Des­de el paraí­so hawaiano, luchan­do con­tra el impe­rio estadounidense

Repa­so y pre­sen­ta­ción de las dife­ren­tes caras de los movi­mien­tos sobe­ra­nis­tas hawaia­nos. Habla­mos del futu­ro de la isla con Bumpy Kanahe­le y Mili­la­ni Traskàs.

En el año 1893, un gru­po de empre­sa­rios y terra­te­nien­tes blan­cos, con la coope­ra­ción del ejér­ci­to de Esta­dos Uni­dos, derro­có el rei­no de Hawai, que fue ane­xio­na­do ofi­cial­men­te a Esta­dos Uni­dos en 1898, con­vir­tién­do­se en el cin­cuen­ta­vo esta­do en 1959. Des­de el pri­mer momen­to, hubo opo­si­ción por par­te de la pobla­ción nati­va hawaia­na, pero la repre­sión bru­tal, el geno­ci­dio cul­tu­ral y la ter­gi­ver­sa­ción de la his­to­ria expli­ca­da en las escue­las y los libros some­tie­ron al pue­blo hawaiano, que que­dó muy debi­li­ta­do y anestesiado.

Duran­te los años seten­ta, siguien­do el hilo de algu­nos gru­pos que habían man­te­ni­do la lla­ma rei­vin­di­ca­ti­va, hubo un pri­mer rena­ci­mien­to hawaiano con un aumen­to muy impor­tan­te del acti­vis­mo, tan­to nacio­nal como social y medioam­bien­tal. En 1993, la Reso­lu­ción de Dis­cul­pa fir­ma­da por el pre­si­den­te de Esta­dos Uni­dos del momen­to, Bill Clin­ton, en la que el gobierno esta­dou­ni­den­se pedía dis­cul­pas y admi­tía que el pue­blo hawaiano nun­ca había renun­cia­do a su sobe­ra­nía abrió los ojos de mucha gen­te –que se dio cuen­ta que luchar por la des­ocu­pa­ción de las Islas era un dere­cho legí­ti­mo– lo que lle­vó a un cre­ci­mien­to impor­tan­te de los movi­mien­tos soberanistas.

Estos movi­mien­tos siem­pre han esta­do muy frag­men­ta­dos, con pos­tu­ras y hojas de ruta muy dife­ren­tes entre ellos. Hay gru­pos que pro­cla­man que ellos son el gobierno legí­ti­mo de Hawai, ocu­pa­do ile­gal­men­te; otros luchan por la inde­pen­den­cia y otros recla­man el reco­no­ci­mien­to fede­ral que les otor­ga­ría un esta­tus pare­ci­do al de los pue­blos nati­vos ame­ri­ca­nos. En los últi­mos meses ha habi­do cier­tos movi­mien­tos de acer­ca­mien­to para inten­tar unir fuer­zas y supe­rar las reti­cen­cias per­so­na­les y las dife­ren­cias estratégicas.

Entre los líde­res de los movi­mien­tos sobe­ra­nis­tas des­ta­ca­mos dos. Denis Bumpy Kanahe­le y Mili­la­ni Trask.

Bumpy, Jefe de la nación hawaiana

Denis Bumpy Kanahe­le es, sin duda algu­na, el líder sobe­ra­nis­ta hawaiano más mediá­ti­co y más cono­ci­do inter­na­cio­nal­men­te. Empe­zó a apa­re­cer en la pren­sa el año 1985 con la ocu­pa­ción del Sea­li­ge Park (en la isla de Oahu), acción que recla­ma­ba que aque­llas tie­rras per­te­ne­cían al pue­blo hawaiano. El año siguien­te vol­vió a la pri­me­ra pági­na de la pren­sa con la ocu­pa­ción del faro Maka­puu, acción por la que aca­bó en la cár­cel, acu­sa­do de empu­ñar un arma y de apun­tar a la cabe­za de unos agen­tes. Más tar­de, en 1994, lide­ró la ocu­pa­ción de la pla­ya de Maka­puu –que duró die­cio­cho meses – , con lo que se con­vir­tió en uno de los lucha­do­res hawaia­nos más populares.

