Otra vez fracasaron

Lo vol­vie­ron a inten­tar y otra vez fra­ca­sa­ron. Este lunes a la madru­ga­da un gru­po redu­ci­do de inte­gran­tes de la Guar­dia Nacio­nal, aci­ca­tea­dos por las pro­me­sas de pron­to éxi­to con­tra el «régi­men» que hacen los poli­ti­que­ros opo­si­to­res, se apo­de­ra­ron de algu­nas armas y comen­za­ron un raíd que ter­mi­nó con todos ellos dete­ni­dos y con­fe­san­do, como siem­pre, que actua­ban «enga­ña­dos». Ya a esa hora, el paté­ti­co «pre­si­den­te inte­ri­no», se había pro­nun­cia­do apo­yán­do­les, en la mis­ma línea que 24 horas antes había ofre­ci­do «amnis­tía» para los uni­for­ma­dos que se levan­ten en armas con­tra el «dic­ta­dor». Algo simi­lar, hizo des­de el exte­rior el ultra­gol­pis­ta Julio Bor­ges, quien des­de la como­di­dad de su con­di­ción de pró­fu­go mima­do por los enemi­gos de Vene­zue­la, lla­ma­ba al «pue­blo» a apo­yar a los insurrectos.

Toda pól­vo­ra moja­da y bue­nos con­di­men­tos para que el terro­ris­mo mediá­ti­co lle­na­ra el espa­cio audio­vi­sual de men­ti­ras como hacen todos los días, aun­que esta vez con los col­mi­llos más afi­la­dos, exhul­tan­tes de feli­ci­dad pre­vien­do la caí­da tan­tas veces anun­cia­da. Sin embar­go, se que­da­ron con las ganas, emi­tien­do repe­ti­da­men­te imá­ge­nes de dos doce­nas de uni­for­ma­dos embar­ca­dos en la aven­tu­ra de ir de con­tra­mano con­tra la his­to­ria y el sen­ti­do común.

No les alcan­zó con las «haza­ñas» del terro­ris­ta Oscar Pérez y sus secua­ces cuan­do se apro­pia­ron de un heli­cóp­te­ro y arro­ja­ron gra­na­das por las calles de Cara­cas, ni los pos­te­rio­res robos de armas en un cuar­tel que ter­mi­nó días des­pués en la muer­te de varios de los «suble­va­dos» y la deten­ción del res­to. Tam­po­co pudie­ron fes­te­jar la muer­te cuan­do en la máxi­ma expo­nen­cia de que son sim­ples ase­si­nos y no polí­ti­cos dis­con­for­mes, inten­ta­ron el mag­ni­ci­dio con­tra el pre­si­den­te Nico­las Madu­ro y par­te de su gabinete.

Derro­ta­dos en las urnas y tam­bién cuan­do optan por el terro­ris­mo. Ahí están de mues­tra las gua­rim­bas pre­vias a la vota­ción vic­to­rio­sa de la Asam­blea Nacio­nal Cons­ti­tu­yen­te. Sen­ci­lla­men­te estos gol­pis­ta fallan y segui­rán fallan­do por­que no entien­den al pue­blo que dicen que­rer libe­rar. Son hijos dilec­tos de los pro­ce­di­mien­tos que Trump y sus mari­nes (como antes lo hicie­ron los Bush, Clin­ton y Oba­ma) apli­ca­ron en Medio Orien­te. Se ima­gi­nan res­tau­ra­do­res de una demo­cra­cia que jamás prac­ti­ca­ron y seres ungi­dos por algu­na divi­ni­dad para libe­rar a pue­blos que los des­pre­cian y en el peor de los casos les temen por el terror que gene­ran sus intervenciones.

