Los kur­dos sirios ases­tan el mayor gol­pe al Esta­do Islá­mi­co arre­ba­tán­do­le Tal Abyad

Kurdistan YPG combatiente

Las Uni­da­des de Defen­sa Popu­lar kur­das, más cono­ci­das por las siglas YPG, han ases­ta­do el mayor gol­pe que haya sufri­do el Esta­do Islá­mi­co duran­te toda la gue­rra al arre­ba­tar­les el corre­dor fron­te­ri­zo de Tal Abyad, su prin­ci­pal cone­xión con Tur­quía y por don­de no sola­men­te reci­bía sumi­nis­tros, armas y volun­ta­rios, sino que tam­bién le ser­vía para sacar sus­tan­cio­sos bene­fi­cios con el con­tra­ban­do de petróleo.
Este hecho pone igual­men­te en cues­tión la ima­gen de un Esta­do Islá­mi­co inven­ci­ble que, tras la toma de Palmy­ra, se había hecho con el con­trol de “la mitad del país”, como se ha difun­di­do en toda la pren­sa inter­na­cio­nal. La reali­dad, sin embar­go, es que, des­de el mes de febre­ro, los yiha­dis­tas no han cesa­do de sufrir derro­ta tras derro­ta en esta estra­té­gi­ca fran­ja fron­te­ri­za, mos­trán­do­se inca­paz de dete­ner el avan­ce de las YPG y sus alia­dos ára­bes y cristianos.
Kurdistán mapa Rojava
Tras la derro­ta de Koba­ni, los yiha­dis­tas han teni­do que aban­do­nar suce­si­va­men­te la zona de Tel Hamis, en el extre­mo nores­te del país, des­pués la cuen­ca del río Kha­bur, don­de a comien­zos de año habían ocu­pa­do dece­nas de aldeas cris­tia­nas; a con­ti­nua­ción, los mon­tes Abdu­la­ziz y la sema­na pasa­da el nudo de carre­te­ras de Suluk, con lo que per­día otros dos pun­tos de gran valor estra­té­gi­co. Por otro lado, tam­po­co han con­se­gui­do entrar en las ciu­da­des de Azaz, pues­to fron­te­ri­zo en la región de Ale­po, y Hasa­ka, capi­tal de la Yazi­ra, pese a las vio­len­tas ofen­si­vas des­en­ca­de­na­das últi­ma­men­te con­tra estas dos localidades.
Al per­der Tal Abyad, la “capi­tal” del Esta­do Islá­mi­co en Siria ‑Raqa- no solo se que­da sin su prin­ci­pal cone­xión con el exte­rior, sino que ve cómo sus enemi­gos kur­dos logran unir los can­to­nes de Yazi­ra y Koba­ni, crean­do así una pode­ro­sa pla­ta­for­ma de acción que ame­na­za ya el epi­cen­tro del movi­mien­to yihadista.
Tal esce­na­rio ha pro­vo­ca­do de nue­vo gran cons­ter­na­ción en el Gobierno tur­co y Tayip Erdo­gán ha vuel­to a acu­sar a la coa­li­ción inter­na­cio­nal de estar apo­yan­do y for­ta­le­cien­do con sus bom­bar­deos a “gru­pos terro­ris­tas”, en cla­ra refe­ren­cia a las YPG, que no nie­gan sus estre­chos víncu­los con el Par­ti­do de los Tra­ba­ja­do­res del Kur­dis­tán (PKK), prin­ci­pal pro­ble­ma polí­ti­co en Tur­quía des­de hace tres décadas.
Erdo­gán, que ha per­ma­ne­ci­do prác­ti­ca­men­te en silen­cio des­de su derro­ta elec­to­ral el 7 de junio, con­si­de­ra, ade­más, que la caí­da de Tal Abyad supo­ne una seria ame­na­za con­tra la segu­ri­dad nacio­nal de Tur­quía. No le fal­ta razón por­que los acon­te­ci­mien­tos polí­ti­cos y mili­ta­res que están ocu­rrien­do a ambos lados de la fron­te­ra están estre­cha­men­te vin­cu­la­dos y supo­nen, en defi­ni­ti­va, un for­ta­le­ci­mien­to sin pre­ce­den­tes de la gue­rri­lla kurda.
En esas elec­cio­nes Erdo­gán vio blo­quea­do su pro­yec­to de con­ver­tir a Tur­quía en un sis­te­ma pre­si­den­cia­lis­ta pre­ci­sa­men­te debi­do a la entra­da del Par­ti­do Demo­crá­ti­co de los Pue­blos (HDP) en la Asam­blea Nacio­nal con un total de 80 par­la­men­ta­rios, qui­tán­do­le así la posi­bi­li­dad de con­tar con la mayo­ría sufi­cien­te para refor­mar la Cons­ti­tu­ción y diri­gir a Tur­quía hacia un sis­te­ma presidencialista.
Con­cre­ta­men­te, en esos comi­cios, el HDP, que Erdo­gán con­si­de­ra bra­zo polí­ti­co del PKK, se hizo con el con­trol de la mayor par­te de las pro­vin­cias del sur­es­te, con por­cen­ta­jes que lle­gan en muchos casos has­ta el 80 por cien­to de los votos. Por ejem­plo, jus­to al otro lado de la fron­te­ra siria aho­ra bajo con­trol de las YPG, se encuen­tran las pro­vin­cias de Sir­nak, Mar­din y Urfa, don­de el HDP obtu­vo ese día res­pec­ti­va­men­te el 80, 76 y 40 por cien­to de los votos.
