Alain Badiou: «Debe­mos sacar nues­tro pro­pio balan­ce de las expe­rien­cias del pasado»

El mun­do va mal. La nue­va cri­sis sis­té­mi­ca del capi­ta­lis­mo depre­da­dor se ha trans­for­ma­do aho­ra en una cri­sis de civi­li­za­ción que nos lle­va direc­ta­men­te a dar­nos con­tra la pared. Las alter­na­ti­vas pro­gre­sis­tas tar­dan en afir­mar­se en el table­ro polí­ti­co, inca­pa­ces como son de engen­drar ver­da­de­ros movi­mien­tos eman­ci­pa­do­res. Por lo tan­to, ¿cómo hacer fren­te a una cla­se domi­nan­te orga­ni­za­da, deci­di­da y que dis­po­ne de todos los recursos?

Phi­lip­pe Stroot y Raf­fae­le Mor­gan­ti­ni (Investig’Action) han entre­vis­ta­do al filó­so­fo mili­tan­te Alain Badiou para que nos escla­rez­ca los nue­vos retos glo­ba­les y los desa­fíos futu­ros: la idea del comu­nis­mo, la «cri­sis» de los emi­gran­tes, la izquier­da y la dere­cha, el papel de los medios de comu­ni­ca­ción, la democracia…

Pre­gun­ta: Pro­fe­sor Badiou, a los medios les gus­ta pre­sen­tar­le como EL pro­fe­sor comu­nis­ta fran­cés, como si se tra­ta de una espe­cie en vías de extin­ción. ¿En qué pun­to están las ideas comu­nis­tas en Fran­cia y en el mun­do en 2017, cien años des­pués de la Revo­lu­ción de Octubre? 

Creo que la hipó­te­sis comu­nis­ta y la expe­rien­cia comu­nis­ta están en un esta­do de extre­ma debi­li­dad en todo el mun­do. Y, como es natu­ral, Fran­cia no es una excep­ción. Y lo están tan­to más cuan­to que son obje­to de con­fu­sio­nes con­si­de­ra­bles. Por ejem­plo, el par­ti­do en el poder en Chi­na se sigue deno­mi­nan­do «Par­ti­do Comu­nis­ta» aun­que a todas luces se tra­ta de una poten­cia capi­ta­lis­ta emer­gen­te que se dis­po­ne a dispu­tar la hege­mo­nía mun­dial a Esta­dos Uni­dos. Otro ejem­plo de este tipo de para­do­ja: en Fran­cia tene­mos un Par­ti­do Comu­nis­ta que toda­vía sub­sis­te, el PCF, pero que fue­ra de su nom­bre nun­ca pro­nun­cia la pala­bra «comu­nis­ta».

Paga­mos el pre­cio, inevi­ta­ble his­tó­ri­ca­men­te, del fra­ca­so de los gran­des Esta­dos comu­nis­tas. Más con­cre­ta­men­te, el fra­ca­so de lo que se pue­de deno­mi­nar el «comu­nis­mo de Esta­do», es decir, la hipó­te­sis según la cual el comu­nis­mo se pue­de ins­ta­lar en una figu­ra cuyo agen­te polí­ti­co prin­ci­pal (inclu­so úni­co en la lógi­ca esta­li­nia­na) es el Esta­do. El comu­nis­mo de Esta­do se ha hun­di­do en todo el mun­do y, por lo tan­to, la hipó­te­sis comu­nis­ta está por el momen­to redu­ci­da a sí mis­ma, redu­ci­da a su esta­tus de hipó­te­sis polí­ti­ca e his­tó­ri­ca. A veces afir­mo que en vir­tud del desa­rro­llo de la his­to­ria en espi­ral, como decía Hegel, hemos vuel­to a una situa­ción que en cier­to modo se pare­ce a los años 1840 – 1848, cuan­do la hipó­te­sis comu­nis­ta debía ser for­mu­la­da, argu­men­ta­da y apo­ya­da antes inclu­so de que se le pudie­ra pedir ser una gran fuer­za polí­ti­ca y tener pro­yec­tos estra­té­gi­cos. Ante un escep­ti­cis­mo muy fuer­te se debe vol­ver a for­mu­lar y tra­ba­jar todo lo que ata­ñe a la pala­bra «comu­nis­mo». Tene­mos que sacar el balan­ce de los fra­ca­sos, de las debi­li­da­des y de los errores.

Se pue­de enten­der que muchas per­so­nas, inclu­so de bue­na fe, estén ten­ta­das de decir que lo más sen­ci­llo sería aban­do­nar cual­quier uso, inclu­so hipo­té­ti­co, de la pala­bra «comu­nis­mo». Pero, sim­ple­men­te, hoy no veo a qué lle­va­ría el aban­do­nar­lo si no es, en defi­ni­ti­va, a unas for­mas diver­sas de adhe­sión al orden esta­ble­ci­do. No creo ser cie­go o tes­ta­ru­do al afir­mar­lo. Estoy total­men­te dis­pues­to a acep­tar que otra hipó­te­sis pue­da tener una vir­tud eman­ci­pa­to­ria supe­rior, pero no la veo. Por con­si­guien­te, he deci­di­do con­ser­var la pala­bra «comu­nis­mo» dicién­do­me que asu­mi­ría su carác­ter escan­da­lo­so, menos­pre­cia­do y casi infa­me. A fin de cuen­tas, ¿no es total­men­te natu­ral que nues­tros amos, y la opi­nión domi­nan­te que ellos con­tro­lan, decla­re infa­me aque­llo que lla­ma a des­truir los cimien­tos de su poder?

P: Aca­ba de recor­dar que Chi­na ya no era comu­nis­ta y tam­po­co Rusia, a pesar de lo cual la hos­ti­li­dad de Occi­den­te res­pec­to a ellos es peor inclu­so que duran­te la Gue­rra Fría. ¿No demues­tra esto que la lucha con­tra el comu­nis­mo disi­mu­la­ba sobre todo el odio del Impe­rio y de sus vasa­llos por cual­quier Esta­do que no se some­te a su voluntad? 

Creo que, en efec­to, detrás del anti­co­mu­nis­mo decla­ra­do hay vie­jas riva­li­da­des impe­ria­lis­tas. A mí mis­mo me sor­pren­de mucho la acti­tud de los gobier­nos fran­ce­ses, que son par­ti­cu­lar­men­te agre­si­vos con una Rusia que ya no es en abso­lu­to comu­nis­ta. Por con­si­guien­te, esta­ría bas­tan­te ten­ta­do de con­tes­tar «sí» a su pre­gun­ta tenien­do en cuen­ta, sin embar­go, que debi­do a sus orí­ge­nes y a su argu­men­ta­ción el anti­co­mu­nis­mo ha desem­pe­ña­do a pesar de todo un papel no des­de­ña­ble en este enfrentamiento.

