Ébo­la. Cen­tro de inves­ti­ga­ción bio­ló­gi­ca de EE.UU. Fort Detrick, ¿detrás del bro­te de ébola?


La corres­pon­sal de RT Káren Mén­dez inves­ti­ga qué rela­ción tie­ne el cen­tro de inves­ti­ga­cio­nes bio­ló­gi­cas esta­dou­ni­den­se Fort Detrick con el recien­te bro­te de ébo­la en Áfri­ca y a quién han bene­fi­cia­do las pan­de­mias a lo lar­go de la his­to­ria. La alar­ma que gene­ra­ron en la pobla­ción mun­dial dis­tin­tas cor­po­ra­cio­nes mediá­ti­cas, espe­cial­men­te la CNN, sobre el bro­te de Ébo­la en paí­ses de Áfri­ca, y lue­go su insis­ten­cia sobre la vacu­na que se encon­tró para curar esta enfer­me­dad, dejó al des­cu­bier­to muchas cosas.

Este lunes, 4 de agos­to de 2014, CNN lan­zó la “exclu­si­va” dicien­do que las auto­ri­da­des esta­dou­ni­den­ses ofre­cían un tra­ta­mien­to no pro­ba­do en huma­nos para curar el Ébo­la. Ade­más, infor­ma­ron que el medi­ca­men­to ya había sido admi­nis­tra­do al doc­tor esta­dou­ni­den­se Kent Brantly, afec­ta­do por esta enfer­me­dad en Áfri­ca, y que los efec­tos en el pacien­te habían sido “mila­gro­sos”. Lue­go se pudo cono­cer, por ellos mis­mos, que el medi­ca­men­to era desa­rro­lla­do por la com­pa­ñía bio­tec­no­ló­gi­ca con sede en San Die­go, EE.UU., lla­ma­da Mapp Biophar­ma­ceu­ti­ca, cuyo equi­po cien­tí­fi­co tra­ba­ja con el ejér­ci­to esta­dou­ni­den­se en el Fort Detrick, y que hace un año ino­cu­la­ron el virus del Ébo­la a un gru­po de monos.

¿Qué es el Fort Detrick? 

El Fort Detrick, ubi­ca­do en Mary­land (EE.UU.), es un cen­tro de inves­ti­ga­ción bio­ló­gi­ca y de desa­rro­llo de armas quí­mi­cas que des­de hace más de 50 años se dedi­ca a detec­tar enfer­me­da­des median­te una “mani­pu­la­da inge­nie­ría de la infección”.

Duran­te la Segun­da Gue­rra Mun­dial, el Fort Detrick empren­dió una inten­sa inves­ti­ga­ción sobre gue­rra bio­ló­gi­ca que estu­vo super­vi­sa­da por Geor­ge Merck, un gran alia­do de Hitler y pre­si­den­te de una de las mayo­res indus­trias far­ma­céu­ti­cas de EE.UU.

Y es que una de las tan­tas cosas que copió el gobierno esta­dou­ni­den­se del nazis­mo fue su pro­gra­ma de gue­rra bio­ló­gi­ca que se apli­có duran­te el Ter­cer Reich. A tra­vés de la Ope­ra­ción Paper­clip, los ser­vi­cios de inte­li­gen­cia y mili­ta­res de EE.UU., lle­va­ron de for­ma secre­ta a EE.UU. a unos 700 cien­tí­fi­cos nazis para extraer de ellos todos sus secre­tos en armas quí­mi­cas y expe­ri­men­ta­ción médica.

Fue así como en 1946 el Gobierno de Harry Tru­man reclu­tó prin­ci­pa­les cien­tí­fi­cos que tra­ba­ja­ron para Hitler. Una de las prin­ci­pa­les fichas nazis fue Eric Troub res­pon­sa­ble de la sec­ción de arma­men­to bio­ló­gi­co del Ter­cer Reich. Este exper­to en enfer­me­da­des víri­cas lle­gó a EE.UU. en 1949 y des­de enton­ces empe­zó a tra­ba­jar en la Mari­na de Esta­dos Uni­dos, des­de ese lugar empe­zó a inves­ti­gar las 40 cepas mas viru­len­tas del mun­do, ade­más de brin­dar ase­so­ría a miem­bros de la CIA y a los lla­ma­dos bio­gue­rre­ros del Fort Detrick.

Se denun­cia que des­de Fort Detrick se ino­cu­la­ron virus como el VIH, Ébo­la, Pes­te bubó­ni­ca, Antrax y Virus del Nilo Occidental.

En los años 70 el Fort Detrick cam­bió de nom­bre. Aho­ra se lla­ma ins­ta­la­cio­nes Fre­de­rick para Inves­ti­ga­ción sobre el Cán­cer, que es super­vi­sa­do por Depar­ta­men­to de Defen­sa, el Depar­ta­men­to de Segu­ri­dad Inter­na, CIA e Ins­ti­tu­to Nacio­nal del Cáncer.

