1 marzo 2020
Discurso de Lacalle Pou al asumir el cargo:
Querida familia, madre, hermanos, Loli, Luis, Violeta y Manuela, fuente de amor y sosten permanente. Amigos y amigas, uruguayos todos en cualquier ciudad, en cualquier pueblo y en el medio de la campaña
Por
séptima vez consecutiva el Uruguay se apresta a vivir un cambio de mando
entre dos presidentes electos por el pueblo. Los ocho presidentes de la
vuelta a la democracia han cumplido su mandato. Tres partidos políticos
distintos se han sucedido en el ejercicio del Poder Ejecutivo y a lo
largo de estos últimos 35 años la Constitución ha tenido plena vigencia.
Hemos sido reconocidos como una de las democracias más plenas del
mundo.
Somos
herederos de una larga historia y tenemos la responsabilidad de cuidarla
y continuarla. Uruguay, nuestro país, nosotros. Somos una gran nación
construida por mucha gente de muchas ideologías aun antes de ser Estado.
Somos conscientes de esto y por eso sentimos una enorme responsabilidad
sobre nuestros hombros. En democracia a los gobernantes los eligen, los
exigen y los cambia la gente. Por esta razón, la base última y
fundamental es una ciudadanía comprometida y responsable que ejerce sus
derechos y asume sus obligaciones. A la democracia uruguaya la
construyen quienes votan cada cinco años eligiendo libre y de manera
soberana a quienes van a representarlos. Lo construyen los militantes
políticos y sociales que dejan tiempo de su vida para la causa común. Lo
construyen los profesionales de la comunicación que nos suministran
información y alimentan el debate público. La construyen los docentes
que ayudan a las nuevas generaciones a ejercer ciudadanía y perseguir
sus proyectos personales. La construyen también los intelectuales y los
agentes culturales que nos ayudan a entender el sentido profundo de
nuestras decisiones. La construyen quienes trabajan, quienes emprenden,
quienes producen, quienes comercian, porque ellos son los que aseguran
la base material necesaria para que podamos cumplir nuestros sueños de
libertad, justicia y oportunidades. La construyen los funcionarios
públicos en cada rincón del país, que ayudan a sostener esa gran
estructura que es el Estado que debe estar al servicio de la gente. La
construyen los policías que mantienen el orden y los militares que
cumplen sus funciones en estricto respeto al poder civil.
Hay que
tener siempre presente que somos inquilinos del poder, inquilinos
transitorios. Debemos recordar que somos los empleados de los
ciudadanos, y estamos para servirlos. La política y el gobierno son al
fin y al cabo eso, servicio, y por eso el gobierno que hoy empieza
pretende con sus empleadores, tener una relación transparente de
comunicación constante para poder generar confianza.
Hoy
estamos ante un momento de cambio político, es la primera vez en la
historia que el gobierno será ejercido por una coalición compuesta de
cinco partidos políticos. Y obviamente como todo lo nuevo genera
incertidumbres, y se hace camino al andar. Son los ciudadanos los que
empiezan los cambios, y ese comienzo se manifiesta en una voluntad
popular y la deposita sobre los hombros de los políticos. Esta vez la
ciudadanía nos dio un mensaje claro, contundente. Dijo: es necesario un
cambio, pero un cambio acompañado de acuerdos, es hora entonces de
cumplir con la voluntad popular. Se terminan hoy los tiempos de los
discursos. Por supuesto que el dialogo constante con, los partidos
políticos que no forman parte de nuestro gobierno y con todas las
organizaciones civiles, pero en seguida del diálogo, la acción.
Si la gente eligió un cambio es para la acción y la transformación de la que nos vamos a hacer cargo.
Hace
mucho tiempo que quien habla sostiene —y creo representar al resto de
los miembros del gobierno— que no tenemos complejos refundacionales. Que
aquí no se trata en la transmisión de mando tierra arrasada. Hicimos
campaña de una manera y lo vamos a practicar en el gobierno. Nos negamos
a que esta etapa sea cambiar una mitad de la sociedad por otra. La
unión es lo que nos piden los uruguayos.
Y por eso estamos aquí,
para continuar lo que se hizo bien. Para corregir lo que se hizo mal. Y
sobre todo para hacer lo que no se supo o no se quiso hacer en estos
años. Sumado a eso en este cambio de época en el cual la transformación
constante nos obliga al desafío de acompañarla e incluso tratar de
adelantarse.
