Chi­le. De per­se­cu­ción selec­ti­va a pes­ca de arras­tre: El nue­vo modus ope­ran­di de Cara­bi­ne­ros en Pla­za de la Dignidad

Rubén Esco­bar /​Resu­men Lati­no­ame­ri­cano /​5 de mar­zo de 2020

Fuer­zas Espe­cia­les reali­zó una «ence­rro­na» en la inter­sec­ción de las calles Cara­bi­ne­ros de Chi­le con Ramón Cor­va­lán, San­tia­go, el mar­tes en la tar­de. De las 62 per­so­nas que fue­ron dete­ni­das, 44 pasa­ron a con­trol de deten­ción y sólo uno que­dó en pri­sión pre­ven­ti­va. Tes­ti­gos que se encon­tra­ban en el lugar ase­gu­ran que la estra­te­gia de la poli­cía bus­ca arres­tar a la mayor can­ti­dad de per­so­nas para lue­go iden­ti­fi­car­las a tra­vés de foto­gra­fías y videos. Mien­tras el minis­tro del Inte­rior cali­fi­có las deten­cio­nes como una bue­na noti­cia, para algu­nos abo­ga­dos no es más que una sim­ple estra­te­gia comunicacional.

El pasa­do 10 de enero, en las cer­ca­nías del cerro San­ta Lucía, detu­vie­ron a Nico­lás Ríos. El video del momen­to se vira­li­zó de inme­dia­to: un vehícu­lo blan­co se detu­vo al lado del joven y se bajó un gru­po de per­so­nas. Con vio­len­cia, lo toma­ron entre varios, lo subie­ron al auto y salie­ron a toda velo­ci­dad ante la sor­pre­sa de quie­nes esta­ban en el lugar.

Pare­cía un secues­tro, pero en reali­dad los cap­to­res eran cara­bi­ne­ros de civil y todo el asun­to se tra­tó de un pro­ce­di­mien­to. Según los poli­cías, Ríos habría sido iden­ti­fi­ca­do con ante­rio­ri­dad, a tra­vés de cáma­ras de segu­ri­dad, lan­zan­do bom­bas molo­tov. Ya con el regis­tro en su poder, se le hizo un segui­mien­to selec­ti­vo y fue apre­sa­do mien­tras aban­do­na­ba la manifestación.

A con­tar de mar­zo, sin embar­go, el méto­do cam­bió. En la tar­de del mar­tes, se reali­zó un ope­ra­ti­vo poli­cial en las cer­ca­nías de la Pla­za de la Dig­ni­dad. Usan­do el méto­do de la “ence­rro­na”, Cara­bi­ne­ros se movi­li­zó hacia la inter­sec­ción de las calles Cara­bi­ne­ros de Chi­le con Ramón Cor­va­lán, epi­cen­tro de los enfren­ta­mien­tos con la Pri­me­ra Línea. Des­de Vicu­ña Mac­ken­na y la Ala­me­da, avan­za­ron pique­tes a toda velo­ci­dad y cerra­ron las sali­das de los mani­fes­tan­tes. En la barri­da toma­ron a dece­nas de dete­ni­dos como si se tra­ta­se de una inusual “pes­ca de arras­tre”. Estra­te­gia que fue valo­ra­da por el minis­tro del Inte­rior, Gon­za­lo Blu­mel, y que cali­fi­có como una bue­na noticia.

Así, a dife­ren­cia del caso de Nico­lás Ríos, la for­ma de ope­rar se invir­tió. Tes­ti­gos del nue­vo modus ope­ran­di de Fuer­zas Espe­cia­les ase­gu­ran que la téc­ni­ca usa­da en el ope­ra­ti­vo del mar­tes con­sis­tió en arres­tos masi­vos y, una vez con las per­so­nas en cus­to­dia, Cara­bi­ne­ros comen­zó a revi­sar gra­ba­cio­nes para ver si podían iden­ti­fi­car a alguien. De las 62 per­so­nas que fue­ron dete­ni­das, 44 pasa­ron a con­trol de deten­ción, entre ellos 5 extran­je­ros, 4 con ante­ce­den­tes pena­les y 16 meno­res de edad. Estos últi­mos salie­ron todos libres y sin medi­das cautelares.

