Izquier­da y «voto útil con­tra el neoliberalismo»

Por estos días des­de varios sec­to­res del lla­ma­do pro­gre­sis­mo izquier­dis­ta se ha cri­ti­ca­do la pos­tu­ra del FIT y Zamo­ra de haber reco­men­da­do el voto en blan­co en el balo­ta­je entre Rodrí­guez Larre­ta (o sea, Macri) y Lous­teau. Se afir­ma que de esa for­ma la izquier­da fue «fun­cio­nal a Macri» (expre­sión uti­li­za­da por el perio­dis­ta Maxi Mon­te­ne­gro, cri­ti­can­do a Jor­ge Alta­mi­ra). Es la línea tra­di­cio­nal de los libe­ra­les bur­gue­ses, los socia­lis­tas bur­gue­ses y peque­ño bur­gue­ses de todos los mati­ces, y tam­bién, por supues­to, del par­ti­do Comu­nis­ta. Por eso Aní­bal Iba­rra, que se for­mó polí­ti­ca­men­te en el sta­li­nis­mo crio­llo, por estos días se dedi­có a «dar cáte­dra» de cómo y por qué había que dis­tin­guir, aun­que fue­ra muy sutil­men­te, entre Macri y Lous­teu. «No son lo mis­mo», repe­tía incan­sa­ble­men­te, para reco­men­dar el «voto tác­ti­co útil» por el segun­do, en pos de la derro­ta del «pro­yec­to neo­li­be­ral de los 90» del primero.

Dada la fre­cuen­cia con que se repi­te este argu­men­to, en esta nota pre­sen­to una res­pues­ta a esta crí­ti­ca a la izquier­da, des­de una pers­pec­ti­va mar­xis­ta. La res­pues­ta reco­no­ce dos nive­les: el pri­me­ro, el más fun­da­men­tal, dice que aun en el caso de que haya dife­ren­cias, los mar­xis­tas deben man­te­ner su posi­ción inde­pen­dien­te y no ceder al voto útil. En un segun­do nivel, la res­pues­ta dice que, en el caso con­cre­to que nos ocu­pa, ni siquie­ra hay dife­ren­cias de algu­na sig­ni­fi­ca­ción entre Macri y Lous­teau (como tam­po­co las hay entre Lous­teau y Recal­de, o entre Macri, Scio­li y Mas­sa). Empe­ce­mos, sin embar­go, con el pri­mer aspec­to de la cuestión.

La tra­di­ción del marxismo

La idea que esta­ble­ce lo fun­da­men­tal de la tác­ti­ca ante los casos en que se exi­ge de los par­ti­dos revo­lu­cio­na­rios el «voto útil con­tra la dere­cha», fue pre­sen­ta­da por Marx y Engels en la famo­sa Cir­cu­lar de la Liga de los Comu­nis­tas, de mar­zo de 1850, a la que ya hice refe­ren­cia en una nota ante­rior1. Es que pre­vien­do el triun­fo de una revo­lu­ción demo­crá­ti­ca, la Cir­cu­lar acon­se­ja sobre la tác­ti­ca que debe­ría adop­tar la cla­se obre­ra, y dice que en caso de elec­cio­nes esta debe­ría pre­sen­tar sus can­di­da­tos inde­pen­dien­tes, aun cuan­do esto pudie­ra debi­li­tar a los libe­ra­les demó­cra­tas fren­te a los can­di­da­tos más reac­cio­na­rios. Tex­tual­men­te:

«Aun don­de no haya posi­bi­li­dad de con­se­guir su elec­ción, los tra­ba­ja­do­res deben pre­sen­tar sus can­di­da­tos para pre­ser­var su inde­pen­den­cia, para medir sus fuer­zas y pre­sen­tar a la aten­ción públi­ca su posi­ción revo­lu­cio­na­ria y su par­ti­do. No deben extra­viar­se por las fra­ses vacías de los demó­cra­tas, que dirán que los can­di­da­tos obre­ros van a divi­dir al par­ti­do demo­crá­ti­co y dar a las fuer­zas de la reac­ción la chan­ce de vic­to­ria. Todo ese dis­cur­so sig­ni­fi­ca, en últi­mo aná­li­sis, que el pro­le­ta­ria­do será estafado».

A par­tir de aquí Marx y Engels pre­sen­ta­ban el cri­te­rio cla­ve: son mayo­res las ven­ta­jas que obtie­ne el pro­le­ta­ria­do al actuar de for­ma inde­pen­dien­te, que las des­ven­ta­jas que resul­tan de la pre­sen­cia de algu­nos reac­cio­na­rios en un cuer­po legis­la­ti­vo. Un cri­te­rio que años des­pués orien­ta­ría la acción de la social­de­mo­cra­cia ale­ma­na bajo direc­ción de Wilhem Liebk­necht, quien insis­tía en que aun cuan­do pudie­ra haber algu­na dife­ren­cia entre los can­di­da­tos, lo que per­de­ría la cla­se obre­ra en inde­pen­den­cia de cla­se supe­ra­ría cual­quier ven­ta­ja que pudie­ra obte­ner por el triun­fo del ala libe­ral de la bur­gue­sía. Una idea que tam­bién res­ca­ta­ba Lenin, citan­do a Liebk­necht. Esto es, man­te­nía el con­se­jo de la Cir­cu­lar. Pero esta tác­ti­ca fue aban­do­na­da con la dere­chi­za­ción de la social­de­mo­cra­cia pri­me­ro, y lue­go con el giro de los par­ti­dos Comu­nis­tas hacia el cola­bo­ra­cio­nis­mo burgués.