Duran­te déca­das, entre 1917 y, diga­mos, 1989, hubo un enfren­ta­mien­to ideo­ló­gi­co pla­ne­ta­rio que al menos tenía la ven­ta­ja de man­te­ner con vida la exis­ten­cia de dos hipó­te­sis con­cer­nien­tes al futu­ro de la huma­ni­dad: la capi­ta­lis­ta impe­ria­lis­ta y la comu­nis­ta inter­na­cio­na­lis­ta. Actual­men­te está abso­lu­ta­men­te cla­ro que el argu­men­ta­rio ofi­cial del anta­go­nis­mo con la Rusia de Putin es la opo­si­ción entre «demo­cra­cia» y «dic­ta­du­ra», en defi­ni­ti­va, entre capi­ta­lis­mo auto­ri­ta­rio y capi­ta­lis­mo libe­ral, y ya no es en abso­lu­to la opo­si­ción entre capi­ta­lis­mo y comu­nis­mo. Por lo tan­to, se ha vuel­to a esque­mas que ya eran clá­si­cos en el enfren­ta­mien­to inter­im­pe­ria­lis­ta en el siglo XIX. Inclu­so duran­te la gue­rra de 1914 la pro­pa­gan­da anti­ale­ma­na era sobre todo una pro­pa­gan­da según la cual noso­tros éra­mos la Repú­bli­ca y los ale­ma­nes eran Gui­ller­mo II, la vie­ja monar­quía, los bár­ba­ros, etc.

Por últi­mo, creo que el anta­go­nis­mo entre capi­ta­lis­mo y comu­nis­mo, es decir, la exis­ten­cia estra­té­gi­ca de dos vías en lo refe­ren­te al des­tino de la huma­ni­dad, se ha man­te­ni­do vivo a pesar de todo duran­te bas­tan­te tiem­po, aun­que en par­te haya esta­do sobre­de­ter­mi­na­do por unos enfren­ta­mien­tos inter­im­pe­ria­lis­tas que final­men­te han pre­va­le­ci­do. Por lo que se refie­re a la situa­ción actual, ya no se pue­de jus­ti­fi­car por medio del anti­co­mu­nis­mo. Resul­ta difí­cil pre­ten­der que Putin es un comu­nis­ta con­ven­ci­do. Más bien asis­ti­mos al retorno de esa anti­gua­lla que es la opo­si­ción entre, por una par­te, los Esta­dos que se pre­ten­den moder­nos, libe­ra­les y demo­crá­ti­cos (es decir, las ciu­da­de­las del impe­ria­lis­mo mun­dial) y, por otro, los paí­ses que sin duda están total­men­te meti­dos en el jue­go capi­ta­lis­ta pero que Occi­den­te tra­ta de des­cri­bir como un tan­to bár­ba­ros. Lo que se desig­na así son los recién lle­ga­dos al mer­ca­do mun­dial, que preo­cu­pan mucho a un Occi­den­te can­sa­do y que teme que su hege­mo­nía mun­dial se debi­li­te irremediablemente. 

Final­men­te, el anta­go­nis­mo hacia la Rusia de Putin y la Chi­na de Xi Jing Ping es a fin de cuen­tas el clá­si­co anta­go­nis­mo entre quie­nes están bien situa­dos en la domi­na­ción glo­bal y qui­nes tra­tan de con­quis­tar un buen pues­to en ella.

Así fue (y no es muy tran­qui­li­za­dor, hay que decir­lo) la rela­ción de Fran­cia e Ingla­te­rra con Ale­ma­nia en el momen­to de la gue­rra de 1914. Ale­ma­nia desem­pe­ña­ba exac­ta­men­te el papel de Putin hoy afir­man­do «quie­ro mi sitio, quie­ro mi sitio en vues­tros nego­cios y sobre todo en vues­tros nego­cios colo­nia­les». Y lo que se dijo enton­ces de los ale­ma­nes es exac­ta­men­te lo que hoy se dice de Putin: horri­bles, terri­bles, bár­ba­ros, etc. Hoy la inquie­tud se apo­de­ra de los Esta­dos del vie­jo Occi­den­te impe­rial, sobre todo, de los más débi­les. Fran­cia for­ma par­te de estos Esta­dos, ya no es una gran figu­ra e Ingla­te­rra tam­po­co. En dos gue­rras mun­dia­les y dece­nas de millo­nes de muer­tos Esta­dos Uni­dos les ha roba­do el papel. Así que estos Esta­dos debi­li­ta­dos están par­ti­cu­lar­men­te preo­cu­pa­dos por­que lo que los recién lle­ga­dos del mer­ca­do mun­dial y de las ope­ra­cio­nes gue­rre­ras que­rrían ocu­par es su sito con el fin de pre­pa­rar­se para aca­bar ocu­pan­do el pri­mer pues­to. Evi­den­te­men­te, toda esta coci­na neo­im­pe­ria­lis­ta está muy lejos, hay que decir­lo, de la idea de la que hablá­ba­mos al prin­ci­pio, es decir, de la exis­ten­cia de dos vía estra­té­gi­cas con­cer­nien­tes al deve­nir de la humanidad.

P: Los medios de comu­ni­ca­ción domi­nan­tes equi­pa­ran la noción de sobe­ra­nis­mo (que resur­ge con vigor por todas par­tes, tan­to en la izquier­da como en la dere­cha) con el nacio­na­lis­mo bur­gués y a la xeno­fo­bia. ¿Con­si­de­ra posi­ble cons­truir una sobe­ra­nía al ser­vi­cio de los pue­blos? ¿La sobe­ra­nía nacio­nal es com­pa­ti­ble con el inter­na­cio­na­lis­mo? Cuba, por ejem­plo, ¿no es a la vez el país más soli­da­rio del mun­do y el más inde­pen­dien­te políticamente? 

Plan­tean una pre­gun­ta extre­ma­da­men­te intere­san­te y que es obje­to de un gran deba­te actual­men­te. En todas par­tes se dis­cu­te, sobre todo en la extre­ma dere­cha y en la extre­ma izquier­da, acer­ca de una vuel­ta a la sobe­ra­nía nacio­nal. ¿Qué quie­re decir? En el caso de Fran­cia se tra­ta­ría de no depen­der ya ni de la pro­tec­ción mili­tar y nuclear esta­dou­ni­den­se ni de la soli­dez de la eco­no­mía ale­ma­na. Las con­sig­nas son cla­ras: salir de la OTAN y salir tan­to de la Unión Euro­pea como del euro. No ten­go una opi­nión defi­ni­da res­pec­to a saber cuá­les van a ser, des­de ese pun­to de vis­ta, los cami­nos de la hipó­te­sis comu­nis­ta. Sin duda sabe­mos que cuan­do esta vuel­va a tomar cuer­po y vuel­va a ser una polí­ti­ca desa­rro­lla­da lo hará en algu­na par­te. Una polí­ti­ca nue­va no se esta­ble­ce de pron­to como una fuer­za mun­dial pre­cons­ti­tui­da. Evi­den­te­men­te, no se pue­de excluir que las nue­vas orien­ta­cio­nes de la polí­ti­ca comu­nis­ta estén loca­li­za­das. ¿Dón­de? Deje­mos la pre­gun­ta abierta. 