El gobierno que hoy comienza carga con un
compromiso electoral, que es un contrato con los orientales. Es un
contrato basado en un diagnóstico de la realidad nacional, y además un
conjunto de medidas concretas que ofrecimos a la ciudadanía. En ese
entorno, es que lamentablemente la situación económica se ha
deteriorado, la inversión ha bajado y más de 50.000 uruguayos han
perdido su empleo. Este es un problema de la sociedad por supuesto, pero
también una tragedia individual y familiar para muchos uruguayos. La
cifra de desempleo es la más alta en los últimos años. Debemos actuar
sobre los costos de producir, comerciar, industrializar y prestar
servicios. Debemos iniciar urgentemente una recuperación de la
competitividad nacional. Por eso tenemos un compromiso ineludible con
mejorar la calidad y el precio de los servicios públicos, de ordenar
adecuadamente los recursos humanos del Estado, de generar apoyo directo a
las micro-pequeñas empresas y de generar apertura de mercado en mejores
condiciones para nuestros bienes.
Al mismo tiempo debemos
mejorar la situación fiscal, esta luce muy deteriorada. El déficit
fiscal de nuestro país es el más alto en los últimos 30 años y todos
sabemos aquí que el ciudadano ya ha hecho el esfuerzo, un esfuerzo
grande para sostener el gasto público y el aparato estatal. Este
gobierno tiene un compromiso de manejarse de manera austera. Cuidaremos
cada peso de los contribuyentes. Por esta razón, desde el inicio del
periodo impulsaremos una verdadera regla fiscal. Además crearemos la
Agencia de Evaluación y Monitoreo de las políticas públicas, que ayudará
al seguimiento de procesos en tiempo real para optimizar y corregir
eventualmente los mismos.
Por otra parte, es inminente una
reforma de la seguridad social. El gobierno saliente definió su
urgencia, pero no la acción. Y nos comprometemos a la brevedad de
convocar a todos los partidos políticos, a toda la sociedad civil y a
los técnicos idóneos en la materia, para urgentemente teniendo en cuenta
le expectativa y la calidad de vida modernas, hacer del sistema de
seguridad social un sistema sostenible.
Nuestro país atraviesa
por una crisis de seguridad humana. No tenemos dudas que estamos ante
una emergencia. El presupuesto en seguridad pública se ha multiplicado
por cuatro desde el año 2005, y a pesar del enorme gasto, el deterioro
es cada día mayor. Por esto es que mañana mismo como lo dijimos durante
la campaña, conjuntamente con el ministro del interior en la Torre
Ejecutiva a las 9 de la mañana, convocaremos a todas las jerarquías
policiales del país para darle instrucciones claras respecto a la
estrategia y táctica que vamos a llevar adelante para cuidar a la enorme
mayoría de los uruguayos que se sienten desprotegidos.
El
gobierno pretende introducir cambios en materia penal, de procedimiento
penal, y en las herramientas al alcance de la policía. Apoyo legal y
apoyo moral a los uniformados de azul. Vamos a cuidar a los que nos
cuidan.
No
estamos dispuestos a ceder territorio a la delincuencia, al
narcotráfico, y vamos a perseguir el abigeato que desola gran parte del
interior de nuestro país. Vamos a recuperar el control de cada rincón de
nuestra patria, y también de las cárceles; por supuesto que en el
centro y en el fondo están allí las causas de la exclusión social.
Hace
muchos años que enfrento una batalla con Hobbes, porque no doy el brazo
a torcer: el hombre no es el lobo del hombre, el hombre es un ser que
vive en paz y debe de cuidar a sus semejantes. Lo que sí es cierto es
que atravesamos en muchos lugares de nuestro país, procesos de anomia en
el cual la ausencia o conflicto de normas de alguna manera distorsiona
las relaciones pacíficas.
Estos años han sido también un periodo
de retroceso en nuestra enseñanza. Pese a las grandes cantidades de
dinero invertido, nuestro país pasó de estar a la vanguardia de América
Latina, a estar entre los más atrasados en el porcentaje de jóvenes que
culminan la educación media. A esto se suma que no hemos podido mejorar
la calidad del aprendizaje de aquellos que siguen asistiendo a clase, y
la falta de buenos resultados en la educación se convierte rápidamente
en una fractura social. Quienes no acceden a una educación de calidad,
no tendrán oportunidad de trabajos de calidad en el futuro próximo. Y
por eso como lo dijimos en campaña electoral, como lo manifestamos en el
borrador de la Ley de Urgente Consideración, vamos a proponer un cambio
en la gobernación de la educación para hacerla más ágil y efectiva. Con
las nuevas autoridades de la educación vamos a impulsar cambios en el
funcionamiento cotidiano de los centros de enseñanza, para así
fortalecer auténticas comunidades educativas. Para eso hay que trabajar
en el involucramiento de docentes, alumnos, familias y la comunidad
local. Es ineludible el compromiso de que cada alumno consiga superar
debilidades preexistentes para poder generar un horizonte de
oportunidades. Debe haber un cambio en la currícula y al mismo tiempo
innovar en materia de métodos y modalidades de supervisión, todo esto
por supuesto se va a llevar adelante en el más estricto respeto dela
autonomía de los entes de la enseñanza.
