Sub­ver­so, rape­ro chi­leno: “Las can­cio­nes tam­bién educan”

De regre­so a Chi­le, Vicen­te Durán, más cono­ci­do como Sub­ver­so, ana­li­za el desa­rro­llo del rap polí­ti­co en Chi­le y las direc­cio­nes de los movi­mien­tos socia­les, de cara a una nue­va admi­nis­tra­ción del blo­que concertacionista.

subversoDuran­te el apo­geo del movi­mien­to social, sus can­cio­nes se difun­die­ron con rapi­dez y lle­ga­ron a los oídos de quie­nes, inclu­so, nun­ca habían escu­cha­do hip hop. Sub­ver­so, autor de las letras rebel­des y con­tra­in­for­ma­ti­vas, hizo su pro­pio espa­cio den­tro del cir­cui­to rape­ro de la mano de datos, cifras y aná­li­sis de la coyuntura.

Des­pués de pasar unos años en su tie­rra natal, Detroit (Esta­dos Uni­dos), regre­sa a Chi­le recar­ga­do: el pasa­do mar­tes estu­vo pre­sen­te en un con­cier­to popu­lar de la Fede­ra­ción Nacio­nal de Pobla­do­res (Fena­po), jun­to al río Mapo­cho, y su nom­bre se regis­tra en diver­sos even­tos de auto­ges­tión de colec­ti­vos y movi­mien­tos socia­les. Al pie del cañón como siem­pre, Vicen­te Durán está de vuelta.

En entre­vis­ta con ElDes​con​cier​to​.cl, el rape­ro refle­xio­nó sobre el poten­cial del hip hop y su estre­cha vin­cu­la­ción con el entorno, ade­más de reco­rrer los pri­me­ros pasa­jes de un país que vol­vió a las manos de la admi­nis­tra­ción con­cer­ta­cio­nis­ta. Esta vez, bajo el nom­bre de Nue­va Mayoría.

¿Qué te pare­ce el desa­rro­llo actual del hiphop polí­ti­co? Creo que comen­zas­te como uno de los refe­ren­tes de esta nue­va gene­ra­ción rapera.

El hip hop más cons­cien­te, más social, más polí­ti­co sur­ge por nece­si­dad, por el mis­mo ambien­te que hoy se vive.
Creo que en los últi­mos 10 ó 15 años se ha con­so­li­da­do, se ha for­ta­le­ci­do y de la mano siem­pre de los movi­mien­tos socia­les y sus inquie­tu­des, ese es el víncu­lo que ha per­mi­ti­do que se expre­se esto en las nue­vas gene­ra­cio­nes de raperos.

El hip hop es un impor­tan­te apor­te a la lucha que ha tes­ti­mo­nia­do, por ejem­plo, lo que pasó el 2006, lo que pasó el 2011. Por sus raí­ces y entor­nos, está pre­sen­te tam­bién en las acti­vi­da­des de auto­ges­tión y visi­bi­li­za­ción de cier­tas luchas, como la de ayer. Luga­res y espa­cios así ayu­da­ron a for­ta­le­cer­lo y aho­ra hay toda una gene­ra­ción de cabros que están ponién­do­le bueno en ese sentido.

Hay una gene­ra­ción amplia que está apos­tan­do a desa­rro­llar dis­cur­sos polí­ti­cos des­de el rap y eso era algo que no se hacía tan­to en Chi­le, ¿no?

Cla­ro. Siem­pre ha esta­do el con­te­ni­do, pero lo que yo creo es que van de la mano. A medi­da que van cre­cien­do los pro­ce­sos y las orga­ni­za­cio­nes socia­les, tam­bién el rap. Si uno obser­va el nivel de for­ma­ción de los estu­dian­tes que han sali­do de las luchas estu­dian­ti­les tam­bién es dis­tin­to a lo que había 10 años atrás, enton­ces no es una cosa ais­la­da lo que le pasa al hip hop. Tie­ne todo que ver con lo que está pasan­do en el país.

Tu esti­lo pro­pio de rap lla­mó mucho la aten­ción en su momen­to por­que no basa­ba su rollo polí­ti­co solo en con­sig­nas, sino que entre­ga­bas muchos datos, mucha his­to­ria. Leí por ahí que le lla­ma­ban rape­rio­dis­mo, ¿cómo ana­li­zas el desa­rro­llo de ese esti­lo, que por estos días tie­ne a varios seguidores?

