Pon­ga­mos lími­te a la pobre­za – Umbral de la Pobre­za 2016

El capi­ta­lis­mo explo­ta y pre­ca­ri­za, y en con­se­cuen­cia pro­vo­ca una dua­li­za­ción de la sociedad.

El resul­ta­do del mode­lo eco­nó­mi­co depre­da­dor: la pobreza.

El capi­ta­lis­mo está pro­du­cien­do un pro­ce­so de empo­bre­ci­mien­to en amplios sec­to­res de la pobla­ción mun­dial. En la déca­da de los años 1990 se afir­ma­ba que de seguir la ten­den­cia actual, la mitad de la huma­ni­dad esta­ría en situa­ción de pobre­za abso­lu­ta entre 2050 y 2075. Pero el ade­lan­to a estas pre­vi­sio­nes ha sido meteó­ri­co, des­de 2010 ya la mitad de la huma­ni­dad mal­vi­vía con solo el 2% de la rique­za del pla­ne­ta y hoy en día el 1% más rico de la pobla­ción mun­dial acu­mu­la más rique­za que el 99% restante.

Según el cri­te­rio mar­ca­do por la agen­cia Euros­tat (60 % de la media­na nacio­nal de la ren­ta dis­po­ni­ble equi­va­len­te) y al fina­li­zar 2014 en la Unión Euro­pea, 121,95 millo­nes de per­so­nas esta­ban en pobre­za y ries­go de exclu­sión, de las cua­les 13,4 millo­nes eran del Esta­do espa­ñol (casi un 29% del total de la pobla­ción). El Esta­do espa­ñol res­ca­ta­do «de fac­to» en mayo de 2011 ha lle­va­do a la máxi­ma pau­pe­ri­za­ción a más de un ter­cio de su pobla­ción para cum­plir los «pro­gra­mas de ajus­tes» exi­gi­dos por la troy­ka. Por otra par­te, indi­car que este enor­me cre­ci­mien­to de la pobre­za y exclu­sión es pura­men­te for­mal y se refie­re a los datos ofi­cia­les. El empo­bre­ci­mien­to gene­ral de la pobla­ción ha sido mucho más acu­sa­do que el mos­tra­do por los datos estadísticos.

Este pro­ce­so tam­bién tie­ne su refle­jo en Eus­kal Herria a tra­vés de un amplio recor­te de dere­chos socia­les y labo­ra­les lle­va­do a cabo a gol­pe de Ley. El obje­ti­vo es aumen­tar la acu­mu­la­ción de bene­fi­cios, y esto solo es posi­ble si cada vez se saca más bene­fi­cio de la mano de obra (pagan­do menos y empeo­ran­do las con­di­cio­nes labo­ra­les), de las mate­rias pri­mas (explo­tan­do los recur­sos de otros pue­blos) y expo­lian­do más feroz­men­te la naturaleza.

Eus­kal Herria se ha con­so­li­da­do «a gol­pe de ley» en una socie­dad precaria.

Entre 2002 – 2008 las ren­tas más altas habían aumen­ta­do el 114,52%, mien­tras los sala­rios y pen­sio­nes per­dían valor adqui­si­ti­vo (ha sido mayor el IPC real que las subi­das anua­les). La pér­di­da de ingre­sos por par­te de las per­so­nas más des­fa­vo­re­ci­das y el man­te­ni­mien­to y lige­ra mejo­ría de las más ricas, ha gene­ra­do un pro­ce­so de movi­li­dad des­cen­den­te de una par­te impor­tan­te de la pobla­ción y el avan­ce de otra hacia el polo defi­ni­do por el com­ple­to bien­es­tar. En Ara­ba, Biz­kaia y Gipuz­koa, (no tene­mos datos para Nafa­rroa Garaia) el 1,67% de la pobla­ción con­tro­la el 44,78% de la rique­za, mien­tras que el 8% sobre­vi­ve con ingre­sos infe­rio­res a 500 euros al mes, y el 36,33% se situa­ba por deba­jo del Umbral de Pobre­za (37,5% del PIB per cápita).