El fun­da­men­to último

El fun­da­men­to últi­mo de la tác­ti­ca de la Cir­cu­lar es muy sim­ple: el socia­lis­mo se basa en la lucha de cla­ses, y como tal está en con­tra del sis­te­ma capi­ta­lis­ta. Por eso, la posi­ción de los mar­xis­tas es cua­li­ta­ti­va­men­te dis­tin­ta de la que pue­den adop­tar los par­ti­dos bur­gue­ses, o peque­ño bur­gue­ses, y sus ideó­lo­gos. Esto últi­mos están de acuer­do con el capi­ta­lis­mo, y sus dife­ren­cias se dan al inte­rior de un sis­te­ma de explo­ta­ción que acep­tan y defien­den. El mar­xis­mo, por el con­tra­rio, está en con­tra del sis­te­ma de explo­ta­ción. Su pos­tu­ra es del tipo de la que sin­te­ti­za­ba Liebk­necht en la fra­se «Die­sem Sys­tem kei­nen Mann un kei­nen Gros­chen», o sea, «a este sis­te­ma ni un hom­bre, ni un cen­ta­vo». El men­sa­je aquí es no con­sen­tir nada que por algu­na razón incre­men­te el poder del gobierno fren­te al pue­blo, otor­gue algún tipo de aval. Por eso tam­bién, era tra­di­ción de los blo­ques socia­lis­tas no votar siquie­ra los pre­su­pues­tos burgueses.

Todo esto se ins­cri­bía en la idea de que los socia­lis­tas par­ti­ci­pa­ban en las elec­cio­nes para orga­ni­zar­se, para expli­car y pro­pa­gan­di­zar sus crí­ti­cas del capi­ta­lis­mo y del Esta­do capi­ta­lis­ta. Si no se da este men­sa­je, no tie­ne sen­ti­do entrar en el jue­go elec­to­ral. Por eso tam­bién, el recha­zo del cre­ti­nis­mo par­la­men­ta­rio, esto es, de la idea –de Berns­tein y de los libe­ra­les bur­gue­ses de siem­pre- de que las cáma­ras legis­la­ti­vas pudie­ran ser la vía para el cam­bio real de las con­di­cio­nes de vida de la cla­se obre­ra. De ahí que no par­ti­ci­par con el «voto útil» es inhe­ren­te a esta pos­tu­ra radi­cal. Sig­ni­fi­ca decir de la mane­ra más prác­ti­ca y pal­pa­ble, como para que lo entien­da cual­quier mor­tal: «no tene­mos nin­gu­na ilu­sión en nin­gu­na varian­te libe­ral izquier­dis­ta bur­gue­sa, por más libe­ral e izquier­dis­ta que se pre­sen­te». Un men­sa­je cuyo con­te­ni­do, de algu­na mane­ra, intu­yen y leen los con­ci­lia­cio­nis­tas. Por eso estos tra­tan de enre­dar a la izquier­da en el cre­ti­nis­mo par­la­men­ta­rio. Y la mejor for­ma de hacer­lo es con el cuen­to del «voto útil», por­que «todos somos her­ma­nos fren­te al neo­li­be­ra­lis­mo» y «no sean fun­cio­na­les a Macri». Fren­te a esto, el men­sa­je del mar­xis­mo es: «no somos her­ma­nos, ni pri­mos ni cuña­dos ni siquie­ra ami­gos leja­nos. No tene­mos nada que ver con uste­des, ni con los neo­li­be­ra­les, ni con los bur­gue­ses esta­tis­tas, por­que esta­mos en la vere­da de enfren­te». El fun­da­men­to últi­mo de esta pos­tu­ra, como diji­mos, es la lucha de cla­ses. Es un fun­da­men­to irrenunciable.

Inter­me­dio para dos acla­ra­cio­nes anti «chi­ca­na barata»

Siem­pre que plan­tea­mos estas cues­tio­nes, los «espe­cia­lis­tas tác­ti­cos del voto útil» sacan a relu­cir dos obje­cio­nes. La pri­me­ra dice que es nece­sa­rio defen­der con­quis­tas; la segun­da dice que no todos los regí­me­nes son iguales.

