Refe­ren­do en Esco­cia: neo­li­be­ra­lis­mo vs socia­lis­mo- Ale­jan­dro Nadal

Maña­na 18 de sep­tiem­bre [por hoy] se lle­va­rá a cabo el refe­ren­do más impor­tan­te en los 300 años de vida del Rei­no Uni­do de Gran Bre­ta­ña e Irlan­da del Nor­te. Esco­cia irá a las urnas para deci­dir si se man­tie­ne como par­te de esa unión polí­ti­ca o si se con­vier­te en un Esta­do independiente.

Para Lon­dres, el triun­fo de los inde­pen­dien­tes repre­sen­ta una seria ame­na­za. Por eso com­ba­te la cam­pa­ña a favor del sí con todas sus fuer­zas. La pren­sa de nego­cios y la “BBC” no han esca­ti­ma­do recur­sos para asus­tar al elec­to­ra­do y orien­tar­lo hacia el voto nega­ti­vo. Lo cier­to es que la dis­mi­nu­ción de influen­cia polí­ti­ca sería un duro gol­pe para Lon­dres, pero es en el fren­te eco­nó­mi­co don­de el pode­río bri­tá­ni­co se vería más afec­ta­do, entre otras cosas por la pér­di­da de una bue­na par­te de los recur­sos de los cam­pos de petró­leo y gas del Mar del Norte.

Para los par­ti­dos inde­pen­den­tis­tas el refe­ren­do ofre­ce una opor­tu­ni­dad úni­ca para recu­pe­rar la inde­pen­den­cia de Esco­cia y esta­ble­cer un gobierno demo­crá­ti­co de cen­tro-izquier­da que per­mi­ta esca­par de las garras del neo­li­be­ra­lis­mo que Lon­dres y, más espe­cial­men­te, la City, han impues­to a los 5.3 millo­nes de escoceses.

Hace 25 años se some­tió a voto el tema de la devo­lu­ción de algu­nos pode­res a Esco­cia. El resul­ta­do fue nega­ti­vo. En aquel tiem­po se argu­men­tó que el tama­ño de Esco­cia hacía incon­ce­bi­ble la inde­pen­den­cia, como si la auto-deter­mi­na­ción de un pue­blo fue­ra cues­tión de eco­no­mías de esca­la. En 1997 se apro­bó en otro refe­rén­dum la crea­ción del par­la­men­to esco­cés, con pode­res limi­ta­dos. Pero en ese par­la­men­to no se pue­de dis­cu­tir el des­em­pleo, los dere­chos sin­di­ca­les, los sala­rios, la des­igual­dad, los recor­tes al gas­to en salud y edu­ca­ción, o la regu­la­ción finan­cie­ra y bancaria.

Ese par­la­men­to tam­po­co pudo deba­tir las aven­tu­ras mili­ta­res de Tony Blair en Irak y Afga­nis­tán. Hoy no pue­de opi­nar sobre la base de sub­ma­ri­nos nuclea­res Tri­dent en la mar­gen dere­cha del río Cly­de o la nue­va ges­ta que pre­pa­ra Lon­dres en el nor­te de Irak.

El deba­te eco­nó­mi­co sobre el refe­ren­do ha gira­do alre­de­dor de la via­bi­li­dad de una Esco­cia inde­pen­dien­te. Los argu­men­tos van y vie­nen, pero los datos son bas­tan­te con­tun­den­tes. La eco­no­mía esco­ce­sa sería fuer­te y diversificada.

