El pro­ble­ma espa­ñol y el nacio­na­lis­mo del Par­ti­do Comu­nis­ta de España

Pró­lo­go al libro El nacio­na­lis­mo impe­ria­lis­ta del Par­ti­do Comu­nis­ta de Espa­ña. Crí­ti­ca de una his­to­ria de dominación

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Con­tex­to interno

La edi­to­rial Boltxe Libu­ruak ha deci­di­do edi­tar en for­ma­to libro el tex­to –El nacio­na­lis­mo impe­ria­lis­ta del Par­ti­do Comu­nis­ta de Espa­ña. Crí­ti­ca de una his­to­ria de domi­na­ción–, escri­to y col­ga­do en la Red en abril de 2009. No se pue­de negar la opor­tu­ni­dad del momen­to, toda vez que den­tro de poco tiem­po se van a cele­brar elec­cio­nes gene­ra­les en el Esta­do espa­ñol en las que la lla­ma­da «cues­tión nacio­nal» vol­ve­rá a ser uno de los pun­tos decisivos.

Pero antes de hablar sobre su actua­li­dad, debe­mos ana­li­zar el con­tex­to en el que se escri­bió. Poco más de cua­tro años antes de su redac­ción, en enero de 2005, el Plan Iba­rretxe fue recha­za­do des­pec­ti­va­men­te en el Par­la­men­to de Madrid. Duran­te los meses pre­vios en los que el Plan aca­pa­ró impor­tan­cia polí­ti­ca, la izquier­da espa­ño­la que venía de la his­to­ria del Par­ti­do Comu­nis­ta de Espa­ña (PCE) no hizo prác­ti­ca­men­te nin­gu­na pre­sión prác­ti­ca, polí­ti­ca o teó­ri­ca para defen­der la legi­ti­mi­dad demo­crá­ti­ca de lo que enton­ces empe­za­ba a defi­nir­se como «dere­cho a deci­dir», excep­tuan­do la dig­na acción inter­na­cio­na­lis­ta de orga­ni­za­cio­nes revo­lu­cio­na­rias que se habían sepa­ra­do del tron­co del PCE.

Tras el recha­zo espa­ñol del Plan, entre mar­zo de 2006 y junio de 2007 se rea­li­za­ron con­ver­sa­cio­nes entre ETA, que decla­ró una tre­gua uni­la­te­ral, y el gobierno del PSOE. Duran­te el perío­do de oto­ño de 2004 en el que se per­fi­la el Plan Iba­rretxe has­ta el final de las con­ver­sio­nes entre ETA y el gobierno del PSOE, el nacio­na­lis­mo espa­ñol más dere­chis­ta había afi­la­do sus ins­tru­men­tos ideo­ló­gi­cos y medios pro­pa­gan­dís­ti­cos sin opo­si­ción por par­te de la izquier­da. Uno de sus temas pre­fe­ri­dos es el de la len­gua y cul­tu­ra: en la pri­me­ra mitad de 2008 va toman­do cuer­po el docu­men­to que en ese verano se cono­ce­ría como Mani­fies­to por una len­gua común1. La defen­sa del espa­ñol se rea­li­za pre­ci­sa­men­te entre fina­les de 2007 y comien­zos de 2008 cuan­do el deba­te sobre las «fron­te­ras de Euro­pa» adquie­re tan­ta impor­tan­cia que se crea un «Gru­po de Refle­xión» for­ma­do por exper­tos que debe­rán ela­bo­rar un mode­lo que aca­ba­se con las dis­cu­sio­nes que se venían arras­tran­do des­de 1993, como míni­mo, al cho­car intere­ses opues­tos de Esta­dos tan pode­ro­sos como el fran­cés y el espa­ñol2.

Inte­lec­tua­les espa­ño­lis­tas de dere­chas como Sava­ter habían pedi­do por esas fechas que se cam­bia­sen la Cons­ti­tu­ción o algu­nos Esta­tu­tos de Auto­no­mía para garan­ti­zar el uso del cas­te­llano como len­gua ofi­cial. La defen­sa de la domi­na­ción lin­güís­ti­co-cul­tu­ral espa­ño­la va uni­da al recha­zo de un dere­cho tan ele­men­tal como es el que tie­ne todo pue­blo a deci­dir sobre su pre­sen­te y futu­ro, ata­que que se basa en el recha­zo al Plan Iba­rretxe como su más recien­te expre­sión, al sos­te­ner­se que «pide un dere­cho que no exis­te»3.

Debe­mos dete­ner­nos un segun­do en este tema por­que el nacio­na­lis­mo espa­ñol tie­ne una de sus bazas fun­da­men­ta­les en el bene­fi­cio estric­ta­men­te eco­nó­mi­co, vil­men­te cre­ma­tís­ti­co, que extrae de la indus­tria­li­za­ción de su len­gua. Ya en 2003 se sabía que el uso del espa­ñol en los nego­cios en Esta­dos Uni­dos daba bene­fi­cios de 300.000 millo­nes de dóla­res, y la valo­ra­ción eco­nó­mi­ca de la len­gua espa­ño­la había ascen­di­do de 55.600 millo­nes de euros según la valo­ra­ción en pese­tas de 1995, a 98.600 millo­nes de euros en 2003, tenien­do en cuen­ta la tota­li­dad de indus­trias par­ti­cu­la­res y empre­sas públi­cas y esta­ta­les que entran en el nego­cio cul­tu­ral4. Según J. Gar­cía Del­ga­do el valor eco­nó­mi­co de la len­gua espa­ño­la venía a ser en 2007 alre­de­dor del 15% del PIB del Esta­do5, un valor com­pren­si­ble por­que la len­gua es «un argu­men­to eco­nó­mi­co» que faci­li­ta los flu­jos comer­cia­les inter­na­cio­na­les: usar el espa­ñol aumen­ta­ba en esos años un 286% los flu­jos comer­cia­les y el inglés un 237%, según las más serias inves­ti­ga­cio­nes6.

En 2010 la situa­ción eco­nó­mi­ca espa­ño­la era angus­tio­sa. Fue enton­ces cuan­do M. Á. Noce­da publi­ca un exten­so artícu­lo en el que ade­más de repe­tir los datos enton­ces cono­ci­dos y aña­dir otros más como el que la indus­tria de la len­gua espa­ño­la crea­ba alre­de­dor de 16% del empleo, tam­bién ponía como ejem­plo la pro­duc­ti­vi­dad eco­nó­mi­ca del espa­ñol com­pa­ra­da con la del pola­co, tenien­do en cuen­ta la simi­li­tud pobla­cio­nal. Pero aho­ra nos intere­sa es las pala­bras que cita de unos de los mayo­res estu­dio­sos de la indus­tria del espa­ñol: «Espa­ña tie­ne un papel en el mun­do: la defen­sa de la len­gua cas­te­lla­na»7

Pero del 2007 al 2011, en ple­na cri­sis, la apor­ta­ción al PIB de la indus­tria del espa­ñol había subi­do a un pun­to más, lle­gan­do al 16%. En este año el con­su­mo de los 450 millo­nes de his­pa­no­ha­blan­tes repre­sen­ta­ba el 9% del PIB mun­dial, y en EEUU el domi­nio del espa­ñol supo­ne un 30% de sobre­suel­do en deter­mi­na­das empre­sas. Otras inves­ti­ga­cio­nes mues­tras que el uso del espa­ñol supo­ne un fac­tor mul­ti­pli­ca­do cer­cano al 190% lo que per­mi­te incre­men­tar una media de alre­de­dor del 300% el comer­cio bila­te­ral en 2011, más que el inglés8. La indus­tria de la edu­ca­ción en len­gua espa­ño­la es flo­re­cien­te: en 2013 el Esta­do aco­gió a 858.000 estu­dian­tes extran­je­ros9.

El mie­do al des­cen­so de la tasa de bene­fi­cio que pro­du­ce la empre­sa mul­ti­na­cio­nal de la len­gua espa­ño­la que el Esta­do hace esfuer­zos para que no sigan bajan­do las matri­cu­la­cio­nes en espa­ñol en las uni­ver­si­da­des de Esta­dos Uni­dos10. Es por tan­to muy com­pren­si­ble que ya antes de la cri­sis de 2007 el nacio­na­lis­mo impe­ria­lis­ta espa­ñol defen­die­ra a muer­te su indus­tria cul­tu­ral, y que mul­ti­pli­ca­se las repre­sio­nes de los dere­chos de las len­guas de los pue­blos que opri­me con­for­me se agu­di­za la cri­sis. Una trans­na­cio­nal tan pode­ro­sa como Tele­fó­ni­ca ha rea­li­za­do un espe­cial esfuer­zo des­de 2006 con el pro­gra­ma «Valor eco­nó­mi­co del espa­ñol»11.Y es com­pren­si­ble que Feli­pe VI defen­die­se la expan­sión el espa­ñol en Esta­dos Uni­dos como len­gua del pro­gre­so eco­nó­mi­co, de aper­tu­ra de nue­vas y ren­ta­bles empre­sas allí como, de rebo­te, de empre­sa­rios yan­quis que invier­tan en el Esta­do espa­ñol12.

