Ante la cri­sis de la demo­cra­cia libe­ral; el poder obre­ro y popu­lar- Par­ti­do Comu­nis­ta de Mexico

Méxi­co y el feti­chis­mo de la democracia

Julo Cota, Direc­tor de El Comunista

Ope­ra­ti­vos poli­cia­co mili­ta­res anti­dis­tur­bios, ase­si­na­tos, des­apa­ri­cio­nes y deten­cio­nes arbi­tra­rias son algu­nos de los hechos que suce­den con mayor inten­si­dad a unos cuan­tos días de las vota­cio­nes en Méxi­co. Este es el ver­da­de­ro ros­tro la demo­cra­cia que los mono­po­lios quie­ren ocul­tar median­te cam­pa­ñas publi­ci­ta­rias, encues­tas de opi­nión a tra­vés de sus apa­ra­tos ideo­ló­gi­cos como la pren­sa, la radio y la tele­vi­sión. Ante la pér­di­da de la obe­dien­cia de las cla­ses explo­ta­das y capas popu­la­res, la maqui­na­ria del Esta­do capi­ta­lis­ta mexi­cano inten­si­fi­ca la repre­sión expli­ci­ta o vela­da para garan­ti­zar su domi­na­ción a tra­vés de las elecciones.

En Méxi­co como en la mayo­ría de los paí­ses capi­ta­lis­tas se ha feti­chi­za­do el valor de la demo­cra­cia. En nom­bre de la demo­cra­cia se sigue jus­ti­fi­can­do la repre­sión, la divi­sión de cla­ses socia­les y la domi­na­ción de una mino­ría posee­do­ra sobre la mayo­ría des­po­seí­da. La demo­cra­cia como valor, fue impues­ta por los mono­po­lios como dis­cur­so hege­mó­ni­co, úni­co y váli­do, lue­go de la con­tra­rre­vo­lu­ción momen­tá­nea en la Unión Sovié­ti­ca y el blo­que socia­lis­ta. Sin embar­go, hoy la demo­cra­cia está en cri­sis, cues­tio­na­da y arrin­co­na­da por las fuer­zas de la his­to­ria, por las masas explo­ta­das; esas que Fran­cis Fuku­ya­ma dio por resig­na­das a fina­les del siglo XX ante la demo­cra­cia liberal.

En nues­tro país diver­sas orga­ni­za­cio­nes polí­ti­cas han ido­la­tra­do a la demo­cra­cia como valor supre­mo y meta polí­ti­ca inme­dia­ta, resul­ta­do de un aná­li­sis cadu­co de la reali­dad que reto­ma la con­cep­ción de la ideo­lo­gía de la Revo­lu­ción Mexi­ca­na. Un pen­sa­mien­to que sigue lle­van­do a muchas orga­ni­za­cio­nes que se deno­mi­nan pro­gre­sis­tas y “revo­lu­cio­na­rias”, al “res­cá­ta­te y mate­ria­li­za­ción” de los idea­les incon­clu­sos de la Revo­lu­ción Mexi­ca­na, así como la inde­pen­den­cia eco­nó­mi­ca de los Esta­dos Uni­dos. Pero al final, estas orga­ni­za­cio­nes se han colo­ca­do en el cam­po del refor­mis­mo y del opor­tu­nis­mo al momen­to de jus­ti­fi­car su lucha por la democracia.

Todos los ins­tru­men­tos elec­to­ra­les, ‑mal lla­ma­dos par­ti­dos polí­ti­cos, inclu­yen­do los social­de­mó­cra­tas como el PRD, PT, More­na- ceden la razón a los mono­po­lios y la tesis de “El fin de la his­to­ria” de Fuku­ya­ma, por­que según ellos: no exis­te for­ma más ele­va­da y efi­cien­te de gene­rar cam­bios “pací­fi­cos” y de con­vi­ven­cia social que la demo­cra­cia repre­sen­ta­ti­va, plu­ral, par­la­men­ta­ria y con elec­cio­nes de voto libre y secre­to. Para la cla­se obre­ra con­sien­te, los sec­to­res popu­la­res, indí­ge­nas y estu­dian­ti­les esto es una fala­cia. Es pre­ci­sa­men­te este dis­cur­so de valo­res demo­crá­ti­cos, del pen­sa­mien­to domi­nan­te, arbi­tra­rio y dog­má­ti­co el que debe­mos cuestionar.

Por un lado, los mono­po­lios empren­den una cam­pa­ña ideo­ló­gi­ca para incul­car a la pobla­ción los “valo­res” de la demo­cra­cia bur­gue­sa repre­sen­ta­ti­va como: la par­ti­ci­pa­ción ciu­da­da­na, el plu­ra­lis­mo, la res­pon­sa­bi­li­dad, la tole­ran­cia y la paz; mien­tras que por el otro, con­ti­núan su cam­pa­ña de cri­mi­na­li­za­ción, repre­sión, simu­la­ción y legis­la­ción de refor­mas estruc­tu­ra­les a favor de las ganan­cias e intere­ses mono­pó­li­cos, acos­ta de la exclu­sión, el racis­mo, la explo­ta­ción y la pre­ca­ri­za­ción de la vida de los trabajadores.