Relacionado con el tema
educativo Uruguay tiene un enorme desafío en lo que refiere a
innovación, tanto el Estado como el sector privado han hecho un camino
interesante. Estamos necesitando un salto cualitativo y cuantitativo en
este tema.
Las tecnologías de la información y la comunicación
están presentes en cualquier actividad de nuestras vidas. Aun en las más
básicas, como el sector agropecuario, donde el valor agregado muchas
veces tiene un componente innovador. Tenemos un sueño que no está lejos
de convertirse en realidad, que es convertir a nuestro país en un centro
internacional de formación e inversión en las TICS. En ese sentido
debemos como lo decíamos anteriormente modificar la currícula educativa
con la introducción fundamental de habilidades y conocimientos en
cuencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. Y al mismo tiempo aún más
impulsar las carreras terciarias. relacionadas a la ciencia, la
investigación y la tecnología.
Sabemos
que hay una posibilidad inminente que universidades del mundo vengan a
complementar el sistema educativo en esta materia. Tecnología,
información y comunicación que pueden significar un fuerte apoyo para la
necesaria descentralización demográfica y económica de nuestro país.
Uruguay
padece un desequilibrio poblacional entre las zonas metropolitanas y el
resto del país agravándose este mismo en otros lugares. Claramente esta
migración tiene un contenido económico, un componente educativo y
sanitario sumado al confort necesario para esta época. Nuestro gobierno
va a potenciar todos los instrumentos que tenga al alcance para
estimular la radicación de inversiones en el interior del país.
Al mismo
tiempo tenemos un compromiso de fortalecer la red educativa, contando
para ello con las formas tradicionales y con la herramienta de la
educación a distancia. El centralismo está dado también por el sistema
de transporte y logística en nuestro país. En ese sentido estamos
convencidos que un sistema nacional de puertos que tenga en cuenta las
fortalezas y necesidades, va a ayudar a este desarrollo de distintas
regiones.
Estamos comprometidos con hacer viable la hidrovía del
río Uruguay, que va a generar fuerte alivio en el costo del traslado de
bienes. No descartamos tampoco la posibilidad del puerto en el este del
país utilizando ríos y lagunas así como tampoco queremos desaprovechar
el puerto de La Paloma en Rocha. Con el debido analisis del tránsito
futuro de mercaderías y apostando al estímulo de algunas zonas del país
tenemos el compromiso de fotalecer algunos ejes viales, como por ejemplo
el de la ruta seis.
Nuestro gobierno tiene asumido un compromiso
claro con cerca de 190.000 uruguayos que a pesar de la bonanza
económica de estos años viven en asentamientos. Sabemos que este tema no
se resuelve en cinco años, pero es fundamental mejorar y acelerar las
situaciones habitacionales para estas familias. La vivienda popular va a
tener prioridad en nuestra gestión, recurriendo a todos los mecanismos
legales y técnicas de construcción que tengamos a nuestro alcance.
El
gobierno asume hoy un compromiso ético con las generaciones actuales y
futuras. No podemos seguir mirando para el costado mientras nuestro
medio ambiente continúa deteriorándose. Vamos a jerarquizar el tema
creando un ministerio específico, vamos a acelerar la puesta en práctica
de proceso amigable con el ecosistema. Premiaremos a los que ayudan a
mitigar la acción humana y seremos severos con aquellos que contaminan
el ambiente. Urge tener un diagnóstico acabado de la calidad de nuestras
aguas. Y actuar en consecuencia.