Des­de ini­cios de 2007 empe­za­ron a notar­se en Esta­dos Uni­dos los pri­me­ros sín­to­mas de lo que más tar­de se cono­ce­ría como la gran cri­sis que, con alti­ba­jo, aún con­ti­núa. En el Esta­do espa­ñol sus efec­tos des­truc­to­res se hicie­ron espe­rar un poco más
pero duran­te todo 2008 van gol­pean­do a un capi­ta­lis­mo en el que el 80% de las empre­sas tenían menos de tres tra­ba­ja­do­res y el 51,3% de ellas no emplea­ba a nin­guno13, en el que el «dine­ro negro»14supo­nía el 23% del PIB esta­tal mien­tras que la media de la enton­ces UE-15 era del 13%, y en el que el 50% de la pobla­ción que­ría defrau­dar a Hacien­da15. Esta eco­no­mía se des­plo­ma y para fina­les de 2008 sus bene­fi­cios se han redu­ci­do en un 28% con res­pec­to a las muy recien­tes épo­cas de esplen­dor16.

Para dis­po­ner de una idea ade­cua­da de las debi­li­da­des cre­cien­tes de un capi­ta­lis­mo como el vis­to arri­ba, hay que saber que en esa mis­ma épo­ca el 80% de las pymes tenían tan­tos pro­ble­mas de finan­cia­ción17 que el 17% corrían rie­go de cerrar en los pri­me­ros meses de 2009, lo que lle­va a un incre­men­to del 32% y de la moro­si­dad en un 84% en 2008 en los impa­gos de las pymes entre ellas, con el comer­cio y la indus­tria, y de los con­su­mi­do­res18, mien­tras que el frau­de fis­cal de la gran bur­gue­sía es escan­da­lo­so19 demos­tran­do en la prác­ti­ca que su nacio­na­lis­mo espa­ñol es solo ideo­ló­gi­co y polí­ti­co, y ape­nas económico.

En este con­tex­to un sec­tor pro­gre­sis­ta plan­teó el deba­te sobre si había que refor­mar o no la Cons­ti­tu­ción, recha­za­da mayo­ri­ta­ria­men­te por el pue­blo vas­co. Sec­to­res del refor­mis­mo inter­pre­ta­ban idí­li­ca­men­te su supues­to «con­te­ni­do demo­crá­ti­co», capaz de abrir vías de solu­ción a la cri­sis del Esta­do median­te el desa­rro­llo de los dere­chos fun­da­men­ta­les en ella reco­gi­dos como el del tra­ba­jo, la vivien­da, la inter­ven­ción esta­tal en empre­sas en apu­ros, etc.20. Inclu­so lle­gó a plan­tear­se la posi­bi­li­dad de refor­mar nada menos que 18 artícu­los de la lla­ma­da Car­ta Mag­na21. En el refor­mis­mo duro, el del Par­ti­do Comu­nis­ta de Espa­ña, comu­ni­có que rom­pía su «pac­to cons­ti­tu­cio­nal» (sic) res­pe­ta­do des­de 1978 a pesar de todas las bar­ba­ri­da­des come­ti­das por la bur­gue­sía bajo su ampa­ro22.

Des­de la izquier­da revo­lu­cio­na­ria e inter­na­cio­na­lis­ta, Ánge­les Maes­tro hizo una demo­le­do­ra crí­ti­ca de la Cons­ti­tu­ción23. El cho­que de opcio­nes enfren­ta­das –man­te­ner la Cons­ti­tu­ción, refor­mar­la, rom­per con ella, o com­ba­tir­la fron­tal­men­te– mos­tra­ba la impor­tan­cia del deba­te que no ha cesa­do de cre­cer des­de enton­ces por­que afec­ta a lo que se entien­de por «nación espa­ño­la», con­cep­to con­fu­so defen­di­do a ultran­za por el nacio­na­lis­mo espa­ñol que a comien­zos de 2009 mos­tra­ba su rai­gam­bre: el 87% de la pobla­ción del Esta­do espa­ñol recla­ma­ba una ley que garan­ti­za­ra estu­diar en espa­ñol24 en todo el «terri­to­rio nacio­nal», y con­for­me se agu­di­za­ba la cri­sis se dis­pa­ra­ban has­ta casi 80.000 las soli­ci­tu­des para entrar en el Ejér­ci­to espa­ñol a prin­ci­pios de 2009 casi dupli­can­do a las 43.036 de 200725.

A la vez, se refor­za­ba la cen­tra­li­za­ción esta­tal con la excu­sa de redu­cir el «des­pil­fa­rro eco­nó­mi­co» de las «17 Espa­ñas»26. No era pues raro que el con­ser­va­du­ris­mo social aumen­ta­se en un terri­ble con­tex­to de cri­sis y pre­ca­rie­dad27, con­ser­va­du­ris­mo refor­za­do por una Ley de Par­ti­dos tan durí­si­ma que es ejem­plo a seguir por la ultra­de­re­cha israe­lí. La cri­sis faci­li­ta­ba el aumen­to de las ten­den­cias cen­tra­li­za­do­ras que pedían a gri­tos el recor­te de las atri­bu­cio­nes de lAs Comu­ni­da­des Autó­no­mas. Cynthia Lub y S. Lupe tenían razón cuan­do adver­tían en esta épo­ca que la cri­sis eco­nó­mi­ca agu­di­za­ba la cri­sis polí­ti­ca del Esta­do y faci­li­ta­ba la repre­sión de las «nacio­na­li­da­des opri­mi­das»28.

Las res­pues­tas algu­nas Comu­ni­da­des Autó­no­mas en defen­sa de sus len­guas, cul­tu­ras e iden­ti­da­des fue­ron ade­más de cri­ti­ca­das acer­ba­men­te por el nacio­na­lis­mo espa­ñol, tam­bién ridi­cu­li­za­das por su ver­sión pro­gre y demo­cra­ti­cis­ta29. Pero fren­te a la fra­seo­lo­gía cos­mo­po­li­ta, ciu­da­da­nis­ta y euro­peís­ta que nega­ba la exis­ten­cia del nacio­na­lis­mo espa­ñol, J. Mén­dez-Vigo res­pon­día demos­tran­do su fuer­te exis­ten­cia30. La base social, psi­co­ló­gi­ca e ideo­ló­gi­ca del nacio­na­lis­mo espa­ñol esta­ba aumen­tan­do al calor de la cri­sis que afec­ta­ba a la peque­ña bur­gue­sía y a amplias fran­jas obre­ras y popu­la­res. Las corrien­tes polí­ti­cas que se ali­men­ta­ban acrí­ti­ca­men­te de la tra­di­ción del Par­ti­do Comu­nis­ta de Espa­ña esta­ban cla­ra­men­te supe­ra­das por la fuer­za al alza del dere­chis­mo nacio­na­lis­ta espa­ñol, por no hablar del neofascista.

Con­tex­to externo

Lo expues­to has­ta aquí expli­ca por qué y en qué con­tex­to esta­tal espa­ñol se escri­bió el libro que sigue: para lla­mar la aten­ción crí­ti­ca de que, fren­te al nacio­na­lis­mo impe­ria­lis­ta en ascen­so, no ser­vía de nada la «tra­di­ción» teó­ri­ca y prác­ti­ca del PCE sino al con­tra­rio, ten­día a refor­zar la opre­sión de los pue­blos al dar una sali­da fal­sa al pro­ble­ma, al no demos­trar la natu­ra­le­za del Esta­do y al no dar argu­men­tos para com­ba­tir el auge del nacio­na­lis­mo espa­ñol, como que­da­ría demos­tra­do poco des­pués con la aplas­tan­te vic­to­ria elec­to­ral del Par­ti­do Popu­lar en 2011.