No obs­tan­te, lo que afir­mo sin la menor duda es que todo replie­gue sobre una sobe­ra­nía nacio­nal que esté total­men­te sepa­ra­da de la hipó­te­sis comu­nis­ta, e inclu­so sea hos­til a ella, solo haría el jue­go a unas fuer­zas nacio­na­lis­tas reac­cio­na­rias, inclu­so, fas­cis­toi­des. Por con­si­guien­te, el pun­to cla­ve es el siguien­te: sí, de acuer­do, exis­te la posi­bi­li­dad de una loca­li­za­ción tran­si­to­ria, inclu­so nacio­nal, de una expe­rien­cia de reac­ti­va­ción de las polí­ti­cas de eman­ci­pa­ción, pero a con­di­ción expre­sa de que se ins­cri­ba explí­ci­ta­men­te en la hipó­te­sis comu­nis­ta y, por lo tan­to, con­si­de­re que su futu­ro solo está ase­gu­ra­do mun­dial­men­te. Uste­des citan el ejem­plo de Cuba. Pero pre­ci­sa­men­te Cuba ha asu­mi­do a su mane­ra la hipó­te­sis comu­nis­ta y la ha asu­mi­do has­ta el final. Es inclu­so el últi­mo Esta­do del mun­do que la ha asu­mi­do ver­da­de­ra­men­te has­ta el final. Nos encon­tra­mos así ante un caso, pre­ci­sa­men­te, de un país peque­ño en la boca del lobo, en la boca del mons­truo, que a pesar de todo ha resis­ti­do res­pec­to a su inde­pen­den­cia y que sigue hacién­do­lo, pero que lo ha hecho en el ele­men­to de la hipó­te­sis comunista.

P: Por lo que se refie­re a la cri­sis de los emi­gran­tes, ¿es una fal­ta de soli­da­ri­dad afir­mar que es abso­lu­ta­men­te nece­sa­rio ayu­dar­les a vivir correc­ta­men­te en sus paí­ses en vez de hacer­les venir por millo­nes a Euro­pa para refor­zar este «pro­le­ta­ria­do nóma­da», por reto­mar su expre­sión, cuyas con­di­cio­nes de vida son cada vez más pre­ca­rias, inclu­so en los paí­ses más ricos?

Es evi­den­te que a lar­go pla­zo, estra­té­gi­ca­men­te, la gran cues­tión es la de la posi­bi­li­dad de una trans­for­ma­ción libe­ra­do­ra de los paí­ses de ori­gen. En segun­do plano de las migra­cio­nes de lo que deno­mino el pro­le­ta­ria­do nóma­da, esos millo­nes de per­so­nas que erran por el mun­do en bus­ca de luga­res en los que sobre­vi­vir, evi­den­te­men­te encon­tra­mos el hecho de que un con­ti­nen­te ente­ro, Áfri­ca, está some­ti­do a la depre­da­ción capi­ta­lis­ta más vio­len­ta. En últi­ma ins­tan­cia, sin duda la ver­da­de­ra cues­tión que plan­tean estas emi­gra­cio­nes es la del pro­ce­so de eman­ci­pa­ción y, por con­si­guien­te, del rena­ci­mien­to de la hipó­te­sis comu­nis­ta, en los paí­ses concernidos.

Des­de ese pun­to de vis­ta yo espe­ra­ba que Sudá­fri­ca podría desem­pe­ñar un papel diri­gen­te en revo­lu­cio­nar la situa­ción afri­ca­na, pero no ha sido el caso. En reali­dad en Sudá­fri­ca hemos asis­ti­do al adve­ni­mien­to de una bur­gue­sía negra que com­par­te el anti­guo poder de los colo­nia­les blan­cos y aban­do­na a las masas a su pobre­za y a su sumi­sión forzadas.

Así las cosas, otro aspec­to de la cues­tión es que el capi­ta­lis­mo siem­pre se ha apo­ya­do en un pro­le­ta­ria­do nóma­da. Cono­cí una épo­ca, en las déca­das de 1959, 1960 y 1970, en que se hacía venir avio­nes ente­ros de obre­ros de Marrue­cos y de Arge­lia. Actual­men­te pro­ba­ble­men­te hay en Fran­cia entre 6 y 7 millo­nes, como míni­mo, de obre­ros, de hijos e hijas de obre­ros, algu­nos de los cua­les hoy se encuen­tran redu­ci­dos al esta­do de para­dos por la des­in­dus­tria­li­za­ción nacio­nal, de quie­nes hay que afir­mar que, efec­ti­va­men­te, son pro­le­ta­rios y cuyo ori­gen nacio­nal es tal o cual país afri­cano, de Orien­te Pró­xi­mo o asiá­ti­co…. Estas per­so­nas, estas fami­lias, son pro­le­ta­rios, exis­ten y son de aquí. 

Por lo tan­to, pien­so que hay dos aspec­tos en su pre­gun­ta. En pri­mer lugar, hay que apo­yar y ayu­dar a todo aque­llo que pue­da sig­ni­fi­car empren­der un pro­ce­so polí­ti­co de eman­ci­pa­ción y de libe­ra­ción en los paí­ses domi­na­dos. Es tan­to más nece­sa­rio cuan­to que las libe­ra­cio­nes nacio­na­les de los años sesen­ta con fre­cuen­cia fue­ron mis­ti­fi­ca­cio­nes. En muchos paí­ses que han sido colo­ni­za­dos hay gobier­nos «nacio­na­les» que en reali­dad son agen­tes de tal o cual impe­ria­lis­mo o corrup­tos que se apro­ve­chan de las riva­li­da­des inter­im­pe­ria­lis­tas. En con­tra de todo ello se tie­nen que alzar los movi­mien­tos pro­gre­sis­tas a los que apo­ya­re­mos. Por otra par­te, tam­bién debe­mos impe­dir las per­se­cu­cio­nes dis­cri­mi­na­to­rias, racis­tas y de otro tipo res­pec­to a las pobla­cio­nes que están aquí, a veces des­de hace mucho tiem­po, a veces de ter­ce­ra gene­ra­ción, y que no han hecho sino lle­var a cabo a nivel mun­dial la clá­si­ca emi­gra­ción del cam­po a la ciu­dad y del cam­pe­si­na­do al pro­le­ta­ria­do. Hay dos aspec­tos con­cer­nien­tes a esta cues­tión: un aspec­to inter­na­cio­na­lis­ta y un aspec­to nacio­nal o local, y hay que tener en cuen­ta ambos. 

P: Siem­pre res­pec­to a la cues­tión de los emi­gran­tes, hoy en Euro­pa es un reto fun­da­men­tal para los medios de izquier­da y pro­gre­sis­tas. En su opi­nión, ¿en qué medi­da es impor­tan­te arti­cu­lar la lucha del «pro­le­ta­ria­do nóma­da» ins­ta­la­do en Euro­pa con las luchas socia­les de los movi­mien­tos de izquier­da? ¿Cuá­les son, en su opi­nión, los retos y obs­tácu­los en este tema?

Hay que tener en cuen­ta que en cier­tos aspec­tos esta cues­tión no es tan nue­va como pare­ce. Vea­mos, por ejem­plo, la his­to­ria del pro­le­ta­ria­do fran­cés en el siglo XIX. Duran­te mucho tiem­po este pro­le­ta­ria­do estu­vo cons­ti­tui­do por lo que se pue­de deno­mi­nar «emi­gran­tes nacio­na­les», que venían de Auver­nia, de Bre­ta­ña o de lo más recón­di­to de los Piri­neos, pero a quie­nes los habi­tan­tes de las gran­des ciu­da­des con­si­de­ra­ban emi­gran­tes. La mejor prue­ba es que tenían una car­ti­lla de obre­ro. Des­de esa épo­ca ha exis­ti­do la cues­tión de los pape­les y de los obre­ros sin pape­les. Si no tenías esa car­ti­lla, la poli­cía te podía enviar de vuel­ta al cam­po. No hay que olvi­dar que esta cues­tión fue la moti­va­ción direc­ta de la gran insu­rrec­ción de junio de 1848: la con­se­cuen­cia del cie­rre de los Talle­res Nacio­na­les, fábri­cas en las que estas per­so­nas tra­ba­ja­ban, fue que hubo que expul­sar a todas ellas. Se rebe­la­ron y con la repre­sión del ejér­ci­to tuvi­mos una de las mayo­res masa­cres obre­ras en las calles de París.

