Sobre las 9 de la mañana un enorme dispositivo formado por más de una veintena de furgonas ha tomado posiciones en la plaza y tras echar a fuera a la prensa, a algunos de ellos a empujones, han procedido al desalojo y a localizar a las tres personas condenadas. La primera que ha sido localizada ha sido Aiala Zaldibar, la cuál se hallaba encadenada y unida con un tubo metálico junto con otras 5 personas.
El Departamento de Interior ha enviado una treintena de furgonetas con efectivos antidisturbios para desalojar a las personas que arropaban a los tres jóvenes condenados por la Audiencia Nacional española y proceder a arrestarlos, en una operación que ha durado más de tres horas. Durante todo ese tiempo los agentes han empleado la fuerza y han arremetido a golpes y porrazos para sacar arrastras, en volandas o mediante tirones de pelo a los congregados en el muro popular. Como consencuencia de ello, ha habido numerosos contusionados, dos personas habrían perdido el conocimiento y al menos una ha tenido que ser trasladada al hospital, de acuerdo con los datos que se disponen.
A las 9.15 han comenzado a apalear a las personas allí reunidas y retirarlas violentamente. Hay cerca de un centenar de policías fuertemente pertrechados atacando a las personas solidarias con los tres jóvenes luchadores que conforman el muro humano. Si bien la idea “formal” es retirarles de allí para despejar el camino, no dudan en golpearles y pegarles fuertemente con saña. A medida que avanza el operativo de desalojo, aumenta la violencia hacia las personas solidarias. Se pide a los médicos y enfermeros que se acerquen a la plaza. Ya hay muchas personas heridas. Una de ellas ha recibido un golpe en la cabeza y presenta una herida cortante de consideración.
Como es costumbre en estos desalojos de concentraciones, encierros o manifetaciones pacíficas, las fuerzas policales cargan violentamente y a veces son tres o cuatro policías para detener a una sola persona. esyo hace que la brutalidad policial sea más ostensible. Ni más ni menos que tres sujetos adiestrados, armados y pertrechados contra una persona desarmada indefensa.