Creo que es una con­se­cuen­cia natu­ral de ese pro­ce­so de ir mejo­ran­do y hacien­do más efi­cien­te y más efi­caz lo que uno quie­re decir. Estás mejo­ran­do el rol de comu­ni­ca­dor y si uno tie­ne un obje­ti­vo polí­ti­co y social den­tro del hip hop, obvia­men­te va a que­rer que eso sea una herra­mien­ta. A mí me repre­sen­ta eso del perio­dis­mo y el rol de la edu­ca­ción popu­lar, es una herra­mien­ta de infor­ma­ción polí­ti­ca. Aun­que yo creo que eso impli­ca otras cosas, las can­cio­nes tam­bién edu­can, tam­bién van metien­do cier­to rui­do. Los datos no bus­can dar­le un toque más inte­lec­tual, sino que ir conec­tan­do esa infor­ma­ción con la reali­dad, con lo que la gen­te sien­te y vive. La idea es dar­le argu­men­tos y sus­ten­tos al discurso.

subverso¿De qué escri­bes hoy? Hay mucho que decir, han pasa­do varias cosas des­de tus últi­mos temas.

Estoy medio calla­di­to (risas). No, en reali­dad estoy medio calla­di­to por­que sí, ten­go har­tas cosas que escri­bir, estoy en ese pro­ce­so pero otras nece­si­da­des tam­bién, vin­cu­la­das a los cabros que se están orga­ni­zan­do y a veces los tiem­pos nos dan, suma­do a la fami­lia. Hay har­to que decir hoy día y yo creo que los mis­mos men­sa­jes de otras can­cio­nes revi­ven… por ejem­plo, lo que escri­bí el 2011 res­pec­to a los estu­dian­tes creo que toda­vía me repre­sen­ta muy fuer­te. Espe­cí­fi­ca­men­te res­pec­to a lo que hemos apren­di­do de las luchas. Hoy día esta­mos en un pro­ce­so don­de vol­ve­mos a tener un gobierno neo­li­be­ral, dis­fra­za­do de una corrien­te más pro­gre­sis­ta, que pro­po­ne cier­tas refor­mas y se adju­di­ca y tra­ta de ape­lar a las ban­de­ras y con­sig­nas de lo que fue el movi­mien­to estu­dian­til y otros movi­mien­tos, pero que obvia­men­te sigue liga­do a los empre­sa­rios, a las líneas neo­li­be­ra­les de la polí­ti­ca, pero que en el fon­do va a apli­car refor­mas que no reco­gen ese deseo del movi­mien­to social.

Una de las cosas que creo que hay que decir es que hay que seguir movi­li­za­dos, hay que seguir orga­ni­za­dos, las con­quis­tas sólo las vamos a alcan­zar des­de la orga­ni­za­ción, des­de la base, des­de noso­tros, y no espe­ran­do que eso se tra­duz­ca en una repre­sen­ta­ción polí­ti­ca por arri­ba, cupu­lar, como ha sido has­ta ahora.
No es que vol­va­mos a caer en esa tram­pa, pero es difí­cil la tác­ti­ca y la estra­te­gia en esa posi­ción. El movi­mien­to social ha teni­do que entrar en las nego­cia­cio­nes, pero hoy se ve que ese camino sólo está lle­van­do nue­va­men­te a una refor­ma vacía, sin el con­te­ni­do que se le qui­so dar en algún momento.

Jus­ta­men­te el 2011, cuan­do escri­bis­te esa can­ción, lla­ma­bas a poner­le bueno, a no fla­quear, con algu­nas adver­ten­cias… hoy día, sin embar­go, el movi­mien­to estu­dian­til pasa por uno de sus peo­res momen­tos. ¿Cómo per­ci­bes tú ese escenario?