Las cues­tio­nes polí­ti­cas son a menu­do menos nue­vas de lo que se cree. La cues­tión de los emi­gran­tes no es sino la amplia­ción a nivel mun­dial del pro­ble­ma gene­ral de la pro­ce­den­cia de la fuer­za de tra­ba­jo obre­ra. Las per­so­nas ya no vie­nen solo de Auver­nia o de Bre­ta­ña, sino que vie­nen de Áfri­ca, Orien­te Pró­xi­mo, Asia, Euro­pa cen­tral… Huyen así de las mor­tí­fe­ras gue­rras civi­les y tra­tan de pro­te­ger­se. La con­si­de­ra­ción pro­gre­sis­ta (ni siquie­ra comu­nis­ta, sino pro­gre­sis­ta) supo­ne natu­ral­men­te que se inte­gran estas cir­cuns­tan­cias, aun­que sin aban­do­nar el hecho de que hay en sus paí­ses pro­ble­mas polí­ti­cos de la mayor impor­tan­cia y que hay que tra­tar, estoy de acuer­do con uste­des en este pun­to. Hay que ser soli­da­rio en ambos fren­tes. Es una máxi­ma en mi opi­nión fun­da­men­tal, la vía por la que el pro­le­ta­ria­do (inclui­do, e inclu­so sobre todo, su com­po­nen­te nóma­da) se cons­ti­tu­ye como fuer­za polí­ti­ca en nues­tros paí­ses. Yo mis­mo me ocu­pé mucho de las fábri­cas en las déca­das de 1960 y 1970. Tra­ta­ba con muchas per­so­nas marro­quíes, arge­li­nas, malíes, sene­ga­le­sas, mau­ri­ta­nas… En ese sen­ti­do, inclu­so la crea­ción de núcleos comu­nis­tas den­tro de las fábri­cas era a su mane­ra una acti­vi­dad inter­na­cio­na­lis­ta. Y ade­más tam­bién hay que mos­trar­se soli­da­rio con estas per­so­nas en lo que con­cier­ne a las luchas que se lle­van a cabo en sus paí­ses y en las que podrían participar.
Insis­to en el hecho de que el pro­le­ta­ria­do siem­pre ha sido nóma­da en un sen­ti­do por­que la pro­pa­gan­da tra­ta de pre­sen­tar todo esto (los refu­gia­dos, los vie­jos jubi­la­dos arge­li­nos, los jóve­nes para­dos de ori­gen afri­cano) como un fenó­meno com­ple­ta­men­te nue­vo, una inva­sión del país por par­te de per­so­nas a las que no se cono­ce, etc.

Pasé mi infan­cia en Tou­lou­se, que era una ciu­dad pobla­da de pro­le­ta­rios espa­ño­les que habían hui­do en la gue­rra civil cuan­do los repu­bli­ca­nos ven­ci­dos se reple­ga­ron en el sur de Fran­cia. Pue­do ase­gu­rar­les que se decía de estos refu­gia­dos espa­ño­les, en su mayo­ría cris­tia­nos, exac­ta­men­te lo mis­mo que se dice hoy de los marro­quíes, los sirios o los malíes, en su mayo­ría musul­ma­nes. Así, por medio de la opi­nión públi­ca en mi infan­cia apren­dí que los espa­ño­les no eran como noso­tros, que eran unos bár­ba­ros. Lo que más se apor­ta­ba como prue­ba del hecho de que no esta­ban ver­da­de­ra­men­te civi­li­za­dos es que no sabían qué era una bañe­ra y que creían que ahí era don­de se ponía el car­bón. Son his­to­rias sig­ni­fi­ca­ti­vas en lo que res­pec­ta al racis­mo social. Hoy se afir­ma­rá de buen gra­do que la prue­ba de que los ára­bes son unos bár­ba­ros es que sus muje­res e hijas lle­van un pañue­lo en la cabe­za. ¿Qui­zá estas muje­res des­co­no­cen qué es una boi­na o un paraguas? 

En reali­dad, la cons­ti­tu­ción del pro­le­ta­ria­do siem­pre ha sido pro­ble­má­ti­ca des­de el pun­to de vis­ta de la estu­pi­dez nacio­na­lis­ta, la men­ta­li­dad tor­pe y vio­len­ta de las «iden­ti­da­des» que se creen supe­rio­res. En la Ingla­te­rra del siglo XIX, otro ejem­plo, se adop­ta­ron unas leyes extre­ma­da­men­te fero­ces res­pec­to a lo que se pue­de deno­mi­nar los «emi­gran­tes inte­rio­res». Cual­quier per­so­na que no pudie­ra decir de dón­de venía, a dón­de iba y por qué podía ser col­ga­da por el deli­to de vaga­bun­deo. Como he men­cio­na­do, en nues­tro país exis­tía la car­ti­lla del obre­ro: en cuan­to la situa­ción eco­nó­mi­ca lo exi­gía se devol­vía a la gen­te a su pobre provincia.

Aho­ra bien, esto es exac­ta­men­te lo que ocu­rre en Fran­cia. Des­de hace déca­das mi país sufre los efec­tos en el pue­blo de una des­in­dus­tria­li­za­ción enco­na­da. En una vein­te­na de años, no más, se ha des­man­te­la­do el sis­te­ma gene­ral de las gran­des fábri­cas que rodea­ban París. Evi­den­te­men­te, esto creó un paro gene­ra­li­za­do, inclui­dos los jóve­nes. Cuan­do se tie­ne a una per­so­na cuyos abue­los fue­ron obre­ros aquí y que ha naci­do ella mis­ma en Fran­cia, lo mis­mo que sus padres, ¿se la va a enviar al sur de Marrue­cos? ¡Es com­ple­ta­men­te aberrante!

Todas estas vie­jas cues­tio­nes siguen sien­do cues­tio­nes fun­da­men­ta­les del pro­gre­sis­mo moderno y, por supues­to, de la recons­truc­ción de una polí­ti­ca comunista. 

P: en una entre­vis­ta recien­te de la perio­dis­ta Aude Lan­ce­lin usted afir­ma­ba en esen­cia que las pro­me­sas incum­pli­das eran con­sus­tan­cia­les a la polí­ti­ca. ¿La solu­ción no es el refe­rén­dum revo­ca­to­rio, pro­pues­to por Jean-Luc Mélen­chon y ya apli­ca­do en algu­nos paí­ses de Amé­ri­ca Lati­na, que per­mi­te cues­tio­nar por medio de un refe­rén­dum el man­da­to de los car­gos elec­tos que hagan lo con­tra­rio de lo que pro­me­tie­ron, como Fra­nçois Hollan­de, por ejemplo?