Vene­zue­la es un hue­so duro de roer para la «inte­li­gen­cia» des­es­ta­bi­li­za­do­ra. A fuer­za de resis­tir todos los méto­dos de inje­ren­cia (polí­ti­ca, eco­nó­mi­ca y mili­tar) la pobla­ción sabe muy bien que el muro fun­da­men­tal con­tra quie­nes quie­ren vol­ver a la IV Repú­bli­ca es esa alian­za estra­té­gi­ca entre las fuer­zas mili­ta­res y la poten­cia revo­lu­cio­na­ria que des­plie­ga el pue­blo, inclui­das sus mili­cias. Son estos ele­men­tos los que actúan como un escu­do humano anti misi­les, al esti­lo del que uti­li­za Rusia para pro­te­ger a Siria.

No es casua­li­dad que ape­nas se pro­du­cen algu­na de estas aso­na­das en las que se alis­tan irres­pon­sa­ble­men­te ele­men­tos de la Guar­dia Nacio­nal u otros simi­la­res, se acti­van todas las alar­mas a nivel de las orga­ni­za­cio­nes popu­la­res y casi en el mis­mo momen­to, apa­re­cen en esce­na Dios­da­do Cabe­llo o Vla­di­mir Padrino López, dan­do infor­ma­ción exac­ta sobre las actua­cio­nes del alto man­do para aca­bar con el foco sub­ver­si­vo y gene­ran­do con­fian­za en la pobla­ción. No solo ellos, sino que la mayo­ría de los Colec­ti­vos se apres­tan en ese mis­mo ins­tan­te para res­pon­der en la calle si hicie­ra falta.

Estos con­ti­nuos fra­ca­sos no sig­ni­fi­can que los enemi­gos del pue­blo vene­zo­lano se echa­rán para atrás, pero sí les debe que­dar cla­ro que no les será fácil la juga­da, de la mis­ma mane­ra que el impe­ria­lis­mo nor­te­ame­ri­cano sabe que si se atre­vie­ra a ata­car mili­tar­men­te a Cuba ter­mi­na­rían peor que en Vietnam.

Pen­san­do en el futu­ro inme­dia­to, cada vez se hace más nece­sa­rio solu­cio­nar los males pro­vo­ca­dos por la gue­rra eco­nó­mi­ca y per­fo­rar el blo­queo que se inten­ta impo­ner, Esto se logra con volun­tad polí­ti­ca para poten­ciar medi­das que urgen­te­men­te la Revo­lu­ción debe poner en mar­cha y que sig­ni­fi­ca nacio­na­li­zar y expro­piar todo lo que haga fal­ta, pen­san­do en la feli­ci­dad de ese pue­blo tan leal. No olvi­dar que sobre las debi­li­da­des inter­nas es que pico­tean los enemi­gos exter­nos, gene­ran­do dudas y ati­zan­do con­tro­ver­sias. Sabien­do que Vene­zue­la libra una gue­rra des­igual no es nece­sa­rio cui­dar las for­mas sino ir a fon­do a las cau­sas que pudie­ran pro­vo­car des­es­pe­ran­za en el pro­pio campo.

A la vez, es indis­pen­sa­ble com­pro­me­ter a ultran­za el peso de las alian­zas inter­na­cio­na­les con los gobier­nos ami­gos (los más gran­des y los peque­ños) y ape­lar como siem­pre a la soli­da­ri­dad de los igua­les en el mun­do. Esos que de pala­bra y acción están dis­pues­tos a defen­der el lega­do de Hugo Chá­vez y la pre­si­den­cia de Nico­lás Maduro.

Se dijo ayer y se pue­de repe­tir hoy: Vene­zue­la no está sola. Todos y todas somos res­pon­sa­bles de su cui­da­do. En ese mis­mo sen­ti­do, este 23E, en cada rin­cón del mun­do se hace nece­sa­rio rodear de apo­yo y com­pro­mi­so las emba­ja­das boli­va­ria­nas, acom­pa­ñan­do al bra­vo pue­blo en su mar­cha hacia Cara­cas demos­tran­do que hay cha­vis­mo por muchos años.

Car­los Aznárez

21 de enero de 2019

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