La otra razón para escri­bir la crí­ti­ca del nacio­na­lis­mo del PCE va uni­da a la ante­rior pero ata­ña a la evo­lu­ción inter­na­cio­nal, espe­cial­men­te a la euro­pea. En los años del plo­mo de la lucha anti­fran­quis­ta, el mito de la Euro­pa demo­crá­ti­ca apa­re­cía como el garan­te e impul­sor exte­rior de la con­quis­ta de la demo­cra­cia abs­trac­ta en el Esta­do. Sin exten­der­nos en esta cues­tión, el refor­mis­mo aún sigue dopa­do por esa dro­ga ilu­so­ria. Inclu­so sec­to­res fran­quis­tas eran cons­cien­tes de que ese mito podría sal­var bue­na par­te del régi­men si se rea­li­za­ba una «tran­si­ción pac­ta­da» dise­ña­da por Euro­pa y Esta­dos Uni­dos, como suce­dió. Con el tiem­po, la deli­mi­ta­ción de las fron­te­ras de la Unión Euro­pea ten­dió a refor­zar el nacio­na­lis­mo espa­ñol en las dispu­tas sos­te­ni­das desd
e 1993 y que seguían sin resol­ver­se en 2007, según hemos visto.

La vic­to­ria de los nacio­na­lis­tas esco­ce­ses del SNP en la pri­ma­ve­ra de 2007 y su con­tun­den­te decla­ra­ción de que se diri­gía hacia un refe­rén­dum de auto­de­ter­mi­na­ción en el que iban a pedir el voto por la inde­pen­den­cia de Gran Bre­ta­ña31 recru­de­ció los mie­dos del nacio­na­lis­mo espa­ñol a la vez que agu­di­za las dis­cu­sio­nes en la Unión Euro­pea sobre los dere­chos de las nacio­nes opri­mi­das y de los pue­blos con Esta­do pro­pio fren­te al polí­ti­ca mone­ta­ris­ta y neo­li­be­ral que se impo­nía inclu­so antes del esta­lli­do de la gran cri­sis. En ese mis­mo 2007 el Finan­cial Times había cons­ta­ta­do un aumen­to del euro­es­cep­ti­cis­mo: el 44% de la pobla­ción euro­pea afir­ma­ba que vivía peor que antes de la Unión Euro­pea32. Y lo peor esta­ba por llegar.

Recor­de­mos que en 2005 los votan­tes holan­de­ses y fran­ce­ses habían recha­za­do en refe­rén­dum la Cons­ti­tu­ción euro­pea enton­ces vigen­te. Tras un inten­so «adel­ga­za­mien­to» sobre todo en dere­chos socia­les, en 2008 la cla­se obre­ra y cam­pe­si­na irlan­de­sa recha­zó en refe­rén­dum en nue­vo Tra­ta­do de Lis­boa: mien­tras que la bur­gue­sía vota­ba por el Sí33 las cla­ses tra­ba­ja­do­ras opta­ban por un rotun­do No «de cla­se»34. La Euro­pa tra­ba­ja­do­ra, de izquier­das y pro­gre­sis­ta, vivía un momen­to dul­ce en este 2008 que se plas­ma en deba­tes, acuer­dos, alian­zas y estra­te­gias inter­na­cio­na­les para hacer fren­te a la ofen­si­va neo­li­be­ral35 lo que se va plas­man­do en una ten­den­cia al alza de la lucha de cla­ses con gran­des huel­gas en Ita­lia, Gre­cia, etc., y otra for­mas de lucha de cla­ses que sería pro­li­jo resu­mir aquí.

Pocos días antes de publi­car­se a fina­les de abril de 2009 el tex­to que aquí se pre­sen­ta, un infor­me de Bru­se­las con­fir­ma­ba que se encon­tra­ban en rece­sión nada menos que 14 de los 27 Esta­dos de la Unión Euro­pea, que en el cuar­to tri­mes­tre de 2008 la eco­no­mía de la UE-27 había retro­ce­di­do un 1,5% con res­pec­to a ter­cer tri­mes­tre de ese mis­mo año36. Como escri­bió un dia­rio sal­món en ese momen­to: «Euro­pa entra en barre­na»37. Lo malo, a pesar de todo, no era úni­ca­men­te el des­plo­me socio­eco­nó­mi­co sino que este se pro­du­cía en medio del expan­sio­nis­mo impe­ria­lis­ta hacia el Este de Euro­pa para pre­sio­nar a Rusia crean­do bases mili­ta­res de la OTAN cer­ca de sus fron­te­ras38, y en medio de la mili­ta­ri­za­ción de la polí­ti­ca inte­rior ale­ma­na39. En este con­tex­to pro­li­fe­ra­ban las crí­ti­cas al retro­ce­so de la «Euro­pa social», la que res­pe­ta los dere­chos huma­nos, arra­sa­da por la cri­sis40.

El euro­es­cep­ti­cis­mo tenía cada vez más base obje­ti­va pre­ci­sa­men­te por el des­in­fle de las pro­me­sas ofi­cia­les de que la Unión Euro­pea sería el pací­fi­co «cuerno de la abun­dan­cia» para los pue­blos, y en la medi­da en que cre­cía el euro­es­cep­ti­cis­mo cre­cían los nacio­na­lis­mos reac­cio­na­rios de las bur­gue­sías obso­le­tas que que­rían con­ser­van sus supe­ra­dos mar­cos esta­ta­les de acu­mu­la­ción de capi­tal. Bue­na par­te del euro­es­cep­ti­cis­mo se sus­ten­ta­ba en los duros recuer­dos que man­te­nían muchos pue­blos de las bru­ta­les atro­ci­da­des nazi­fas­cis­tas en la Segun­da Gue­rra Mun­dial, del des­ca­ra­do cola­bo­ra­cio­nis­mo con esos ocu­pan­tes por par­te de las fla­man­tes «bur­gue­sías nacio­na­les» que ape­nas se habían enfren­ta­do al ocupante.

La gran cri­sis esta­ba rom­pien­do la cohe­sión social41 inter­cla­sis­ta que nece­si­ta­ba euro­ale­ma­nia para impo­ner su mode­lo de Unión Euro­pea, y en medio de ese revol­ti­jo de ten­sio­nes se refor­za­ban los nacio­na­lis­mos neo­fas­cis­tas y racis­tas, como aquel enor­me con­cier­to neo­na­zi42 en Zagreb con la asis­ten­cia de casi 60.000 per­so­nas en verano de 2008, que no era sino una de las expre­sio­nes de la ten­den­cia al alza del neo­fas­cis­mo como alter­na­ti­va a la cri­sis43 y, sobre todo, como recur­so últi­mo del capi­tal para aplas­tar la lucha de cla­ses si esta seguía radi­ca­li­zán­do­se. Días antes de publi­car­se el libro que aquí se pre­sen­ta se supo que el ultra­na­cio­na­lis­mo racis­ta44 había goza­do de impu­ni­dad legal para mani­fes­tar­se una dece­na de veces duran­te el últi­mo año sola­men­te en Madrid.

Y no habían trans­cu­rri­do dos meses des­de la publi­ca­ción del libro al que nos refe­ri­mos cuan­do en las elec­cio­nes euro­peas del 7 de junio de 2009 se regis­tró la tasa de abs­ten­ción más ele­va­da des­de 1979 dejan­do un regus­to agri­dul­ce en las diver­sas izquier­das euro­peas espe­ran­za­das por la ten­den­cia al alza de las luchas socia­les y nacio­na­les. Aun­que la pro­pa­gan­da bur­gue­sa infló el glo­bo de la «vic­to­ria de la dere­cha» aná­li­sis más mati­za­dos y obje­ti­vos en los que no vamos a exten­der­nos aho­ra defen­dían que el males­tar social inne­ga­ble se había expre­sa­do en la gran abs­ten­ción emi­nen­te­men­te obre­ra y popu­lar45, lo que había bene­fi­cia­do a la dere­cha y debi­li­ta­do a la social­de­mo­cra­cia y a la izquier­da refor­mis­ta o radi­cal46 que había aban­do­na­do mucho su lucha de masas entre el pue­blo, en fábri­cas y en la vida coti­dia­na, en la autor­ga­ni­za­ción y auto­ges­tión anti­ca­pi­ta­lis­ta al caer en el ins­ti­tu­cio­na­lis­mo47.

