Méxi­co. “No nece­si­ta­mos per­mi­so para luchar por la vida”: muje­res zapa­tis­tas se unen al paro del #9M

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 6 mar­zo 2020 

Fotos: Fran­cis­co Lion

Ciu­dad de Méxi­co | Des­in­for­mé­mo­nos. Las muje­res indí­ge­nas del Ejér­ci­to Zapa­tis­ta de Libe­ra­ción Nacio­nal (EZLN) anun­cia­ron que se uni­rán al paro nacio­nal de muje­res del pró­xi­mo 9 de mar­zo, con­vo­ca­do por el colec­ti­vo vera­cru­zano Bru­jas del Mar, y cri­ti­ca­ron el opor­tu­nis­mo polí­ti­co de las empre­sas y “los machi­tos y machi­tas patriar­ca­les que hay en el mal gobierno” sobre la ini­cia­ti­va con­tra la vio­len­cia de género.

“Los pode­ro­sos y sus capa­ta­ces polí­ti­cos están, por un lado, hacién­do­se los muy cons­cien­tes y sen­si­bles y ni siquie­ra pue­den qui­tar­se su modo patriar­cal por­que has­ta dicen que les dan ‘per­mi­so’ a las muje­res para que pro­tes­ten por­que las matan”, seña­la­ron las zapa­tis­tas en un comu­ni­ca­do, en el que ase­gu­ra­ron que “lo que les intere­sa (a los de arri­ba) es mon­tar­se enci­ma de ese dolor y, borrán­do­lo, pelear­se por quién es más chingón”.

“Noso­tras no le esta­mos pidien­do per­mi­so a los man­dos y auto­ri­da­des, ni a padres, hijos, novios, mari­dos o aman­tes, sino que lo vamos a hacer por­que no de bal­de nos alza­mos en armas des­de el pri­me­ro de enero de 1994”, expli­ca­ron las muje­res, quie­nes hicie­ron un lla­ma­do a las inte­gran­tes del Con­gre­so Nacio­nal Indí­ge­na – Con­ce­jo Indí­ge­na de Gobierno, de la Sex­ta Nacio­nal e Inter­na­cio­nal, y de las Redes en Resis­ten­cia y Rebel­día a que ana­li­cen la pro­pues­ta del colec­ti­vo Bru­jas del Mar y dis­cu­tan si tam­bién la imple­men­ta­rán en sus pro­pios espacios.

Igual­men­te, recor­da­ron que el 8 de mar­zo lle­va­rán a cabo una mani­fes­ta­ción con­tra la vio­len­cia hacia las muje­res y ante el incre­men­to de los femi­ni­ci­dios, las des­apa­ri­cio­nes y la des­igual­dad en México.

“Nomás sepan que no nos impor­ta si nos dicen que somos con­ser­va­do­ras o gol­pis­tas o dere­chis­tas o izquier­dis­tas”, agre­ga­ron las zapatistas.

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A con­ti­nua­ción el comu­ni­ca­do completo:

A las Muje­res que luchan en Méxi­co y el Mun­do.
De: Las Muje­res indí­ge­nas zapa­tis­tas del EZLN.

Com­pa­ñe­ra y hermana:

Te salu­da­mos a nom­bre de las muje­res indí­ge­nas zapa­tis­tas de todas las eda­des, tan­to des­de las pichi­tas has­ta las de más jui­cio, que sea de edad. Espe­ra­mos que te encuen­tres bien y luchan­do en com­pa­ñía de tus fami­lias, her­ma­nas y compañeras.

Acá tene­mos muchos pro­ble­mas por razón de los para­mi­li­ta­res que aho­ra son del par­ti­do More­na, y antes fue­ron del PRI, el PAN, el PRD y el Ver­de Ecologista.

