Cri­sis y colap­so: desa­fío iné­di­to- Raúl Zibechi

Una de las difi­cul­ta­des que afron­tan los movi­mien­tos anti­sis­té­mi­cos y quie­nes segui­mos empe­ña­dos en cons­truir un mun­do nue­vo con­sis­te en que no logra­mos acer­tar en la defi­ni­ción de lo que está suce­dien­do ante nues­tros ojos. A gran­des ras­gos, coexis­ten dos mira­das no nece­sa­ria­men­te con­tra­pues­tas, pero bien dife­ren­tes: quie­nes sos­tie­nen que esta­mos ante una cri­sis, mayor aún que las cri­sis cícli­cas de la eco­no­mía capi­ta­lis­tas, y los que ten­de­mos a con­si­de­rar que la huma­ni­dad está sien­do lle­va­da a una situa­ción de colap­so por el sistema.

Entien­do que se tra­ta de un deba­te teó­ri­co con fuer­tes impli­ca­cio­nes prác­ti­cas, ya que esta­ría­mos ante dos situa­cio­nes bien dife­ren­tes. Vale recor­dar que en otros perio­dos de la his­to­ria recien­te, el ascen­so del nazis­mo por ejem­plo, pro­vo­có hon­das diver­gen­cias entre las izquier­das de la épo­ca. No pocos des­con­si­de­ra­ban la impor­tan­cia del nazis­mo como una ver­da­de­ra muta­ción sis­té­mi­ca, y pen­sa­ban que se tra­ta­ba de un régi­men auto­ri­ta­rio simi­lar a otros que había­mos cono­ci­do. Sin embar­go, con el paso del tiem­po pode­mos coin­ci­dir con Gior­gio Agam­ben en que el cam­po de con­cen­tra­ción modi­fi­có de raíz la polí­ti­ca, jun­to a lo que defi­nió como esta­do de excep­ción permanente.

El semi­na­rio-semi­lle­ro

El pen­sa­mien­to crí­ti­co ante la hidra capi­ta­lis­ta, orga­ni­za­do por el EZLN del 3 al 9 de mayo en Oven­tic y San Cris­tó­bal de Las Casas, fue esce­na­rio de las diver­sas mira­das que nos atra­vie­san. De ahí, en gran medi­da, su extra­or­di­na­ria rique­za y fecun­di­dad. En el cam­po anti­ca­pi­ta­lis­ta coexis­ten muy diver­sos aná­li­sis sobre el mun­do actual, algu­nos bien fun­da­men­ta­dos, otros más román­ti­cos, algu­nos foca­li­za­dos en la eco­no­mía y otros en la éti­ca, y muchos otros son com­bi­na­cio­nes de estas y otras for­mas de mirar y com­pren­der. Creo que todas ellas tie­nen su impor­tan­cia, pero con­du­cen por sen­de­ros par­cial­men­te dis­tin­tos. O, mejor, pue­den con­tri­buir a dila­pi­dar fuerzas.

Lo más com­ple­jo es que nadie pue­de pro­cla­mar tener la ver­dad en sus manos. Este pun­to me pare­ce extra­or­di­na­ria­men­te com­ple­jo, por­que no per­mi­te des­car­tar nin­gu­na pro­pues­ta, pero tam­po­co nos pue­de lle­var a dar por váli­do cual­quier argumento.

Me pare­ce nece­sa­rio dis­tin­guir entre cri­sis y colap­so, no por­que sean exclu­yen­tes, sino por­que encar­nan dos aná­li­sis dis­tin­tos. El con­cep­to de cri­sis está aso­cia­do, en el cam­po anti­sis­té­mi­co, a las cri­sis perió­di­cas que atra­vie­sa la eco­no­mía capi­ta­lis­ta. En este pun­to, la obra de Karl Marx es refe­ren­cia obli­ga­da para los anti­ca­pi­ta­lis­tas de todos los colo­res. Su aná­li­sis de la cri­sis de sobre­acu­mu­la­ción se ha con­ver­ti­do, con ente­ra jus­ti­cia, en el nudo para com­pren­der cómo fun­cio­na el sis­te­ma. De ahí deri­va un con­jun­to de con­si­de­ra­cio­nes de estric­ta actualidad.

Aun­que algu­nas corrien­tes eco­no­mi­cis­tas han acu­ña­do la idea del derrum­ba­mien­to del capi­ta­lis­mo por sus pro­pias con­tra­dic­cio­nes inter­nas, des­con­si­de­ran­do la impor­tan­cia de los suje­tos colec­ti­vos en su caí­da, es evi­den­te que Marx no es res­pon­sa­ble de esta deri­va que supo tener fir­mes adep­tos en la pri­me­ra par­te del siglo XX.

