Entre la biología y la política
Prólogo al libro Derechos Humanos como arma de destrucción masiva editado por Boltxe Liburuak
Concepción Cruz Rojo
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Prólogo
A través del título del texto que presentamos, se ha querido recalcar algo muy fácil de decir y entender pero que continuamente se impide practicar: la salud es una necesidad de los pueblos, es supervivencia humana y calidad de vida de las personas. No son derechos que se nos dan graciosamente, como las monarquías y la nobleza daban, como la burguesía da; sino requisitos imprescindibles que han tenido que ser conquistados a lo largo de la historia, y continúa en la actualidad. Una lucha obligada que debe formar parte del proceso de construcción de una sociedad nueva, libre de explotadores y saqueadores de recursos, una sociedad para todas y todos, socialista.
En la introducción se comenta de forma muy resumida los acontecimientos que ocurrieron previos a la Declaración de los Derechos Humanos, en 1948. El final de la Segund Guerra Mundial, sus terribles consecuencias para muchos pueblos del mundo, simbolizado en los más de 30 millones de muertes del pueblo soviético en manos del ejército nazi. El cruel aviso metafórico que representó el bombardeo nuclear sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, cuando el ejército japonés ya estaba realmente derrotado1. Y las represiones abiertas y ocultas, manipuladas, contra los pueblos que habían ganado al fascismo y suponían una amenaza para las burguesías europeas, especialmente para Estados Unidos, la ya primera potencia imperialista. Francia, Italia, Grecia, entre otros países, sufrieron injerencias extranjeras, en connivencia con sus oligarquías; reprimieron las organizaciones que más combatieron al nazismo, con particular brutalidad en Grecia; se potenciaron las mafias y la introducción de drogas, como la heroína, que sirvieron para el control de los sindicatos en manos de los partidos comunistas de la época2. Posteriormente, y hasta la actualidad, han sido continuas las represiones, invasiones y apoyos a dictaduras atroces. Los golpes de Estado en los años cincuenta en Irán, Irak y Guatemala; los bombardeos estadounidenses en Laos (Llanura de las Jarras), en los años sesenta y setenta, donde se arrojaron más bombas que durante toda la Segunda Guerra Mundial. El intento de golpe de Estado en Indonesia (1965), promovido por Estados Unidos, que al fallar provoca el reemplazo del presidente Sukarto por el general Suharto, entre 500.000 y 3 millones de personas fueron asesinadas3; la lista se hace interminable, y el horror también.
Se ha querido transmitir a lo largo del texto que los derechos humanos concretos, comunales, para el pueblo, deben ser abanderados de todas las maneras posibles. Y su conquista, por pequeña que parezca, es un paso más en la mejora de las condiciones de vida, de la salud de las personas. Hablamos de supervivencia presente y futura, pero también de salud en su acepción positiva y solidaria, de ayuda mutua y cuidados sociales. Pero los análisis deben ser rigurosos y realistas, ordenados por prioridades y alcanzables, realizables a corto, medio y largo plazo. Nuestra juventud se va por falta de trabajo, la natalidad desciende a unos niveles nunca vistos y nuestra sociedad se desarraiga, esta sería una prioridad en nuestra lucha. Nuestros mayores se quedan solos y prevalecen graves enfermedades incapacitantes, esta es otra importante prioridad. Se deben analizar las causas de los problemas en profundidad, yendo a su raíz.
Escuchamos a menudo noticias y análisis superficiales donde, por ejemplo, el descenso de la natalidad, se atribuyen a causas individuales y subjetivas de la población joven y no a sus graves problemas sociales y económicos, a una ausencia de esos derechos que la propia burguesía dice proteger. O que los culpables de las miles de personas que mueren en el Mediterráneo son las mafias que los trasladan. A poco que queramos mirar la realidad, a nadie se le escapa que los conflictos en Somalia, Irak, Libia y, ahora, Siria, han sido apoyados por intereses occidentales, particularmente por Estados Unidos4. Son las verdaderas causas, entre otras, del actual desplazamiento forzado en el mundo, que alcanza los 50 millones de personas, superando por primera vez los que provocó la Segunda Guerra Mundial; de los cuales se alerta que la mayoría de las 137.000 personas que cruzaron el mar Mediterráneo hacia Europa en los primeros seis meses de 2015 estaban huyendo de guerras, conflictos y persecución5.
Otro aspecto que se aborda en el texto es la importancia de comprender la salud-enfermedad de la población utilizando el materialismo dialéctico. La necesidad de integrar el materialismo y la dialéctica y hacerlo emerger de los procesos históricos, económicos, sociales y políticos. De cualquier ciencia, también del campo de la biología o de la salud humana, ya que para comprender los problemas de salud, las lesiones y enfermedades, y sus causas relacionadas, es imprescindible una visión materialista y dialéctica. La dialéctica nos ayuda a no caer en el mecanicismo y determinismo ramplón que domina muchas de nuestras ciencias, y el materialismo evita el idealismo místico que surge con facilidad cuando los modelos anteriores son claramente insuficientes para explicar los fenómenos de cualquier tipo.