El retro­ce­so social­de­mó­cra­ta fue debi­do a su giro al socia­li­be­ra­lis­mo y a la reac­ti­va­ción del recha­zo racis­ta ante la cre­cien­te migra­ción en momen­tos de cri­sis48, por lo que podía hablar­se de que no había sido tan­to una vic­to­ria de la bur­gue­sía como una derro­ta del refor­mis­mo, habien­do logra­do la izquier­da revo­lu­cio­na­ria «no tan malos resul­ta­dos»49. Las debi­li­da­des teó­ri­cas de la izquier­da fren­te a la Unión Euro­pea y el nacio­na­lis­mo bur­gués de las fuer­zas refor­mis­tas difi­cul­ta­ban sobre­ma­ne­ra que los con­tra­dic­to­rios y mani­pu­la­bles sen­ti­mien­tos nacio­na­les difu­sos de las cla­ses tra­ba­ja­do­ras gol­pea­das muy dura­men­te por el aus­te­ri­ci­dio, encon­tra­ran res­pues­tas cohe­ren­tes y radi­ca­les a sus pre­gun­tas sobre qué esta­ba suce­dien­do, por qué se había lle­ga­do a esa situa­ción y qué alter­na­ti­vas de sali­da radi­cal, revo­lu­cio­na­ria, exis­tían. Seme­jan­te vacío era par­cial­men­te lle­na­do por los nacio­na­lis­mos racis­tas y vio­len­ta­men­te machis­tas50, por el «fas­cis­mo neo­li­be­ral»51.

Pues bien, a fina­les de abril de 2009 lo rela­cio­na­do con la «cues­tión nacio­nal» esta­ba dan­do un sal­to tre­men­do en sus inter­ac­cio­nes por­que en junio de ese año había elec­cio­nes al Par­la­men­to Euro­peo y las nacio­nes opri­mi­das bus­cá­ba­mos una for­ma de unir nues­tras fuer­zas, jun­to a las orga­ni­za­cio­nes inter­na­cio­na­lis­tas. Para la cues­tión que nos intere­sa, el nacio­na­lis­mo espa­ñol y el refor­mis­mo del PCE, los resul­ta­dos elec­to­ra­les mos­tra­ron una nue­va face­ta del nacio­na­lis­mo esta­tal: el asen­ta­mien­to de UPyD como par­ti­do capaz de inte­grar a espa­ño­lis­tas de dere­chas, des­con­ten­tos con el PP, y refor­mis­tas blan­dos y duros, des­con­ten­tos con el PSOE. PCE e IU, reco­gien­do votos «a dies­tra y sinies­tra»52.

No es de extra­ñar esta capa­ci­dad de inven­ti­va aglu­ti­na­do­ra del nacio­na­lis­mo espa­ñol más duro con­tra los dere­chos de los pue­blos opri­mi­dos, por­que la can­di­da­tu­ra elec­to­ral que defen­día y repre­sen­ta­ba el dere­cho a la inde­pen­den­cia de las nacio­nes sin Esta­do –Ini­cia­ti­va inter­na­cio­na­lis­ta– esta­ba rea­li­zan­do una bri­llan­te tarea a pesar de la masa de obs­tácu­los que debía supe­rar. Esta coa­li­ción elec­to­ral había abier­to la puer­ta a la crí­ti­ca del impe­ria­lis­mo esta­tal, por la que entra­ron al deba­te popu­lar muchas y bue­nas inves­ti­ga­cio­nes, como la que aquí repro­du­ci­mos par­cial­men­te: «El tér­mino Espa­ña, muchos lo asu­men con nor­ma­li­dad. Sin embar­go, trae detrás una his­to­ria negrí­si­ma y unos pila­res sobre los que se asien­ta, que lo hace eter­na­men­te dis­cu­ti­ble»53, publi­ca­do solo dos días des­pués de El nacio­na­lis­mo impe­ria­lis­ta del Par­ti­do Comu­nis­ta de Espa­ña. Crí­ti­ca de una his­to­ria de domi­na­ción.

Refle­xio­nes de la izquierda

En el cam­po de las izquier­das revo­lu­cio­na­rias la crí­ti­ca del nacio­na­lis­mo espa­ñol esta­ba des­tro­zan­do muy fácil­men­te el dog­ma­tis­mo meca­ni­cis­ta sobre la cues­tión nacio­nal de la izquier­da esta­tal. Inclu­so una de las ver­sio­nes menos bur­das, la de J. R. Recal­de54, fue arrin­co­na­da fácil­men­te. Sin exten­de­mos aho­ra, en 1999 Ara­na plan­teó la lla­ma­da «cues­tión nacio­nal» den­tro del Esta­do espa­ñol en su ver­da­de­ra dimen­sión: no exis­te un «pro­ble­ma vas­co», cata­lán, galle­go, etc., sino que lo que real­men­te exis­te es el pro­ble­ma de “Espa­ña como ideo­lo­gía” lo que plan­tea la urgen­te nece­si­dad de pen­sar las reali­da­des nacio­na­les des­de otros pre­su­pues­tos meto­do­ló­gi­cos libres de la ideo­lo­gía espa­ño­lis­ta»55. En 2007 se publi­ca­ba una de las mejo­res inves­ti­ga­cio­nes crí­ti­cas sobre el nacio­na­lis­mo espa­ñol rea­li­za­da por un colec­ti­vo de auto­res bajo la direc­ción de C. Tai­bo56 median­te el que se deja cons­tan­cia de la visión esen­cia­lis­ta del nacio­na­lis­mo espa­ñol tam­bién en las izquier­das esta­ta­les en los deci­si­vos años treinta.

Una de las apor­ta­cio­nes de este tex­to colec­ti­vo radi­ca en que saca a la luz el papel de deter­mi­na­dos pode­res bási­cos como el Ejér­ci­to, la Igle­sia, el sis­te­ma edu­ca­ti­vo, y sobre todo el Esta­do tan­to en la for­ma­ción de la «nación espa­ño­la» como en las tre­men­das difi­cul­ta­des que impi­den el avan­ce de los pue­blos opri­mi­dos has­ta cons­ti­tuir­se en nacio­nes y dotar­se de su Esta­do inde­pen­dien­te. Sig­ni­fi­ca­ti­va­men­te, fue en ese 2007 cuan­do se hizo públi­co el escri­to de D. Pri­ce en el que demos­tra­ba la uni­dad de obje­ti­vos y cri­te­rios entre la antro­po­lo­gía ofi­cial y las lla­ma­das «cien­cias socia­les» en gene­ral, y los méto­dos de gue­rra de impe­ria­lis­mo, uni­dad teó­ri­ca y polí­ti­ca que se mate­ria­li­za­ba en la par­ti­ci­pa­ción de antro­pó­lo­gos en las ope­ra­cio­nes arma­das acon­se­jan­do a los sol­da­dos cómo tenían que actuar en el exter­mino de la resis­ten­cia ira­quí. La inter­pre­ta­ción de la cul­tu­ra ira­quí por la antro­po­lo­gía ofi­cial se con­ver­tía en un arma imperialista.

Aho­ra bien, D. Pri­ce deja cons­tan­cia de que el docu­men­to que ana­li­za es inca­paz de dar defi­ni­cio­nes bási­cas de con­cep­tos deci­si­vos como «raza», «cul­tu­ra», «ritual», o «estruc­tu­ra social»57. Fijé­mo­nos que son con­cep­tos bási­cos para defi­nir qué se entien­de por pue­blo, nación, socie­dad, etc. Son con­cep­tos que lle­van la con­tra­dic­ción en su inte­rior has­ta que no que­dan ads­cri­tos a uno de los dos ban­dos en lucha: la opre­sión o la liberación.

Vol­vía así a la pales­tra del deba­te teó­ri­co-polí­ti­co la vie­ja cues­tión de la fal­sa «neu­tra­li­dad axio­ló­gi­ca» que siem­pre bene­fi­cia al poder esta­ble­ci­do, en este caso a la inte­lec­tua­li­dad del nacio­na­lis­mo impe­ria­lis­ta espa­ñol. Sin embar­go, no se tra­ta­ba de nada nue­vo. S. F. Bloom, uno de los más pro­fun­dos y sofis­ti­ca­dos inves­ti­ga­do­res de la ingen­te pero des­la­va­za­da obra de Marx sobre cues­tio­nes nacio­na­les, a pesar del tiem­po trans­cu­rri­do des­de su pri­me­ra edi­ción en 1941 y de los nue­vos tex­tos mar­xia­nos dis­po­ni­bles des­de enton­ces, sos­tu­vo ya en su impres­cin­di­ble obra la esen­cia dia­léc­ti­ca: «El mun­do de Marx esta­ba pro­fun­da­men­te mati­za­do. No lo ver­tía todo en un úni­co mol­de»58.