No
quiero dejar pasar el día sin referirme al Uruguay internacional. A las
relaciones exteriores. Este mundo en el cual el dinamismo moderno, la
política media claramente entre la oferta y la demanda nos obliga a
actuar rápido y claro. Hay que fortalecer la región, el Mercosur, y al
mismo tiempo lograr flexibilizar el bloque para que cada socio pueda
avanzar en procesos bilaterales con otros países. Debemos terminar los
procesos e internalizar el tratado firmado por Uruguay y el Mercosur con
la Unión Europea. Los procesos iniciados deben de terminarse, si no se
terminan generan descreimiento. No debe importar el signo político de
cada uno de los miembros del Mercosur. Para afianzar nuestros intereses
en común debemos de dejarlo de lado, reducidos a las cuestiones
particulares de cada país. Si dejamos de lado estas cuestiones
ideológicas que nos pueden diferenciar, el bloque se va a fortalecer en
el concierto internacional.
Señoras y señores, hoy asume un
gobierno, un presidente que se compromete a respetar el derecho de
todos. El derecho de quienes tienen simpatía por nuestro gobierno y el
de aquellos que hubieran preferido que gobernaran otros. Los derechos de
quienes viven de su trabajo y los derechos de quienes generan esos
puestos de trabajo. Los derechos de hombres y mujeres de distintas
creencias y orientaciones sexuales. Los derechos de quienes están presos
y los derechos de quienes se ven amenazados o son víctima de delito.
Por supuesto que también los derechos de aquellos que combaten el
crimen. Los derechos de aquellos que no se animan a dejar su casa sola y
los de quienes no tienen una casa para vivir. Los derechos de aquellos
que se unen para reclamar en organizaciones de trabajadores o
empresarios, y los derechos de aquellos que lamentablemente no tiene
voz. Los derechos de aquellos que sufren estrechez en la vejez y los de
quienes ahorran para no sufrirla. Los derechos de aquellos que padecen
una discapacidad y los de su familia para poder atenderlos.
A un
país a nuestro país lo hace grande su gente. Le corresponde al gobierno
generar herramientas, oportunidades, ser justo y asegurar la
convivencia pacífica. Dentro de cinco años podrán evaluar los uruguayos
nuestro desempeño. Estamos convencidos que si al final del periodo los
uruguayos son más libres, habremos hecho bien las cosas. De lo contrario
habremos fallado en lo esencial.
Permítanme entonces invitarlos
a trabajar por la libertad en todas sus formas, la libertad de poder
vivir en paz, la libertad de poder elegir un trabajo digno, la libertad
de poder darle un techo a la familia, la libertad de poder perseguir los
sueños personales porque se cuenta con las herramientas para hacerlo,
al libertad de expresar las ideas de cada uno sin temor a ser hostigado
por quienes piensan distinto. La libertad de crear, de innovar, de
emprender y de tender a la excelencia. La libertad de criticar al
gobierno cuando se lo merezca. La libertad de buscar la felicidad de
cada uno de nosotros, por los caminos que cada uno elija recorrer. Esta
es la tarea del gobierno que hoy empieza. Y conducir esa tarea es la
función del presidente dela República. Nos hemos preparado para este
desafío. Lo asumimos con conciencia y también con mucha confianza. Llegó
la hora de hacernos cargo, llegó la hora de hacerme cargo. Viva la
patria
Un grupo de derechistas uruguayos ovacionaron a Bolsonaro
El presidente brasileño se acercó a manifestantes que entonaban el cántico «Bolsonaro, Bolsonaro, Bolsonaro».
Jair
Bolsonaro, presidente de Brasil, fue ovacionado en las afueras del
Palacio Legislativo poco antes de que Luis Lacalle Pou y Beatriz Argimón
arribaran para ser investidos como presidente y vicepresidenta de la
República, respectivamente.
Antes de entrar, Bolsonaro se acercó a manifestantes que esperaban por fuera del vallado al grito de «Bolsonaro, Bolsonaro, Bolsonaro» y ondeó una bandera uruguaya, según publicó el mandatario en su cuenta de Twitter.
El frenteamplista Martínez ante la asunción de Lacalle: «Apostaremos al diálogo constructivo»
El excandidato a la
presidencia por el Frente Amplio y actual candidato a la Intendencia de
Montevideo se expresó a través de Twitter.
01 marzo 2020
Daniel Martínez. Foto: Marcelo Bonjour
El ahora candidato a la intendencia de Montevideo y ex contrincante de Luis Lacalle Pou a la presidencia, Daniel Martínez, se expresó a través de Twitter sobre la asunción del nuevo gobierno.
«Siempre apostaremos por el diálogo constructivo,
pero sin abandonar nuestros ideales progresistas. Valoramos con más
fuerza que nunca la democracia y la institucionalidad. Saludamos al
nuevo gobierno y seguiremos trabajando por la justicia social para
construir el mejor Uruguay».