Tra­ge­dia en Mare Nós­trum- Víc­tor Arrogante

No pare­ce que impor­te mucho la tra­ge­dia huma­na, más bien su preo­cu­pa­ción vie­ne por la segu­ri­dad y evi­tar que los ham­brien­tos del ter­cer mun­do afri­cano abor­den las cos­tas de «El Dora­do». Muchas muer­tes, des­pre­cio y dema­sia­da incom­pren­sión por par­te de la civi­li­za­ción. La UE no quie­re res­ca­tes y tri­pli­ca los fon­dos de la ope­ra­ción Tri­tón, para la vigi­lan­cia y la pro­tec­ción de las fron­te­ras, ame­na­zan­do con uti­li­zar más «for­ta­le­za».

La cri­sis de refu­gia­dos y migran­tes en el Medi­te­rrá­neo, según seña­la la ONU ha mul­ti­pli­ca­do por 50 el núme­ro de muer­tes, ante la inac­ción de los gobier­nos euro­peos. Los muer­tos aumen­tan, la tra­ge­dia se hace irres­pi­ra­ble y los gobier­nos euro­peos no abor­dan la cri­sis huma­ni­ta­ria. Tie­nen que refor­zar las ope­ra­cio­nes de bús­que­da y sal­va­men­to en el Medi­te­rrá­neo y el Egeo; han de abrir rutas segu­ras para evi­tar que las per­so­nas que huyen de con­flic­tos y per­se­cu­ción se vean obli­ga­das a rea­li­zar via­jes peli­gro­sos. Los paí­ses euro­peos tie­nen que dejar de coope­rar con paí­ses que vio­lan los dere­chos huma­nos y for­zar que res­trin­jan los flu­jos migra­to­rios hacia Euro­pa.

Algu­nos datos de la tra­ge­dia huma­ni­ta­ria: la Orga­ni­za­ción Inter­na­cio­nal para las Migra­cio­nes (OIM) esti­ma que 1.727 inmi­gran­tes han muer­to este año en el Medi­te­rrá­neo, trein­ta veces más que en el mis­mo perio­do del año pasa­do. 219.000 inmi­gran­tes cru­za­ron el Medi­te­rrá­neo en 2014 según ACNUR y los Esta­dos miem­bros de la UE, reci­bie­ron 626.000 soli­ci­tu­des de asi­lo, de los que auto­ri­za­ron sola­men­te un cin­co por cien­to. Sólo en el año 2014 des­em­bar­ca­ron en Ita­lia 170.100 inmi­gran­tes. El 85% de todas las muer­tes de per­so­nas en trán­si­to migra­to­rio que se pro­du­je­ron en el mun­do, ha que­da­do en la fosa común mediterránea.

Amnis­tía Inter­na­cio­nal ha hecho públi­co un Plan de Acción, pidien­do a los gobier­nos euro­peos que tomen medi­das inme­dia­tas y efec­ti­vas para poner fin a una catás­tro­fe que está cau­san­do la muer­te de miles de per­so­nas: «La ver­güen­za de Euro­pa, a pique; omi­sión de soco­rro a refu­gia­dos y migran­tes en el mar». El Plan deta­lla las difi­cul­ta­des y limi­ta­cio­nes de las ope­ra­cio­nes actua­les de bús­que­da y sal­va­men­to en el Medi­te­rrá­neo cen­tral y expo­ne for­mas en las que pue­de resol­ver­se. Pide el lan­za­mien­to inme­dia­to de una ope­ra­ción huma­ni­ta­ria para sal­var vidas en el mar, dota­da de buques ade­cua­dos, avio­nes y otros recur­sos, que patru­lle don­de haya vidas en peli­gro. Las deci­sio­nes de los líde­res euro­peos, no han ido por ese camino.

La cum­bre del pasa­do 23 de abril, deci­dió poner en mar­cha una ope­ra­ción civil y mili­tar con el obje­ti­vo de evi­tar que cayu­cos y pate­ras se acer­quen a as cos­tas euro­peas, basa­da en los «resul­ta­dos posi­ti­vos», pare­ci­dos a los de la ope­ra­ción Ata­lan­ta con­tra la pira­te­ría soma­lí. Las diez medi­das inme­dia­tas que pre­vén tomar des­de la UE, «con­so­li­dan el endu­re­ci­mien­to de las polí­ti­cas migra­to­rias»: blo­quear aún más las fron­te­ras median­te dis­po­si­ti­vos de con­trol; refor­zar la per­se­cu­ción en nom­bre del res­ca­te; repar­tir la ges­tión de las fron­te­ras entre los Esta­dos de la UE; dele­gar el con­trol y la res­pon­sa­bi­li­dad de la migra­ción a paí­ses don­de la vida de los inmi­gran­tes corre peli­gro (espe­cial­men­te Libia o Marrue­cos) y esta­ble­cer un pro­gra­ma de devo­lu­ción rápi­da coor­di­na­do por Fron­tex. Las con­clu­sio­nes del encuen­tro de emer­gen­cia han teni­do una bue­na aco­gi­da por par­te de los minis­tros de Inte­rior; pero los acuer­dos de la UE son un avan­ce ínfi­mo, que sig­ni­fi­ca una vuel­ta a atrás a noviem­bre de 2014, cuan­do ter­mi­nó la Mare Nostrum.