En ciu­dad Mary­land mas de 500 fami­lias afec­ta­das con cán­cer sos­pe­chan que cau­sa de su enfer­me­dad se debe a los expe­ri­men­tos quí­mi­cos que hace el Cuar­tel Detrick cer­ca de sus viviendas.

En sep­tiem­bre de 2010, la pro­pia cade­na esta­dou­ni­den­se FOX, divul­gó un repor­ta­je en el que entre­vis­tan a pobla­do­res que viven cer­ca de las ins­ta­la­cio­nes del Fort Detrick, en Maryland.

Uno de los tes­ti­mo­nios es del agri­cul­tor Bill Krantz, quien lle­va toda una vida vivien­do cer­ca del Fort Detrick. Él mis­mo dice que des­de niño veía que “des­de el Cuar­tel rocia­ban quí­mi­cos en los cam­pos des­de heli­cóp­te­ros, avio­nes y glo­bos aeros­tá­ti­cos”. El mis­mo señor Krantz cuen­ta que habló con el Jefe de Segu­ri­dad del Fort Detrick y éste le ase­gu­ro que lo que caía enci­ma de sus tie­rras y de su fami­lia era ino­fen­si­vo. Pero con los años varios fami­lia­res de Krantz tie­nen cáncer.

Otro pobla­dor de la zona dice en ese repor­ta­je audio­vi­sual de FOX “me mudé a Fre­de­rick en 1992. Me casé con Debo­rah Cross en 1993 y estu­vi­mos casa­dos 19 años. Mi hija Kris­ten René Her­nán­dez murió de cán­cer en el cere­bro en 2008. Mi espo­sa murió en 2010 de cán­cer renal, la metás­ta­sis le lle­gó al cere­bro”. Dice que han hecho prue­bas con los hidro­quí­mi­cos alre­de­dor de la base mili­tar y que son los mis­mos dió­xi­dos que encon­tra­ron en la san­gre de su hija y espo­sa, con la mis­ma hue­lla mole­cu­lar de unos quí­mi­cos extraí­dos en los alre­de­do­res del lugar.

Lar­go expe­dien­te de bioterrorismo 

En el año 2011, el ex pre­si­den­te de Gua­te­ma­la, Álva­ro Colom, denun­ció que Esta­dos Uni­dos inocu­ló enfer­me­da­des vené­reas en 696 gua­te­mal­te­cos duran­te 1946 y 1948. Ante seme­jan­te escán­da­lo, lo úni­co que dijo Esta­dos Uni­dos fue ”dis­cúl­pe­nos”. Pero Gua­te­ma­la no fue el úni­co país víc­ti­ma de estas abe­rra­cio­nes cien­tí­fi­cas de EE.UU., es lar­ga la lis­ta de crí­me­nes de lesa huma­ni­dad que ha come­ti­do ese país en su gue­rra biológica.

En 1931, Cor­ne­lius Rhoads patro­ci­na­do por el Ins­ti­tu­to Roc­ke­fe­ler y quien for­mó par­te de la Comi­sión de Ener­gía Ató­mi­ca de EE.UU., infec­tó a cien­tos de ciu­da­da­nos puer­to­rri­que­ños con célu­las can­ce­rí­ge­nas mien­tras rea­li­za­ba expe­ri­men­tos médicos.

En 1951, Esta­dos Uni­dos uti­li­zó plu­mas de aves infec­ta­das con Ántrax para pro­vo­car pes­te en Corea del Nor­te y lue­go ino­cu­lar fie­bre ama­ri­lla en ese país.

En 1962, EE.UU. con­ta­mi­nó un bar­co de caña de azú­car que hizo esca­la en puer­to rico rum­bo a la Union Sovietica.

En 1966, el Pen­tá­gono hizo que­brar varias ampo­llas de Baci­llus sub­ti­lis en las rejas de ven­ti­la­ción del metro de Nue­va York expo­nien­do a más de 1 millón de per­so­nas a esta bacteria.

En 1970, el Fort Detrick desa­rro­lló téc­ni­cas de bio­lo­gía mole­cu­lar para pro­du­cir retro­vi­rus, hoy cono­ci­do como VIH.

En la déca­da de los 70, EE.UU. desa­rro­lló la Ope­ra­ción Man­gos­ta. La CIA inocu­ló en Cuba dis­tin­tos virus como Epi­fi­tia Roya de la caña para afec­tar dis­tin­tas zonas cañe­ras del país, fie­bre por­ci­na afri­ca­na, que obli­gó a sacri­fi­car a más de 700 cer­dos y el moho azul del taba­co que des­tru­yó mas del 85% de esas plantaciones.