Pero no es de eso que te que­re­mos pla­ti­car, sino de algo que es más urgen­te y más impor­tan­te. Que sea de las gran­des vio­len­cias que hay con­tra las muje­res y que se ve que no se detie­nen, sino que aumen­tan y tam­bién aumen­ta la cruel­dad. Los ase­si­na­tos y des­apa­ri­cio­nes de muje­res ya son una locu­ra que antes no se podía ima­gi­nar. Nin­gu­na mujer, de cual­quier edad, cla­se social, mili­tan­cia polí­ti­ca, color, raza o creen­cia reli­gio­sa, está a sal­vo. Tal vez podría­mos pen­sar que las muje­res ricas, las gober­nan­tes y las famo­sas, que tie­nen cómo pro­te­ger­se con sus guar­dias y poli­cías, podrían decir que están segu­ras, pero ni ellas, por­que no son pocas las veces que la vio­len­cia que nos des­apa­re­ce, nos secues­tra y nos ase­si­na, vie­ne de fami­lia­res, amis­ta­des y conocidos.

Hay que aca­bar con esas vio­len­cias, ven­gan de don­de ven­gan. Por eso hici­mos antes un lla­ma­do a mani­fes­tar­nos, como muje­res que somos, el día 8 de mar­zo del 2020. Cada quien según su modo, su lugar y su tiem­po. Y lla­ma­mos a que la deman­da prin­ci­pal de esas mani­fes­ta­cio­nes sea dete­ner la vio­len­cia con­tra las muje­res. Y ahí tam­bién decir cla­ro que no olvi­da­mos a las des­apa­re­ci­das y ase­si­na­das en todos los gobier­nos, sean tri­co­lo­res, azu­les, ver­des, ama­ri­llos, guin­das, naran­jas, cafés o cual­quie­ra que sea su color, por­que son los mis­mos. Y para recor­dar­les a los malos gobier­nos y a ellas que nos fal­tan, pro­pu­si­mos que lle­ve­mos una señal de color negro en nues­tra ropa. Por­que esta­mos de luto por tan­ta mata­zón que hay de muje­res en todo el mun­do. Y peor toda­vía que ya ni las pichi­tas están seguras.

Her­ma­na y compañera:

Hace unos días, lo supi­mos que un gru­po de her­ma­nas femi­nis­tas de Vera­cruz, del colec­ti­vo “Bru­jas del Mar”, se pen­só una bue­na idea y lla­mó a una ini­cia­ti­va de movi­li­za­ción de pro­tes­ta con­tra la vio­len­cia. Su idea es hacer el día 9 de mar­zo una movi­li­za­ción de ausen­cia, o sea que se vea y se sien­ta qué pasa sin muje­res, que sea un Paro de Mujeres.

Que sea no ir a tra­ba­jar, no com­prar, no mover­nos, que no nos vean. Por­que, lo dicen cla­ro, pare­ce como que las muje­res somos el enemi­go prin­ci­pal y el sis­te­ma nos quie­re liqui­dar, o sea aniquilar.

Des­pués lo mira­mos lo que pasó con los machi­tos y las machi­tas patriar­ca­les que hay en el mal gobierno, los par­ti­dos polí­ti­cos y los gran­des empre­sa­rios. Ya no les impor­ta la des­gra­cia mal­di­ta que viven y mue­ren las muje­res en Méxi­co. Lo que les intere­sa es mon­tar­se enci­ma de ese dolor y, borrán­do­lo, pelear­se por quién es más chingón.

Los pode­ro­sos y sus capa­ta­ces polí­ti­cos están, por un lado, hacién­do­se los muy cons­cien­tes y sen­si­bles y ni siquie­ra pue­den qui­tar­se su modo patriar­cal por­que has­ta dicen que les dan “per­mi­so” a las muje­res para que pro­tes­ten por­que las matan. Aho­ra sí que les dan per­mi­so de que luchen por vivir. Son unos sin­ver­güen­zas ellos y las muje­res que tie­nen el mis­mo pen­sa­mien­to de machos, aun­que sean mujeres.