¿Demo­cra­cia libe­ral, la más eficiente?

La des­igual­dad, la corrup­ción y la impu­ni­dad sólo son los sín­to­mas más per­cep­ti­bles de la cri­sis de la demo­cra­cia libe­ral, una cri­sis que debe ser ana­li­za­da ante posi­bles sali­das auto­ri­ta­rias y mili­ta­res que los mono­po­lios pre­ten­den rea­li­zar para recom­po­ner el orden del capi­tal a san­gre y fue­go. Los resul­ta­dos de la demo­cra­cia libe­ral hicie­ron que Méxi­co ocu­pe el segun­do lugar de mayor indi­fe­ren­cia de apo­yo a la demo­cra­cia en Amé­ri­ca Lati­na con un 25%, sólo supe­ra­do por Chi­le con un 26%, de acuer­do con los resul­ta­dos de un estu­dio de opi­nión públi­ca rea­li­za­do por la Cor­po­ra­ción Lati­no­ba­ró­me­tro que apli­ca anual­men­te alre­de­dor de 20 mil entre­vis­tas en 18 paí­ses de Amé­ri­ca Lati­na repre­sen­tan­do a más de 600 millo­nes de habitantes.

Asi­mis­mo, en Amé­ri­ca Lati­na, Méxi­co se encuen­tra en el penúl­ti­mo lugar de satis­fac­ción de la demo­cra­cia con 21% des­pués de Hon­du­ras con 18%. Ade­más, el estu­dio da cuen­ta que los dipu­tados y los par­ti­dos polí­ti­cos elec­to­ra­les en nues­tro país ocu­pan el últi­mo nivel de con­fian­za de los elec­to­res. Aun­que no hay cifras exac­tas, este pro­ce­so elec­to­ral pue­de lle­gar a tener un nivel de abs­ten­cio­nis­mo de más del 60%. Otro estu­dio, el Índi­ce Glo­bal de Impu­ni­dad reve­la que Méxi­co ocu­pa el segun­do lugar más corrup­to y con mayor nivel de impu­ni­dad con 75.7 % y sólo Fili­pi­nas lo supera con un 80% en un ran­king de 59 países.

En ese con­tex­to, es pre­ci­so reite­rar que los comu­nis­tas no somos abs­ten­cio­nis­tas ni anti elec­to­ra­les por prin­ci­pio, sin embar­go lo que se encuen­tra en cri­sis de legi­ti­mi­dad no sólo es el pro­ce­so elec­to­ral y sus ins­ti­tu­cio­nes, sino la tota­li­dad del sis­te­ma capi­ta­lis­ta y su con­cep­to de demo­cra­cia. Por eso lan­za­mos la pre­gun­ta: ¿En estas con­di­cio­nes, con estas reglas, el par­ti­do polí­ti­co de la cla­se obre­ra pue­de par­ti­ci­par en las elec­cio­nes? La res­pues­ta es sim­ple, no. Por eso, en esta situa­ción con­cre­ta, nues­tro papel ha sido y debe seguir sien­do el cues­tio­na­mien­to a la far­sa elec­to­ral y el boi­cot, en la medi­da de nues­tras con­di­cio­nes a los pro­ce­sos de la demo­cra­cia liberal.

K. Marx en su estu­dio del capi­tal des­cu­brió que en el inter­cam­bio de las mer­can­cías per­ma­ne­cen ocul­tas las rela­cio­nes socia­les de domi­na­ción de una cla­se sobre la otra. Hacien­do la ana­lo­gía del feti­chis­mo, en los pro­ce­sos elec­to­ra­les, los votos escon­den la domi­na­ción de la cla­se bur­gue­sa sobre la cla­se obre­ra y sec­to­res popu­la­res, gra­cias a la creen­cia de la demo­cra­cia. La demo­cra­cia libe­ral tam­bién se con­vir­tió en un valor de uso como todas las mer­can­cías pro­du­ci­das en el capi­ta­lis­mo, lis­ta para ser com­pra­da y ven­di­da a quien ten­ga más capital.

Por eso los comu­nis­tas afir­ma­mos que la meta de la social­de­mo­cra­cia: PRD, More­na, PT, Movi­mien­to Ciu­da­dano etc., no es su cons­truir una socie­dad mejor, libre de explo­ta­ción del hom­bre por el hom­bre y aca­bar la con­trac­ción capi­tal con­tra tra­ba­jo; sino “cons­truir” una socie­dad más “demo­crá­ti­ca”, es decir, una socie­dad con una maqui­na­ria más efi­cien­te que legi­ti­me y garan­ti­ce la repro­duc­ción del capi­tal. Una maqui­na esta­tal que garan­ti­ce la admi­nis­tra­ción y ges­tión del capi­ta­lis­mo con “menos” uso de la fuer­za letal y con más valo­res mora­les bur­gue­ses de la demo­cra­cia para con­vi­ven­cia social.