El abismo que separa ambas derivas lo podemos comparar con el muro que aún persiste entre las llamadas ciencias «sociales» y «naturales». Tejer su conexión en los análisis concretos no es tarea fácil, pero es esencial en todos los aspectos, incluidos los de nuestras propias vidas, militantes y personales. Intentando vislumbrar qué está relacionado con qué, para hacer un análisis lo más holístico posible: tratando de tocar todos los puntos sensibles que deben seguir indagándose.
Hace poco publicamos un escrito sobre la difteria con esa intención, no es un tema agotado, era un aporte para comenzar, pero también para mostrar y pronunciarnos a favor de determinadas vacunas y su organización sistemática6. Son temas que quedan abiertos para el debate de los colectivos implicados e interesados. En definitiva, es tratar de analizar el caso, o casos concretos, para enlazar su comprensión con causas y circunstancias más o menos generales que nos lleven a la acción y posicionamiento correspondiente. Yendo más lejos, es intentar abarcar desde las causas de las lesiones más internas y microscópicas de una enfermedad particular hasta las causas de las muertes violentas que sufren poblaciones indefensas ante el terror de los Estados más enriquecidos. Comprenderlas para actuar sobre todas ellas, desde ayudar y ayudarnos a nuestra cura física y mental, a nuestro equilibrio coherente para nosotras y para las personas que nos rodean, pasando por las luchas grandes y pequeñas de los colectivos, organizaciones y asociaciones a las que pertenezcamos. En ese sentido compartimos el axioma: todo está relacionado con todo.
Tratamos de aunar el materialismo y la dialéctica, considerando también los procesos históricos que nos han llevado a nuestra situación actual, en relación con la salud de los pueblos y sus condicionantes. Esto es, utilizar el materialismo histórico, el análisis marxista, para penetrar en los temas que atañen a las ciencias de la salud, sabiendo que se puede aplicar a cualquier ciencia, incluidas aquellas que parecieran que no tienen ninguna relación con lo político. Porque la medicina, la física, la psicología o la genética, por poner solo unos pocos ejemplos, es también, política. Para ello hay que ser consciente de la importancia de explicitar y extraer un hilo conductor en el interior de las ciencias que trascienda a lo social y político; fundamental para lograr nuestra soberanía como pueblo en todos los terrenos.
Pero un hilo conductor que no nos haga perder el norte de nuestros objetivos de alcanzar una sociedad nueva, sin una minoría capitalista que se apropia de riquezas y racionalidad popular. No hay excusas, hay que tomar partido, los científicos o profesionales que se llaman apolíticos, independientes y neutrales, son los más peligrosos porque son los que cumplen su función al servicio del que mande, de la clase dominante. Personas que «no se meten en política», aunque de sus palabras rezuma continuamente toda una ideología burguesa que ha penetrado profundamente en las mentes de las personas de forma nada natural.
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Empezamos hablando de la alimentación como uno de los condicionantes fundamentales, un derecho socialista que tiene una íntima relación con la salud. Frente al derecho mercantil de los alimentos para los beneficios de sus propietarios, hay que proclamar la necesidad de una alimentación de calidad, libre de transgénicos, pesticidas y monocultivos, para todos los pueblos. Las muertes por hambrunas y enfermedades producidas por la desnutrición crónica de los países más pobres se acompañan de muertes por enfermedades del sistema circulatorio en los países más enriquecidos por excesos alimentarios pero de baja calidad.
El sinsentido de un sistema dominado por las transnacionales del sector alimentario a nivel mundial, donde los alimentos más básicos para la nutrición humana cotizan en bolsa y muchos de ellos son utilizados como biocombustibles o para alimentación animal, cuyo consumo crece exponencialmente pese a que una alimentación nutritiva y equilibrada debe contener una pequeña proporción de carne. La esquilmación pesquera, el oligopolio de las semillas y agrotóxicos con el agravante del uso de transgénicos cierran el círculo de un sistema capitalista irracional que solo mira sus ganancias monetarias a costa del empobrecimiento y de las muertes de una cada vez mayor parte de la población mundial. La lucha por la soberanía alimentaria en Andalucía o en cualquier otro lugar, es la lucha de la gente del mar, de la clase campesina, jornalera y ganadera del mundo contra las grandes corporaciones transnacionales del sector que solo se podrá lograr totalmente cuando el capitalismo, en esta fase decadente imperialista, sea eliminado.
