Bra­sil. Rio 2016: el cal­va­rio de las fami­lias desalojadas

Alre­de­dor de 2.600 fami­lias han sido des­pla­za­das a cau­sa de las obras para los Jue­gos Olím­pi­co. Mien­tras que la com­pe­ti­ción se ha abier­to en Rio, cier­tas fami­lias toda­vía no han sido realo­ja­das, otras lo han sido de mane­ra violenta.

«El 3 de junio de 2015, la poli­cía muni­ci­pal ha agre­di­do físi­ca­men­te a los habi­tan­tes de Vila Autó­dro­mo [una fave­la de Rio] duran­te un inten­to de demo­li­ción. Las imá­ge­nes de los habi­tan­tes con la cabe­za ensan­gren­ta­da y los bra­zos cubier­tos de mar­cas de balas de goma han cir­cu­la­do por las redes socia­les». La esce­na tuvo lugar en lo que es actual­men­te le Par­que Olímpico.»

La web bra­si­le­ña Agên­cia Públi­ca ha dedi­ca­do un dos­sier mul­ti­me­dia sobre las fami­lias des­alo­ja­das para poder rea­li­zar las obras de los Jue­gos Olím­pi­cos de Rio, reu­nien­do «los ata­ques a los dere­chos huma­nos», las vio­len­cias «físi­cas y psi­co­ló­gi­cas» y las ame­na­zas que estas fami­lias han sufri­do para la rea­li­za­ción de las infra­es­truc­tu­ras de las competiciones.

«Según los datos [de los mili­tan­tes] del Comi­té Popu­lar de la Copa del Mun­do y de las Olim­pia­das de Rio, si se cuen­ta sola­men­te cua­tro de los gran­des pro­yec­tos de inver­sio­nes, 2.548 fami­lias han sido des­pla­za­das.» Entre ellas, la web del perio­dis­mo de inves­ti­ga­ción ha esta­do con 100, «una mues­tra repre­sen­ta­ti­va» y a ata­ca­do a las autoridades.

Euni­ce dos San­tos, 70 años, expli­ca: «Me dije­ron que iban a enviar a la poli­cía a nues­tra bús­que­da, que iban a demo­ler la casa con noso­tros den­tro». José Ronil­son da Sil­va, 35 años, que ha pasa­do los dos ter­cios de su vida en la fave­la Vila Autó­dro­mo recuer­da que las auto­ri­da­des le dije­ron: «Ah, usted ve que todo el mun­do se va, tie­ne que pen­sar en su fami­lia, pues podría sufrir represalias».

«La fal­ta de infor­ma­ción sobre las expul­sio­nes era una cons­tan­te en el pro­ce­so», has­ta el pun­to de que algu­nas fami­lias se ente­ra­ban sola­men­te «por los rumo­res sobre inter­net de que iba a haber demo­li­cio­nes». José Perei­ra Filho, 52 años, expli­ca a Agên­cia Públi­ca que la alcal­de­sa «le había pro­me­ti­do un taller en un terreno para poder con­ti­nuar tra­ba­jan­do. Les creí y he sido olvidado».

Esta agen­cia fun­da­da en 2011 se ha dado como fina­li­dad publi­car repor­ta­jes y encues­tas para con­tri­buir al deba­te demo­crá­ti­co y pro­mo­ver los dere­chos huma­nos. En la web del pro­yec­to, se pre­sen­ta una ver­sión en por­tu­gués y otra en inglés. Cada tes­ti­mo­nio ‑vídeo- está repre­sen­ta­da por una casa de color que recuer­da las casas de las favelas.

[Para ver el pro­yec­to: http://​apu​bli​ca​.org/​1​0​0​/​?​p​=​1​5​7​2​&​l​a​n​g​=en]

8 de agos­to de 2016

Fuen­te: Courrier inter­na­tio­nal

[Tra­du­ci­do del fran­cés por Boltxe Kolektiboa.]

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