Si acep­ta­mos que en Méxi­co hay demo­cra­cia enton­ces: demo­cra­cia es que maten a tole­ta­zos a un pro­fe­sor invá­li­do, des­apa­rez­can cada día a más de 43 estu­dian­tes, muje­res y niños; des­cu­brir cada día fosas clan­des­ti­nas, per­mi­tir más vio­la­cio­nes a muje­res en ope­ra­ti­vos poli­cia­cos como en Aten­co; y per­mi­tir eje­cu­cio­nes extra­ju­di­cia­les por par­te de los cuer­pos repre­si­vos como el Ejér­ci­to, la Gen­dar­me­ría y la Poli­cía Fede­ral y para­mi­li­ta­res en casos como los de Tlatla­ya, Cuya de Bení­tez, Aguas Blan­cas, Acteal.

Por todo lo ante­rior pode­mos afir­mar con segu­ri­dad que la demo­cra­cia libe­ral es obso­le­ta para las gran­des mayo­rías tra­ba­ja­do­ras y muy ren­ta­ble para y bene­fi­cio­sa para los mono­po­lios y la mino­ría oli­gár­qui­ca que nos gobier­na a san­gre y fuego.

Ante la cri­sis de la demo­cra­cia libe­ral; el poder obre­ro y popular

“La repú­bli­ca demo­crá­ti­ca es la mejor envol­tu­ra polí­ti­ca de la que pue­de reves­tir­se el capi­ta­lis­mo”, escri­bió Lenin en su obra “El Esta­do y la Revo­lu­ción”. Por ello, nues­tro plan­tea­mien­to va más allá del 7 de junio y de las elec­cio­nes pre­si­den­cia­les en 2018. No hay alter­na­ti­va den­tro de los már­ge­nes lega­les de la demo­cra­cia libe­ral. La ten­den­cia a la insu­mi­sión cre­ce len­ta y pro­lon­ga­da­men­te, peque­ños y gran­des bro­tes de incon­for­mi­dad se expre­san en esta­dos como Gue­rre­ro, Oaxa­ca, Chia­pas, Vera­cruz, Baja Cali­for­nia y en otras enti­da­des del país. Con gran­des esfuer­zos en estas regio­nes comien­zan a sur­gir los bro­tes del poder popu­lar, con­se­jos popu­la­res etc., no sólo como for­mas orga­ni­za­ti­vas sino como for­mas de ejer­ci­cio de poder admi­nis­tra­dor de un nue­vo Esta­do sur­gi­do des­de las bases y res­pal­da­do por el pue­blo en armas.

La corre­la­ción de fuer­zas en la lucha de cla­ses es rela­ti­va y cam­bia rápi­da­men­te. El Esta­do bur­gués mexi­cano pre­ten­de reto­mar su ini­cia­ti­va median­te la repre­sión y la vio­len­cia masi­va, esto con la fina­li­dad de legi­ti­mar­se y tener un res­pi­ro para orde­nar al sis­te­ma. Inclu­so pue­de haber un peque­ño replie­gue y reflu­jo del movi­mien­to popu­lar. Sin embar­go, el perio­do de la insu­mi­sión, la cri­sis eco­nó­mi­ca, la ten­den­cia a la insu­mi­sión con­ti­nua­rá agudizándose.

Por eso es nece­sa­rio reite­rar e insis­tir que la huel­ga polí­ti­ca gene­ral así como otra for­mas de lucha pací­fi­ca den­tro de los lími­tes de la lega­li­dad bur­gue­sa, sólo serán posi­bles has­ta ganar la mayo­ría de las con­cien­cias de los más avan­za­do de la cla­se obre­ra den­tro de los sin­di­ca­tos y cen­tros de tra­ba­jo. Rom­per las correas de con­trol de la CTM y dotar al movi­mien­to de los petro­le­ros de PEMEX, CFE, magis­te­rio, mine­ros y jor­na­le­ros un pro­gra­ma de lucha común que movi­li­ce en la calles a los tra­ba­ja­res y para­li­ce den­tro de los cen­tros de tra­ba­jo, la pro­duc­ción de la que se ali­men­ta el Esta­do y sus cuer­pos repre­si­vos. Sólo de esta mane­ra podre­mos pasar de una lucha de posi­cio­nes a una ver­da­de­ra lucha de masas y abrir un perio­do pre insurreccional.

Cruen­tas luchas se ave­ci­nan en nues­tro país y sólo las orga­ni­za­cio­nes revo­lu­cio­na­rias con cla­ri­dad polí­ti­ca ideo­ló­gi­ca, capa­ci­dad orga­ni­za­ti­va y logís­ti­ca, podre­mos enfren­tar lo que vie­ne. De ahí que la opción para los comu­nis­tas sea la orga­ni­za­ción par­ti­da­ria, la com­bi­na­ción de todas las for­mas de lucha, sabien­do siem­pre cuál es la prin­ci­pal en cada situa­ción con­cre­ta. El dile­ma no está en votar o no votar, creer o no creer en la demo­cra­cia libe­ral, sino en cons­truir herra­mien­tas orga­ni­za­ti­vas cada vez más efi­cien­tes para las pró­xi­mas bata­llas des­pués de las elecciones

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