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Íntimamente relacionado con el tema alimentario hemos dedicado otro conciso apartado a la necesidad de un medio ambiente cuidado para toda la humanidad. Ya es bien conocido que los países capitalistas más enriquecidos no solo explotan laboralmente a su propia clase trabajadora y a la de los países que han empobrecido, sino también esquilman la naturaleza. Desde Marx, los análisis marxistas más dialécticos, menos dogmáticos, son los que históricamente han comprendido la íntima conexión entre la fractura metabólica del trabajo y de la naturaleza. Lo que implica la necesidad de unir la lucha por la liberación de la explotación laboral y de la naturaleza. Y en este sentido el ecologismo en abstracto tampoco nos sirve, debemos analizar el conjunto del problema para intervenir en todos los aspectos en una sociedad donde se supere la explotación laboral de la propiedad privada, con la explotación de la naturaleza. Porque esta última es consustancial con la existencia del gran capital.
Fue Marx, el que, entre otras muchas aportaciones a este tema, avisó del empobrecimiento de la naturaleza y su relación con la salud y la vida de los pueblos, analizando uno de las primeros monocultivos, el del trigo, que provocó el colonialismo inglés sobre la Irlanda anexionada, para la exportación a su burguesía; y la patata, como alimento de subsistencia a la población local. La plaga que azotó a este último cultivo, a mediados del siglo XIX, provocó terribles hambrunas para la población irlandesa y su emigración masiva. F. Engels, por su parte, anticipó los problemas ambientales de la reciente revolución industrial en las ciudades inglesas y los múltiples problemas de salud que provocaba en el naciente proletariado de la época7. Proletariado que provenía de la clase campesina que fue expulsada de sus tierras y sus medios de subsistencia debido, entre otros, a los cercamientos de las tierras comunales. Tierras que fueron puesta a la venta y aumentó el latifundismo, la concentración de las tierras, y potenció las industrias manufactureras, que quedaron en propiedad de la burguesía inglesa.
Los problemas medioambientales actuales son crecientes y palpables. La contaminación y accidentes en suelos y ríos de la minería, que sigue fomentándose en Andalucía y otros lugares del mundo, nos ha hecho detenernos en los detalles del desastre de la mina de Aznalcollar y sus causas. De cómo se quiere reabrir esta y otras peligrosas minas en aras de unos puestos de trabajo que no se priorizan en economías sociales y limpias8. Cuando escribimos estas líneas continúan las noticias sobre el escándalo que envuelve la adjudicación de la reapertura de Aznalcollar9. Y antes, mientras y después, los medios de comunicación insisten en transmitir el mensaje de que dicha paralización supondrá la pérdida de puestos de trabajo10. La misma cantinela de siempre, se abstienen de reflejar el mensaje de los movimientos sociales que abogan por industrias alternativas y respetuosas con el rico medio natural que prometieron tras el desastre, y que se quedó en la nada. No se habla tampoco de los problemas de salud que provoca la contaminación que padecemos: el cáncer, las enfermedades respiratorias y las enfermedades cardiovasculares11. Que existiendo soluciones técnicas, se continúa con más de lo mismo, favorecer a las industrias contaminantes: las petroquímicas, la minería, la peligrosa energía nuclear, el fracking o el almacenamiento de gas. Industrias todas que pueden sustituirse por energías renovables, agricultura y ganadería ecológica que aproveche los ciclos de la economía local y los ecosistemas y de la vida en general. Porque estas soluciones técnicas son incompatibles, con los intereses e inversiones, con la propiedad privada de las grandes empresas capitalistas.
El cambio climático supone la síntesis de mayor gravedad de los problemas de contaminación ambiental en el mundo. Igualmente, se saben las causas, pero no se ponen las soluciones, porque chocan frontalmente con la esencia de su sistema, sin tasas de ganancias el sistema capitalista no podría seguir manteniéndose. El cambio climático es tan sumamente importante que es reconocido en foros internacionales que acuerdan (aunque no todos los países) tomar medidas concretas, como la reducción de CO2, uno de los responsables principales del calentamiento del planeta12. La irracionalidad mercantilista llega hasta tal extremo que las emisiones de CO2 ha sido objeto de compra-venta. Si mi país sobrepasa la cuota de emisión pago a otro país que emite menos y mientras tanto no se minimizan o sustituyen esas empresas contaminantes. Las granjas intensivas agropecuarias y las industrias del sector energético, ya comentadas, son las principales causantes del cambio climático por la intensidad de las emisiones de gases de efecto invernadero, principalmente el metano en el primer caso y el CO2 en el segundo.
Las políticas saludables que miren más allá del corto plazo, que abogue por la salud de las generaciones venideras no tienen cabida en un sistema al que solo le preocupa las ganancias económicas rápidas y fáciles. Son los intereses de las empresas transnacionales, de la propiedad privada, que continuamente nos demuestran que su prioridad son los beneficios monetarios y no la vida y seguridad de las personas; y que nos explica tan bien en este como otros escritos Silvia Ribeiro13. En definitiva, que se saben las causas y sus consecuencias pero se evita intervenir con medidas drásticas porque iría contra sus propios intereses económicos y sin olvidar las luchas internas, la pugnan de intereses, entre los mismos países capitalistas, que es otro impedimento para atajar el problema. Es por ello, que terminamos este apartado recalcando que hay alternativas. Que se puede trabajar y potenciar energías renovables e investigar en ciencia, en tecnología al servicio del pueblo, que es una prioridad para nuestro planeta y el futuro de las generaciones venideras. Una economía planificada que tienda al mínimo consumo y despilfarro y al máximo reciclaje; una economía basada en el derecho socialista de distribuir a toda la población los recursos naturales de forma respetuosa con nuestro medio ambiente.