Sí, sería intere­san­te. Pero pue­de que a pesar de todo siga sien­do un tan­to intra­par­la­men­ta­rio, un poco dema­sia­do liga­do al sis­te­ma elec­to­ral domi­nan­te. Se tra­ta­ría solo de una espe­cie de jui­cio públi­co de las pro­me­sas incum­pli­das. Ade­más, se podría ima­gi­nar que estu­vie­ra orga­ni­za­do por la opo­si­ción. Por ejem­plo, sería muy extra­ño ver a la dere­cha fran­ce­sa pro­vo­car una vota­ción con el tema «Hollan­de no ha cum­pli­do sus promesas».

P: Pero, a fin de cuen­tas, el pue­blo es quien deci­de si es o no el caso…

Sí, pero el pue­blo elec­to­ral es una noción bas­tan­te con­fu­sa. Entre el pue­blo elec­to­ral y el pue­blo polí­ti­co hay una dife­ren­cia capi­tal: el pue­blo elec­to­ral tam­bién se com­po­ne de muchas per­so­nas indi­fe­ren­tes o sumi­sas. Inclu­so son la mayoría.

Estoy total­men­te de acuer­do en lle­var a cabo una cam­pa­ña sobre el hecho de que la pro­me­sa incum­pli­da es una figu­ra abso­lu­ta­men­te cons­ti­tu­ti­va de la vida polí­ti­ca actual y que si hay quien pade­ce par­ti­cu­lar­men­te esta enfer­me­dad, es la izquier­da. A lo lar­go de mi his­to­ria per­so­nal he teni­do con­tac­to de mane­ra casi sis­té­mi­ca con las pro­me­sas incum­pli­das del Par­ti­do Socia­lis­ta. Entré en polí­ti­ca cuan­do tenía 18 años por­que a prin­ci­pios de 1956 el Par­ti­do Socia­lis­ta había toma­do el poder con la con­sig­na «Paz en Arge­lia» y tres meses des­pués envia­ba allí un con­tin­gen­te, lle­va­ba a cabo ahí la gue­rra sin pie­dad, auto­ri­za­ba la tor­tu­ra, etc, etc. Aque­llo empe­zó así. Hollan­de per­te­ne­ce a esta familia.

P: Pre­ci­sa­men­te, cuan­do per­so­nas como Hollan­de y Valls se pre­ten­den de izquier­da, aun­que no lo sean en abso­lu­to, y no diga­mos ya Macron, que afir­ma no ser ni de de dere­cha ni de izquier­da, ¿no apa­re­ce aho­ra una nue­va divi­sión entre los par­ti­da­rios del Esta­do y de la pro­pie­dad colec­ti­va (la ver­da­de­ra izquier­da), y quie­nes quie­ren pri­va­ti­zar­lo todo?

Evi­den­te­men­te es el deba­te cen­tral y la razón por la que, como decía, en cier­to modo hemos vuel­to a una épo­ca arcai­ca de la exis­ten­cia de la «izquier­da» (si se debe man­te­ner esta mani­da cate­go­ría elec­to­ral) pues­to que la cues­tión del man­te­ni­mien­to o no de la dic­ta­du­ra de la pro­pie­dad pri­va­da vuel­ve a ser abso­lu­ta­men­te cen­tral. Es un cri­te­rio impo­nen­te aun­que deter­mi­nan­te de lo que cons­ti­tu­ye una orien­ta­ción nue­va, es decir, comunista.

Hay que reco­no­cer que la últi­ma exis­ten­cia for­mal­men­te acep­ta­ble de la «izquier­da» en Fran­cia fue la elec­ción de Mite­rrand en 1981 por­que el pro­gra­ma común que unía a los socia­lis­tas con los comu­nis­tas «orto­do­xos» toda­vía era un pro­gra­ma muy crí­ti­co de la pro­pie­dad pri­va­da. Con­te­nía unas medi­das bas­tan­te radi­ca­les como, por ejem­plo, la casi nacio­na­li­za­ción de la tota­li­dad del cré­di­to y de los ban­cos. Hay que ver en ello el efec­to de un últi­mo arran­que pro­gra­má­ti­co del Par­ti­do «Comu­nis­ta» antes de entrar en una pro­lon­ga­da agonía.

Este arran­que solo duró dos años, des­pués se aca­bó. Aque­llo ocu­rrió hace cua­ren­ta años. Des­pués nadie en el espa­cio par­la­men­ta­rio ha pro­pues­to ata­car al capi­tal. Recuer­do que el pro­pio Jos­pin, pri­mer minis­tro socia­lis­ta, había res­pon­di­do en un tono abso­lu­ta­men­te alti­vo cuan­do unas dele­ga­cio­nes obre­ras acu­die­ron de la fábri­ca de Miche­lin en vías de des­in­dus­tria­li­za­ción a pedir­le que nacio­na­li­za­ra esta fábri­ca: «¡De todos modos, no vamos a vol­ver a la pro­duc­ción admi­nis­tra­da¡». Había aña­di­do que ni siquie­ra había que hablar de ello. Por con­si­guien­te, hemos vuel­to a la épo­ca en la que final­men­te esta idea ele­men­tal, que estruc­tu­ró la espe­ran­za comu­nis­ta duran­te dos siglos y que con­sis­tía en afir­mar que la tarea prio­ri­ta­ria era ata­car la dic­ta­du­ra del capi­tal y la pro­pie­dad pri­va­da, está com­ple­ta­men­te des­apa­re­ci­da del espa­cio par­la­men­ta­rio des­de hace unos cua­ren­ta años. En efec­to, cual­quier polí­ti­ca comu­nis­ta debe vol­ver a situar­la en el cen­tro de las dis­cu­sio­nes y de los pro­ce­sos organizados.

P: Qui­sié­ra­mos abor­dar aho­ra la cues­tión de los medios de comu­ni­ca­ción. Al tiem­po que la pren­sa occi­den­tal, con­tro­la­da casi toda ella por mul­ti­mi­llo­na­rios, denun­cia la des­in­for­ma­ción que prac­ti­can todas aque­llas per­so­nas que pien­sa de otra mane­ra se dedi­ca a hacer a una pro­pa­gan­da sin pre­ce­den­tes tan­to sobre cues­tio­nes inter­na­cio­na­les como cuan­do hay elec­cio­nes nacio­na­les, como aca­ba­mos de ver en Fran­cia. ¿Qué pien­sa usted de quie­nes dicen aho­ra que los medios son el segun­do poder, des­pués de las finan­zas pero por delan­te de los pode­res eje­cu­ti­vo, legis­la­ti­vo y judicial?