Y por el otro lado, pues está el supre­mo gobierno, que se enca­bro­na por­que ya la gen­te no está dis­cu­tien­do lo que dice o eruc­ta o vomi­ta en sus pala­bras. Por­que resul­ta que unas muje­res, jóve­nas para más peor, le qui­ta­ron el micró­fono y están gri­tan­do lo que el mal gobierno calla. Si sí es ridícu­lo que los mal lla­ma­dos opo­si­to­res y opo­si­to­ras polí­ti­cas se hagan como bue­nas gen­tes que dan “per­mi­so” de vivir, es más ridícu­lo que el mal gobierno y sus faná­ti­cos y faná­ti­cas acu­se de “gol­pis­ta” la lucha por la vida de las muje­res. Aho­ra sí que está más peor, por­que así man­dan que nadie pue­de vivir o sobre­vi­vir sin su per­mi­so, y nadie pue­de luchar has­ta que el mal gobierno lo diga en una de sus ocu­rren­cias. De por sí así son los machis­tas patriar­ca­les, que creen que todo el mun­do gira alre­de­dor de su ése-cómo-se-lla­ma y sus coyo­li­tos. Si alguien está luchan­do sin per­mi­so, enton­ces es que está en con­tra del mal gobierno. Si ase­si­nan a las muje­res, si las des­apa­re­cen, si las secues­tran, si las tor­tu­ran, si las mar­can, enton­ces es que esas muje­res víc­ti­mas son par­te de un plan que quie­re qui­tar a un gobierno. Ya de plano no tie­nen vergüenza.

Y toda­vía los sin­ver­güen­zas patriar­ca­les de gobier­nos y patro­nes dan sus con­se­jos machi­tos a las muje­res: que no se dejen mani­pu­lar, que se por­ten bien, que no rayen las pie­dras y las puer­tas, que no rom­pan los vidrios, que se vis­tan bien, que no levan­ten la mira­da, que no den de qué mal hablar, que cui­den lo que dicen, escri­ben y pien­san. O sea que no hagan nada sin per­mi­so de ellos. Que sea que esta­mos madu­ras para que nos maten, nos des­apa­rez­can y nos vio­len, pero no para pen­sar, ana­li­zar y deci­dir. De plano son unos babo­sos… y babo­sas, por­que tam­bién hay muje­res que has­ta les aplauden.

Lo que dicen es que para todo hay que pedir­le per­mi­so al mal gobierno o al patrón, has­ta para sobre­vi­vir. Por­que así está de cabro­na la cosa, com­pa­ñe­ra y her­ma­na, que las muje­res en Méxi­co y en el mun­do están sobre­vi­vien­do. O sea vivien­do con mie­do. Y eso no es vivir, sino ape­nas es no morir­se… has­ta que nos ase­si­nen o nos des­apa­rez­can, y todo con una vio­len­cia terrorista.

Y tam­bién están quie­nes, supues­ta­men­te de izquier­da, miran diver­ti­dos cómo el mal gobierno está mos­tran­do que o es un babo­so o un igno­ran­te. Como si fue­ra nece­sa­rio mirar los berrin­ches que hacen los malos gobier­nos para saber que son las dos cosas.

Esas per­so­nas tam­bién valo­ran según si le sir­ve o no a los malos gobier­nos, o si les sir­ve o no a quie­nes lo cri­ti­can. Pero tam­po­co les impor­ta si la ini­cia­ti­va es bue­na o mala para la lucha por la vida que hacen las muje­res. Miran los ase­si­na­tos, las des­apa­ri­cio­nes, las vio­la­cio­nes, y se ale­gran por­que eso demues­tra que el mal gobierno es, ade­más de malo, un inú­til. Esas per­so­nas debie­ran mejor pre­gun­tar­se si sus valo­res como de izquier­da que dicen que son, les per­mi­ten mirar las luchas como si fue­ran ver­du­ras en un mer­ca­do y a ver qué com­pran o nomás mallugan.

Y en todos esos dimes y dire­tes que se traen allá arri­ba los malos gobier­nos, los gran­des medios de comu­ni­ca­ción, los par­ti­dos polí­ti­cos y los cabe­zas gran­des, se olvi­da lo más impor­tan­te que va a mar­car esos días 8 y 9 de mar­zo, y que no es que nos están matan­do como muje­res que somos, sino es que vamos a luchar por nues­tra vida con todos los medios y según nues­tro modo, tiem­po y lugar de cada quien.

