El carác­ter no mix­to: una nece­si­dad polí­ti­ca. Domi­na­ción, segre­ga­ción y autoemancipación

Qui­sie­ra hablar aquí de los dife­ren­tes sen­ti­dos del carác­ter mix­to y en par­ti­cu­lar, aun­que no exclu­si­va­men­te, del carác­ter mix­to entre los sexos y del carác­ter no mixto.

El carác­ter no mix­to que se pade­ce

En pri­mer lugar, el carác­ter no mix­to es una impo­si­ción del sis­te­ma patriar­cal, que exclu­ye a las muje­res por prin­ci­pio con­si­de­ran­do que no for­man par­te de la socie­dad polí­ti­ca, en Fran­cia de jure has­ta 1945 o de fac­to hoy en día. El mun­do está diri­gi­do por clu­bes de hom­bres: la ONU, la OSCE, la OTAN en el ámbi­to inter­na­cio­nal y en el ámbi­to nacio­nal, los gobier­nos, los nive­les de deci­sión de las admi­nis­tra­cio­nes y los ejér­ci­tos, así como los minis­te­rios corres­pon­dien­tes a estos orga­nis­mos. Clu­bes de hom­bres tam­bién en la Fran­cia de aba­jo, en los ayun­ta­mien­tos, en las aso­cia­cio­nes, en las aso­cia­cio­nes de juga­do­res de bolos, de pes­ca­do­res, de prac­ti­can­tes de depor­tes nue­vos o tra­di­cio­na­les. La caza, por ejem­plo, está bien cus­to­dia­da des­de más de un pun­to de vista.

El carác­ter mix­to sin igualdad

Con­tra este aca­pa­ra­mien­to de poder exis­te la idea gene­ra­li­za­da de que fal­tan muje­res y que su pre­sen­cia, el carác­ter mix­to, bas­ta­ría para res­ta­ble­cer el equi­li­brio y garan­ti­zar la igual­dad. Esta idea requie­re dos observaciones.

En pri­mer lugar, el carác­ter mix­to des­de el pun­to de vis­ta de los hom­bres no es el 50 % de muje­res, sino apro­xi­ma­da­men­te el 20 %. En pari­dad se sien­ten ame­na­za­dos, como muy bien dijo el minis­tro de jus­ti­cia Domi­ni­que Per­ben, que temía una femi­ni­za­ción de la magis­tra­tu­ra. Ni que decir tie­ne que la femi­ni­za­ción es un mal, sin que se requie­ra expli­ca­ción alguna.

A con­ti­nua­ción, no hay idea más fal­sa que la pari­dad numé­ri­ca como garan­te de la igual­dad. ¿Qué lugar es más mix­to que la fami­lia? Y, sin embar­go, ¿dón­de hay más des­igual­dad entre mari­do y mujer, entre padres e hijos? Se obje­ta­rá que se extien­de una visión igua­li­ta­ria del matri­mo­nio. Sin duda. Mien­tras la idea se abre camino, la vio­len­cia mas­cu­li­na en el mar­co del matri­mo­nio es la pri­me­ra cau­sa de mor­tan­dad a esca­la mun­dial de muje­res entre 18 y 44 años, antes que el cán­cer o los acci­den­tes de trá­fi­co. Por lo que se refie­re a los hijos, si bien los pedó­fi­los ase­si­nos (es decir, los des­co­no­ci­dos) matan a unas cuan­tas dece­nas al año, los padres matan a varios miles sola­men­te en Fran­cia. Y es sabi­do que la jerar­quía no prohí­be la inti­mi­dad, al con­tra­rio: no hay mayor inti­mi­dad que entre los amos y los escla­vos de la casa.

Tal como se prac­ti­ca, el carác­ter mix­to en las escue­las e ins­ti­tu­tos lle­va a la per­se­cu­ción de las chi­cas, a la hiper­se­xua­li­za­ción de las con­duc­tas de ambos sexos y no evi­ta, lejos de ello, el carác­ter no mix­to que se desa­rro­lla en su pro­pio seno ya que des­de la escue­la pri­ma­ria los chi­cos se cons­ti­tu­yen en gru­pos que exclu­yen a las chi­cas. Así es como des­de muy pron­to comien­zan esta prác­ti­ca de socia­bi­li­dad mono­se­xua­da y es sabi­do que son las redes infor­ma­les de socia­bi­li­dad las que en gran par­te deter­mi­nan las carre­ras en el mun­do labo­ral, don­de los hom­bres siguen coop­tán­do­se, se podría decir que, sim­ple­men­te, por­que no tie­nen amigas.