A par­tir de esta ocu­pa­ción, el Esta­do les dio unas tie­rras en Wai­ma­na­lo, en don­de fun­da­ron el Puuho­nua (refu­gio) de Wai­ma­na­lo, que lla­man la Nación Esta­do del Hawai Sobe­rano e Inde­pen­dien­te. Viven unas 80 per­so­nas, se rea­li­zan pro­yec­tos socia­les y agrí­co­las y se rigen por sus nor­mas. Ase­gu­ran que, has­ta aho­ra, nun­ca han pedi­do per­mi­sos para cons­truir lo que sea, que no pagan impues­tos y que han cor­ta­do el paso a la poli­cía cuan­do han que­ri­do acce­der. Es el úni­co lugar de este tipo en Hawai y pue­de que en todo el mun­do. Aquí, Esta­dos Uni­dos no tie­ne nada que decir, aquí somos libres. Ya pue­den venir a bus­car fugi­ti­vos de la jus­ti­cia o a inten­tar eli­mi­nar nues­tras plan­tas de marihua­na… aquí man­da­mos noso­tros. Esto es la Nación Sobe­ra­na e Inde­pen­dien­te de Hawai.

Apar­te de apa­re­cer en los perió­di­cos y la tele­vi­sión, el año pasa­do Bumpy actuó en la pelí­cu­la Aloha, con Bran­don Cooper, Emma Sto­ne o Bill Murray, en don­de se inter­pre­ta­ba a sí mis­mo. Las esce­nas se roda­ron en el pobla­do y el líder apa­re­cía con su cami­se­ta pre­fe­ri­da: Hawaiano por naci­mien­to, ame­ri­cano a la fuer­za. En la pelí­cu­la, que da voz a las rei­vin­di­ca­cio­nes de sobe­ra­nía del pue­blo hawaiano, los otros per­so­na­jes se diri­gen a él como rey, a pesar de que en la vida real, aun­que expli­que que es des­cen­dien­te del rey Kameha­meha, la gen­te le lla­ma sim­ple­men­te Bumpy o tío, una pala­bra que en Hawai se uti­li­za en señal de res­pe­to. Mi abue­la me expli­ca­ba que nos caza­ban. Duran­te cien años, inten­ta­ron liqui­dar a todos los des­cen­dien­tes del rey para que nadie pudie­ra recla­mar nada.

Su gru­po tie­ne muchos fren­tes abier­tos, pero tie­nen cla­ro cuál es el prio­ri­ta­rio: Esta­mos luchan­do por nues­tra sobe­ra­nía nacio­nal. Pri­me­ro, hemos de con­se­guir que se acep­te nues­tra nacio­na­li­dad, la exis­ten­cia y la cohe­sión de la nación sobe­ra­na hawaia­na, y des­pués recla­ma­re­mos la inde­pen­den­cia. A dife­ren­cia de lo que pien­sa mucha gen­te, se tra­ta de un con­flic­to nacio­nal, no racial.

Otro fren­te muy impor­tan­te para ellos es bus­car la uni­dad entre los sobe­ra­nis­tas. En este sen­ti­do están pre­pa­ran­do un gran acto para el mes de agos­to, que espe­ran sea mul­ti­tu­di­na­rio y aco­ja gen­te de todos los gru­pos y movimientos.

Hay un tema sobre el que tie­nen muchos pro­yec­tos: el finan­cie­ro. Cómo con­se­guir fon­dos para poder ir orga­ni­zan­do las estruc­tu­ras de un futu­ro gobierno hawaiano, ampliar el pobla­do, mejo­rar los ser­vi­cios bási­cos para la pobla­ción hawaia­na, un ban­co hawaiano para los hawaia­nos… Aho­ra mis­mo esta­mos tenien­do con­tac­tos con Japón. Ellos tam­bién sopor­ta­ron a Esta­dos Uni­dos. Han teni­do Hiroshi­ma y noso­tros tene­mos el derro­ca­mien­to y la nega­ción de nues­tra sobe­ra­nía. Los japo­ne­ses, en el momen­to del derro­ca­mien­to, ofre­cie­ron su apo­yo a la rei­na Lilu’o­ka­la­ni y fue­ron los últi­mos en mar­char­se. Esta pos­tu­ra con­tras­ta con una opi­nión gene­ra­li­za­da bas­tan­te anti­ja­po­ne­sa; mucha gen­te hawaia­na ve como otra for­ma de ocu­pa­ción el que muchos miem­bros del gobierno del esta­do de Hawai, de la judi­ca­tu­ra y car­gos impor­tan­tes sean des­cen­dien­tes de japoneses.