Y si no les impor­ta la vida, pues enton­ces ni son de dere­cha, ni de izquier­da, ni de cen­tro. Ni huma­nos son, pues.

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La lucha por la vida es esen­cial a toda la huma­ni­dad, y no nece­si­ta el per­mi­so de nadie por­que lo trae­mos en la san­gre. Y si alguien pien­sa que la lucha por la vida de las muje­res es gol­pis­ta o de dere­cha o gobier­nis­ta o izquier­dis­ta o anti­gu­ber­na­men­tal o es de un color, pen­sa­mien­to o reli­gión, pues enton­ces es que defien­de la muer­te. Si se ente­ran de otra ase­si­na­da, pri­me­ro pre­gun­tan de qué color es su piel, su par­ti­do, su reli­gión: y según si es su con­tra­rio pues enton­ces mal hablan, pero no de los ase­si­nos, sino de la mujer víctima.

Noso­tras no enten­de­mos cómo es que el mun­do lle­gó a eso, y que toda­vía dicen que noso­tras las indí­ge­nas zapa­tis­tas esta­mos atra­sa­das y no cono­ce­mos el desa­rro­llo y pro­gre­so que traen los mega­pro­yec­tos y el dine­ro y el con­su­mo. Eso es su pro­gre­so: mal­ba­ra­tar la vida de las muje­res, por­que resul­ta que es muy bara­to des­apa­re­cer, secues­trar o ase­si­nar una mujer, por­que no hay cas­ti­go. Al revés, has­ta no fal­ta­rá quien aplau­da y diga “una enemi­ga menos”, “un estor­bo menos”, “una peca­do­ra menos”, “una radi­cal menos”, “una con­ser­va­do­ra menos”, “una mujer menos”.

No enten­de­mos por qué hay per­so­nas así, pero sí enten­de­mos que no pode­mos que­dar­nos sin hacer nada, pen­san­do que esos dolo­res y esas rabias son aje­nas, que sea que no nos tocan… has­ta que nos toquen.

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Como muje­res zapa­tis­tas que somos esto es lo que pen­sa­mos y sen­ti­mos cuan­do ana­li­za­mos sus pala­bras y accio­nes de las her­ma­nas brujas:

Pri­me­ro.- Noso­tras salu­da­mos su ini­cia­ti­va. La mira­mos como algo valio­so, bueno, noble, hones­to y legí­ti­mo. Y la apo­ya­re­mos según nues­tros modos. Por­que cual­quier mujer, sea una, o unas cuan­tas, o muchas, que luchen por la vida, deben saber que no están solas. Por­que nues­tro pen­sa­mien­to es que, si las ausen­tes, las ase­si­na­das, las des­apa­re­ci­das y las encar­ce­la­das deben saber que no están solas, pues con mayor razón las vivas que luchan.

Pen­sa­mos que es bue­na idea, por­que el día 8 de mar­zo, van a mirar y a sen­tir nues­tros dolo­res y nues­tras rabias. Y el día 9 los machis­tas patriar­ca­les se van a preo­cu­par de qué esta­mos pen­san­do o pla­nean­do o sin­tien­do, por­que no lo van a saber, que sea no nos van a mirar. ¿Qué tal que nos orga­ni­za­mos más y mejor? Por­que a veces, del dolor y la rabia no sigue la deses­pe­ra­ción o la resig­na­ción. Pue­de ser que siga la organización.

Segun­do.- Por eso, según nues­tro modo de cómo muje­res indí­ge­nas zapa­tis­tas que somos, es que pla­ti­ca­mos con nues­tras demás com­pa­ñe­ras zapa­tis­tas de las comu­ni­da­des. Les pre­gun­ta­mos si es bue­na idea eso del paro nacio­nal el 9 de mar­zo. Y si sí es bue­na idea, pues no sólo decir que es bue­na idea, sino de hacer algo para apo­yar­nos como muje­res que luchan que somos.

