Competencia, acumulación y presiones deflacionarias
En varias notas anteriores he planteado con insistencia que no se puede comprender la dinámica de la acumulación y crisis capitalistas desde la óptica de “precios regulados por monopolios”, esto es, negando la realidad de las guerras de precios entre los capitales. Guerras de precios y sostenimiento de la producción que continúan incluso en medio de desvalorizaciones masivas de capital y cuando las condiciones del mercado ya son claramente negativas. Refiriéndose a este tipo de dinámica, Marx señalaba: “Esto es una ley para la producción capitalista, dada por las constantes revoluciones de los métodos mismos de producción, la desvalorización de capital existente, vinculada con ellas de manera constante, la lucha competitiva generalizada y la necesidad de mejorar la producción y expandir su escala solo como medio para mantenerse y so pena de sucumbir” (ídem, p. 314; énfasis añadido). O sea, hay un punto en que los precios y las ganancias están en baja, la sobreinversión y la sobreproducción se hacen manifiestas, y sin embargo la acumulación todavía continúa, acentuando la desvalorización del capital mercancía, y llevando las tensiones al máximo, antes de la caída en el precipicio de la crisis.
Es lo que explica la generalizada presión deflacionaria a la que se asiste hoy en China. El 29 de marzo de 2015 el director general del Banco Central de China alertó que el país debía estar vigilante con la deflación. En julio los precios de los productos en China cayeron a su nivel más bajo desde 2009. La declinación lleva 41 meses seguidos. El IPC aumentó 1,6% con relación al año anterior por la suba del precio del cerdo, pero la presión es hacia la baja. El Producer Price Index (PPI; tiene un cierto parecido con el viejo índice de precios mayoristas) ha estado en territorio negativo desde febrero de 2012. El crecimiento del IPC ha estado cayendo desde el 6,5% en julio de 2011 al 1,2% en mayo.