Bas­tián Urzúa fue par­te del gru­po arres­ta­do por Fuer­zas Espe­cia­les, el joven estu­dian­te de 24 años estu­vo en el cen­tro de la “ence­rro­na”. “Pri­me­ro nos toman a todos, des­pués van miran­do las cáma­ras y van selec­cio­nan­do”, ase­gu­ra. “Nos saca­ron fotos, al prin­ci­pio del tor­so para aba­jo para mos­trar la ropa que lle­vas pues­ta y des­pués de la cara”, ase­gu­ró. Urzúa agre­ga que las foto­gra­fías se rea­li­za­ron en ple­na calle y que “a todos se les hizo lo mis­mo antes de subir al retén”.

El estu­dian­te ase­gu­ra que los fun­cio­na­rios iban revi­san­do videos y foto­gra­fías de las pro­tes­tas en sus celu­la­res y que la infor­ma­ción se com­par­tía a tra­vés de un gru­po de WhatsApp. “Den­tro del retén, yo esta­ba cer­ca de la ven­ta­na, así que podía ver­los. Veían las cáma­ras y apun­ta­ban a algu­nos”, expli­ca. “Pare­cían imá­ge­nes de cáma­ras de vigi­lan­cia de los edi­fi­cios”, agrega.

Sebas­tián Ara­ya, elec­tri­cis­ta de 27 años, tam­bién fue dete­ni­do por Cara­bi­ne­ros en el ope­ra­ti­vo. “Esta­ba en el retén cuan­do un cara­bi­ne­ro se sen­tó al lado y otro se que­dó para­do al fren­te. Ahí pude ver sus celu­la­res. Tie­nen un gru­po don­de se man­dan todo, infor­ma­ción, fotos, videos”, rela­tó. Ade­más, afir­mó que, una vez en la comi­sa­ría, habían “infil­tra­dos” ayu­dan­do a iden­ti­fi­car per­so­nas. “Habían muchos, unos vein­te. Pasan piola”.

A estos dos rela­tos se suma el tes­ti­mo­nio de N.C.C., uno de los 16 meno­res de edad que fue dete­ni­do en el ope­ra­ti­vo y que pos­te­rior­men­te fue deja­do en liber­tad duran­te la tar­de del miér­co­les. El joven con­fir­mó haber vis­to a fun­cio­na­rios revi­san­do videos en el retén y ase­gu­ra que fue obli­ga­do a poner­se una capu­cha para sacar­le una foto­gra­fía: “Yo no me resis­tí al arres­to, me subí solo al retén. Ahí me obli­ga­ron a poner­me la capu­cha y me saca­ron una foto”. Par­te de estas imá­ge­nes fue­ron fil­tra­das a algu­nos cana­les de tele­vi­sión que las exhi­bie­ron en sus noti­cie­ros centrales.

Ale­jan­dro Pre­min­ger es el defen­sor pri­va­do de uno de los meno­res de edad que fue­ron arres­ta­dos esa tar­de y con­si­de­ra que todo el pro­ce­di­mien­to fue par­te de una estra­te­gia comu­ni­ca­cio­nal por par­te del Gobierno. “Es un asun­to comu­ni­ca­cio­nal, la abo­ga­da que­re­llan­te del Minis­te­rio del Inte­rior pidió la pri­sión pre­ven­ti­va de todos los impu­tados sabien­do que no se lo iban a dar”, ase­gu­ró, agre­gan­do que “de esta for­ma ellos pue­den decir que el Gobierno pidió que todos que­da­ran presos”.

Al final de la audien­cia todos los adul­tos que­da­ron en liber­tad y con la medi­da cau­te­lar de fir­ma cada dos meses. De todos los dete­ni­dos la noche del mar­tes sólo un impu­tado que­dó pre­so, sien­do el úni­co a quien el Minis­te­rio Públi­co pidió la pri­sión pre­ven­ti­va, debi­do a que tenía ante­ce­den­tes pena­les previos.

Tan­to Urzúa como Ara­ya fue­ron pues­tos en liber­tad cer­ca de las 05.00 de la maña­na, a nin­guno le die­ron expli­ca­cio­nes de por qué los libe­ra­ban. “Yo supon­go que a mí me sol­ta­ron por­que no me vie­ron tirar pie­dras en los videos, por­que cuan­do me sol­ta­ron solo me dije­ron que me fue­ra, sin expli­car nada”, ase­gu­ró el joven estudiante.

El Des­con­cier­to*

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