La impor­tan­cia de los mati­ces y del méto­do mul­ti­dis­ci­pli­nar en el estu­dios de lo nacio­nal, en vez de «un úni­co mol­de», era tan­to más pal­ma­ria en aque­llos años en los que emer­gían por todas par­tes múl­ti­ples for­mas dife­ren­tes, opues­tas y con­tra­rias de rei­vin­di­ca­cio­nes lin­güís­ti­co-cul­tu­ra­les, iden­ti­ta­rias, popu­la­res, nacio­na­les y esta­to-nacio­na­les, todo ello den­tro de una inten­sa pro­pa­gan­da a favor de la «ciu­da­da­nía euro­pea» que, por fin, sería el hilo de Ariad­na en seme­jan­te labe­rin­to. En el fon­do, lo que aquí esta­ba en jue­go no era otra cosa que dilu­ci­dar a qué teo­ría del con­cep­to59 se recu­rría para resol­ver el pro­ble­ma. De hecho, el autor del libro rese­ña­do ya se había posi­cio­na­do sobre la teo­ría del con­cep­to en ¿Por qué luchan los pue­blos? Una res­pues­ta des­de el mate­ria­lis­mo his­tó­ri­co, y vol­ve­ría a hacer­lo des­pués en Cla­ses y pue­blos. Sobre el suje­to revo­lu­cio­na­rio60.

La dia­léc­ti­ca del con­cep­to es anta­gó­ni­ca con lo que S. Rome­ro defi­ne como «dic­ta­du­ra del con­cep­to bur­gués […] que se carac­te­ri­za en un exten­so aba­ni­co teó­ri­co, den­tro del cual se refle­ja la diver­si­dad bur­gue­sa. Todo este saber se ha exten­di­do como para­dig­ma hege­mó­ni­co a tra­vés de la inva­sión mili­tar, la edu­ca­ción y la comu­ni­ca­ción bur­gue­sa, logran­do hege­mo­nía mun­dial sobre la tie­rra, la natu­ra­le­za y la socie­dad»61. Atra­pa­dos en este agu­je­ro negro, podría­mos diva­gar sobre casi infi­ni­tas modas inte­lec­tua­les, pero siem­pre den­tro de la dic­ta­du­ra con­cep­tual bur­gue­sa que, en el mar­co de la opre­sión nacio­nal, es la teo­ría jus­ti­fi­ca­do­ra del Esta­do nacio­nal­men­te opresor.

Es impo­si­ble rea­li­zar una inves­ti­ga­ción sobre las cues­tio­nes nacio­na­les, e inclu­so un peque­ño deba­te, sin tener en cuen­ta des­de el prin­ci­pio el con­te­ni­do e intere­ses de poder de la lla­ma­da «cien­cia social» en gene­ral y en con­cre­to de sus ramas dedi­ca­das a las cues­tio­nes nacio­na­les, fun­da­men­tal­men­te his­to­ria y antro­po­lo­gía. Sobre la pri­me­ra ya hemos dicho lo bási­co a la hora de defi­nir el pro­ble­ma espa­ñol, sobre la segun­da con­vie­ne leer a G. López y Rivas en espe­cial su demo­le­do­ra cri­ti­ca a la antro­po­lo­gía mili­tar del impe­ria­lis­mo yan­qui como «cons­truc­to­ra de nacio­nes»62. Tam­bién es impo­si­ble hacer­lo si no pone­mos al mar­xis­mo «en sen­ti­do inver­so»63, de la mis­ma for­ma que Marx puso sobre sus pies la dia­léc­ti­ca de Hegel.

Un ejem­plo de estas difi­cul­ta­des lo tene­mos en la valio­sa pero limi­ta­da des­crip­ción de los movi­mien­tos nacio­na­lis­tas no espa­ño­les duran­te la II Repú­bli­ca, y deci­mos «no espa­ño­les» por­que en esta nece­sa­ria obra se habla del «fac­tor nacio­na­lis­ta»64 como si no exis­tie­se un nacio­na­lis­mo espa­ñol aun­que se des­cri­be el pro­yec­to repu­bli­cano de crear una «nación cívi­ca»65 median­te polí­ti­cas de incen­ti­va­ción demo­crá­ti­ca de la edu­ca­ción, la cul­tu­ra, las «misio­nes peda­gó­gi­cas», etc., ade­más de otras medi­das socio­eco­nó­mi­cas y polí­ti­cas. La crea­ción de la «nación cívi­ca» espa­ño­la tam­bién debía inte­grar el «fac­tor nacio­na­lis­ta» en medio de un cli­ma socio­po­lí­ti­co cada vez más ten­so en el que cho­ca­ban las ideas sobre la «repú­bli­ca fede­ral», el «Esta­do inte­gral», los esta­tu­tos de auto­no­mía66, etc.

Una de las cosas bue­nas de este libro es que mues­tra el con­te­ni­do esta­tal de un pro­yec­to nacio­nal refor­mis­ta bur­gués, aun­que más ade­lan­te redu­ce el for­ta­le­ci­mien­to del nacio­na­lis­mo espa­ñol repu­bli­ca­do a par­tir del mayo de1937, tarea en la que fue deci­si­va la acción del PCE, a un sim­ple «afian­za­mien­to del Esta­do»67. Otra cosa bue­na es que nos per­mi­te dis­po­ner de una pers­pec­ti­va his­tó­ri­ca impres­cin­di­ble para com­pren­der aho­ra el con­te­ni­do nacio­na­lis­ta espa­ñol de las pro­pues­tas del «patrio­tis­mo cons­ti­tu­cio­nal», de las ver­sio­nes actua­les de la «nación cívi­ca», etcétera.

Por tan­to, la nece­si­dad de una rigu­ro­sa inver­sión meto­do­ló­gi­ca, que cier­ta­men­te es onto­ló­gi­ca y axio­ló­gi­ca, vie­ne dada, por un lado, de la nece­si­dad de pre­ci­sar siem­pre la exis­ten­cia del nacio­na­lis­mo opre­sor y del nacio­na­lis­mo opri­mi­do; por otro lado, del hecho de que hay que poner orden en la des­or­de­na­da pano­plia de incon­ta­bles pos­tu­ras sobre el tema. M. Davis empie­za su muy enri­que­ce­dor estu­dio sobre las con­cep­cio­nes nacio­na­les en Marx recor­dán­do­nos las pala­bras de A. Smith sobre las múl­ti­ples escue­las teó­ri­cas que se enre­dan entre ellas en «deba­tes difu­sos y con un ámbi­to muy amplio», lar­ga lis­ta de corrien­tes dife­ren­tes que el pro­pio M. Davis amplía por su par­te para mos­trar­nos la nece­si­dad de vol­ver al méto­do correc­to: el mate­ria­lis­mo his­tó­ri­co68. Reen­con­trar la «teo­ría per­di­da» e inver­tir el méto­do, que vie­ne a ser lo mis­mo, nos per­mi­te des­cu­brir la «otra his­to­ria», en nues­tro caso la de la pron­ta deri­va hacia el nacio­na­lis­mo impe­ria­lis­ta del PCE.

Por ejem­plo, una de acu­sa­cio­nes más serias para jus­ti­fi­car la des­ti­tu­ción de Bulle­jos en la pri­ma­ve­ra de 1932 del car­go de Secre­ta­rio Gene­ral del PCE era de que él y su gru­po sobre­va­lo­ra­ban el dere­cho de auto­de­ter­mi­na­ción como el dere­cho a la inde­pen­den­cia de Cata­lun­ya, Eus­kal Herria y Gali­za. La acu­sa­ción sos­te­nía que el PCE abo­ga­ba por la «unión volun­ta­ria y no de la sepa­ra­ción de los pue­blos his­pa­nos»69. Antes de seguir comen­tan­do este intere­san­te libro con­vie­ne recor­dar que el pro­ble­ma de si la auto­de­ter­mi­na­ción debe ser inde­pen­den­tis­ta toca­ba uno de los pun­tos cen­tra­les de la posi­bi­li­dad de cre­ci­mien­to del PCE tenien­do en cuen­ta que la cla­se obre­ra vas­ca fue la «cuna del Par­ti­do Comu­nis­ta»70, y que la rei­vin­di­ca­ción de la inde­pen­den­cia vas­ca tenía una gran efec­ti­vi­dad peda­gó­gi­ca dado el racis­mo espa­ño­lis­ta del PSOE que cali­fi­ca­ba de «zulús» y otros insul­tos71 a los nacio­na­lis­tas vascos.