Y les pro­pu­si­mos la idea de que ese día 9 de mar­zo, las com­pa­ñe­ras que tie­nen car­go, sea de auto­ri­dad autó­no­ma, sea de man­do orga­ni­za­ti­vo o de man­do mili­tar o de comi­sio­nes de edu­ca­ción, salud, ter­cias y de todos los tra­ba­jos que hace­mos como muje­res zapa­tis­tas que somos, pues nomás no nos pre­sen­te­mos a nues­tros trabajos.

Y eso por­que así será nues­tro modo de decir­les que apo­ya­mos esa idea del 9 de mar­zo sin muje­res, como una ini­cia­ti­va más de las muje­res que luchan por la vida. Y como las muje­res indí­ge­nas somos mayo­ría en la auto­no­mía zapa­tis­ta, pues ese día se va a parar la auto­no­mía zapatista.

Lo pen­sa­mos y lo pla­ti­ca­mos y salió que las com­pa­ñe­ras de las dife­ren­tes zonas zapa­tis­tas estu­vi­mos de acuer­do de sumar­nos al paro del día 9 de mar­zo del 2020, con­vo­ca­do por las her­ma­nas Bru­jas del Mar.

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Ter­ce­ro.- El día 8 de mar­zo, miles de muje­res zapa­tis­tas nos reu­ni­re­mos en nues­tros cara­co­les y habla­re­mos de los dolo­res y las rabias que escu­cha­mos en los dos encuen­tros de muje­res que hemos teni­do, pero tam­bién habla­re­mos de luchas, de las nues­tras y de las de uste­des, com­pa­ñe­ras y her­ma­nas que nos leen. Y lle­va­re­mos una señal de color negro en nues­tras ropas.

Y el día 9 de mar­zo muchas no nos ire­mos a nues­tros pue­blos, sino que que­da­re­mos y, en la madru­ga­da de ese día 9 de mar­zo, encen­de­re­mos miles de luces. En los cara­co­les y en los pue­blos zapa­tis­tas la luz de las muje­res brillará.

No sólo para que las muje­res que hagan ese día un día de lucha sepan que las mira­mos, que las admi­ra­mos, que las res­pe­ta­mos y que las salu­da­mos. Que no están solas pues.

Tam­bién para que, con esas luces, las her­ma­nas ausen­tes, las ase­si­na­das, las des­apa­re­ci­das, las encar­ce­la­das, las migran­tes, las vio­len­ta­das, sepan que acá, en estas mon­ta­ñas en resis­ten­cia y rebel­día, hay quie­nes se preo­cu­pan por ellas y por sus fami­lia­res, por su dolor y por su rabia. Y no impor­ta si esa her­ma­na que está luchan­do es blan­ca o negra o ama­ri­lla o del color de la tie­rra. No impor­ta si cree o no cree en una reli­gión. No impor­ta si se vis­te bien o mal. No impor­ta si tie­ne paga o no. No impor­ta si es par­ti­dis­ta o no par­ti­dis­ta. No impor­ta si es ami­ga o enemiga.

Lo que impor­ta es que esté viva y libre. Por­que así, vivas y libres, pues enton­ces sí nos pode­mos cri­ti­car, mal hablar, pelear, o deba­tir, dis­cu­tir, ana­li­zar y tal vez hacer un acuer­do: luchar con­tra la vio­len­cia que se hace con­tra las mujeres.

Por­que con tan­ta mata­zón nomás vamos de un luto a otro, de un dolor a otro, de una indig­na­ción a otra. Tal vez es ése su plan del mal­di­to sis­te­ma. Que sea que es estar­nos matan­do y des­apa­re­cien­do para que no ten­ga­mos tiem­po ni modo para orga­ni­zar­nos y luchar con­tra el sis­te­ma patriar­cal y capitalista.

Pero, como de por sí pasa en la his­to­ria del mun­do, pues lo que va a pasar es que nos vamos a orga­ni­zar pre­ci­sa­men­te para dete­ner esa mata­zón. Y ya des­pués, pues habrá quien diga que has­ta ahí nomás. Pero habre­mos otras que nos segui­re­mos más allá, has­ta ter­mi­nar con la raíz del árbol de nues­tro dolor: el sis­te­ma capi­ta­lis­ta patriar­cal, racis­ta, explo­ta­dor, repre­si­vo, roba­dor y antihumano.