Eso es lo que te decía. Esa adver­ten­cia era no vol­va­mos a caer en la tram­pa del 2006. Aho­ra, decir eso es súper fácil. Orga­ni­zar­lo y cana­li­zar­lo por la vía polí­ti­ca es muy com­ple­jo y hoy hay una gene­ra­ción enfren­tan­do ese desa­fío. Yo creo que el movi­mien­to está en un momen­to com­ple­jo polí­ti­ca­men­te por­que el 2011 enfren­tá­ba­mos a un gobierno de dere­cha, todo el mun­do esta­ba dis­pues­to a dar uni­dad en fun­ción de la pro­tes­ta y, en el fon­do, algu­nos de ellos, tam­bién de vol­ver al gobierno. Siem­pre supi­mos eso, nun­ca estu­vo en duda. Lo mis­mo pasó el 2006. Lo impor­tan­te es que se ha cre­ci­do y que el desa­fío es hoy día vol­ver a ver con cla­ri­dad las cosas, creo que en algún momen­to se va a ago­tar esta obra de tea­tro que están mon­tan­do con la refor­ma y ese des­con­ten­to va a vol­ver a sur­gir. No sé si eso sea este año, el pró­xi­mo año, la cosa se ha dado de for­ma cícli­ca, pero siem­pre vuel­ve más fuer­te. Yo le ten­go fe a ese pro­ce­so y no cai­go en la ten­ta­ción de con­fiar en esa vía ins­ti­tu­cio­nal que entre­ga peque­ñas cuo­tas de poder.

subversoAyer tocas­te en la Fena­po y he vis­to tu nom­bre en dis­tin­tos even­tos de auto­ges­tión. Des­de el 2011 ha per­sis­ti­do el inte­rés de muchos colec­ti­vos por gene­rar ins­tan­cias de orga­ni­za­ción popu­lar y con bue­nos resul­ta­dos. Ayer, por ejem­plo, lle­gó mucha gen­te al Mapo­cho, ¿qué te parece?

Sí, estu­vo boni­ta la acti­vi­dad pero, en el fon­do, qué brí­gi­da la situa­ción. Van a ser dos meses acam­pan­do en un río, en el cen­tro de la ciu­dad tra­tan­do de visi­bi­li­zar una lucha que es muy sen­ci­lla de enten­der, que es el dere­cho a la vivien­da, pero este gobierno tie­ne la mis­ma sor­de­ra que en su pri­me­ra administración.
Bache­let fue enemi­ga de los movi­mien­tos socia­les el 2006 y lo va a seguir sien­do. No hay nin­gún res­pe­to hacia esos movi­mien­tos, pero es ver­dad que siguen cre­cien­do, que se siguen mul­ti­pli­can­do. El movi­mien­to de los pobla­do­res, por ejem­plo, está en mejor posi­ción que cuan­do yo me fui.

Hoy tam­bién hay un des­per­tar del movi­mien­to sin­di­cal. Len­to, peque­ño, pero vie­ne. Y vie­ne obb­via­men­te por las mis­mas con­di­cio­nes de vida que la gen­te tie­ne aho­ra. Yo creo que es impor­tan­te cons­truir a futu­ro, pero fal­ta empe­zar a tra­ba­jar mucho más seria­men­te el tema de la uni­dad. Creo que nues­tra prin­ci­pal debi­li­dad, des­de hace mucho tiem­po, es la gran can­ti­dad de colec­ti­vos y orga­ni­za­cio­nes con visio­nes no tan dis­tin­tas que no se logran poner de acuer­do, que no se deci­den, que ven mucho más las dife­ren­cias que lo que tene­mos en común, que no logran gene­rar un tra­ba­jo arti­cu­la­do, inter­sec­to­rial que logre uni­fi­car las luchas por­que todas tie­nen un mis­mo ori­gen, que es la mer­can­ti­li­za­ción de todos nues­tros derechos.
Todas las luchas tie­nen el mis­mo ori­gen y todas las luchas tie­nen la mis­ma solu­ción, que debe ser polí­ti­ca. Por eso siem­pre supi­mos que la lucha por la edu­ca­ción debía enmar­car­se en algo mayor, no habrá edu­ca­ción socia­li­za­da al ser­vi­cio del pue­blo en un mode­lo capi­ta­lis­ta, eso es incom­pa­ti­ble. Ellos no van a sol­tar sus fuen­tes de lucro.