Dejan­do de lado el hecho de que toda­vía se man­tie­ne el aire de supe­rio­ri­dad civi­li­za­cio­nal de la cul­tu­ra espa­ño­la tal cual la entien­den el PSOE y otras fuer­zas refor­mis­tas sobre la cul­tu­ra vas­ca actual, debe­mos ima­gi­nar cual habría sido la evo­lu­ción del PCE si hubie­ra asu­mi­do real­men­te la rei­vin­di­ca­ción de la inde­pen­den­cia de las nacio­nes opri­mi­das. Seme­jan­te hipó­te­sis sobre la evo­lu­ción del pasa­do nos acer­ca al pre­sen­te, como vere­mos lue­go. Aquí tene­mos que vol­ver a J. L. Ramos y no solo a la con­tra­rre­vo­lu­ción de mayo de 1937, en la que fue liqui­da­da la inde­pen­den­cia de fac­to de Cata­lun­ya, sino a la ofen­si­va espa­ño­lis­ta repu­bli­ca­na con­tra el Con­se­jo de Defen­sa de Ara­gón, por no pro­fun­di­zar en el con­te­ni­do ara­go­ne­sis­ta del Con­se­jo crea­do en sep­tiem­bre de 1936, masa­cra­do por las fuer­zas de la II Repú­bli­ca y del Par­ti­do Comu­nis­ta de Espa­ña a pesar de sus éxi­tos eco­nó­mi­cos y polí­ti­cos72. Pero el autor sí recu­pe­ra su visión inter­na­cio­na­lis­ta poco des­pués al expli­car cómo des­de mayo de 1937 se endu­re­ció el «patrio­tis­mo» espa­ñol de la II Repú­bli­ca «en un pro­ce­so de reafir­ma­ción del Esta­do y eli­mi­na­ción de los dere­chos demo­crá­ti­co nacio­na­les»73 de Cata­lun­ya y Eus­kal Herria.

Actua­li­dad

Dar la vuel­ta a la his­to­ria del «pro­ble­ma espa­ñol» es una nece­si­dad urgen­te en el actual momen­to en el que la evo­lu­ción del capi­ta­lis­mo agu­di­za todas las for­mas de explo­ta­ción y opre­sión nacio­nal inclu­so sobre los pue­blos for­mal­men­te inde­pen­dien­tes por­que tie­nen Esta­do pro­pio. No debe extra­ñar­nos esta ten­den­cia apa­ren­te­men­te nue­va en la evo­lu­ción capi­ta­lis­ta. Sin tener que recu­rrir a Marx, Lenin y otros clá­si­cos, Grams­ci tam­bién la estu­dió a fon­do mos­tran­do la cre­cien­te impor­tan­cia de la opre­sión nacio­nal74 para el futu­ro. Estos y otros mar­xis­tas se refe­rían al pro­ce­so de simul­tá­nea trans­na­cio­na­li­za­ción y des­na­cio­na­li­za­ción: «La cur­va de la depen­den­cia polí­ti­ca de las nacio­nes nos mues­tra casos de “Esta­dos” que cons­ti­tu­yen fran­cas sucur­sa­les polí­ti­cas del impe­ria­lis­mo, que son ya, en esen­cia, pie­zas de una nue­va máqui­na de poder trans­na­cio­nal»75.

La des­na­cio­na­li­za­ción o pér­di­da de inde­pen­den­cia real de Esta­dos débi­les bajo las pre­sio­nes del impe­ria­lis­mo trans­na­cio­na­li­za­dor hace que, de rebo­te, tien­dan a reafir­mar­se expre­sio­nes del nacio­na­lis­mo bur­gués humi­lla­do por el de bur­gue­sías más pode­ro­sas. El fuer­te repun­te del nacio­na­lis­mo espa­ñol res­pon­de en bue­na medi­da a esas pre­sio­nes exter­nas, a la vez que a la cri­sis inter­na de la uni­dad esta­tal por las rei­vin­di­ca­cio­nes de los pue­blos que son opri­mi­dos. La deba­cle eco­nó­mi­ca, el paro y el empo­bre­ci­mien­to, la invo­lu­ción auto­ri­ta­ria y anti­de­mo­crá­ti­ca, el retro­ce­so en la jerar­quía impe­ria­lis­ta mun­dial del noveno pues­to al deci­mo­cuar­to en seis años76 y el retro­ce­so en die­ci­séis años con res­pec­to a la con­ver­gen­cia con la Unión Euro­pea77, las impo­si­cio­nes mili­ta­res de la OTAN y de Esta­dos Uni­dos, etcé­te­ra, son gol­pes muy duros para el orgu­llo nacio­nal-impe­rial español.

Es por tan­to nor­mal que estos hechos refuer­cen la ver­sión pode­mi­ta del nacio­na­lis­mo espa­ñol y de muchos gru­pos ciu­da­da­nis­tas y movi­mien­tis­tas, amplian­do la línea menos reac­cio­na­ria abier­ta por UPyD en su tiem­po, como hemos vis­to. Es com­pren­si­ble que se reali­cen lla­ma­mien­tos des­de el refor­mis­mo a recu­pe­rar la sobe­ra­nía espa­ño­la median­te la movi­li­za­ción de la ciu­da­da­nía en cues­tio­nes deci­si­vas como la eco­nó­mi­ca y la polí­ti­ca78. Y es des­de esta pers­pec­ti­va que en el dis­cur­so del 1 de febre­ro de 2015 en la Puer­ta del Sol, P. Igle­sias exal­ta­se el «patrio­tis­mo espa­ñol»79 como impul­so demo­cra­ti­za­dor, ampa­rán­do­se en las posi­bi­li­da­des que le ofre­ce su «enig­má­ti­ca ideo­lo­gía»80. Debe­ría­mos decir algo sobre la pue­ri­li­dad vacua de la ideo­lo­gía enig­má­ti­ca de Pode­mos con res­pec­to al «pro­ble­ma espa­ñol» pero remi­ti­mos a los lec­to­res y lec­to­ras a la entre­vis­ta sobre la encru­ci­ja­da de Espa­ña81 rea­li­za­da a P. Iglesias.

Pero de la mis­ma mane­ra en que se refuer­za el nacio­na­lis­mo pro­gre tam­bién lo hace el nacio­na­lis­mo reac­cio­na­rio siguien­do la ver­tien­te más dura de UPyD en sus tiem­pos de glo­ria. Sin embar­go, esta ver­sión más bur­da del espa­ño­lis­mo tie­ne a su favor una reali­dad social que impul­sa la ten­den­cia al auge del auto­ri­ta­ris­mo: la decep­ción, enfa­do y dere­chi­za­ción de sec­to­res sig­ni­fi­ca­ti­vos de la peque­ña bur­gue­sía en cri­sis, de los autó­no­mos y pro­fe­sio­nes libe­ra­les. Una ten­den­cia reca­len­ta­da por el hecho de que el 41% de las pymes siguen en peli­gro de quie­bra pese al lige­ro repun­te eco­nó­mi­co82. En el Esta­do espa­ñol esta fuer­za social es una de las bases de Ciu­da­da­nos, varian­do algo el pano­ra­ma en las nacio­nes opri­mi­das. La espa­ño­li­dad des­ca­ra­da del PSOE-PSC, inclui­da ban­de­ra, en la cam­pa­ña cata­la­na bus­ca recu­pe­rar votos pode­mi­tas y de Ciudadanos.

Des­de la visión aquí expues­ta resul­ta cuan­to menos sor­pren­den­te ver los esfuer­zos titá­ni­cos de algu­nos inte­lec­tua­les por mati­zar y qui­tar hie­rro a lo evi­den­te al enre­dar­se con la pre­gun­ta de si exis­te o no el nacio­na­lis­mo espa­ñol, como es el caso de F. de Carre­ras que res­pon­de reco­no­cien­do que sí hay nacio­na­lis­tas espa­ño­les «pero con esca­sa influen­cia polí­ti­ca, social y cul­tu­ral»83. Otros, fun­da­men­tal­men­te del PP, se lían con el mis­te­rio de la san­ta tri­ni­dad: euro­peo, espa­ñol y vas­co, o cata­lán, o galle­go…, todo a la vez. Natu­ral­men­te, lo cen­tral es la iden­ti­dad espa­ño­la. Insis­ten en ello por­que, ade­más de las rei­vin­di­ca­cio­nes de las len­guas y cul­tu­ras opri­mi­das, el nacio­na­lis­mo ha de resis­tir las pre­sio­nes cre­cien­tes de la ideo­lo­gía cos­mo­po­li­ta, de la «ciu­da­da­nía mundial».