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En el siguiente apartado desarrollamos algunos detalles y contradicciones en relación con los servicios sanitarios y sociales. De cómo pese a tener algunos servicios públicos, como sanidad o educación, al estar insertos en un sistema político privado como el nuestro, están continuamente sufriendo privatizaciones en mayor o menor intensidad. La necesidad de apoyar y defender los servicios públicos y reclamar los que aún no son públicos, como la vivienda, el cuidado de las personas dependientes, el agua o la energía. Conquistar estas necesidades básicas es acercarnos a un sistema que en su conjunto prime unas condiciones de vida fundamentales para la salud y la seguridad de la gente frente al beneficio, privado, de unos pocos. Siendo consciente que llegar a alcanzar estos servicios requiere eliminar la propiedad privada, esto es, la propiedad de las grandes empresas de la alimentación, del ladrillo, del agua o del sector energético.
Centrándonos en los sistemas sanitarios, tanto en el Estado español, en Andalucía o en otros países capitalistas, se ha podido lograr unas mejoras precisamente por su carácter público, universal y equitativo, pero continuamente salpicados de «mordidas» privatizadoras. Una que resulta más invisible pero no por ello menos dañina es la privatización de la gestión: el servicio sanitario es de titularidad pública y pagado por todas (de forma no suficientemente progresiva), pero la gestión, si es privada, supone quitar una parte del dinero público para dárselo a la empresa concesionaria, lo que merma la calidad del servicio y aumenta la precariedad de sus trabajadoras. Empresas privadas que, además, han obtenido la concesión envuelta en muchas ocasiones por la corrupción y las famosas «puertas giratorias» entre políticos y empresarios. La Comunidad de Madrid, Castilla-La Mancha, o en Alicante y Valencia, los casos han sido ampliamente conocidos y denunciados. Llamativo ha sido también el escándalo de hospitales públicos británicos gestionados por empresas privadas, donde la desatención a las personas ingresadas ha llegado a producir hasta 20.000 muertes de pacientes de edad en catorce hospitales. Hospitales públicos que comenzaron a privatizar su gestión con el gobierno de Margaret Thatcher y que ha continuado hasta la actualidad.
Hablamos también del Real decreto-ley, aprobado por vía de urgencia en abril de 2012, por el gobierno de Mariano Rajoy, que ha supuesto para muchos una verdadera contrarreforma sanitaria. De la lucha unánime y tenaz, especialmente del pueblo de Madrid, que ha impedido muchos de los intentos privatizadores del gobierno del PP. Dos elementos muy importantes se tocan en este Real decreto-ley: en primer lugar la universalidad, la atención sanitaria, excepto las urgencias, maternidad y cuidados a menores, no será para todas las personas. Deja fuera a la población migrante que no tenga su situación administrativa regularizada y a la población autóctona que no esté inscrita en el paro, deberán antes demostrar que son pobres para ser considerados asegurados.
La universalidad, junto a la equidad, precisamente dar más a los que menos tienen, son, o deberían ser, las señales de identidad de un Sistema Nacional de Salud, porque supone la base fundamental donde se sustenta una adecuada prestación sanitaria y promoción de la salud. No es casualidad que el primer sistema nacional de salud se creara en la URSS, tras la revolución bolchevique14. Henry Sigerist, prestigioso historiador de la medicina de la época estuvo tres veranos conociendo las aportaciones de la revolución soviética en la medicina mundial y fue el que apoyó con fuerza la constitución del primer sistema nacional de salud, en un país capitalista como fue Gran Bretaña15. Sistema sanitario que posteriormente fue imitado por otros países capitalistas y socialistas. Destaca el prestigio del sistema sanitario, educativo y sus avances científicos, de Cuba, que pese a ser un pequeño país sin grandes riquezas y sometido a un bloqueo injusto y cruel, son de una calidad internacionalmente reconocida. Y es que, como dijera el mismo Henry Sigerist, la salud no llega de fuera a las personas, no se la podemos imponer. Después de la revolución, el servicio médico se organizó bajo el lema: «la salud del pueblo es responsabilidad del pueblo mismo», y todo el trabajo sanitario se llevó a cabo con la participación de todo el pueblo.
Pero como decíamos los sistemas sanitarios públicos sustentados en sistemas privados, de propiedad privada, adolece de graves contradicciones. Uno de ellos que hemos explicado en el texto es el de los medicamentos y sus patentes. El problema de los excesivos precios de los medicamentos que está suponiendo verdaderos escándalos por sus implicaciones para la vida de muchas personas, como ocurre con los antirretrovirales contra el sida o los medicamentos contra la hepatitis C. Y es que todo el entramado privado del sector sanitario, medicamentos, tecnologías sanitarias y otros productos sanitarios, supone unos costes exorbitados para el mantenimiento del sistema público. Pese a que la contribución de los fondos públicos para la investigación e innovación en este como en otros sectores sigue siendo muchísimo más alta que la aportación de los fondos privados.