Los yaci­mien­tos del Mar del Nor­te fue­ron abier­tos hace 50 años, pero las reser­vas que corres­pon­de­rían a una Esco­cia inde­pen­dien­te anun­cian una pro­duc­ción ren­ta­ble para las pró­xi­mas dos o tres déca­das. Lo más pro­ba­ble es que una Esco­cia inde­pen­dien­te pro­ce­de­ría a nacio­na­li­zar la indus­tria petro­le­ra y gase­ra, siguien­do el exi­to­so ejem­plo norue­go en don­de siem­pre se man­tu­vo el con­trol públi­co sobre este sec­tor. Aun­que hay difi­cul­ta­des meto­do­ló­gi­cas para medir los flu­jos de comer­cio inter­na­cio­nal en Esco­cia, si se inclu­yen las expor­ta­cio­nes de cru­do y gas, el sal­do de la cuen­ta corrien­te del nue­vo país inde­pen­dien­te sería superavitario.

La recau­da­ción fis­cal en Esco­cia alcan­zó los 57 mil millo­nes de libras ester­li­nas en el ejer­ci­cio fis­cal 2011-12, lo que repre­sen­ta casi 10 por cien­to de los ingre­sos tri­bu­ta­rios del Rei­no Uni­do. La estruc­tu­ra impo­si­ti­va es esen­cial­men­te regre­si­va, lo que agra­va el pro­ble­ma de la des­igual­dad eco­nó­mi­ca, pero una nue­va polí­ti­ca fis­cal per­mi­ti­ría rever­tir las ten­den­cias nega­ti­vas, reorien­tar el gas­to públi­co, pro­mo­ver el desa­rro­llo indus­trial, cien­tí­fi­co y tecnológico.

Hoy el deba­te eco­nó­mi­co sobre la inde­pen­den­cia está cen­tra­do sobre la divi­sa de una nue­va Esco­cia inde­pen­dien­te. Hay tres vías posi­bles. La pri­me­ra impli­ca seguir usan­do la libra ester­li­na. La des­ven­ta­ja es que la nue­va repú­bli­ca habría entre­ga­do el con­trol de su polí­ti­ca mone­ta­ria a Lon­dres y la regu­la­ción del sis­te­ma ban­ca­rio y finan­cie­ro esca­pa­ría a las auto­ri­da­des esco­ce­sas. La tasa de inte­rés en el nue­vo espa­cio eco­nó­mi­co esta­ría fuer­te­men­te afec­ta­da por esta fal­ta de con­trol mone­ta­rio y has­ta la polí­ti­ca fis­cal se vería cons­tre­ñi­da. Esta es la pro­pues­ta del Par­ti­do nacio­na­lis­ta esco­cés, pero esa vía impli­ca per­ma­ne­cer en la zona de influen­cia de la City y que­dar­se en el neoliberalismo.

La segun­da es la adop­ción del euro como divi­sa del nue­vo país. Se pare­ce a la ante­rior por la fal­ta de con­trol de la polí­ti­ca mone­ta­ria y es recha­za­da por todos en Esco­cia por­que equi­va­le a adop­tar las pos­tu­ras neo­li­be­ra­les de Maas­tricht y Lis­boa. El esque­ma que con­du­jo a la euro­cri­sis no pue­de ser una refe­ren­cia en mate­ria de polí­ti­ca macro­eco­nó­mi­ca en Escocia.

La ter­ce­ra vía esta­ría basa­da en una mone­da pro­pia basa­da en un régi­men de flo­ta­ción semi-regu­la­da. Las nue­vas auto­ri­da­des mone­ta­rias ten­drían que orga­ni­zar la tran­si­ción, pero en prin­ci­pio nada impi­de la adop­ción de una nue­va mone­da que per­mi­ta recu­pe­rar el con­trol sobe­rano de los prin­ci­pa­les ins­tru­men­tos de la polí­ti­ca macro­eco­nó­mi­ca. Muy pro­ba­ble­men­te esta nue­va pos­tu­ra esta­ría cer­ca­na a un esque­ma de cor­te demó­cra­ta-socia­lis­ta al esti­lo Noruega.

El refe­ren­do en Esco­cia pone fren­te a fren­te la opción de extra­viar­se en el neo­li­be­ra­lis­mo o la de avan­zar en la direc­ción del con­trol social sobre la inversión.

@anadaloficial

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