Todas las refor­mas labo­ra­les impues­tas, que nos pro­me­tían que iba a mejo­rar la con­tra­ta­ción, solo han sido un ins­tru­men­to más para que la patro­nal siga aumen­tan­do los des­pi­dos y la pre­ca­rie­dad de los con­tra­tos. Des­de 2008 se han des­trui­do 180.700 pues­tos de tra­ba­jo en el con­jun­to de los terri­to­rios de Hego Eus­kal Herria. La reali­dad es ter­ca y año tras año nos vemos obli­ga­das a repe­tir que la pre­ca­rie­dad se ins­ta­la en el ámbi­to labo­ral, con más de 199.000 per­so­nas en paro en Hego Eus­kal Herria. En este con­tex­to de empo­bre­ci­mien­to cre­cien­te, tener empleo ya no es una sal­va­guar­da de pro­tec­ción ante las situa­cio­nes de pobre­za. La exis­ten­cia de per­so­nas tra­ba­ja­do­ras pobres rom­pe con la idea de que la inte­gra­ción en el mer­ca­do labo­ral es la con­di­ción bási­ca para evi­tar la pobre­za, la exclu­sión social o la pri­va­ción mate­rial. Aun­que los sala­rios son cla­ves, la pobre­za se mate­ria­li­za en los hoga­res por­que las polí­ti­cas públi­cas no cum­plen el papel fun­da­men­tal que deben de cum­plir en la redis­tri­bu­ción de la rique­za. Por ello habla­mos de pre­ca­ri­za­ción social ya que miles de per­so­nas sin tra­ba­jo remu­ne­ra­do – para­das, pen­sio­nis­tas, viu­das, pre­cep­to­ras de pres­ta­cio­nes… – se ven con­de­na­das a vivir con ingre­sos infe­rio­res al umbral de la pobre­za (37,5% PIB per cápi­ta,). Con­ti­nua­men­te se rea­li­zan aumen­tos en los reci­bos del agua, el gas, el trans­por­te (el reci­bo de la luz se ha incre­men­ta­do más de un 60% des­de el 2007), se dupli­ca el núme­ro de per­so­nas per­cep­to­ras de ayu­das socia­les, aumen­tan los hoga­res que no pue­den afron­tar las fac­tu­ras del hogar, más de un ter­cio de la pobla­ción juve­nil no pue­de eman­ci­par­se, los suel­dos de los direc­ti­vos suben mien­tras que las muje­res per­ci­ben un 35,6% menos de sala­rio que los hom­bres. Más de 50.000 per­so­nas han sido desahu­cia­das des­de el ini­cio de la cri­sis. Por la subi­da del IVA, el impues­to de elec­tri­ci­dad, etc., suma­do al frau­de en los impues­tos direc­tos al capi­tal y socie­da­des, [en 2016 se ha dis­pa­ra­do el peso de los impues­tos indi­rec­tos (53,4% fren­te al 46% pre­su­pues­ta­do en 2008), que no intro­du­cen ele­men­tos de pro­gre­si­vi­dad], las ren­tas más bajas sopor­tan cada vez un mayor esfuer­zo tri­bu­ta­rio (al ser tan bajas toda la ren­ta dis­po­ni­ble se dedi­ca al consumo).

La impor­tan­cia de la deter­mi­na­ción del umbral de pobreza.

En Elkar­tzen pen­sa­mos que toda per­so­na tie­ne que tener garan­ti­za­dos unos ingre­sos míni­mos dig­nos para poder hacer efec­ti­va la par­ti­ci­pa­ción social acti­va. Aun cuan­do pue­da pare­cer una obvie­dad, el fenó­meno de la pobre­za, su com­pren­sión y expli­ca­ción, par­ten de una cues­tión cla­ve: la des­igual dis­tri­bu­ción de la rique­za y de la ren­ta, tan­to en sen­ti­do «ver­ti­cal» (ren­tas del tra­ba­jo y ren­tas del capi­tal) como en sen­ti­do «hori­zon­tal» (dis­tri­bu­ción de recur­sos entre la población).