La ideo­lo­gía del cos­mo­po­li­tis­mo como vir­tud cívi­ca y demo­crá­ti­ca supe­rior al «patrio­tis­mo» está cobran­do nue­vos impul­sos. En 2013 se publi­có en espa­ñol el tex­to de 1999 de M. C. Muss­baum, en el que no vamos a exten­der­nos, con su res­pues­ta a los comen­ta­rios de varios auto­res habían hecho a su plan­tea­mien­to ini­cial. A pesar de las dife­ren­cias entre las y los auto­res, las tesis mayo­ri­ta­rias se posi­cio­nan por una visión demo­cra­ti­cis­ta bur­gue­sa de las rela­cio­nes entre «ciu­da­da­nía mun­dial» y «patrio­tis­mo» como extre­mos de un com­ple­jo en el que tam­bién inter­vie­nen la «iden­ti­dad» y la «per­te­nen­cia». Un ejem­plo lo tene­mos en Ch. Tay­lor que defien­de la nece­si­dad del «patrio­tis­mo» en los «Esta­dos demo­crá­ti­cos moder­nos» para «pre­ve­nir el exce­so de des­igual­dad»84: no se tra­ta de aca­bar con la «des­igual­dad», es decir con la explo­ta­ción social, sino úni­ca­men­te redu­cir sus efec­tos más nega­ti­vos y des­truc­to­res, y para ello el «patrio­tis­mo» vie­ne muy bien por­que con­ven­ce a los ricos para que sean menos egoístas.

Pero es I. Wallers­tein uno de los que se posi­cio­nes sin amba­ges con­tra la tesis cos­mo­po­li­ta cuan­do insis­te en que no se pue­de igua­lar el nacio­na­lis­mo revo­lu­cio­na­rio de Man­de­la con el nacio­na­lis­mo reac­cio­na­rio de los afri­ká­ners85 por ser opues­tos en todo, y cuan­do dice que «la pos­tu­ra del ciu­da­dano del mun­do es pro­fun­da­men­te ambi­gua por­que tan­to pue­de ser­vir para man­te­ner los pri­vi­le­gios como para soca­var­los»86. Pen­sa­mos que es mucho más correc­to decir que, por lo gene­ral, sir­ve para soca­var­los. La tesis de «ciu­da­dano del mun­do» es una mer­can­cía ideo­ló­gi­ca recien­te en la hi
sto­ria del pen­sa­mien­to, crea­da cuan­do el inter­na­cio­na­lis­mo inde­pen­den­tis­ta de los pue­blos es la mejor y más efec­ti­va arma libe­ra­do­ra y de lucha con­tra las atro­ci­da­des del imperialismo.

La cri­sis sis­té­mi­ca del capi­ta­lis­mo espa­ñol se ha agu­di­za­do des­de abril de 2009 cuan­do se escri­bió el tex­to que aquí se pro­lo­ga. La mer­can­cía ideo­ló­gi­ca del «ciu­da­da­nis­mo» en gene­ral y de su varian­te mun­dia­lis­ta, cum­ple la fun­ción de anu­lar la con­cien­cia crí­ti­ca sobre la explo­ta­ción nacio­nal de cla­se cuan­do exis­te y/​o de la sim­ple explo­ta­ción de cla­se y de sexo-géne­ro. Una cosa muy sig­ni­fi­ca­ti­va es que, en medio del fra­gor social, el «ciu­da­da­nis­mo» sea pro­fun­da­men­te nacio­na­lis­ta espa­ñol, reco­no­cién­do­lo así en los momen­tos deci­si­vos. Otra cosa muy sig­ni­fi­ca­ti­va, uni­da a la ante­rior, es que sean gene­ral­men­te sec­to­res pro­ve­nien­tes de la orla del nacio­na­lis­mo espa­ñol del PCE los que más han gira­do al «ciu­da­da­nis­mo» supues­ta­men­te pro­gre­sis­ta en sus decla­ra­cio­nes públi­cas siem­pre que no haya que refe­rir­se a la sacro­san­ta «uni­dad nacio­nal espa­ño­la», como es el caso de Podemos.

La bús­que­da deses­pe­ra­da del «voto ciu­da­dano» hace que Pode­mos dé espec­ta­cu­la­res ban­da­zos en muy poco tiem­po. Por un lado, una reafir­ma­ción del espa­ño­lis­mo más prác­ti­co median­te dos suce­si­vas buro­cra­ta­das impues­tas median­te la «dedo­cra­cia» más cas­ti­za87: una, los «ficha­jes elec­to­ra­les» de últi­mo momen­to, carac­te­ri­za­dos todos ellos por un refor­za­mien­to del refe­ren­te espa­ño­lis­ta de cen­tro-dere­cha pro­ve­nien­te de apa­ra­tos cen­tra­les de la buro­cra­cia esta­tal en sen­ti­do amplio: «Un gene­ral defen­sor de la OTAN, una jue­za que per­si­guió sin­di­ca­lis­tas, un espa­ño­lis­ta que revis­tió en las filas de Adol­fo Suá­rez, un guar­dia civil defen­sor de las pelo­tas de goma… ¿Este era el con­te­ni­do del “sig­ni­fi­can­te vacío” de Pode­mos? ¡Ay!»88; y otra, la afir­ma­ción de que Pode­mos renun­cia a la refor­ma inte­gral de la Cons­ti­tu­ción espa­ño­la89.

Y, por el otro lado, la con­ti­nua­ción de los jue­gos de pala­bras, del decir una cosa un día y la con­tra­ria en el siguien­te según los vai­ve­nes de los son­deos elec­to­res, en este caso la nega­ti­va ini­cial a reco­no­cer el dere­cho al refe­rén­dum en el pro­gra­ma elec­to­ral de cara a la rei­vin­di­ca­ción nacio­nal cata­la­na, para rein­tro­du­cir­la a todo correr en su pro­gra­ma90 al dar­se cuen­ta de los efec­tos elec­to­ra­les nega­ti­vos de la pri­me­ra deci­sión: un sí pero no, tenien­do en cuen­ta la tra­yec­to­ria ente­ra de Pode­mos, una tra­yec­to­ria al ser­vi­cio del impe­ria­lis­mo bor­bó­ni­co91.

A. Nogue­ra acier­ta en su crí­ti­ca a Pode­mos en el sen­ti­do de que su evo­lu­ción nega­ti­va de «fue­ra hacia den­tro» del espa­cio cons­ti­tu­cio­nal en la ela­bo­ra­ción de un pro­yec­to esta­tal cie­rra las «ven­ta­nas de opor­tu­ni­dad» de un avan­ce demo­crá­ti­co-radi­cal, mien­tras que sí lo per­mi­te el avan­ce posi­ti­vo de la CUP cata­la­na de «den­tro hacia afue­ra», rom­pien­do la Cons­ti­tu­ción espa­ño­la92. Aho­ra bien, este autor no roza siquie­ra el pro­ble­ma cru­cial, a saber: ¿la izquier­da revo­lu­cio­na­ria del Esta­do espa­ñol debe asu­mir como pro­pia el derecho/​necesidad de la inde­pen­den­cia nacio­nal de los pue­blos que su Esta­do oprime?

G. Her­nán­dez Sán­chez tam­po­co res­pon­de a esta deci­si­va cues­tión a pesar de sus razo­na­das crí­ti­cas93 a Pode­mos y PCE-IU, del mis­mo modo que J. Mir Gar­cía se esca­bu­lle del pro­ble­ma pese a recu­rrir a la auto­ri­dad de Grams­ci94 para esti­rar de las ore­jas a los dos par­ti­dos. Ante­rior­men­te nos hemos refe­ri­do direc­ta­men­te a Grams­ci en su apre­cia­ción de la cre­cien­te impor­tan­cia de la opre­sión nacio­nal con­for­me se agu­di­za­ban las con­tra­dic­cio­nes capi­ta­lis­tas, y es urgen­te actua­li­zar sus tesis para el pre­sen­te europeo.