No es fal­so. Sin embar­go, qui­sie­ra pre­ci­sar que entre los medios de comu­ni­ca­ción y el poder polí­ti­co hay más una rela­ción de hori­zon­ta­li­dad que una rela­ción jerár­qui­ca que subor­di­ne los polí­ti­cos a los caci­ques de la infor­ma­ción. En defi­ni­ti­va, es evi­den­te que a pesar de todo los medios siem­pre están más o menos obli­ga­dos a desig­nar su clien­te­la polí­ti­ca favo­ri­ta. En Fran­cia, por ejem­plo, perió­di­cos como Le Mon­deLibé­ra­tion están obli­ga­dos a man­te­ner un bar­niz de cen­tro izquier­da, en el sen­ti­do par­la­men­ta­rio, no nece­sa­ria­men­te en el que le damos uste­des y yo. Cen­tro izquier­da quie­re decir algo que se pare­ce a Macron o en todo caso algo que va de Macron a Hollan­de pasan­do por Ségo­lè­ne Royal. El poder mediá­ti­co es un poder tan­to más deter­mi­nan­te cuan­to que en Fran­cia, sin­gu­lar­men­te, el gran capi­tal ha com­pra­do el con­jun­to de los perió­di­cos de gran tira­da, con lo que no pode­mos espe­ra de ellos sino lo que es favo­ra­ble al gran capi­tal. Pero en el mis­mo seno de este gran capi­tal hay divi­sio­nes por­que el vie­jo capi­ta­lis­mo más fami­liar, más pro­vin­ciano, está vin­cu­la­do a la dere­cha tra­di­cio­nal, a la de quie­nes apo­ya­ban a Fillon y que están muy vin­cu­la­das a esta orien­ta­ción polí­ti­ca. En cam­bio, resul­ta sor­pren­den­te ver que los gran­des pro­vee­do­res de fon­dos de Macron son más bien per­so­nas como Niel, que per­te­ne­ce al mun­do del gran capi­tal infor­má­ti­co. Siem­pre ha habi­do una pro­yec­ción polí­ti­ca del hecho de que fren­te a un capi­tal arcai­co se des­plie­gue un capi­tal «moderno», cuyos pala­di­nes con­si­de­ran que sería arries­ga­do para el pro­pio capi­tal fiar­se cie­ga­men­te de unas ten­den­cias extre­ma­da­men­te de dere­cha, sobre todo en el plano social, en el plano de la evo­lu­ción de las cos­tum­bres. De modo que el repar­to mediá­ti­co de las opcio­nes polí­ti­cas y, tras ellas, de los gran­des capi­ta­lis­tas, no se refie­re en abso­lu­to a las cues­tio­nes gene­ra­les de la ges­tión eco­nó­mi­ca, a pro­pó­si­to de las cua­les evi­den­te­men­te están de acuer­do, sino sobre las cues­tio­nes socia­les. Es abso­lu­ta­men­te evi­den­te que per­so­nas como Macron u Hollan­de no ven incon­ve­nien­te alguno en que exis­ta el matri­mo­nio homo­se­xual o en que las muje­res sean minis­tras. Con­si­de­ran que más vale ir en esta direc­ción, que eso no supo­ne peli­gro alguno para la dic­ta­du­ra del capi­tal y que inclu­so crea una peque­ña clien­te­la suple­men­ta­ria. En mi opi­nión, es una de las razo­nes de la gra­ve cri­sis del par­ti­do de dere­cha domi­na­te en Fran­cia. En el fon­do Jup­pé repre­sen­ta­ba una sali­da semi­li­be­ral, mien­tras que Fillon dio un gol­pe de Esta­do en el seno de la dere­cha movi­li­zan­do duran­te las pri­ma­rias al per­so­nal mili­tan­te de la mani­fes­ta­ción anti­ho­mo­se­xual, lo más pro­fun­do de la reac­ción tra­di­cio­nal, del vie­jo peta­inis­mo bur­gués. Dio un gol­pe de Esta­do en el inte­rior del par­ti­do repu­bli­cano y eso pro­vo­có la catás­tro­fe gene­ral y la nece­si­dad de hacer sur­gir a Macron como muñe­co polí­ti­co «nue­vo».

Estoy de acuer­do en que actual­men­te los medios, el per­so­nal polí­ti­co y las finan­zas se encuen­tra todo ello en un sis­te­ma de cone­xio­nes extre­ma­da­men­te estre­cho. Pero creo que tam­bién hay capi­ta­lis­tas que con­si­de­ran impor­tan­te que la dic­ta­du­ra capi­ta­lis­ta pue­da pre­sen­tar­se como moder­na y no esté dema­sia­do estre­cha­men­te liga­da a las fuer­zas socia­les exa­ge­ra­da­men­te con­ser­va­do­ras, cató­li­cas, racis­tas, etc. Por con­si­guien­te, exis­te un con­flic­to interno den­tro de la dere­cha entre moder­ni­dad y tra­di­ción. Macron será ele­gi­do como «moderno».

P: La pro­pa­gan­da mediá­ti­ca tra­ta de des­acre­di­tar a quien no le gus­tan uti­li­zan­do indis­cri­mi­na­da­men­te tér­mi­nos nega­ti­vos como «popu­lis­mo», pero tam­bién «dic­ta­du­ra», «tota­li­ta­ris­mo» e inclu­so «terro­ris­mo». ¿No cree usted que actual­men­te vivi­mos en un régi­men carac­te­ri­za­do por el tota­li­ta­ris­mo del dine­ro, la dic­ta­du­ra de los mer­ca­dos e inclu­so el terro­ris­mo de las agen­cias de cali­fi­ca­ción con­tra cier­tos Estados?

Sí, por supues­to, creo que todas estas pala­bras des­pec­ti­vas se podrían vol­ver con­tra sus auto­res, sin la menor duda. Por ejem­plo, se ve que unos gobier­nos socia­lis­tas orde­nan gra­ves accio­nes de dis­cri­mi­na­ción poli­cial. Yo mis­mo, que des­de mi más tier­na infan­cia lucho con­tra los social­de­mó­cra­tas, me he que­da­do estu­pe­fac­to al ver que las fun­cio­nes de Valls han con­sis­ti­do en expli­car­nos ¡que un pro­ble­ma muy gra­ve de Fran­cia era el de las per­so­nas nóma­das de ori­gen rumano! ¡Era inima­gi­na­ble! Y que die­ra ins­truc­cio­nes para que se des­tru­ye­ran los cam­pa­men­tos de estas per­so­nas. ¿Era esa la cues­tión fun­da­men­tal del nue­vo pri­mer minis­tro socia­lis­ta de Fran­cia? Sin duda se pue­de apli­car a este Valls una de las pala­bras de uste­des aca­ban de men­cio­nar y muchas otras. La logo­ma­quia des­pec­ti­va uti­li­za­da por los medios se podría vol­ver per­fec­ta­men­te con­tra los pro­pios medios y con­tra quie­nes son sus ser­vi­do­res. Habría que tra­tar de hacer que la opi­nión públi­ca deja­ra de con­sen­ti este tipo de len­gua­je y voca­bu­la­rio. Inclu­so he cri­ti­ca­do el uso desen­fre­na­do de la pala­bra «aten­ta­do» por­que en reali­dad el aten­ta­do de los anar­quis­tas rusos con­tra el zar, por ejem­plo, no tie­ne nada que ver con los ase­si­na­tos en masa de unos locos. Creo que la rec­ti­tud del len­gua­je polí­ti­co, su pre­ci­sión, es algo que hay que con­quis­tar y salvar.

P: Le hemos oído decir que no vota des­de 1968, des­en­ga­ña­do por la olea­da reac­cio­na­ria que siguió a los acon­te­ci­mien­tos de mayo. ¿Quie­re eso decir que no cree en la posi­bi­li­dad de un cam­bio ver­da­de­ro por medio de las urnas y qué solu­ción alter­na­ti­va pre­co­ni­za enton­ces usted para tra­tar de cam­biar el mundo?