Los 28 dicen estar de acuer­do en repar­tir el núme­ro de refu­gia­dos, sin decir cuán­tos. Rajoy ha expli­ca­do que Espa­ña tie­ne «dis­po­si­ción a aumen­tar la apor­ta­ción» tan­to en medios como en finan­cia­ción, aun­que ha reco­no­ci­do que no se ha alcan­za­do un acuer­do con­cre­to y hay que espe­rar al 13 de mayo. El jue­go ha sido decir que sí a todo, con cara com­pun­gi­da, sin hablar de núme­ros ni compromisos.

Euro­pa está mos­tran­do negli­gen­cia ante la tra­ge­dia. La vida de los migran­tes y refu­gia­dos, no es su polí­ti­ca prio­ri­ta­ria. Lo prio­ri­ta­rio es que no lle­guen a las cos­tas de Euro­pa a cual­quier pre­cio. La deci­sión de poner fin a Mare Nos­trum, ha con­tri­bui­do a un dra­má­ti­co aumen­to de las muer­tes en el mar. Mare Nos­trum no tuvo un «efec­to lla­ma­da», como se dice. Des­de que ter­mi­nó la ope­ra­ción, el núme­ro de per­so­nas que inten­tan entrar en Euro­pa por mar ha aumen­ta­do. En 2015 ya han tra­ta­do de lle­gar más refu­gia­dos y migran­tes que nunca.

El pasa­do 18 de abril, se aho­ga­ron más de 800 per­so­nas, duran­te un inten­to de sal­va­men­to rea­li­za­do por un bar­co mer­can­te, que pese a la bue­na volun­tad, no son los bar­cos ade­cua­dos par hacer­se car­go de la cri­sis huma­ni­ta­ria. Otra reac­ción se habría dado, si los muer­tos hubie­ran sido turis­tas euro­peos o ame­ri­ca­nos. La UE evi­ta lan­zar una ope­ra­ción de res­ca­te real para fre­nar las muer­tes en el Medi­te­rrá­neo. El sec­tor del trans­por­te marí­ti­mo dice que, los sal­va­men­tos en gran esca­la a car­go de bar­cos mer­can­tes con­lle­van muchos más ries­gos, por lo que mues­tran la nece­si­dad de una ope­ra­ción huma­ni­ta­ria profesional.

Los jefes de Esta­do y de Gobierno de la UE quie­ren sal­var el tipo, no sal­var vidas. Acor­da­ron «tri­pli­car» los fon­dos des­ti­na­dos a las ope­ra­cio­nes Tri­tón y Posei­dón, para vigi­lar mejor el Medi­te­rrá­neo. Su pro­pues­ta con­tó rápi­da­men­te con el agra­do de Ale­ma­nia y Fran­cia, los menos afec­ta­dos. Acor­da­ron con­vo­car una cum­bre con la Unión Afri­ca­na para refor­zar la coope­ra­ción con­tra la inmi­gra­ción ile­gal, refor­zar la coope­ra­ción polí­ti­ca y com­ba­tir las mafias de trá­fi­co de per­so­nas. No hay avan­ces en los acuer­dos de coope­ra­ción con ter­ce­ros paí­ses como Sudán, Eri­trea, Soma­lia, Etio­pía, Libia, cuya situa­ción inter­na pro­vo­ca miles de desplazados.

Es correc­ta la lucha con­tra las mafias, con­tro­la­das por per­so­nas sin escrú­pu­los, pero no es sufi­cien­te y no dis­mi­nu­ye la tra­ge­dia huma­ni­ta­ria. En lo que va de año, un núme­ro sin pre­ce­den­tes de per­so­nas refu­gia­das y migran­tes está tra­tan­do de lle­gar a Euro­pa en embar­ca­cio­nes aba­rro­ta­das y peli­gro­sas. Cuan­do sus bar­cos vuel­can o tie­nen pro­ble­mas en mar abier­to, no siem­pre hay ayu­da cer­ca. Euro­pa se ha con­ver­ti­do en una for­ta­le­za casi impe­ne­tra­ble y los refu­gia­dos tie­nen enor­mes difi­cul­ta­des para lle­gar sin ries­gos y legal­men­te a un país de la UE. Huyen de la vio­len­cia, la per­se­cu­ción o el ham­bre. Pagar miles de dóla­res a un tra­fi­can­te, para atra­ve­sar el mar en un bote roto, es casi la úni­ca opción que les que­da. No hacer lo sufi­cien­te para ayu­dar a esa gen­te es de cana­llas y no se pue­de defen­der con argu­men­tos ale­ja­dos de la soli­da­ri­dad humana.