Por­que, cuan­do al fin con­quis­te­mos el dere­cho a vivir, habrá quien diga que la escla­vi­tud es bue­na y la abra­ce y la defien­da como des­tino, man­da­to divino, mala suer­te o has­ta bue­na suerte.

Habrá quien diga que lo que sigue es tener bue­na paga. O sea que la explo­ta­ción que tene­mos hom­bres y muje­res ten­ga el mis­mo salario.

Habrá quién nece­si­te la liber­tad como se nece­si­ta el aire y luche por conquistarla.

Habrá quien sea libre y luche por defen­der su libertad.

Habrá quien diga que se pue­de solas, como muje­res que somos.

Y habrá quien diga que hay que des­truir a la bes­tia del sis­te­ma, y que para eso se nece­si­ta luchar con todas, con todos… y con todoas.

Y en lugar de muchas ase­si­na­das, muchas des­apa­re­ci­das, muchas secues­tra­das, muchas vio­len­ta­das, tal vez habrá muchas ideas, muchos pen­sa­mien­tos, muchos modos de la lucha de como muje­res que somos.

Y tal vez enton­ces se entien­da que la dife­ren­cia es bue­na, pero para que exis­ta esa dife­ren­cia tie­ne que vivir.

Cuar­to.- Por lo tan­to, hace­mos un lla­ma­do res­pe­tuo­so a las her­ma­nas y com­pa­ñe­ras del Con­gre­so Nacio­nal Indí­ge­na – Con­ce­jo Indí­ge­na de Gobierno, de la Sex­ta Nacio­nal e Inter­na­cio­nal, y de las Redes en Resis­ten­cia y Rebel­día, a que ana­li­cen y dis­cu­tan si está bien o mal esa pro­pues­ta de las her­ma­nas bru­jas o si hay otras. Y si pien­san que está bien, pues que le entren y sin pedir per­mi­so. Y si pien­san que está mal y que más mejor otra cosa, que sea otra ini­cia­ti­va, pues a dar­le pues, y tam­po­co pedir permiso.

Así como noso­tras no le esta­mos pidien­do per­mi­so a los man­dos y auto­ri­da­des, ni a padres, hijos, novios, mari­dos o aman­tes, sino que lo vamos a hacer por­que no de bal­de nos alza­mos en armas des­de el pri­me­ro de enero de 1994.

Enton­ces ahí lo vean. Nomás sepan que no nos impor­ta si nos dicen que somos con­ser­va­do­ras o gol­pis­tas o dere­chis­tas o izquierdistas.

Y a esos malos gobier­nos que dicen que la socie­dad se divi­de en libe­ra­les y con­ser­va­do­res, pues si es que dicen que están con­tra el neo­li­be­ra­lis­mo, enton­ces les vie­ne tocan­do que se lla­man “neo­con­ser­va­do­res”.

Así pen­sa­mos y así vamos a hacer como muje­res indí­ge­nas zapa­tis­tas que somos.

Y lo vamos a hacer SIN PEDIR PERMISO A NINGÚN HOMBRE, sea malo, o bueno, o ni modos.

Es todo.

Des­de las mon­ta­ñas del Sur­es­te Mexicano.

Por las muje­res indí­ge­nas zapa­tis­tas del EZLN.

Mari­sol, Yeny, Rosa Nery, Yoja­ri, Lucia, Sol, Eli­za­bet, otra Eli­za­bet, Yolan­da, Nata­lia, Susa­na, Ade­la, Gabrie­la, Ana­ye­li, Zenai­da, Ceci­lia, Dia­na, Ale­jan­dra, Caro­li­na, Dalia, Cris­ti­na, Gabrie­la, May­de­li, Jime­na, Dia­na, Kelsy, Mari­sol, Luvia, Laura.

Coman­dan­tas y Coor­di­na­do­ras de Muje­res Zapa­tis­tas del EZLN.

Méxi­co, 1 de mar­zo del 2020

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