En 1981, en Cuba, intro­du­je­ron el virus del Den­gue Hemo­rrá­gi­co que le cos­tó la vida a 158 cuba­nos, de ellos 61 niños.

En 1990 en Los Ánge­les apli­ca­ron de mane­ra expe­ri­men­tal la vacu­na del saram­pión en bebes negros e hispanos.

En 1995, el Gobierno de EE.UU. admi­tió que le ofre­ció a cri­mi­na­les de gue­rra y cien­tí­fi­cos japo­ne­ses cuan­tio­sas sumas de dine­ro e inmu­ni­dad a cam­bio de infor­ma­ción sobre las inves­ti­ga­cio­nes que rea­li­za­ban sobre la gue­rra biológica.

Una sema­na des­pués del ata­que a las Torres Geme­las, Esta­dos Uni­dos sufrió un extra­ño ata­que con Ántrax. En junio de 2008, Bru­ce Irvins, cien­tí­fi­co del Ejér­ci­to esta­dou­ni­den­se se sui­ci­dó antes de ser acu­sa­do por estos aten­ta­dos. Pero Irvins no es el úni­co cien­tí­fi­co que pier­de la vida en extra­ñas circunstancias.

Lea tam­bién: Los peo­res expe­ri­men­tos con huma­nos rea­li­za­dos por EE.UU.

En julio de 2003, el cien­tí­fi­co bri­tá­ni­co David Kelly fue halla­do muer­to, den­tro de su casa, lue­go de dar­le un entre­vis­ta secre­ta a la BBC de Lon­dres, en la que con­fie­sa que era total­men­te fal­so que Irak tuvie­ra armas de des­truc­ción masi­va y que sim­ple­men­te era una excu­sa para inva­dir y saquear a ese país. Este hecho gene­ró innu­me­ra­bles inte­rro­gan­tes, pero tam­bién dejó al des­cu­bier­to el per­ver­so mun­do de las gue­rras bio­ló­gi­cas de Esta­dos Uni­dos y Gran Bretaña.

Aun­que las Con­ven­cio­nes sobre Armas Quí­mi­cas y Bio­ló­gi­cas ile­ga­li­zan la pro­duc­ción, el alma­ce­na­mien­to y uso de armas bio­ló­gi­cas, Esta­dos Uni­dos man­tie­ne los mayo­res arse­na­les de estas armas de des­truc­ción masi­va y ha sido el pri­mer país en apli­car­lo. Nun­ca podre­mos olvi­dar lo que hicie­ron con­tra el pue­blo viet­na­mi­ta y cam­bo­yano con el tris­te­men­te recor­da­do “Agen­te Naran­ja”, fabri­ca­dos entre el gobierno de Esta­dos Uni­dos y la far­ma­céu­ti­ca Bayer.

Des­de el año 2001, Esta­dos Uni­dos ha gas­ta­do unos 50.000 millo­nes de dóla­res en armas bio­ló­gi­cas. Antes de par­tir, el ex pre­si­den­te Geor­ge Bush asig­nó para el año fis­cal 2009, casi 9.000 millo­nes de dóla­res más para gas­tos en bio­ar­mas, es decir, 39% más de lo que se asig­nó para el año 2008.

Pero tam­bién se ha denun­cia­do que estas bio­ar­mas han lle­ga­do a manos irres­pon­sa­bles. Así suce­dió con el caso de Cuba, cuan­do agen­tes de la Cen­tral de Inte­li­gen­cia de Esta­dos Uni­dos le entre­ga­ron a miem­bros del gru­po terro­ris­ta “Ome­ga 7” armas bac­te­reo­ló­gi­cas para intro­du­cir­las en Cuba y aca­bar con la Revo­lu­ción. El líder de la Revo­lu­ción Cuba­na, Fidel Cas­tro, lo denun­ció en su momen­to en la ONU, pero pasa­ron muchos años para que el mun­do pudie­ra con­fir­mar la vera­ci­dad de esas denuncias.

Pero pro­pios ex fun­cio­na­rios esta­dou­ni­den­ses fue­ron más allá. El ex pre­si­den­te del Ban­co Mun­dial, ex secre­ta­rio de Esta­do de Esta­dos Uni­dos, quien orde­nó el bom­bar­deo masi­vo con­tra Viet­nam, y quien fue miem­bro del Pro­gra­ma Amplia­do de Inmu­ni­za­ción, Robert Mcna­ma­ra, dijo en una opor­tu­ni­dad a un dia­rio fran­cés: “Hay que tomar medi­das dra­co­nia­nas de reduc­ción demo­grá­fi­ca en con­tra de la volun­tad de las pobla­cio­nes. La reduc­ción de la tasa de nata­li­dad ha demos­tra­do ser impo­si­ble o insu­fi­cien­te. Por con­si­guien­te, debe­mos aumen­tar la tasa de mor­ta­li­dad. ¿cómo? Por medios natu­ra­les. El ham­bre y la enfermedad”