En Fran­cia el par­la­men­ta­ris­mo se esta­ble­ció pro­gre­si­va­men­te en el siglo XIX y su vic­to­ria defi­ni­ti­va data de la Ter­ce­ra Repú­bli­ca, es decir, de 1875. Des­de esta fecha a día de hoy, ¿qué valor pro­gre­sis­ta o qué posi­bi­li­dad de cam­bio efec­ti­vo ha pues­to a la orden del día el par­la­men­ta­ris­mo? Se basó en la repre­sión de la Comu­na de París en 1871. Ahí fue don­de los pri­me­ros repu­bli­ca­nos se afi­la­ron los dien­tes, por así decir­lo, con 30.000 obre­ros muer­tos en las calles de París. Des­pués lle­vó a cabo las expe­di­cio­nes colo­nia­les más fero­ces de nues­tro país y com­pro­me­tió a Fran­cia en la gue­rra de 1914, gigan­tes­ca masa­cre don­de se adop­tó la cos­tum­bre de con­tar los muer­tos por millo­nes, pero que no sir­vió de nada pues­to hubo que empe­zar otra vez vein­te años des­pués. Una cáma­ra repu­bli­ca­na, ele­gi­da regu­lar­men­te, es la que dio ple­nos pode­res a Pétain. En mi juven­tud fue una cáma­ra socia­lis­ta la que empren­dió la gue­rra de Arge­lia. Se podrían citar muchas otras «haza­ñas» de este tipo de las que ha sido cul­pa­ble nues­tra famo­sa Repú­bli­ca, ya se tra­te de la Ter­ce­ra, de la Cuar­ta o de la Quin­ta. Por ello no veo inte­rés alguno en estu­diar los pro­yec­tos de la Sex­ta Repú­bli­ca, pro­pues­tos por Lor­don o Mélenchon.

Final­men­te, solo veo en total tres apa­ren­tes excep­cio­nes en siglo y medio que pudie­ron hacer creer por un ins­tan­te que las elec­cio­nes eran capa­ces de otra cosa.

La pri­me­ra es el Fren­te Popu­lar en 1936. Su elec­ción sus­ci­tó algo de natu­ra­le­za muy dife­ren­te: la pri­me­ra gran huel­ga gene­ral de obre­ros fran­ce­ses. Hay que seña­lar que eso no es pura­men­te elec­to­ral. Y Blum, pri­mer minis­tro elec­to, escri­bió negro sobre blan­co que había reci­bi­do esta huel­ga «como una bofe­ta­da», es decir, como algo que, en efec­to, no obe­de­cía a las reglas del jue­go. El Fren­te Popu­lar sus­ci­tó gran­des espe­ran­zas, se vota­ron leyes socia­les, pero aque­llo ter­mi­nó en 1937, ¡al cabo de un año había aca­ba­do! Ter­mi­nó debi­do a unas deci­sio­nes deplo­ra­bles, como la de no inter­ve­nir en la gue­rra de Espa­ña o cosas por el esti­lo, mien­tras que Blum anun­cia­ba, exac­ta­men­te como hará más tar­de Mit­te­rrand, que era «la pau­sa». Y la pau­sa que­ría decir el final. Y esta mis­ma cáma­ra, que había vota­do las refor­mas de 1936, es la que en 1940 votó otor­gar ple­nos pode­res a Pétain. Esta es la pri­me­ra excepción.

La segun­da excep­ción fue la cáma­ra cons­ti­tui­da tras la Libe­ra­ción, en 1944 – 45. Enton­ces tuvi­mos un gobierno en el que par­ti­ci­pa­ban comu­nis­tas y una bur­gue­sía fran­ce­sa total­men­te des­acre­di­ta­da por haber apo­ya­do a Pétain y la cola­bo­ra­ción duran­te toda la gue­rra. Una vez más se apro­ba­ron leyes socia­les, algu­nas de las cua­les con­ti­núan en vigor toda­vía hoy, aun­que se cues­tio­nan e inclu­so están en vías de ser eli­mi­na­das. Se nacio­na­li­za­ron algu­nos sec­to­res cuyos patro­nes habían tra­ba­ja­do con los nazis, pero se empe­zó a pri­va­ti­zar­los en la déca­da de 1980. Esta expe­rien­cia de 1945 aca­bó en 1947. En esa fecha los comu­nis­tas aban­do­na­ron el gobierno y se aca­ba­ron o se ente­rra­ron las reformas.

Por lo que se refie­re al ter­cer epi­so­dio, fue la elec­ción de Mit­te­rrand en 1981 con un pro­gra­ma que, como he dicho, com­por­ta­ba por pri­me­ra vez varias cosas impor­tan­tes con­cer­nien­tes a la pro­pie­dad de los capi­ta­les. Pero ape­nas dos años des­pués había ter­mi­na­do ese paso anti­ca­pi­ta­lis­ta. El gobierno Balla­dur des­man­te­ló total­men­te todo el pro­gra­ma de la «izquier­da uni­da». Y que yo sepa, Mit­te­rrand en abso­lu­to vio un posi­ble moti­vo de dimi­sión en echar aba­jo todo lo que había anun­cia­do y empe­za­do a cons­truir. Es más, en ade­lan­te no hizo nada en esa direc­ción, no vol­vió a nacio­na­li­zar nada, ¡a pesar de que toda­vía per­ma­ne­ció once años en el poder!

Por con­si­guien­te, en pri­mer lugar cons­ta­to que el régi­men elec­to­ral fran­cés fue el autor, ya fue­ra con la izquier­da o con dere­cha en el poder, de una suce­sión inin­te­rrum­pi­da de cosas espan­to­sas. Y, en segun­do lugar, que en total hubo tres excep­cio­nes, que dura­ron como máxi­mo dos años y cuya heren­cia se ha ani­qui­la­do total­men­te. Por lo tan­to, no ten­go razón algu­na para creer que las elec­cio­nes pue­dan pro­po­ner algo de posi­ti­vo a un ver­da­de­ro mili­tan­te comu­nis­ta. No pue­do creer que un movi­mien­to elec­to­ral pue­da encar­nar la exis­ten­cia de otra posi­bi­li­dad, de otra estra­te­gia. El par­la­men­ta­ris­mo no es sino la fór­mu­la polí­ti­ca ajus­ta­da a la domi­na­ción capitalista.

Por con­si­guien­te, vuel­vo a mis con­si­de­ra­cio­nes ini­cia­les: en pri­mer lugar hay que for­mu­lar cla­ra­men­te una hipó­te­sis alter­na­ti­va y a con­ti­nua­ción hay que orga­ni­zar direc­ta­men­te a la gen­te en torno a esta. Si en un momen­to deter­mi­na­do se con­si­de­ra útil entrar en el jue­go elec­to­ral es una cues­tión de opor­tu­ni­dad, pero a todas luces solo pue­de ser una deci­sión tác­ti­ca, no pue­de ser una deci­sión estra­té­gi­ca. No se pue­de hacer con la espe­ran­za de que como se ha ele­gi­do a unas per­so­nas se ha gana­do la par­ti­da o se pue­de ganar aho­ra. Eso va a depen­der exclu­si­va­men­te tan­to del movi­mien­to de masas y de su nivel de con­cien­cia y de pen­sa­mien­to como de la fuer­za de sus orga­ni­za­cio­nes. Se pue­de uti­li­zar la pala­bra «revo­lu­ción» si se quie­re. En todo caso va a depen­der de la polí­ti­ca colec­ti­va, de la polí­ti­ca orga­ni­za­da y de las gran­des revuel­tas obre­ras y popu­la­res, a una esca­la cada vez mas inter­na­cio­nal por­que el pro­pio capi­ta­lis­mo es inter­na­cio­nal y en ese aspec­to vamos con retra­so res­pec­to a él. Toda­vía segui­mos muy ence­rra­dos en lo nacio­nal. Los gran­des capi­ta­lis­tas están cómo­dos en Shanghai, San Fran­cis­co o Bue­nos Aires, pero noso­tros no lo esta­mos tan­to polí­ti­ca­men­te. Y, en todo caso, creo que hay que aca­bar con el mito de la demo­cra­cia elec­to­ral, inclui­do en la opi­nión públi­ca e inclu­so sobre todo en ella.

