El presidente estadounidense, Barack Obama, solicitó autorización al Congreso para que respalde el combate contra el Estado Islámico (EI o DAESH, por sus siglas en árabe) que desde hace medio año lidera la potencia norteamericana junto a la llamada coalición internacional en Irak y Siria. La medida establece un límite de tres años para el uso de la fuerza militar pero no establece su alcance geográfico. A su vez, descarta operaciones terrestres a gran escala aunque permite el despliegue de fuerzas especiales en caso de considerarlo necesario. Se trata de la primera resolución de poderes de guerra desde el lanzamiento de la guerra total contra el terrorismo y la invasión a Irak durante el gobierno de George W. Bush.
Trece años después de la guerra en Irak, el jefe de Estado envió el miércoles al Congreso una declaración de guerra que busca perpetuar la presencia de Estados Unidos en Medio Oriente, la Autorización para el Empleo de Fuerza Militar (AUMF, por sus siglas en inglés) contra el EI. La iniciativa busca legalizar los bombardeos sobre Irak y Siria, al tiempo que le otorga mayor legitimidad al mandato de Obama así como la posibilidad de fijar las condiciones de su propia guerra.
Con “grupos violentos como este sólo hay una opción: con nuestros aliados y socios vamos a degradar y en última instancia destruir a este grupo terrorista”, aseguró el mandatario al hacer público el anuncio ante la prensa desde la Casa Blanca, acompañado por el vice presidente, Joe Biden, el secretario de Estado, John Kerry, y el secretario de Defensa, Chuck Hagel.
Obama justificó que hasta el momento “más de 2 mil ataques aéreos de la coalición han golpeado a los terroristas” y que su mando y líneas de control y suministro, están siendo “interrumpidos”. “Nuestra coalición está en la ofensiva, el Estado Islámico está a la defensiva y va a perder”, sentenció.
La iniciativa establece un límite de tres años al uso de la fuerza militar y descarta “operaciones de combate terrestre a gran escala y de largo plazo, como las que nuestra nación llevó a cabo en (las guerras de) Irak y Afganistán”.
En este sentido, destaca el papel de las “fuerzas locales” de los países donde se combata a la organización terrorista ‑incluyendo el apoyo a la oposición armada siria‑, que deben llevar a cabo las operaciones de combate terrestre , pero no incluye una limitación geográfica de la actuación estadounidense.
A su vez, autoriza la intervención militar “en situaciones donde las operaciones de combate terrestre no se esperan ni se prevén, como la recopilación e intercambio de información de inteligencia, misiones para permitir bombardeos cinéticos (con misiles o bombas), o la provisión de planes operacionales y otras formas de asesoría y asistencia a las fuerzas aliadas”.
El presidente subrayó que su propuesta le “proporcionaría flexibilidad para llevar a cabo operaciones de combate terrestre en otras circunstancias, más limitadas, como operaciones de rescate que involucren a personal de Estados Unidos o de la coalición o el uso de fuerzas de operaciones especiales para actuar contra la dirección del EI”.
Hasta el momento, el gobierno de Obama se ha apoyado para realizar los ataques en una AUMF de 2001 tras los ataques del 11 de septiembre y en otra legislación de 2002 para Irak, que la administración de Bush utilizó bajo el argumento de la lucha contra el terrorismo. La nueva autorización contempla la revocación de la segunda pero no de la primera, que abrió la era de guerra sin límites temporales ni geográficos.
Cabe destacar que pese a sus esfuerzos por aplacar la idea de intervencionismo, desde el comienzo de los bombardeos sobre Irak y Siria, Estados Unidos ha enviado más de dos mil militares so pretexto de asesorar a las fuerzas iraquíes junto al apoyo a los grupos de mercenarios sirios que apuntan a desestabilizar al gobierno de Bashar al-Assad.
El Congreso
Obama instó a los legisladores, en una misiva que acompaña la propuesta, a que aprueben la legislación ante la “amenaza al pueblo y la estabilidad de Irak, Siria y el Medio Oriente, y a la seguridad de Estados Unidos” que representa el EI. “Si no se controla”, advirtió, la organización terrorista planteará una amenaza más allá de Medio Oriente, “incluyendo a la patria de Estados Unidos”, agregó.
Por su parte, el presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, el republicano Bob Corker, indicó en un comunicado que empezarán pronto las audiencias para votar lo que consideró “una de las medidas más importantes que puede adoptar el Congreso”. Pese a las divergencias con los demócratas, el senador subrayó los ánimos de consensuar una ley bipartidista que “permita afrontar esta grave amenaza”.
En tanto, su homólogo en el Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes, el republicano Ed Royce, y el número dos del comité, el demócrata Eliot Engel, indicaron que tratarán la propuesta en una audiencia convocada para este jueves sobre el EI. A través de un comunicado conjunto saludaron la iniciativa y destacaron que “todos los elementos del poder nacional deben utilizarse para combatir al EI y el uso de la fuerza militar no es más que un elemento de la estrategia necesaria”.
Fuente: Noticias PIA