Sobre el geno­ci­dia de Igua­la- P.C. de Mexico

Ayotzi­na­pa, cri­men de Estado

Feli­pe Cue­vas, inte­gran­te del Comi­té Cen­tral del PCM

El gobierno del Esta­do de Gue­rre­ro des­vió de su ruta de movi­li­za­ción a jóve­nes nor­ma­lis­tas de la com­ba­ti­va Ayotzi­na­pa con toda inten­ción de pro­pi­ciar un alter­ca­do con los gue­rre­ros uni­dos e ins­ti­gó el acto con el auxi­lio de sus fuer­zas repre­si­vas. Por su par­te el nar­co poder da mues­tras cla­ras de entrar en una fase “pre­cau­to­ria” res­pec­to de los gol­pes sufri­dos en el esta­do de Michoa­cán de no per­mi­tir la movi­li­za­ción popu­lar en las zonas bajo su con­trol. Se tra­ta de una cela­da al vie­jo esti­lo de la gue­rra sucia, una embos­ca­da pre­pa­ra­da por ins­tan­cias polí­ti­cas, de segu­ri­dad y del nar­co hoy enma­ra­ña­das en el dete­rio­ro de la anti­gua ins­ti­tu­cio­na­li­dad bur­gue­sa del Esta­do mexi­cano y el soca­va­mien­to de su con­di­ción como Estado-nación.

Un deto­nan­te colo­ca­do por gen­tes del poder (nar­co, polí­ti­co y eco­nó­mi­co) que no quie­ren hacer­se res­pon­sa­bles de sus actos de nin­gún modo, empe­ña­das en poner­lo como un acto de la delin­cuen­cia orga­ni­za­da res­trin­gien­do toda for­ma de mani­fes­ta­ción social que irrum­pa en sus esce­na­rios, ya sea en las zonas don­de gobier­na el nar­co o en lo que los polí­ti­cos creen sus estric­tas áreas al mar­gen de los dere­chos polí­ti­cos. Así enton­ces, en este acto cri­mi­nal están colu­di­dos esos entes con ple­na inten­ción de gene­rar la repre­sión con­tra el pue­blo pero por la natu­ra­le­za feroz de su agre­sión la situa­ción se les esca­pó de con­trol y del cer­co mediático.

Al limi­tar las posi­bi­li­da­des de movi­mien­to hacia Chil­pan­cin­go las ins­tan­cias de segu­ri­dad, las fuer­zas poli­cia­les y mili­ta­res, el eje­cu­ti­vo esta­tal y sus agen­tes crea­ron el mar­co “per­fec­to” para empu­jar a los estu­dian­tes a Igua­la para armar ese plan maca­bro entre dos fue­gos. El pre­si­den­te muni­ci­pal de Igua­la en la mara­ña de sus fri­vo­li­da­des poco impor­ta a los más pode­ro­sos, lo usa­rán como ton­to útil inde­pen­dien­te­men­te de sus pro­pias responsabilidades.

Defi­ni­ti­va­men­te es un ensa­yo para apli­car este tipo de accio­nes a gran esca­la don­de sea el nar­co quien gol­pee al movi­mien­to popu­lar, es un plan com­bi­na­do con los intere­ses pro­pios del nar­co poder que una vez soca­va­do el teji­do social en impor­tan­tes regio­nes del país cree tener las con­di­cio­nes para ejer­cer fun­cio­nes de domi­na­ción gene­ral sobre la pobla­ción que sólo sem­bra­rán mayor caos y des­mem­bra­mien­to del país, idea­les para otro tipo de inter­ven­cio­nes impe­ria­lis­tas. Se esta­rá de acuer­do en que eso hace tiem­po se prac­ti­ca a un nivel muy local en algu­nas regio­nes, pero este pre­ce­den­te es nue­vo y suma­men­te peli­gro­so para la lucha revo­lu­cio­na­ria en un momen­to en que se incu­ban nue­vos poten­cia­les de movi­li­za­ción de las cua­les el Esta­do gober­na­do por impe­ria­lis­tas, oli­gar­quía finan­cie­ra y car­te­les de la dro­ga toma nota como pun­tos rojos que van encen­dién­do­se inten­tan­do dis­tin­tas accio­nes para apagarlos.

Peña Nie­to en lugar de sub­ra­yar la res­pon­sa­bi­li­dad de su inves­ti­du­ra, sim­ple­men­te se lava las manos, nos sale con una decla­ra­ción ofi­cial de cons­ter­na­ción como si no fue­se más que un sim­ple espec­ta­dor, pero para quien quie­ra ver en su dis­cur­so es noto­ria su inten­ción retar­da­ta­ria de las inves­ti­ga­cio­nes en el caso de Gue­rre­ro como lo fue mien­tras fun­gía de gober­na­dor del Esta­do de Méxi­co. Sim­ple­men­te por el hecho de que en lugar de crear algu­na herra­mien­ta ins­ti­tu­cio­nal que atien­da estos gra­ves pro­ble­mas, se apo­ya en las ins­ti­tu­cio­nes que se sabe car­co­mi­das para que estas resuel­van lo que no les intere­sa resol­ver. A esos nive­les de gobierno resul­tan absur­das sus decla­ra­cio­nes, sobre todo con su gabi­ne­te de segu­ri­dad que sabe y dis­cu­te dón­de y cómo usar la fuerza.

Los gober­nan­tes jue­gan a la con­fu­sión, se hacen los des­en­ten­di­dos, demo­ran las inves­ti­ga­cio­nes, están colu­di­dos por diver­sos intere­ses; el pue­blo debe movi­li­zar­se con­tra esta agre­sión de todas las fuer­zas hos­ti­les del poder polí­ti­co, eco­nó­mi­co, mili­tar y nar­co, exi­gi­mos cas­ti­go a los cul­pa­bles, des­en­mas­ca­ran­do la múl­ti­ple con­di­ción de este cri­men de Estado.

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