Res­pec­to al tema polí­ti­co estre­lla actual en las islas –la Con­ven­ción Cons­ti­tu­cio­nal que se cele­bró recien­te­men­te y que tenía que cam­biar el futu­ro del pue­blo nati­vo hawaiano dotán­do­lo de una cons­ti­tu­ción y de un orga­nis­mo de auto­go­bierno – , Bumpy, a dife­ren­cia de la mayo­ría de líde­res y acti­vis­tas sobe­ra­nis­tas, y aun­que sien­do muy crí­ti­co con su orga­ni­za­ción, deci­dió par­ti­ci­par por­que creía que era una bue­na pla­ta­for­ma para deba­tir, dis­cu­tir e, inclu­so, crear un orga­nis­mo de auto­go­bierno. Pero, des­pués de asis­tir a algu­nas sesio­nes, deci­dió reti­rar­se al ver que no se podía hacer nada, que esta­ba todo hecho y ben­de­ci­do, para ir hacia el Reco­no­ci­mien­to Fede­ral de los Nati­vos Hawaia­nos y no hacia la independencia.

Lo que ha pasa­do aquí es la for­ma más clan­des­ti­na de geno­ci­dio, afir­ma Bumpy. Hay una con­cien­cia colec­ti­va colo­ni­za­da, que es lo que más ha difi­cul­ta­do poder avan­zar. Pero los tiem­pos cam­bian. Yo no hablo hawaiano, pero los más jóve­nes apren­den la ver­da­de­ra his­to­ria de Hawai, no la mani­pu­la­da. Por lo tan­to, a pesar de la situa­ción y de luchar con­tra el país más pode­ro­so del mun­do, hay espa­cio para el opti­mis­mo.

Mili­la­ni Trask, lucha­do­ra por el dere­cho de los pue­blos originarios

Como Bumpy, Mili­la­ni hace déca­das que se man­tie­ne al pie del cañón, pero su apro­xi­ma­ción al tema de la sobe­ra­nía del pue­blo hawaiano es muy dife­ren­te: Como nati­vos hawaia­nos, tene­mos espe­ci­fi­ci­da­des, evi­den­te­men­te, tan­to por el hecho de vivir en las islas más remo­tas del pla­ne­ta como por el hecho de que, antes de la ocu­pa­ción, tenía­mos tra­ta­dos inter­na­cio­na­les con todos los gran­des Esta­dos de la épo­ca. Pero no hemos de olvi­dar que todos los pue­blos indí­ge­nas tene­mos muchas cosas en común, aho­ra más que nun­ca. Con los otros pue­blos del Pací­fi­co com­par­ti­mos la vida marí­ti­ma y las luchas por los dere­chos a la pes­ca, está el cam­bio cli­má­ti­co, que nos afec­ta a todos. La polí­ti­ca glo­bal ha refor­za­do nues­tras rela­cio­nes glo­bal­men­te.

El acti­vis­mo de Mili­la­ni y de su her­ma­na Hau­na­nu-Kai, otra his­tó­ri­ca líder polí­ti­ca, empie­za en su casa. Mi fami­lia siem­pre ha sido muy polí­ti­ca. Mi abue­lo fue un acti­vis­ta des­ta­ca­do. Hizo cam­pa­ñas para que la elec­tri­ci­dad lle­ga­ra a todos, no solo en las zonas don­de vivían los blan­cos; y luchó para con­se­guir un Juz­ga­do Cri­mi­nal para evi­tar que los hawaia­nos con­ti­nua­ran sien­do dete­ni­dos y con­de­na­dos sin nin­gún tipo de jui­cio. Mis padres tam­bién esta­ban muy impli­ca­dos en la defen­sa de los dere­chos nacio­na­les y socia­les de los hawaia­nos. Naci­mos apren­dien­do la his­to­ria real, de cómo era Hawai antes de la lle­ga­da de los blan­cos y lo que pasó des­pués del derro­ca­mien­to. En nues­tra casa, nun­ca ondeó la ban­de­ra nor­te­ame­ri­ca­na, no se per­mi­tía. Ondea­ba la ban­de­ra hawaiana.