Creo que tie­ne que haber una voca­ción de uni­dad mucho mayor que la que ha habi­do has­ta aho­ra. Uno de los pro­ble­mas siem­pre ha sido el tema elec­to­ral e ins­ti­tu­cio­nal, quie­nes están por fue­ra de ese camino y quie­nes apues­tan por eso. En ese deba­te creo que están las difi­cul­ta­des de la uni­dad y lo otro es la visión chi­ca, peque­ña, de cómo cons­truir orga­ni­za­ción, de no sol­tar el peque­ño espa­cio que tie­ne uno para tra­ba­jar jun­to a otro. Creo que la pega del rap es tam­bién can­tar­le a eso.

subversoUno de los enemi­gos que se vis­lum­bra­ban en varias de tus can­cio­nes era la Con­cer­ta­ción y sus lógi­cas en dis­tin­tos nive­les. ¿Cómo ves el regre­so de esta cla­se polí­ti­ca al poder, bajo un nue­vo nom­bre y con cier­tos gui­ños a deman­das progresistas?

Yo siem­pre sen­tí que tenía dos enemi­gos cla­ro den­tro de lo que hacía como rap y don­de había que apun­tar. Por un lado esta­ban los medios de comu­ni­ca­ción de los pode­ro­sos, noso­tros siem­pre inten­ta­mos hacer con­tra­in­for­ma­ción y ser una ven­ta­na de comu­ni­ca­ción alter­na­ti­va y popu­lar. Como perio­dis­ta, tu sabes que hoy hay una con­cen­tra­ción y mono­po­lio de poder mediá­ti­co muy fuer­te. La capa­ci­dad de domi­nar el dis­cur­so a tra­vés de los medios ha sido una for­ta­le­za del poder en Chile.

Y lo otro que me pare­ció impor­tan­te era este blo­que en el poder de la Con­cer­ta­ción. Cuan­do uno se enfren­ta a la dere­cha sabe a quié­nes se está enfren­tan­do, sabe quié­nes son sus ami­gos, que odian y des­pre­cian a los pobres y que no tie­nen asco en decir que creen en el mode­lo que favo­re­ce a los empre­sa­rios. La gen­te sabe eso, pero con esa izquier­da que va des­de los demo­cra­ta­cris­tiano y los socia­lis­tas que deja­ron de ser socia­lis­tas, uno se con­fun­de por­que el dis­cur­so al menos pare­ce más hacia la izquier­da… para mí es más peli­gro­so eso por­que con­fun­de y te dice una cosa pero al final es muy hábil en seguir las líneas neo­li­be­ra­les, imple­men­tar la repre­sión, pero con un dis­cur­so más pro­gre­sis­ta, que se abre a cier­tos temas való­ri­cos, que se abre a foca­li­zar cier­tos recur­sos a la solu­ción de algu­nos efec­tos de este mode­lo pero que no enfren­ta la cosa estruc­tu­ral, que no está dis­pues­to a una refor­ma demo­crá­ti­ca pro­fun­da o eco­nó­mi­ca, a entre­gar nive­les de par­ti­ci­pa­ción dis­tin­ta. Hay una cosa que en el dis­cur­so apa­re­ce con­vo­can­te pero que en el con­te­ni­do no va más allá.

Siem­pre ha sido un obje­ti­vo des­nu­dar eso, demos­trar que es una de las tram­pas que vivi­mos des­de fines de los 80, cuan­do nos dije­ron ya, el pue­blo se movi­li­zó, radi­ca­li­zó la lucha con­tra Pino­chet, enton­ces aho­ra nos toca a los polí­ti­cos. Noso­tros resol­ve­mos y cana­li­za­mos las deman­das del pue­blo. El pue­blo exis­te hoy día sólo para con­su­mir, para votar y nada más.

maxresdefault¿Cómo ves la ins­ta­la­ción de la ban­da estu­dian­til en el Con­gre­so? Estos diri­gen­tes que nacie­ron jun­to con el movi­mien­to social por la edu­ca­ción y que hoy están cum­plien­do un rol que por algu­nos es muy cri­ti­ca­do y por otros es mira­do con bue­nos ojos.