Aumen­tan las víc­ti­mas, suben las accio­nes en la bolsa 

Mien­tras aumen­tan las víc­ti­mas de Ébo­la, se agu­di­za la para­noia des­de las cor­po­ra­cio­nes mediá­ti­cas (que tam­bién ha per­mi­ti­do dis­traer la aten­ción inter­na­cio­nal sobre ver­da­de­ras masa­cres como la que eje­cu­ta el gobierno de Israel con­tra Pales­ti­na), suben las accio­nes de las far­ma­céu­ti­cas en la bolsa.

Una noti­cia de CNN en Espa­ñol, titu­la­da “El Ébo­la impul­sa a far­ma­céu­ti­ca en la Bol­sa”, así lo con­fir­ma. En este infor­me perio­dís­ti­co se dice textualmente:

“Las accio­nes de una com­pa­ñía con base en Van­cou­ver que tra­ba­ja en una medi­ci­na para fre­nar la enfer­me­dad subie­ron 40% en la últi­ma sema­na. (…) Tek­mi­ra Phar­ma­ceu­ti­cals tuvo un aumen­to más alto de lo usual por­que los inver­sio­nis­tas espe­ran que las agen­cias de salud de Esta­dos Uni­dos aprue­ben un medi­ca­men­to cono­ci­do como TKM-Ebola”

Y por si fue­ra poco, el pro­pio cien­tí­fi­co esta­dou­ni­den­se que supues­ta­men­te inven­tó la vacu­na con­tra el Ébo­la en el Fort Detrick, el señor Larry Zeitlin ase­gu­ra que “el prin­ci­pal obs­tácu­lo, al menos para noso­tros, es el apo­yo eco­nó­mi­co. Reci­bi­mos finan­cia­ción del Gobierno de EE.UU., pero lle­ga a bor­bo­to­nes (poco a poco), lo que hace muy difí­cil desa­rro­llar rápi­da­men­te un fármaco”.

Esta his­to­ria hace recor­dar lo que suce­dió años atrás con las cono­ci­das gri­pe aviar y gri­pe por­ci­na, que tras expan­dir­se por dis­tin­tos paí­ses del mun­do, apa­re­ció la far­ma­céu­ti­ca esta­dou­ni­den­se Gilead Scien­ce pro­mo­cio­nan­do un tra­ta­mien­to lla­ma­do Tami­flu. Y mien­tras miles y miles de per­so­nas se deses­pe­ra­ban bus­can­do el Tami­flu, Donald Rums­feld son­reía. ¿Por qué son­reía?. El docu­men­tal “Ope­ra­ción Pan­de­mia” de Julián Alte­ri­ni nos lo responde.

Alter­ni­ni pre­ci­sa en su docu­men­tal que, Donald Rums­feld fue el Pre­si­den­te de la Gilead Scien­ce has­ta el año 2001, cuan­do el ex pre­si­den­te Geor­ge Bush lo nom­bró Secre­ta­rio de Defen­sa, pues­to des­de el cual Rums­feld apro­bó en el año 2005 un pre­su­pues­to del cual 1200 millo­nes de dóla­res fue­ron des­ti­na­dos a su ex com­pa­ñía para ela­bo­rar 20 millo­nes de dosis de Tami­flu, uno de los dos medi­ca­men­tos que auto­ri­zó la Orga­ni­za­ción Mun­dial de la Salud para tra­tar tan­to la gri­pe aviar como la porcina.

Todo pare­ce indi­car que la his­to­ria se repi­te, y que la alar­ma que gene­ra la CNN sobre el Ébo­la, es impul­sa­da por gran­des empre­sas far­ma­céu­ti­cas que dicen tener la cura y sólo con ese anun­cio ya han logra­do incre­men­tar sus accio­nes en la bolsa.

La reali­dad es que estas gran­des far­ma­céu­ti­cas jun­to con el Fort Detrick son res­pon­sa­bles, como la his­to­ria lo demues­tra, de ino­cu­lar y pro­pa­gar diver­sos tipos de enfer­me­da­des por el mun­do para así maxi­mi­zar sus ganan­cias a cos­ti­lla de la vida de los demás, casi siem­pre los afri­ca­nos, a quie­nes aún uti­li­zan para sus expe­ri­men­tos. La his­to­ria ya ha demos­tra­do que detrás de cada bro­te de este tipo de enfer­me­da­des está el car­tel de las far­ma­céu­ti­cas, una de las indus­trias más pode­ro­sas, influ­yen­tes y per­ver­sas del mundo

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