La lucha por unos servicios sanitarios y sociales para toda la población es imprescindible para acercarnos a la sociedad que queremos, libre de grandes compañías privadas y de explotación asalariada. Bajo este tipo de sociedad que tenemos, la crisis será continua y cada vez más profunda donde se recortan los apoyos sociales de la población más desfavorecida, siguiendo con la burda y bárbara teoría maltusiana, que proponía dejar morir de hambre a esa población «excedente». O que huyan de sus países empobrecidos y mueran en el mar16. La teoría de Malthus continúa en la actualidad pero de forma hipócrita, él decía que los pobres eran elementos superfluos de la sociedad y , por lo tanto, que no debían ser protegidos17. Ahora no se dice, o se dice lo contrario, pero se sigue practicando la tesis reaccionaria del clérigo inglés.
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En relación con las condiciones laborales y la salud, se ha tratado de ir más allá de los problemas de salud que provoca el desempleo y las condiciones de explotación, precariedad e inseguridad laboral, ampliamente reconocido por la comunidad científica. Situación ambas, desempleo y trabajo, que se muestran como las dos caras de una misma moneda. Al modo de producción capitalista le interesa, necesita, un excedente de población sin empleo para que, como decía Marx, el empresario pueda disponer de fuerzas productivas en variadas y precarias formas. El hecho es que tanto el desempleo como la precarización laboral o la necesidad de emigrar para encontrar trabajo son profundamente dañinos para la salud de la población individual y colectiva. El endurecimiento de las leyes laborales, el recorte de salarios ante bajas laborales, el alargamiento de la edad de jubilación, entre otras, está provocando una grave pérdida de salud y un aumento de las enfermedades profesionales y accidentes de trabajo. En Andalucía, los accidentes de trabajo mortales han aumentado, de 61 en el año 2013 a 94 muertes de trabajadores/as en el año 2014, y el 2015 sigue la misma tendencia18.
La labor de un sindicato combativo que defienda realmente a la clase trabajadora y evite las pérdidas de vidas y de puestos de trabajo, es esencial, mejorar las condiciones laborales es un paso más en el objetivo de conseguir un trabajo libre y creativo. Esa fue, y sigue siendo consciente e inconscientemente, la tendencia natural humana, porque tuvo un papel fundamental en la hominización. En una sociedad donde los derechos y la cultura sea colectiva, universal, que se acompañe del apoyo mutuo donde se alcancen los deseos materiales y emocionales, subjetivos, estará a apoyando y será apoyada por ese trabajo rico y creativo, libidinoso en palabras de Freud19.
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Hemos dejado para casi el final del texto, y nos hemos extendido un poco más, en la situación de opresión patriarcal que sufren las mujeres, la relación con su salud y la necesidad de nuestra liberación. Y es que la batalla contra el terror machista es imprescindible para alcanzar la emancipación humana. La opresión contra las mujeres ha sido la más duradera y la más extendida y por ello hemos analizado con algo de detalle la obra fundamental de Gerda Lerner, La Creación del Patriarcado, que da mucha luz y conocimientos sobre sus orígenes20. Igualmente nos hemos detenido en el riguroso texto de Silvia Federici, El Calibán y la Bruja, donde analiza el recrudecimiento de la represión patriarcal en los orígenes del capitalismo21.
Estudiar el proceso histórico es analizar las causas de esta dominación y los sufrimientos de las mujeres, pero también sus luchas y resistencias. En el ámbito occidental los movimientos feministas más radicales logran avances que tuvieron su máxima expresión en la revolución bolchevique de 1917. Pero con la involución de la URSS se produjeron retrocesos posteriores. Nos hemos detenido también en las aportaciones de Wilheim Reich, en la importancia de los cambios subjetivos, psicológicos en todos los aspectos de la revolución, antes y después22. Y como en la actualidad se sigue padeciendo el mismo problema pero de diferentes formas, según las partes del mundo y los sistemas políticos más o menos reaccionarios.
Hablar de la opresión de la mujer es hablar de la opresión sobre su cuerpo, sobre su vida y sus decisiones. Y es luchar por una sexualidad libre y creativa que nuevamente las mujeres han abanderado y debemos seguir abanderando, sexualidad libre y creativa que pocas veces se alcanza en las mujeres, y aún menos en los hombres. Íntimamente unido a la sexualidad es imprescindible luchar por una vida afectiva plena y gratificante que mejore la salud física y psíquica a nivel individual y social, ya que lo individual y social forman, deben formar, una unidad indisoluble. La lucha por la liberación de las mujeres empieza por nosotras mismas, en todos los ámbitos, laborales, familiares y psicológicos porque el sistema capitalista patriarcal sigue promoviendo una ideología que perpetua los roles y los estereotipos femeninos relacionados con la sumisión, emotividad, pasividad e inferioridad en las tareas personales y sociales.