Una expo­si­ción bas­tan­te sig­ni­fi­ca­ti­va de las dife­ren­cias en estos momen­tos entre el tac­ti­cis­mo elec­to­ral de Pode­mos cara a las pró­xi­mas elec­cio­nes gene­ra­les del 20 de diciem­bre, y la línea his­tó­ri­ca del PCE y de PSUC, el de Izquier­da Uni­da apa­re­cen expues­tas en el artícu­lo de F. Galle­go95 en el que, ade­más de asu­mir la tra­di­ción del PSUC y del PCE, rei­vin­di­ca la nece­si­dad de una alter­na­ti­va esta­tal «refe­ren­te en Espa­ña», refe­ren­te de espa­ño­li­dad que es un pun­to vital en el idea­rio de IU96. Des­de una pers­pec­ti­va más sua­ve y tam­bién «ciu­da­da­nis­ta» el artícu­lo de Rosa Gue­va­ra97 tam­bién escla­re­ce algu­nas de esas diferencias.

PCE-IU no rom­pe en modo alguno con su nacio­na­lis­mo espa­ñol sino que sigue mos­tran­do su mode­lo his­tó­ri­co de un cla­ro recha­zo del derecho/​necesidad de la inde­pen­den­cia de las nacio­nes opri­mi­das, tal como se reafir­mó en 1998: «Un Esta­do fede­ral, plu­ri­na­cio­nal, demo­crá­ti­co y soli­da­rio»98. En la pri­ma­ve­ra de 2013 el PCE-IU avan­zó en un pro­yec­to titu­la­do Nue­vo Pro­ce­so Cons­ti­tu­yen­te99 des­ti­na­do a «garan­ti­zar el Esta­do Social y de Dere­cho» en el que la demo­cra­cia fue­ra una reali­dad… excep­to para las nacio­nes opri­mi­das por el Esta­do espa­ñol. En nin­gún párra­fo del tex­to apa­re­ce una sola y ais­la­da refe­ren­cia al dere­cho de auto­de­ter­mi­na­ción, por no hablar del derecho/​necesidad de la inde­pen­den­cia de los pue­blos opri­mi­dos. A lo sumo que lle­gan unos atre­vi­dos mili­tan­tes de IU es a exi­gir una nue­va cons­ti­tu­ción que, entre otros dere­chos, tam­bién esta­blez­ca de la auto­de­ter­mi­na­ción de los pue­blos, pero encor­se­ta­do den­tro del obje­ti­vo de cons­truir un «Esta­do fede­ral»100.

El fede­ra­lis­mo esta­tal tam­bién es defen­di­do des­de pos­tu­ras simi­la­res a la que aca­ba­mos de expo­ner, como la expues­ta por J. Sán­chez Rodrí­guez sos­tie­ne que:

La cla­se obre­ra y los sec­to­res popu­la­res, así como las orga­ni­za­cio­nes que las repre­sen­tan, no pue­den des­co­no­cer el con­te­ni­do ins­tru­men­tal de la cons­ti­tu­ción espa­ño­la como medio de garan­ti­zar la hege­mo­nía de un nacio­na­lis­mo, el espa­ñol, sobre otros nacio­na­lis­mos peri­fé­ri­cos, y ha adoptado
las mejo­res y más demo­crá­ti­cas de las solu­cio­nes para este pro­ble­ma, pro­po­ner una con­sul­ta vin­cu­lan­te en la que se expre­se la volun­tad de las nacio­na­li­da­des peri­fé­ri­cas y ofre­cer la posi­bi­li­dad de un Esta­do de tipo fede­ral como mane­ra de con­ti­nuar una con­vi­ven­cia polí­ti­ca con­jun­ta, todo ello median­te la refor­ma de la actual cons­ti­tu­ción. Pero, si como apun­tá­ba­mos con ante­rio­ri­dad, esta posi­ción cen­tris­ta (por situar­se entre dos extre­mos) no tie­ne posi­bi­li­dad real de impo­ner­se hoy, ir más allá de eso para apo­yar la inde­pen­den­cia de Cata­lu­ña como estra­te­gia para rom­per la for­ta­le­za del «régi­men del 78» y abrir un pro­ce­so cons­ti­tu­yen­te no solo en Cata­lu­ña, sino tam­bién en el res­to del Esta­do espa­ñol, es una posi­ción basa­da en la ilu­sión, fue­ra de todo aná­li­sis rea­lis­ta de la situa­ción y de las ense­ñan­zas de la his­to­ria101.

No vamos a hacer nin­gún comen­ta­rio crí­ti­co a lo aquí leí­do ni a otras obras del mis­mo autor, aun­que sería nece­sa­rio hacer un apun­te crí­ti­co sobre su méto­do de sepa­rar los «movi­mien­tos socia­les» de la tota­li­dad con­cre­ta del modo de pro­duc­ción capi­ta­lis­ta: el movi­mien­to obre­ro, el movi­mien­to nacio­na­lis­ta, el movi­mien­to eco­lo­gis­ta, los nue­vos movi­mien­tos socia­les, los nue­vos movi­mien­tos anti-neo­li­be­ra­les en Amé­ri­ca Lati­na y la últi­ma ola de los movi­mien­tos socia­les fren­te a la cri­sis eco­nó­mi­ca en Euro­pa, pero dejan­do cons­cien­te­men­te fue­ra del estu­dio a los movi­mien­tos cam­pe­si­nos, femi­nis­tas, pro dere­chos huma­nos, y movi­mien­tos reli­gio­sos102. Un apun­te crí­ti­co que mos­tra­ra la total dis­cre­pan­cia nues­tra con tal méto­do. Es con­ve­nien­te, sin embar­go, recor­dar que este autor tie­ne un tex­to sobre San­tia­go Carri­llo103.

Un Par­ti­do Comu­nis­ta de Espa­ña que se encuen­tra en una de sus peo­res cri­sis his­tó­ri­cas, un par­ti­do «des­man­te­la­do ideo­ló­gi­ca y polí­ti­ca­men­te», en el que una par­te fun­da­men­tal de los docu­men­tos han sido ela­bo­ra­dos por social­de­mó­cra­tas, «algu­nos de ellos sin mili­tan­cia comu­nis­ta»104, y aun­que la dura y sin­ce­ra auto­crí­ti­ca colec­ti­va se cen­tra más en la situa­ción caó­ti­ca de Madrid que en la tota­li­dad del Esta­do, en nin­gún momen­to se sugie­re siquie­ra la nece­si­dad de una leve inte­rro­gan­te sobre las rela­cio­nes entre la polí­ti­ca del PCE con res­pec­to a las «nacio­na­li­da­des» y su des­plo­me y descomposición.

No pode­mos exten­der­nos en las pro­fun­dos efec­tos que sobre el nacio­na­lis­mo espa­ñol en todas sus for­mas están tenien­do los «acon­te­ci­mien­tos» que se están vivien­do en Euro­pa, y las res­pues­tas dife­ren­tes de las dos opcio­nes refor­mis­tas que aho­ra ana­li­za­mos, Pode­mos y PCE-IU. Como mues­tra de sus debi­li­da­des, silen­cios y ambi­güe­da­des tene­mos el docu­men­to «No es nues­tro nom­bre»105.

Vis­to el asun­to con pers­pec­ti­va his­tó­ri­ca lar­ga debe­mos plan­tear­nos una refle­xión estra­té­gi­ca que pue­de deter­mi­nar todo el futu­ro: ¿en qué medi­da nos esta­mos acer­can­do a situa­cio­nes simi­la­res a las que pro­pi­cia­ron la rea­li­za­ción del Con­gre­so de Zim­mer­wald 106 de sep­tiem­bre de 1915? De ser cier­ta la res­pues­ta, debe­mos avan­zar un poco más y pre­gun­tar­nos sobre qué valía a medio y lar­go pla­zo con­ser­va la tesis leni­nis­ta de trans­for­mar la «gue­rra mun­dial» en «gue­rra civil» que Lenin empe­zó a popu­lar sobre todo des­de esa Con­fe­ren­cia107, sien­do cons­cien­tes de todas las dife­ren­cias que aho­ra nos sepa­ran de aque­llas circunstancias.

Pre­ci­sa­men­te por esta inten­sa agu­di­za­ción recien­te del «pro­ble­ma espa­ñol», que dará otro sal­to en su gra­ve­dad duran­te la cam­pa­ña elec­to­ral de fina­les de 2015 y con sus resul­ta­dos, es por lo que la edi­to­rial Boltxe Libu­ruak ha pen­sa­do que la publi­ca­ción de este libro ser­vi­rá para ace­le­rar la eman­ci­pa­ción de los pue­blos y cla­ses oprimidas.

Iña­ki Gil de San Vicente

Eus­kal Herria, 29/​11/​2015

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