio de ese tiem­po, y tam­po­co ten­drá la pres­ta­ción de des­em­pleo, que ten­dría en esa situa­ción alguien del Régi­men Gene­ral de la Segu­ri­dad Social (SS). Ade­más, y por si no le lla­man al regre­so del hos­pi­tal, lo que sería un des­pi­do, es acon­se­ja­ble que la con­ver­sa­ción que­de refle­ja­da en WhatsApp.

Situa­ción: la tra­ba­ja­do­ra no pue­de acu­dir a tra­ba­jar por­que está some­ti­da a una orden de confinamiento.

15. ¿Tie­ne algu­na pres­ta­ción por ese motivo?

No, se que­da­rá sin el sala­rio de esos días, y no cobra­rá nin­gu­na pres­ta­ción del sis­te­ma, que está sola­men­te pre­vis­ta para el ais­la­mien­to y el con­ta­gio. En el Régi­men Gene­ral de la SS cobra­ría el desempleo.

Vien­to Sur*

Itu­rria /​Fuen­te

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