Las pro­pias YPG vin­cu­lan las dos vic­to­rias –la polí­ti­ca en Tur­quía y la mili­tar en Siria- como un triun­fo del PKK, tal y como decla­ró una de sus coman­dan­tes, Mar­yem Koba­ni, al cono­cer los resul­ta­dos elec­to­ra­les del 7 de junio. Mar­yem dijo que, tras el triun­fo del HDP, las Uni­da­des de Defen­sa Popu­lar debían cele­brar­lo avan­zan­do hacia Tal Abyad, tal y como han hecho.
Una vez con­quis­ta­da Tal Abyad, su siguien­te paso es diri­gir­se hacia la zona de Afrin, a tra­vés de Jara­bu­lús, últi­mo paso fron­te­ri­zo del Esta­do Islá­mi­co con Tur­quía, que, des­de hace sema­nas, se encuen­tra al alcan­ce de los fran­co­ti­ra­do­res kur­dos, como ha infor­ma­do a cuar​to​po​der​.es un mili­tan­te kur­do de la zona de Koba­ni. En caso de lograr ese enla­ce con Afrin, se logra­ría uni­fi­car todo el Kur­dis­tán sirio, for­man­do en la prác­ti­ca un gobierno regio­nal autó­no­mo. Esta mis­ma fuen­te expli­có que las YPG están lla­man­do a todas las per­so­nas que han hui­do de Tal Abyad hacia la fron­te­ra tur­ca que regre­sen a sus hoga­res, a excep­ción de quie­nes duran­te el domi­nio del Esta­do Islá­mi­co hayan cola­bo­ra­do con los yihadistas.
El asun­to es que la nue­va situa­ción crea­da da al PKK un poder regio­nal sin pre­ce­den­tes, con el agra­van­te de que el Gobierno tur­co, aun con­tan­do con el segun­do ejér­ci­to más nume­ro­so de la OTAN, prác­ti­ca­men­te tie­ne las manos ata­das y no pue­de hacer nada.
No pue­de vol­ver a tomar par­ti­do de for­ma abier­ta por el Esta­do Islá­mi­co por­que esa fue exac­ta­men­te la razón que des­en­ca­de­nó una ver­da­de­ra insu­rrec­ción popu­lar el pasa­do mes de octu­bre cuan­do la ciu­dad de Koba­ni estu­vo a pun­to de caer en manos yiha­dis­tas. Por este moti­vo, en solo tres días murie­ron cer­ca de cua­ren­ta per­so­nas en enfren­ta­mien­tos con la Poli­cía, el Ejér­ci­to y con gru­pos par­ti­da­rios del Esta­do Islá­mi­co, creán­do­se un cli­ma de gue­rra civil en las pro­vin­cias kur­das que pre­ci­sa­men­te aho­ra se han vol­ca­do en votar las lis­tas del HDP, limi­tán­do­le aún más el mar­gen de manio­bra en toda esta región.
Tras el fra­ca­so del Esta­do Islá­mi­co en Koba­ni, Erdo­gán aún inten­tó que la comu­ni­dad inter­na­cio­nal acep­ta­ra su pro­pues­ta de crear una “fran­ja de segu­ri­dad” con­tro­la­da por el Ejér­ci­to tur­co a lo lar­go de esta sen­si­ble fron­te­ra. Para su des­gra­cia, Esta­dos Uni­dos y tam­bién Fran­cia opta­ron por apo­yar con sus avio­nes a las mili­cias del PKK, pese a que esta orga­ni­za­ción está cata­lo­ga­da por estos paí­ses y el con­jun­to de la Unión Euro­pea como una orga­ni­za­ción terrorista.
Aho­ra, a Erdo­gán, sin la mayo­ría par­la­men­ta­ria sufi­cien­te para gober­nar y para hacer fren­te a esta deli­ca­da situa­ción, solo le que­da la posi­bi­li­dad de sal­var su gobierno for­man­do un eje­cu­ti­vo de “unión nacio­nal” con uno de los dos gran­des par­ti­dos de la opo­si­ción tur­ca: el social­de­mó­cra­ta Repu­bli­cano del Pue­blo (CHP) o los ultra­na­cio­na­lis­tas del MHP. Ya ha comen­za­do las nego­cia­cio­nes, pero ambos par­ti­dos exi­gen que Erdo­gán pase a un segun­do plano y aban­do­ne un pro­ta­go­nis­mo polí­ti­co que difí­cil­men­te pue­de acep­tar. La otra opción serían unas elec­cio­nes anti­ci­pa­das en las que la prin­ci­pal incóg­ni­ta sería si el pro-kur­do HDP se pue­de con­ver­tir en la ter­ce­ra fuer­za polí­ti­ca de Tur­quía, dan­do así una vuel­ta de tuer­ca a una situa­ción polí­ti­ca ya extre­ma­da­men­te compleja

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