La burguesía simpatiza con el Partido de la Izquierda Europea. Identificó en él, desde el inicio, un instrumento de neutralización de la combatividad de la clase obrera
Releí hace días textos de Eduard Bernstein y de Karl Kautsky. Fue un trabajo útil. El revisionismo de ambos ayuda a comprender luchas y desafíos del presente. Bernstein inició la campaña. Veía en el marxismo solamente un método para estudiar problemas sociales y sostuvo que era posible llegar al socialismo sin revolución, mediante conquistas irreversibles de la clase obrera resultantes de reformas del capitalismo. Su famosa sentencia «El movimiento es todo, la meta final nada» motivó la réplica de Rosa Luxemburgo, para quien la meta, el socialismo, era todo.