Es por ello que también analizamos, muy brevemente, el apasionante libro El papel de la mujer en la evolución humana de Carolina Martínez Pulido23, desmontando el mito del hombre cazador y destacando las contribuciones inestimables de investigadoras que desde diversas disciplinas muestran todo lo contrario, la importancia que tuvo la mujer en la alimentación vegetal y de pequeños animales, el carroñeo y la necesidad de una larga crianza para el desarrollo del cerebro, por lo que tuvieron que ser decisivas en la alimentación, mejora de la comunicación oral y en la creación de utensilios para el transporte de los pequeños. Igualmente se desmonta otro mito, el de la monoandria femenina, frente a la poliandria masculina, con pruebas contundentes sobre una mujer recolectora y activa en la elección de su pareja o parejas y la flexibilidad de los roles sexuales.
Insistimos a lo largo del texto que son las mujeres las que con mayor valentía y ahínco luchan contra el machismo en todos los aspectos de sus vidas. Y de la importancia de la pedagogía teórica y práctica para transformarnos, que son las mujeres las que dan el primer paso en los momentos más duros y decisivos. Como es la clase trabajadora, también en momentos históricos muy determinantes, la que debe luchar contra la opresión empresarial. La historia y los hechos así lo muestran: son las mujeres, al igual que las clases populares, las que toman la iniciativa y actúan con valor y arrojo en las reivindicaciones personales y políticas. Desde separarse de su pareja a encabezar huelgas y luchas de liberación nacional.
Pero la opresión sobre la mujer tiene su corolario en la violencia machista, desde la más sutil y psicológica hasta la más brutal que llega a matarla, a ella y a los suyos. Y cómo en ese espectro de agresiones machistas debemos desmenuzar causas e intervenciones. La violencia contra la mujer es un continuo donde es difícil poner fronteras tanto personales, sociales o políticas. Condicionantes que actúan, a diferentes niveles relacionados, sobre la pérdida de su salud. Desde el sufrimiento incomprendido hasta la crueldad de la pérdida de su vida y/o la de sus hijos o hijas. Son motivos más que suficientes para que las mujeres sigamos encabezando con ahínco la lucha de nuestra propia liberación; solas, o acompañadas, en grupos más o menos organizados, pero que anticipen su liberación de la nueva sociedad que está por llegar.
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Terminamos esta parte del libro abordando la relación entre salud y represión, porque aúna la ausencia real de verdaderos derechos humanos. De forma brevísima y siendo consciente que el tema de la represión llevaría todo un libro, y bien amplio; el problema de la represión es que se intenta «volver del revés». El imperialismo, sus servicios secretos y los grandes medios de comunicación a su servicio, planifican campañas de intoxicación y manipulación mediática para liquidar gobiernos y países, importándoles bien poco la desestructuración social y las muertes que provocan. A los ejemplos del pasado: Vietnam, Indonesia, Camboya y Laos o Centroamérica, se añaden otros más recientes como Afganistán, Irak, Libia o Siria. Invasiones directas o solapadas, guerras cubiertas o incubiertas, apoyo a golpes de Estados24. Tenemos reciente el caso de Ucrania con el nuevo gobierno neonazi que está teniendo una resistencia tenaz en el este del país. Lo que en muchos medios de comunicación occidentales llaman de forma manipulativa y pretendidamente peyorativa «prorusos»25. El gobierno ruso, la lucha contra los golpistas de kiev dentro del país, o el gobierno elegido democrática y mayoritariamente por el pueblo venezolano son los nuevos «chivos expiatorios» de los Estados imperialistas26.
Desde su formación, en 1949, la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) ha jugado un papel decisivo en todas estas represiones27. África está ahora más que nunca en su punto de mira. De forma rápida, el gobierno del PP ha firmado un convenio por el que la base militar de Morón de la Frontera se convierte en la sede de Africom (Mando de África) del ejército norteamericano, que aumenta en cuatro veces el número de sus efectivos militares, para que sea el lugar desde el que tengan lugar las intervenciones sobre África y Oriente Próximo. Una cesión aún mayor de nuestra soberanía y un uso de nuestro territorio a la fuerza y por mandato legal. A esto se une la reciente ampliación de la base aeronaval de Rota, donde se encuentra el escudo antimisiles de la OTAN en Europa. Andalucía convertida en plataforma de agresión contra territorios y pueblos africanos y de Oriente Próximo decidido por los poderes centrales del Estado español. Ni que decir tiene que el gobierno de Andalucía y la mayoría de los partidos políticos han respondido con un silencio cómplice y solo algunas organizaciones y colectivos andalucistas han protestado abiertamente ante tal agresión28.