Las muje­res, exclui­das, no desean el carác­ter no mix­to que se les impo­ne: como todos los domi­na­dos, desean acer­car­se al gru­po domi­nan­te. En gene­ral, tam­bién desean con­ven­cer­le de que las tra­ta mal.

Ante el fra­ca­so de esta estra­te­gia de per­sua­sión amis­to­sa, en 1970 el movi­mien­to de libe­ra­ción de las muje­res en todo el mun­do eli­gió el carác­ter no mix­to en sus reunio­nes. Más exac­ta­men­te, un carác­ter no mix­to ele­gi­do y no impues­to.

El carác­ter no mix­to ele­gi­do

La prác­ti­ca del carác­ter no mix­to es sim­ple­men­te la con­se­cuen­cia de la teo­ría de la auto­eman­ci­pa­ción. La auto­eman­ci­pa­ción es la lucha por par­te de los opri­mi­dos para los opri­mi­dos. Pare­ce que cada gene­ra­ción polí­ti­ca tie­ne que redes­cu­brir esta idea sim­ple. En la déca­da de 1960 fue redes­cu­bier­ta en pri­mer lugar por el movi­mien­to esta­dou­ni­den­se a favor de los dere­chos civi­les que tras dos años de lucha mix­ta deci­dió crear gru­pos negros, cerra­dos a los blan­cos. Era, y sigue sien­do, la condición:

  • para poder expre­sar su expe­rien­cia de dis­cri­mi­na­ción y de humi­lla­ción sin temor a cau­sar pena a los blan­cos buenos,
  • para que se pudie­ra expre­sar el ren­cor y debe expresarse,
  • para que la admi­ra­ción que los opri­mi­dos, inclu­so rebel­des, no pue­den evi­tar sen­tir por los opre­so­res (los negros por los blan­cos, las muje­res por los hom­bres) no siga dan­do más peso a los repre­sen­tan­tes del gru­po dominante.

Y es que en los gru­pos mix­tos, negros-blan­cos o muje­res-hom­bres, y en gene­ral en los gru­pos domi­na­dos-domi­nan­tes, lo que tien­de a … domi­nar es la visión domi­nan­te del pre­jui­cio sufri­do por el gru­po domi­na­do. Los opri­mi­dos deben no solo diri­gir la lucha con­tra su opre­sión, sino antes de ello defi­nir esta opre­sión ellas y ellos mis­mos. Por ello el carác­ter no mix­to desea­do, el carác­ter no mix­to polí­ti­co, debe seguir sien­do la prác­ti­ca de base de toda lucha y es solo así como los momen­tos mix­tos de la lucha (y es que los hay y es nece­sa­rio que los haya) no serán sus­cep­ti­bles de deri­var hacia una recon­duc­ción sua­ve de la dominación.

Chris­ti­ne Delphy

Publi­ca­do en Les mots sont impor­tants el 21 de abril de 2016

Tra­du­ci­do del fran­cés para Boltxe Kolek­ti­boa por Bea­triz Mora­les Bastos

[Este tex­to, iné­di­to en for­ma escri­ta, se expu­so oral­men­te el 8 de mayo de 2006 con oca­sión de la fies­ta de con­me­mo­ra­ción del 50 ani­ver­sa­rio de Le Mon­de diplo­ma­ti­que. Lo repro­du­ci­mos con auto­ri­za­ción de la auto­ra. El títu­lo y los epí­gra­fes han sido aña­di­dos por el colec­ti­vo Les mots sont importants.

Sobre la dis­tin­ción entre carác­ter no mix­to que se pade­ce y carác­ter no mix­to ele­gi­do, véa­se tam­bién Syl­vie Tis­sot y Pie­rre Teva­nian, La mixi­té con­tre le choix.La mixi­té con­tre le choix. À pro­pos des ambi­guï­tés de la poli­ti­que publi­que de lut­te con­tre les ghettos]

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