Muchas fami­lias con hijos peque­ños, huyen de paí­ses arra­sa­dos por la gue­rra, como Siria, Afga­nis­tán, Sudán e Iraq. Otras muchas per­se­gui­das por opi­nio­nes polí­ti­cas, tor­tu­ras y ame­na­za­das de muer­te. En 2014, las per­so­nas pro­ce­den­tes de Siria y Eri­trea repre­sen­ta­ban casi la mitad de las 170.000 que lle­ga­ron a Ita­lia en bar­co. Otros miles lle­gan del Áfri­ca Sub­saha­ria­na huyen­do de la penu­ria y la pobreza.

Los gobier­nos euro­peos se enfren­tan a un dile­ma de vida o muer­te. No hacer lo sufi­cien­te para ayu­dar es inhu­mano. Pedir asi­lo es un dere­cho humano, ofre­cer­lo una mues­tra de valor soli­da­rio y par­te esen­cial de los acuer­dos inter­na­cio­na­les sobre refu­gia­dos, fir­ma­do por casi todos los gobier­nos des­pués de la II Gue­rra Mun­dial. Aho­ra los gobier­nos ponen enor­mes difi­cul­ta­des en el ejer­ci­cio de ese derecho.

La UE tie­ne que hacer todo para evi­tar tan­tas muer­tes. Tie­ne que lan­zar una ope­ra­ción huma­ni­ta­ria de sal­va­men­to de per­so­nas en el mar, lo que sig­ni­fi­ca man­te­ner sufi­cien­tes bar­cos, avio­nes, heli­cóp­te­ros y per­so­nal para res­ca­tar a las per­so­nas que cru­zan el Medi­te­rrá­neo. Mien­tras se orga­ni­za la ope­ra­ción, Ita­lia, Mal­ta y Espa­ña, al menos, deben con­tar con el sufi­cien­te apo­yo eco­nó­mi­co y logís­ti­co para redo­blar las labo­res de bús­que­da y sal­va­men­to que se presenten.

Euro­pa ha redu­ci­do su capa­ci­dad de bús­que­da y res­ca­te, con el argu­men­to falli­do de que esas ope­ra­cio­nes tie­nen un «efec­to lla­ma­da» que atraía a más migran­tes. Pero la reali­dad ha pues­to de mani­fies­to la fal­se­dad del argu­men­to, ya que el núme­ro de per­so­nas deses­pe­ra­das que inten­tan lle­gar a Euro­pa no hace más que aumen­tar. La estra­te­gia actual no fun­cio­na y se debe apo­yar con todas las fuer­zas y recur­sos una ope­ra­ción sóli­da y con­cer­ta­da en el Medi­te­rrá­neo. No es sufi­cien­te tri­pli­car la Ope­ra­ción Tri­tón, para la vigi­lan­cia de fron­te­ras, lejos del lugar don­de se pro­du­cen las muertes.

Es nece­sa­rio adop­tar solu­cio­nes dura­de­ras para nece­si­da­des reales. Hay que enmen­dar los erro­res actua­les. Las vidas son más impor­tan­tes que los gol­pes de efec­to de cara a gale­rías ale­ja­das de los pue­blos. Hay que cam­biar los obje­ti­vos, aumen­tan­do la zona de ope­ra­cio­nes y más bar­cos y avio­nes al ser­vi­cio de las ope­ra­cio­nes. Euro­pa no pue­de cen­trar­se en patru­llar sus fron­te­ras, igno­ran­do a quie­nes se aho­gan. Es un insul­to a la huma­ni­dad y una afren­ta a quie­nes no tie­nen más opción que empren­der los peli­gro­sos via­jes hacia a prosperidad.

En la lucha con­tra las migra­cio­nes, no cabe dejar morir a la gen­te que huye de su tra­ge­dia. Miles de migran­tes y refu­gia­dos deses­pe­ra­dos empren­den la tra­ve­sía marí­ti­ma más peli­gro­sa del mun­do, y miles mue­ren en el inten­to. La prio­ri­dad debe ser la pro­tec­ción, la bús­que­da y el rescate.

La cum­bre extra­or­di­na­ria de la UE del 23 de abril, ha deja­do todo para den­tro de tres sema­nas, noquea­da por las últi­mas muer­tes entre Libia y Lam­pe­du­sa. A decla­ra­cio­nes gran­di­lo­cuen­tes esca­sos hechos. Sal­var vidas en el Medi­te­rrá­neo, debe ser una prio­ri­dad para los pue­blos euro­peos decen­tes, ale­ja­dos de racis­mos inde­cen­tes. Amnis­tía Inter­na­cio­nal con­si­de­ra las medi­das adop­ta­das «abso­lu­ta­men­te inade­cua­das» y cree que cons­ti­tu­yen «una res­pues­ta ver­gon­zo­sa a la cri­sis del Medi­te­rrá­neo», ade­más de que no ser­vi­rán para poner fin a la espi­ral de muer­tes en el mar.

Tri­tón fue el dios mito­ló­gi­co de las pro­fun­di­da­des mari­nas. Para evi­tar que esos fon­dos se nutran de más cuer­pos huma­nos, hay que apos­tar por el «Nos­trum Mare» soli­da­rio, mar nues­tro por el bien­es­tar y los dere­chos huma­nos. No son los mise­ra­bles los que apes­tan. Por cier­to, habrá que hacer algo para que deje de ser el más con­ta­mi­na­do del Mundo.

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