Pero no son con­sis­ten­tes, y los mar­xis­tas las res­pon­die­ron hace mucho. En pri­mer lugar, para defen­der una rei­vin­di­ca­ción pun­tual, no hace fal­ta nin­gún acuer­do espe­cial. Se coin­ci­de en el pun­to de lucha con los que con­flu­yan, en tan­to se man­tie­nen las ban­de­ras ideo­ló­gi­cas y pro­gra­má­ti­cas sepa­ra­das (la mis­ma Cir­cu­lar de 1850 con­te­nía esta reco­men­da­ción). En segun­do tér­mino, los mar­xis­tas siem­pre hemos dis­tin­gui­do entre regí­me­nes bur­gue­ses: no es lo mis­mo una dic­ta­du­ra mili­tar que la demo­cra­cia bur­gue­sa; no es lo mis­mo esta que el fas­cis­mo. Toda la expe­rien­cia his­tó­ri­ca demues­tra que los mar­xis­tas han enfren­ta­do las dic­ta­du­ras o los fas­cis­mos. Jamás se defen­dió una pos­tu­ra abs­ten­cio­nis­ta en este res­pec­to, sin que hicie­ra fal­ta el «con­se­jo» de nin­gún libe­ral bur­gués. Por eso, nin­gu­na de estas «chi­ca­nas» alcan­za siquie­ra a rozar una res­pues­ta arti­cu­la­da al argu­men­to presentado.

Segun­do nivel de res­pues­ta: ni siquie­ra hay diferencias

El segun­do nivel de res­pues­ta es menos impor­tan­te, pero de todas for­mas vale la pena seña­lar­lo: no hay nin­gu­na dife­ren­cia apre­cia­ble entre Lous­teau y Rodrí­guez Larre­ta, como tam­po­co la hay entre los can­di­da­tos a pre­si­den­te que se están pre­sen­tan­do por el ofi­cia­lis­mo y las fuer­zas de la opo­si­ción. Los argu­men­tos los he dado a tra­vés de muchos artícu­los del blog, y no voy a repe­tir­los aho­ra. Esto lo saben tam­bién los que pre­di­can el «voto útil», y por eso andan a la bús­que­da deses­pe­ra­da de dife­ren­cias. Por ejem­plo, entre Scio­li y Macri. Muchas de estas ope­ra­cio­nes traen el recuer­do de cuan­do el PC tra­ta­ba de «demos­trar» que Vide­la era el ala pro­gre­sis­ta de la dic­ta­du­ra fren­te a los mili­cos «fas­cis­tas de ultra­de­re­cha». De ahí tam­bién lo úti­les que resul­tan para estas tareas los ex mili­tan­tes del PC, edu­ca­dos en estas mañas.

Por eso hoy nos quie­ren con­ven­cer de que un Alpe­ro­vich, un Ins­frán, un Scio­li, un Aní­bal Fer­nán­dez, una Ali­cia Kirch­ner (¿se acuer­dan de los tiem­pos en que era fun­cio­na­ria de la dic­ta­du­ra?), y simi­la­res, son carac­te­ri­za­dos lucha­do­res con­tra «la dere­cha con­cen­tra­da, los neo­li­be­ra­les y los gol­pis­tas». Es la mane­ra de con­fun­dir, embau­car, tirar cor­ti­nas de humo, para ase­gu­rar que siga todo más o menos como está. Ante esto, cobra más fuer­za el argu­men­to que pre­sen­ta­mos más arri­ba: todo lo que debi­li­te el men­sa­je ideo­ló­gi­co – polí­ti­co de la izquier­da de sepa­ra­ción y rup­tu­ra con el dis­cur­so domi­nan­te, es obje­ti­va­men­te reaccionario.

En con­clu­sión, el recha­zo a toda for­ma de voto útil es cla­ve para man­te­ner el men­sa­je crí­ti­co del mar­xis­mo. La acu­mu­la­ción de fuer­zas por par­te de la izquier­da se disol­ve­ría si acep­ta jugar en la lógi­ca del sis­te­ma, esto es, del enemi­go. Y sos­te­ner este men­sa­je radi­cal fren­te a las pre­sio­nes de los «tác­ti­cos del voto útil» –de esa gen­te siem­pre razo­na­ble y «lógi­ca», que infa­ti­ga­ble­men­te anda con­tan­do votos por el mun­do- es cla­ve para luchar con­tra las ilu­sio­nes del con­ci­lia­cio­nis­ta «pro­gre izquier­dis­ta». Es que como decía tam­bién el vie­jo Liebk­necht «así como el camino del infierno está sem­bra­do de bue­nas inten­cio­nes, el camino de la derro­ta está sem­bra­do de ilu­sio­nes». Nun­ca debe­ría olvidarse.

Rolan­do Astarita

21 de julio de 2015

Fuen­te: https://​rolan​doas​ta​ri​ta​.word​press​.com/

1Véa­se: https://​rolan​doas​ta​ri​ta​.word​press​.com/​2​0​1​5​/​0​7​/​1​8​/​u​n​a​-​d​o​s​i​s​-​d​e​-​v​i​n​a​g​r​e​-​y​-​b​i​l​is/

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