Los infor­mes ofi­cia­les nos hablan de pobre­za rela­ti­va, pre­ca­rie­dad, ausen­cia de bien­es­tar, etc., mani­pu­lan­do índi­ces y núme­ros que enmas­ca­ran la ver­da­de­ra reali­dad. Elkar­tzen lle­va años recla­man­do, que se esta­blez­ca un cri­te­rio homo­gé­neo para defi­nir y deter­mi­nar el Umbral de Pobre­za. Se tra­ta de defi­nir una refe­ren­cia en base a los nive­les de ren­tas y pre­cios de una socie­dad y a par­tir de estos se deter­mi­na el míni­mo que nece­si­ta una per­so­na para vivir con un míni­mo de dig­ni­dad. Des­de Elkar­tzen pen­sa­mos que se debe uti­li­zar esa refe­ren­cia a la hora de cal­cu­lar todas las asig­na­cio­nes eco­nó­mi­cas míni­mas, como el Sala­rio Míni­mo Inter­pro­fe­sio­nal, las pres­ta­cio­nes socia­les en pen­sio­nes, la Ren­ta de Garan­tía de Ingre­sos, la Ren­ta de Inclu­sión Social, etc., de for­ma que estas nun­ca sean infe­rio­res al Umbral de Pobreza.

Las ins­ti­tu­cio­nes euro­peas y esta­ta­les basan la deter­mi­na­ción del Umbral de Pobre­za en la media­na de la ren­ta dis­po­ni­ble equi­va­len­te, es decir, de los sala­rios para la mayo­ría de la pobla­ción. Tenien­do en cuen­ta que des­de media­dos de la déca­da de los seten­ta la par­ti­ci­pa­ción de la pobla­ción asa­la­ria­da en la rique­za gene­ra­da ha des­cen­di­do mien­tras que la par­te apro­pia­da por el capi­tal ha aumen­ta­do sus­tan­cial­men­te: en 1977 la remu­ne­ra­ción de la pobla­ción asa­la­ria­da repre­sen­ta­ba el 67,3% del PIB, mien­tras que en 2012 este por­cen­ta­je se ha redu­ci­do al 48,6%, nues­tra pro­pues­ta pasa por inde­xar los sala­rios al PIB per cápi­ta. Aun­que somos cons­cien­tes de las limi­ta­cio­nes que pre­sen­ta el PIB a la hora de con­ta­bi­li­zar la rique­za gene­ra­da (no con­ta­bi­li­za el frau­de fis­cal, ni la eco­no­mía sumer­gi­da, ni que decir el tra­ba­jo repro­duc­ti­vo sin el cual esta socie­dad no con­se­gui­ría sobre­vi­vir), y estan­do abier­tas a las apor­ta­cio­nes que pue­dan lle­gar, pen­sa­mos que este méto­do tie­ne la vir­tud de anclar la dis­tri­bu­ción de la rique­za a su gene­ra­ción. Así, plan­tea­mos un sis­te­ma de indi­za­ción auto­má­ti­co arti­cu­la­do en fun­ción del PIB de cada terri­to­rio, según el cual:

  1. El SMI no debe­ría nun­ca de ser infe­rior al 50% del PIB per cápita.

    El SMI actual, está crean­do «tra­ba­ja­do­res pobres». Siguien­do esta meto­do­lo­gía para Hego Eus­kal Herria en 2016 el SMI (y por ende la pen­sión míni­ma) se esta­ble­ce­ría en 1.326,51 euros al mes, fren­te a los 655,20 real­men­te esta­ble­ci­dos por Madrid, menos de la mitad.

