Sobre anti­fas­cis­mo, neu­ro­nas y testosterona

A ti Iker Casa­no­va, «inte­lec­tua­li­llo» de pos­tal y tre­pa con carre­ra, mili­tan­te de Sor­tu y par­la­men­ta­rio de EH Bil­du en el par­la­men­to auto­nó­mi­co de España.

«Contra el fascismo más neuronas y menos testosterona». Dicho por ti tras los enfrentamientos ocurridos en Bilbo el pasado jueves 22 de febrero.

Cómo doy por supuesto que tienes unos mínimos conocimientos históricos, bien sabrás que al fascismo no solo se le vence con neuronas, sino que también hace falta valor, compromiso, entrega, conciencia, sentimiento, lucha y combate.

Desconozco si en Stalingrado o en Berlín tenían menos testosterona que neuronas, pero lo que si te puedo asegurar es que únicamente con estas últimas no se hubiera vencido al fascismo.

Desconozco si los que cayeron en combate o fueron heridos o tuvieron que huir en el zfrente de Villarreal», entre los que se encuentran familiares cercanos, utilizaban más las  neuronas que la testosterona (ni sabrían de su existencia), en su combate al fascismo, pero sí te puedo decir que a pesar de la derrota, siguen siendo ejemplo de resistencia frente a los fascistas.

La lucha contra el fascismo y el capitalismo, contra el colonialismo y el imperialismo, contra la opresión y la explotación, no ha sido a base de testosterona. Ha  sido en base a unos principios ideológicos increblantables y una práctica revolucionaria llevada a sus formas superiores en muchos casos.

Mujeres y hombres, guerrillerxs, militantes, milicianxs, partisanxs… que han combatido al fascismo, a la opresión y la explotación de los sectores oligárquicos, con todos los medios a su alcance. Francotiradoras y aviadoras sovieticas, pianistas de «la orquesta roja», guerrilleras kurdas, de las FARC, Naxalitas de la india, del NAP en Filipinas; combatientes urbanas de ETA, GRAPO, IK, Iraultza, CCAA, AC, BR, RAF, DHKP-C o mujeres del Ejército Árabe Sirio… queda claro que en la lucha contra el fascismo no se trata de testosterona. Y no me quiero olvidar de aquellas jóvenes vascas, hoy en día ya no tan jóvenes, que tomaron parte en la «intifada vasca» de los 90 (te suena?) y que junto a sus compañeros estaban en primera línea de la barricada. Debajo de la sudadera no había diferencias de género, todxs eran iguales. Porque en la lucha, sobre todo en sus estadios superiores, es donde todxs son iguales.

Tus afirmaciones, tomadas de la lectura del feminismo burgués, tan de moda hoy en día, no tienen desperdicio. Como bien nos ha enseñado la historia, sobre todo en los últimos 150 años, no son las formas de lucha violentas exclusividad de los hombres. Han sido el sistema patriarcal, las diferentes religiones y el capitalismo (este ultimo al hacer de la mujer una mera reproductora para crear fuerza de trabajo) quienes han intentado separar a la mujer de la lucha y del combate. No consiguiéndolo. Ha sido y es el combate quien hace a todxs iguales.

Y yendo a los enfrentamientos del 22 de febrero, tienen  que quedarte claras varias cosas:
  • entre los rusos que vinie­ron a Bil­bo había ele­men­tos de ideo­lo­gía fas­cis­ta que inten­ta­ron arra­sar con Bilbo; 
  • la tra­yec­to­ria de esta ciu­dad es de lucha anti­fas­cis­ta y res­pon­de con los medios a su alcan­ce a la lle­ga­da de ele­men­tos fas­cis­tas. ¿Dón­de esta­bas tú cuan­do venía Ynes­tri­llas o el here­de­ro de Fran­co? ¡Segu­ra­men­te no muy lejos! Cuan­do aque­llo ¿tam­bién se tra­ta­ba de testosterona?; 
  • todo opri­mi­do tie­ne dere­cho a la resis­ten­cia, todo ata­ca­do tie­ne dere­cho a defen­der­se. El dere­cho a la auto­de­fen­sa, ese que tú no hace muchos años defen­dias, fue el que lxs anti­fas­cis­tas pusie­ron en prác­ti­ca el otro día en Bil­bo. Si, auto­de­fen­sa, por si no te ha que­da­do cla­ro. Auto­de­fen­sa ante los fas­cis­tas y ante sus pro­tec­to­res de la poli­cía al ser­vi­cio de la burguesía; 
  • estoy segu­ro que algunxs de tus com­pa­ñerxs (no muchxs) de par­ti­do y algunxs de tus votan­tes se enfren­ta­ron a los fas­cis­tas en los ale­da­ños de San Mamés. Lo que no com­pren­do de ellxs es que sigan en tu par­ti­do y os sigan votan­do. Menu­das con­tra­dic­cio­nes que tiene; 
  • lo del otro día, no se tra­ta­ba de fút­bol, se tra­ta­ba de polí­ti­ca, de ideo­lo­gía, de com­ba­tir al fas­cis­mo en la calle, uti­li­zan­do cier­tos tipos de lucha. Hom­bres y muje­res, arries­gan­do, com­pro­me­tién­do­se, dejan­do cla­ro que en Bil­bo el fas­cis­mo no es bienvenido. 

Y sí, el fas­cis­mo es el sis­te­ma, al cual has­ta hace bien poco en este país se le com­ba­tía, has­ta que tú y tus ami­gos deci­dis­teis abra­za­ros a ellos, ponien­do al mis­mo nivel a com­ba­tien­tes revo­lu­cio­na­rixs caidxs con fas­cis­tas; son­rien­do a la cáma­ra mien­tras se da la mano a los explo­ra­do­res de Con­fe­bask, como tu mesias; o dan­do las con­do­len­cias inme­dia­ta­men­te a los fami­lia­res de un mer­ce­na­rio al ser­vi­cio de la bur­gue­sía que mue­re en acci­den­te labo­ral, como ha hecho tu com­pa­ñe­ra de par­la­men­to o la con­ce­ja­lí­lla de tu for­ma­ción en Bil­bo. Ya podíais mos­trar la mis­ma cele­ri­dad y la mis­ma con­tun­den­cia cuan­do mue­re un currela.

Por suerte, la clase obrera de este pueblo, aunque esté en horas bajas, no os pertenece y por mucho que continuéis haciendo todo lo posible para arrastrarla a abrazarse al sistema, continúa viva y continúa organizándose para darle la vuelta a la situación que en gran parte tú y los tuyos habéis creado. Ninguna de vuestras organizaciones, ni política, ni juvenil, ni sindical, tiene ya el monopolio de la lucha. La clase obrera de Euskal Herria, es lo suficientemente mayorcita para no dejarse embaucar por esa socialdemocracia, la vuestra, llena de traidores. 

PD: Iker, no firmo este escrito con mi nombre porque no me gusta el protagonismo y siempre busco que se hable sobre el contenido y no sobre el quien. Como soy de lxs que da la cara, para que no te quedes con la duda, cuando te vea por la calle, que te veré, te diré que he sido yo. Ese día, por tu bien, espero «tener más neuronas y menos testosterona». Quizá a estas alturas hasta carezca de ella, pero como tú lo dices todo…

<em>Fermin Borisovna Brusk</em><span class="fn"> María «Masha» Borisovna Brusk, militante comunista de 17 años. Detenida, torturada y ahorcada por los nazis en Minsk, capital de Bielorrusia, en 1941. «Otros vendrán detrás y me vengarán», fueron sus últimas palabras, dirigidas a sus verdugos.</span>

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