Yo veo los pro­ce­sos socia­les como pro­ce­sos de gru­pos socia­les, no de indi­vi­duos ni de líde­res. Pue­de haber gen­te que par­ti­ci­pó del movi­mien­to estu­dian­til que ten­ga bue­nas inten­cio­nes, que crea que está hacien­do las cosas bien, pero en el fon­do ellos repre­sen­tan una apues­ta polí­ti­ca. Y más allá de los líde­res que ten­ga­mos des­de la orga­ni­za­cio­nes que nos sen­ti­mos con voca­ción revo­lu­cio­na­ria, cree­mos eso, que esas per­so­nas repre­sen­tan apues­tas polí­ti­cas, van rotan­do, pero lo que nos impor­ta son los pro­ce­sos de orga­ni­za­ción. Si la gen­te que hoy está en esos pues­tos hoy día está con­tri­bu­yen­do a los pro­ce­sos de orga­ni­za­ción, de movi­li­za­ción, de no creer que ellos sola­men­te tie­nen la capa­ci­dad de decir las pro­pues­tas y los cami­nos que van a tomar las deman­das, enton­ces bien.

Pero si ellos tie­nen intere­ses y repre­sen­tan al gobierno, como Cami­la Valle­jo o Gior­gio Jack­son, que repre­sen­tan a gen­te cer­ca­na al gobierno, lo mis­mo la Karol Cario­la… aun­que ellos se sien­tan inde­pen­dien­tes y ten­gan sus pro­pias opi­nio­nes, hoy día están alia­dos con la gen­te que está en el poder, que son los mis­mos de la Con­cer­ta­ción de hace 20 años, que no han cam­bia­do, aun­que tra­ten de poner­le nue­vos nom­bres y eti­que­tas. Ellos no han cam­bia­do en sus pos­tu­ras, sus ideas apun­tan a defen­der el mode­lo tal como está, a hacer refor­mas que vayan hacien­do un poqui­to más sua­ve sus con­se­cuen­cias pero no cam­bian nada en la estructura.

Eso es lo que yo opino de la ban­ca­da estu­dian­til. Creo que si repre­sen­tan esos intere­ses, no es don­de tene­mos que mirar. Don­de tene­mos que mirar es don­de está la gen­te, en el liceo, en la calle, orga­ni­za­da, que hoy día pue­da, des­de el colec­ti­vo, gene­rar esos cambios.

Pron­to se va a cum­plir un nue­vo ani­ver­sa­rio por la muer­te de Manuel Gutie­rréz. ¿Qué pien­sas de esta situa­ción? Con­si­de­ro que hay cier­ta resig­na­ción res­pec­to a ello, que habla de muchos otros casos de muer­tos en democracia.

Es la cla­ve para man­te­ner con­te­ni­dos a los movi­mien­tos socia­les y des­le­gi­ti­mar este pro­ce­so de encon­trar­se, de bus­car jun­tos la solu­ción. Lo que ocu­rre con Manuel Gutié­rrez es lo mis­mo que ocu­rre con Juan Pablo Jimé­nez, el movi­mien­to mapu­che y lo que están pre­sos hoy día repre­sen­tan lo mis­mo: trans­for­mar la par­ti­ci­pa­ción y la exi­gen­cia de dere­chos en algo peli­gro­so, en algo dañino que es posi­ble de repri­mir por las leyes, por las balas o por la con­de­na mediá­ti­ca. El tema de mos­trar la pro­tes­ta social como algo delin­cuen­cial es la ten­den­cia en Chi­le y muy fun­cio­nal a man­te­ner el sis­te­ma eco­nó­mi­co y polí­ti­co, ellos nece­si­tan que la gen­te no vali­de estas luchas.

Yo creo que el ase­si­na­to de Manuel Gutié­rrez cabe den­tro de eso. Ocu­rrió en agos­to de 2011 y el movi­mien­to social esta­ba pren­dien­do mucho más de lo que ellos que­rían, con mucha fuer­za, y yo no creo en la tesis de un paco que se vuel­ve loco y dis­pa­ra, ni en ese caso, ni en el de Matías Catri­leo, ni en el de Men­do­za Collío ni en tan­tos otros. Ellos matan, tie­nen órde­nes, los medios saben cómo enmar­car los hechos y son ase­si­na­tos polí­ti­cos come­ti­dos por el Esta­do de Chile.

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