El «bombardeo» mediático es impresionante y se acompaña, como suele ser habitual, de falta de rigor y profundidad en los análisis de las noticias con una finalidad muy clara y consciente, que las personas no sepan toda la verdad que les rodea29. Finalidad que, por suerte, no siempre consiguen. El pretendido secretismo de la «alta política» de los Tratados de «Libre Comercio» como el Acuerdo Trasatlántico para el Comercio y la Inversión (TTIP) negociado entre Estados Unidos y la Unión Europea que no solo destruirá conquistas sociales básicas como las ya comentadas en salud, trabajo, protección medioambiental o la información, sino que ampliará los sistemas de control, vigilancia y represión de las Estados firmantes de Europa bajo los intereses de Estados Unidos30. Y ahora se ha destapado el TiSA, Trade in Services Agreement, un acuerdo todavía más antidemocrático de intercambio de servicios entre medio centenar de países, incluido el Estado español y en el mayor de los secretismos, condicionando el 68,2% del comercio mundial de servicios que cubren todos los campos, desde telecomunicaciones y comercio electrónico hasta servicios financieros, seguros y transportes. Ni que decir tiene que a los blindajes de las grandes transnacionales se unen objetivos de control político, ideológico y represivo31.
Y es que la represión tiene muchas caras y vericuetos, también la represión que sufre la población por sus propios Estados. Las muertes de población pobre negra por la policía de Estados Unidos han podido constatarse gracias a los vídeos caseros. El uso de concertinas para la población migrante en Melilla. Las porras y pelotas de gomas, las palizas, las torturas32. La represión económica, las detenciones por movilizaciones a militantes de organizaciones que defienden a los más necesitados. Y, cuando es necesario, el uso de la violencia pura y dura. En el Estado español no es casualidad que el gobierno del PP haya aprobado la ley orgánica para la «Protección de la Seguridad Ciudadana», la llamada por muchos ley mordaza. Y el objetivo es claro, impedir a toda costa las movilizaciones y las luchas de personas y colectivos más o menos organizados para mejorar sus condiciones de vida, que es mejorar su salud en su acepción más global y profunda del término33.
Las medidas represivas persiguen el miedo, incluso antes de llevarlas a cabo, la sumisión y la pasividad. A los que nos debemos enfrentar en todos los aspectos de la vida, porque la obediencia al «amo», no solo es política, también es íntima y personal. Vencer el miedo nos da soberanía, primero con nosotras mismas, nos hace libres y coherentes con lo que pensamos y sentimos, y también política que incorpora otras imprescindibles soberanías. Ser mujeres y hombres libres que deciden y viven sus vidas con coherencia y dignidad, aunque ello suponga sacrificios y dificultades tiene como compensación poder vivir una vida verdadera. Y sobre todo una vida que permite seguir creando grupo y organización para luchar en el sentido más amplio de la palabra, y seguir afianzando los cimientos de una vida colectiva nueva y mejor. Mirando metas luminosas, para pasar de una sociedad competitiva a una cooperativa, donde gobierne la democracia y con principios científicos; pasar a una sociedad en la cual todas tengan iguales derechos y obligaciones, no solo de palabra sino también de hecho.
Concepción Cruz Rojo
Presentamos el prólogo de Concepción Cruz Rojo a la parte del libro Derechos humanos como arma de destrucción masiva titulado La salud: una necesidad de los pueblos editado por Boltxe Liburuak. El libro estará disponible en las próximas semanas para su descarga de manera libre en nuestra página web https://www.bolte.eus en formato de libro electrónico (PDF, ePub y mobi para Kindle). También estará disponible a partir del 15 de octubre en versión papel a un precio de 8€ más gastos de envío. El libro se puede comprar escribiendo a nuestro correo electrónico boltxe@boltxe.eus y a través de nuestra página web.
- En la fecha en que se escriben estas líneas se cumple el 70 aniversario del primer ataque atómico sobre poblaciones civiles por parte de la aviación de Estados Unidos.
- N. Chomsky y A. Vltchek: Terrorismo occidental. De Hiroshima a la guerra de los drones, Txalaparta, Tafalla (Nafarroa) 2014, pp. 135 – 136.
- G. Humberstone: Cronología y compilación, Terrorismo occidental. De Hiroshima a la guerra de los drones, Txalaparta, Tafalla (Nafarroa) 2014.
- J. Fontana: El futuro es un país extraño. Una reflexión sobre la crisis social de comienzos del siglo XXI, Pasado&Presente, Barcelona 2013, pp. 107 – 108.
- Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), 1 de julio de 2015 (http://www.un.org/spanish/News/story.asp?NewsID=32735#.VbCSDbsVgcA).
- C. Cruz Rojo: Difteria y vacunas: en el debate político sobre el conocimiento, 24 de julio de 2015 (>http://www.matxingunea.org/dokumentua/difteria-y-vacunas-en-el-debate-politico-sobre-el-/).
- F. Engels: La situación de la clase obrera en Inglaterra, Crítica, Barcelona 1978.