Empe­zó su mili­tan­cia polí­ti­ca cuan­do era estu­dian­te en Cali­for­nia, duran­te la gue­rra del Viet­nam, en una orga­ni­za­ción mar­xis­ta-leni­nis­ta-maoís­ta, idea­rio del cual apren­dió mucho, pero del que des­pués se fue ale­jan­do. Su dog­ma polí­ti­co no tenía nada que ver con los indí­ge­nas, no se habla­ba de auto­de­ter­mi­na­ción de los pue­blos indí­ge­nas. Tuve que salir de esa orga­ni­za­ción para rom­per con esas limi­ta­cio­nes y empe­cé a tra­ba­jar con los Nati­vos Ame­ri­ca­nos, bus­can­do las raí­ces de la colo­ni­za­ción. Estu­dió Dere­cho y se espe­cia­li­zó en el tema de dere­chos huma­nos, pasan­do a par­ti­ci­par en forums y orga­nis­mos inter­na­cio­na­les, como la Ini­cia­ti­va Indí­ge­na por la Paz, la Orga­ni­za­ción de las Nacio­nes y los Pue­blos sin repre­sen­ta­ción o la Red de Muje­res Indí­ge­nas, y par­ti­ci­pó en la redac­ción de la Decla­ra­ción de las Nacio­nes Uni­das de los Dere­chos de los Pue­blos Indí­ge­nas. Duran­te todos estos años ha tra­ba­ja­do y se ha rela­cio­na­do con gen­te como Yas­ser ara­fat, el Dalai Lama o Rigo­ber­ta Menchu.

Mili­la­ni fue una de las fun­da­do­ras y líde­res de la orga­ni­za­ción Ka Lahui Hawai, el gru­po sobe­ra­nis­ta hawaiano que ha con­ta­do con más afi­lia­dos (a fina­les de los años noven­ta, sobre­pa­só los 20.000). Fue una orga­ni­za­ción muy acti­va, con su pro­pia cons­ti­tu­ción, un plan para avan­zar hacia la auto­de­ter­mi­na­ción, y con­vo­có actos mul­ti­tu­di­na­rios. El gru­po, des­pués de años de poca acti­vi­dad, vol­vió a acti­var­se con la idea de vol­ver a ser cla­ve en la lucha y en el inten­to de bus­car la unidad.

Ka Lahui defien­de el reco­no­ci­mien­to fede­ral del pue­blo nati­vo hawaiano como paso estra­té­gi­co para avan­zar hacia la sobe­ra­nía. Para ella tener cla­ra la estra­te­gia y la hoja de ruta es fun­da­men­tal: Hay muchos sobe­ra­nis­tas que hablan de inde­pen­den­cia con­ti­nua­men­te, pero cuan­do les pre­gun­tan como pien­san lle­gar a esa inde­pen­den­cia, no saben qué res­pon­der. Se ha de tener una estra­te­gia. Se ha de crear la nación, dar­le el poder, que se auto­de­ter­mi­ne y, des­pués, habla­re­mos de inde­pen­den­cia, se ha de ir paso a paso. Y todo esto se ha de hacer pací­fi­ca­men­te. Des­de el derro­ca­mien­to del Rei­no, siem­pre hemos rei­vin­di­ca­do pací­fi­ca­men­te. Si coge­mos un arma, Amé­ri­ca nos borra­rá del mapa al momen­to.

Res­pec­to a la recien­te Con­ven­ción Cons­ti­tu­cio­nal, Mili­la­ni ha esta­do en con­tra des­de el pri­mer momen­to. Este pro­ce­so no es legí­ti­mo, los par­ti­ci­pan­tes ni tan solo han sido ele­gi­dos. Ade­más, ha cos­ta­do millo­nes de dóla­res, que se podrían haber inver­ti­do en muchas otras cosas, como, por ejem­plo, la edu­ca­ción. Es un pro­ce­so que no vie­ne del pue­blo. La auto­de­ter­mi­na­ción de un pue­blo ha de ser ejer­ci­da por este pue­blo mis­mo, no impues­ta por el gobierno ocu­pan­te a su manera.

Actual­men­te, Mili­la­ni con­ti­núa ase­so­ran­do, luchan­do por los dere­chos socia­les del pue­blo hawaiano, rela­cio­nán­do­se con líde­res indí­ge­nas de otras nacio­nes y, sobre­to­do, pre­pa­ran­do a la juven­tud para que con­ti­núa el tra­ba­jo que ella ha esta­do hacien­do duran­te estos años.

Dani Farrús

Hono­lu­lu, 15 de junio de 2016

Fuen­te: Direc­ta

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