P: En su últi­mo artícu­lo usted afir­ma que uno de los ele­men­tos sin el que nun­ca se pon­drá fin a nues­tra actual ser­vi­dum­bre fren­te al sis­te­ma capi­ta­lis­ta es una orga­ni­za­ción sóli­da con vis­tas a esta­ble­cer los ele­men­tos cons­ti­tu­ti­vos de la vía comu­nis­ta. Afir­ma que eso repre­sen­ta un pun­to vital en la cons­ti­tu­ción de una alter­na­ti­va pro­gre­sis­ta váli­da a lar­go pla­zo. En su opi­nión, ¿cuál es el ele­men­to cen­tral que fal­ta a las orga­ni­za­cio­nes de la izquier­da radi­cal, de los comu­nis­tas, para garan­ti­zar esta soli­dez orga­ni­za­ti­va de base? 

Es un pro­ble­ma com­pli­ca­do por­que me pare­ce que la mayo­ría de las orga­ni­za­cio­nes que man­tie­nen con vida la hipó­te­sis comu­nis­ta en el mun­do lo hacen sin haber esta­ble­ci­do com­ple­ta­men­te el balan­ce de lo hecho en el pasa­do. Como si en cier­to modo ellas garan­ti­za­ran una con­ti­nui­dad. Esta con­ti­nui­dad pue­de ser una con­ti­nui­dad esta­li­nis­ta, trots­kis­ta, maoís­ta, pero me pare­ce que lo que fal­ta (y me hago este repro­che a mí mis­mo) es un balan­ce la expe­rien­cia comu­nis­ta del siglo XX que sea un balan­ce pro­gre­sis­ta, es decir, que no sea el mis­mo balan­ce que el del enemi­go, pero que tam­po­co sea la idea de que pode­mos pura y sim­ple­men­te con­ti­nuar. Los Esta­dos socia­lis­tas del siglo ante­rior no logra­ron des­ple­gar com­ple­ta­men­te la hipó­te­sis comu­nis­ta y hacer­la irre­ver­si­ble his­tó­ri­ca­men­te. Noso­tros mis­mos debe­mos sacar las ense­ñan­zas de este fra­ca­so, rete­nien­do tam­bién lo que estu­vo bien hecho, inclu­so lo que fue nota­ble. Per­so­nal­men­te creo que la Revo­lu­ción de Octu­bre fue un acon­te­ci­mien­to sin pre­ce­den­tes en la his­to­ria. Es la pri­me­ra vez que se empren­de la cons­truc­ción de una socie­dad que no esté bajo la dic­ta­du­ra de la pro­pie­dad pri­va­da. ¡No se había empren­di­do des­de el Neo­lí­ti­co! Lo digo en serio, es un pro­yec­to que no había exis­ti­do des­de el Neo­lí­ti­co por­que la pro­pie­dad pri­va­da no es sim­ple­men­te el capi­tal, la pro­pie­dad pri­va­da exis­te des­de siem­pre, des­de la apa­ri­ción de los Esta­dos. Por con­si­guien­te, hay que con­ti­nuar en ese sen­ti­do, extra­yen­do de lo que ha teni­do lugar su carác­ter crea­dor e inno­va­dor. Pero al mis­mo tiem­po es nece­sa­rio que nos rin­da­mos cuen­tas a noso­tros mis­mos, y que rin­da­mos cuen­tas a la gen­te, de las razo­nes inter­nas del fra­ca­so. Por supues­to, ha habi­do pre­sión exter­na, pre­sión capi­ta­lis­ta, lo que no impi­de que todo se haya des­mo­ro­na­do y tene­mos que saber por qué. Es nece­sa­rio que quie­nes con­ti­núan sepan por qué y que, por lo tan­to, encuen­tren sus pro­pias razo­nes para con­ti­nuar sabien­do qué ocu­rrió real­men­te, pro­po­nién­do­lo y expli­cán­do­se­lo a la gen­te. Aho­ra bien, es evi­den­te que todo esto gra­vi­ta en torno a la cues­tión del Esta­do. Creo que en cier­to sen­ti­do estas empre­sas han sido con­tra­rias a la hipó­te­sis gene­ral mar­xis­ta que era la de una deca­den­cia del Esta­do. Se tra­ta­ba de empre­sas vio­len­ta­men­te esta­ta­les que enten­die­ron la dic­ta­du­ra del pro­le­ta­ria­do como la dic­ta­du­ra del pro­pio comu­nis­mo, lo que no es en abso­lu­to lo mis­mo. Así pues, creo que debe­mos tener nues­tra pro­pia con­cien­cia histórica.

Sobre ese pun­to, el segun­do epi­so­dio sin pre­ce­den­tes en la his­to­ria es la Revo­lu­ción Cul­tu­ral en Chi­na. ¿Por qué? Por­que, pre­ci­sa­men­te, puso a la orden del día la cues­tión del comu­nis­mo en su difí­cil rela­ción con la del poder del Esta­do. Duran­te años la juven­tud estu­dian­te y millo­nes de obre­ros actua­ron, pen­sa­ron y escri­bie­ron en un des­or­den extre­mo pero extre­ma­da­men­te movi­li­za­dor para rec­ti­fi­car el cur­so de las cosas y ani­mar el deve­nir comu­nis­ta. Final­men­te fra­ca­sa­ron, pero es impe­ra­ti­va­men­te nece­sa­rio par­tir de su experiencia.

Hoy en día lo que domi­na la opi­nión públi­ca y, de hecho, una opi­nión sumi­sa al tiem­po que inquie­ta, es que ha inte­rio­ri­za­do un «balan­ce» del comu­nis­mo hecho por quie­nes siem­pre han sido enemi­gos jura­dos del comu­nis­mo. Este supues­to balan­ce se resu­me en una máxi­ma: «No exis­te una polí­ti­ca comu­nis­ta, no ha exis­ti­do y nun­ca existirá».

Pues bien, ya veremos. 

2 de junio de 2017

[Tra­du­ci­do del fran­cés para Boltxe Kolek­ti­boa por Bea­triz Mora­les Bastos.]

Fuen­te de la pri­me­ra par­te: http://​www​.inves​ti​gac​tion​.net/​e​n​t​r​e​t​i​e​n​-​a​v​e​c​-​a​l​a​i​n​-​b​a​d​i​o​u​-​1​2​-​n​o​u​s​-​d​e​v​o​n​s​-​t​i​r​e​r​-​n​o​t​r​e​-​p​r​o​p​r​e​-​b​i​l​a​n​-​d​e​s​-​e​x​p​e​r​i​e​n​c​e​s​-​d​u​-​p​a​s​se/

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