- El texto que presentamos se terminó de escribir el 20 de abril de 2015 y desde entonces han sido muchas las noticias que sobre la minería andaluza han visto la luz. Sin embargo el fondo del análisis sigue siendo de suma vigencia, e incluso, premonitorio de lo que luego ha pasado.
- J. Camacho: El Gobierno andaluz cesa a la directora de Minas por su imputación en el «caso Aznalcóllar». El Parlamento confía en la transparencia del proceso y afirma que la restituirá cuando »todo quede aclarado»», 4 de agosto de 2015 (http://www.elperiodico.com/es/noticias/politica/gobierno-andaluz-cesa-directora-minas-maria-jose-asensio-imputada-caso-aznalcollar-4408947).
- A. J. Mora Caballero: La mina de Aznalcóllar reabre tras el desastre medioambiental de 1998. La compañía andaluza Magtel y Grupo México ganan el concurso convocado por la Junta, 21 de febrero de 2015 (http://ccaa.elpais.com/ccaa/2015/02/20/andalucia/1424434498_121537.htm).
- R. Baan et al.: «The carcinogenitu of outdoor air pollution», The lancet oncology, n.º 13, diciembre de 2013.
- Muy recientemente B. Obama promete por primera vez – ningún gobierno de Estados Unidos lo había hecho antes– tomar medidas contra el cambio climático, pero justo antes de terminar su mandato.
- S. Ribeiro: Caos climático y balas de plata, 14 de diciembre de 2014 (http://www.jornada.unam.mx/2014/12/13/opinion/025a1eco).>
- H. Sigerist: Socialized medicine in the Soviet Union, W.W. Norton, New York 1937.
- E. Beldarraín Chaple: «Henry E. Sigerist y la medicina social occidental», Rev Cubana Salud Pública, 2002, n.º 28, pp. 62 – 70.
- «Más de 2.000 inmigrantes han muerto intentando cruzar el Mediterráneo en lo que va de año. Cerca de 190.000 personas han tenido que ser rescatadas en la que ya se ha convertido en la ruta más mortal para la inmigración en el mundo», 5 de agosto de 2015 (http://www.publico.es/internacional/mas-000-inmigrantes-han-muerto.html).
- J. Bellamy Foster: La ecología de Marx, El Viejo Topo, Barcelona 2004.
- J. M. Baquero: Andalucía. Los accidentes mortales en el trabajo crecen por la crisis y el recorte en prevención de riesgos, 3 de abril de 2015 (http://www.eldiario.es/andalucia/accidentes-mortales-trabajo-recorte-prevencion_0_370263989.html).
- H. Marcuse: Psicoanálisis y política, Editorial Península, Barcelona 1973.
- G. Lerner: El origen del patriarcado, Editorial Crítica, Barcelona 1990.
- S. Federici: El Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación originaria, Editorial Crítica, Barcelona 2010.
- W. Reich: Psicoanálisis y materialismo dialéctico, Siglo XXI Editores, S.A, Madrid 1974.
- C. Martínez Pulido: El papel de la mujer en la evolución humana, Biblioteca Nueva, Madrid 2003.
- J. James: 50 años de guerras imperiales: resultados y perspectivas, 9 de marzo de 2015 (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=196229).
- J. González: Europa, patio trasero de Estados Unidos, 9 de febrero de 2015 (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=195233).
- A. Boron: Acotaciones sobre el golpe frustado en Venezuela, 17 de febrero de 2015 (http://www.aporrea.org/tiburon/a202878.html).
- D. Ganser: Los ejércitos secretos de la OTAN, El Viejo Topo, Barcelona 2010.
- Coordinadora de Asamblea de Andalucía: Declaración de Asamblea de Andalucía sobre el acuerdo entre el Estado español y Estados Unidos respecto a la base de Morón, Andalucía, 18 de junio de 2015 (http://asambleadandalucia.blogspot.com.es/2015/06/declaracion-de-asamblea-de-andalucia.html).
- N. Chomsky y A. Vltchek: Terrorismo occidental. De Hiroshima a la guerra de los drones, Txalaparta, Tafalla (Nafarroa) 2014, pp. 54 – 55.
- M. Vacas Sentís: Peligroso TTIP, 15 de junio de 2015 (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=200008).
- C. E. Bayo: 50 países pactan en secreto un tratado aún más antidemocrático y neoliberal que el TTIP, 3 de junio de 2015 (http://www.publico.es/internacional/wikileaks/50-paises-pactan-secreto-tratado.html).
- A. Torrús: España ha vivido desde 2004 más de 6.600 casos de tortura o malos tratos policiales, 1 de febrero de 2015 (http://www.publico.es/politica/espana-vivido-2004-mas-600.html).
- P. Filigrana García, y L. De los Santos Castillo: «El castigo como herramienta de contención social. La nueva ley de seguridad ciudadana y más allá»,El topo, nº 2 enero-marzo de 2014 (http://eltopo.org/leer-descargar-el-topo/).