  2. Nin­gu­na pres­ta­ción debe­ría ser infe­rior al 37,5% del PIB per cápi­ta, que pasa­ría a ser con­si­de­ra­do el Umbral de Pobreza.

    Es cier­to que solo con garan­ti­zar ren­tas y sala­rios en el Umbral de Pobre­za no vamos a con­se­guir aca­bar con la pobre­za. Ase­gu­rar unas con­di­cio­nes labo­ra­les dig­nas para aca­bar con la explo­ta­ción, poner lími­te a los desor­bi­ta­dos pre­cios de las vivien­das y alqui­le­res, son solo algu­nas de las cues­tio­nes impres­cin­di­bles para aca­bar con la pobre­za de una mane­ra integral.

En elkar­tzen hemos cal­cu­la­do el umbral de pobre­za para 2016.

En 2016 el Umbral de Pobre­za para Hego Eus­kal Herria que­da seña­la­do en 11.938,65 euros, lo que sig­ni­fi­ca una can­ti­dad men­sual de 994,8 euros por lo que Elkar­tzen rei­vin­di­ca unas pres­ta­cio­nes o sala­rio social por enci­ma de este valor. Tan­to el actual Sala­rio Míni­mo Inter­pro­fe­sio­nal, como muchos otros sala­rios, dife­ren­tes pres­ta­cio­nes socia­les, la Ren­ta de Garan­tía de Ingre­sos, la Ren­ta de Inser­ción Social así como dema­sia­das pen­sio­nes, espe­cial­men­te las no con­tri­bu­ti­vas y las de viu­de­dad, se encuen­tran en estos momen­tos por deba­jo del Umbral de Pobre­za según nues­tra metodología.

El Umbral de Pobre­za es un ins­tru­men­to efi­caz para redu­cir las des­igual­da­des socia­les. Para ase­gu­rar una dig­ni­dad míni­ma a toda per­so­na. Es un meca­nis­mo auto­má­ti­co para el repar­to de la rique­za, ya que si la rique­za aumen­ta, aumen­ta tam­bién la can­ti­dad del umbral y se dis­mi­nu­ye, tam­bién dis­mi­nu­ye dicha can­ti­dad. De igual mane­ra ayu­da a garan­ti­zar unas con­di­cio­nes de tra­ba­jo más dig­nas que las actua­les, así como para hacer fren­te a la explo­ta­ción, a los recor­tes socia­les y a los labo­ra­les. No solo ancla la dis­tri­bu­ción de la rique­za a su crea­ción sino que sim­pli­fi­ca el sis­te­ma de pres­ta­cio­nes aca­ban­do con los regí­me­nes espe­cia­les de la segu­ri­dad social dis­cri­mi­na­do­res de géne­ro, dan­do pasos en la crea­ción de un úni­co régi­men gene­ral. De igual mane­ra repar­te la rique­za gene­ra­da por todos de una mane­ra más equi­li­bra­da pero lo más impor­tan­te es que ase­gu­ra una dig­ni­dad míni­ma a toda per­so­na, y en espe­cial en el aumen­to de la auto­es­ti­ma e inde­pen­den­cia de la mujer fren­te al hombre.

Detrás de los fríos núme­ros en Eus­kal Herria un ter­cio de la pobla­ción (1 de cada 3!) de Eus­kal Herria sobre­vi­ve por deba­jo del Umbral de Pobre­za, en silen­cio e invi­si­bles a nues­tro deam­bu­lar fre­né­ti­co. Es hora de des­per­tar de con­cien­ciar­se y de plan­tar­le cara al sis­te­ma. Ante el expo­lio masi­vo de lo públi­co para pri­va­ti­zar­lo, ante el supues­to esta­do de bien­es­tar que no es más que de males­tar, ante el mie­do y el des­am­pa­ro, ante esta gue­rra sote­rra­da que están libran­do con­tra la inmen­sa mayo­ría de la pobla­ción, urge poner lími­te a la pobreza.

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