EEUU, “signos alarmantes” estilo 2008
El diagnóstico anterior fue actualizado recientemente por dos analistas de Wall Street, Pam y Rus Martens. El 18 de agosto escribían:
“De acuerdo a datos de Bloomberg, las corporaciones han emitido la pasmosa cantidad de 9,3 billones de dólares en bonos desde el inicio de 2009. El mayor beneficiario de esta borrachera de deuda ha sido el mercado accionario más que la inversión en modernizar las plantas, el equipo o nuevas contrataciones para hacer las empresas más competitivas en el futuro. Los ingresos generados por los bonos con frecuencia terminaron recomprando acciones o aumentando los dividendos, esto es, elevando el mercado bursátil a costa de mayores niveles de deuda sobre los balances.
Ahora, con los precios de los commodities reasumiendo su hundimiento y guerras de divisas extendiéndose, están de vuelta las preocupaciones de un contagio financiero en los mercados y los spreads sobre los bonos corporativos versus los instrumentos más seguros y líquidos, como las notas del Tesoro de EEUU, están creciendo de una manera similar a los alarmantes signos que llevaron al crash de 2008. El mercado de 2,2 billones de dólares de los bonos basura (de alto rendimiento) así como el mercado de grado de inversión han visto aumentar sus spreads en la medida en que hay retiradas de fondos del Exchange Traded Funds y sube la presión sobre los fondos de bonos [ETF es un fondo en el que se comercializa un título que sigue un índice, en este caso, de bonos].
El gran temor esta vez es quien va a proveer liquidez en el mercado de bonos basura si demasiados inversores se dirigen a la salida al mismo tiempo” (Pam Martens and Russ Martens: August 18, 2015, “Keep Your Eye on Junk Bonds: They are Starting to Behave like 0’8”, Wall Street on Parade, http://wallstreetonparade.com/2015/08/keep-your-eye-on-junk-bonds-theyre-starting-to-behave-like-08/).
En resumen, la situación en China, el semiestancamiento europeo, el retroceso abierto de grandes economías como la rusa y la brasileña, y la sobrecapacidad y sobreinversión mundial, con caídas de precios y ganancias, en el marco de un gigantesco crecimiento del capital especulativo, constituyen los ingredientes para el escenario de una prolongada continuidad de crecimiento global débil, o próximo al estancamiento. O, alternativamente, para el estallido de una nueva recesión mundial.