En la mis­ma direc­ción que Marx, Imma­nuel Wallers­tein men­cio­na la exis­ten­cia de una cri­sis sis­té­mi­ca en cur­so, que, lue­go de varias déca­das de desa­rro­llo, dará lugar a un mun­do dife­ren­te al actual (ya que en cier­to momen­to se pro­du­ci­rá una bifur­ca­ción), que pue­de con­du­cir­nos a una socie­dad mejor o peor que la actual. Esta­ría­mos ante una ven­ta­na de opor­tu­ni­da­des tem­po­ral, duran­te la cual la acti­vi­dad huma­na pue­de tener gran con­fluen­cia en el resul­ta­do final. En este aná­li­sis, la cri­sis se con­ver­ti­rá en caos, del que sal­drá un nue­vo orden.

La idea de cri­sis está aso­cia­da a perio­dos de cam­bios, des­or­den, ines­ta­bi­li­da­des y tur­bu­len­cias que inte­rrum­pen el desa­rro­llo nor­mal de las cosas, para lue­go de cier­to tiem­po vol­ver­se a una nue­va nor­ma­li­dad, pero modificada.En las cri­sis pue­den emer­ger fac­to­res de orden que darán a lo nue­vo una dife­ren­te fiso­no­mía. Des­de el pun­to de vis­ta de los movi­mien­tos, es impor­tan­te des­ta­car dos cosas: que el con­cep­to de cri­sis está dema­sia­do aso­cia­do a la eco­no­mía y que apa­re­ce liga­do a trans­for­ma­ción y cambios.

Si enten­dí bien, siguien­do las pala­bras del sub­co­man­dan­te insur­gen­te Moi­sés, quien dijo en el cie­rre del semi­na­rio-semi­lle­ro que no sabe­mos si nos va a dar tiem­po de mul­ti­pli­car esto, lo que se avi­zo­ra no es una cri­sis, sino algo más serio. Insis­tió: el tiem­po nos está ganan­do, y dijo que ya no alcan­za con cami­nar, sino que es hora de tro­tar, de ir más de pri­sa. La noche ante­rior el sub­co­man­dan­te insur­gen­te Galeano dijo que has­ta 40 por cien­to de la huma­ni­dad será migran­te y que habrá des­po­bla­mien­to y des­truc­ción de zonas para ser res­truc­tu­ra­das y recons­trui­das por el capi­tal. Creo que no pen­sa­ba en una cri­sis, sino en algo que podría­mos lla­mar colap­so, aun­que no usó el término.

El colap­so es una catás­tro­fe a gran esca­la que impli­ca el quie­bre de ins­ti­tu­cio­nes, en for­ma de rup­tu­ra o de decli­na­ción defi­ni­ti­va. En la his­to­ria hubo muchas cri­sis pero pocas catástrofes/​colapsos. Por ejem­plo se me ocu­rre lo suce­di­do con el Tawan­tin­su­yu, el impe­rio incai­ca, a raíz de la lle­ga­da de los con­quis­ta­do­res. Algo simi­lar pue­de haber­le suce­di­do al impe­rio romano, aun­que no ten­go los cono­ci­mien­tos sufi­cien­tes para ase­gu­rar­lo. En todo caso, el colap­so es el fin de algo, pero no el fin de la vida, por­que, como suce­dió con los pue­blos indios, lue­go de la catás­tro­fe se recons­tru­ye­ron, pero como suje­tos diferentes.

Si en ver­dad esta­mos ante la pers­pec­ti­va de un colap­so, sería la suma de gue­rras, cri­sis eco­nó­mi­cas, ambien­ta­les, sani­ta­rias y natu­ra­les. Ape­nas un dato: la Orga­ni­za­ción Mun­dial de la Salud advir­tió que los anti­bió­ti­cos serán inca­pa­ces en el futu­ro inme­dia­to de com­ba­tir las super­bac­te­rias cau­san­tes de tubercu­losis y neu­mo­nía, entre otras. En suma, el mun­do tal como lo cono­ce­mos pue­de des­apa­re­cer. Si esta es la pers­pec­ti­va inme­dia­ta, y los de arri­ba lo saben y se pre­pa­ran, las pri­sas de Moi­sés están ple­na­men­te jus­ti­fi­ca­das. Es hora de ace­le­rar el paso.

Fuen­te: http://​www​.jor​na​da​.unam​.mx/​2​0​1​5​/​0​5​/​1​5​/​i​n​d​e​x​.​p​h​p​?​s​e​c​t​i​o​n​=​o​p​i​n​i​o​n​&​a​r​t​i​c​l​e​=​0​1​9​a​2​pol

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