El Euro­peís­mo es Fas­cis­mo- Juan Manuel Olarieta

bandera-blogEn un mitin con­vo­ca­do en Nürem­berg en 1936 Hitler afir­mó que “ir con­tra la uni­dad espi­ri­tual y racial de Euro­pa, es un aten­ta­do con­tra la razón” y ya se sabe que la polí­ti­ca nazi es la pues­ta en mar­cha de la razón pura. ¿Hay algo más racio­nal y más nazi que Euro­pa? Por enci­ma de todo los nazis siem­pre defen­die­ron la uni­dad euro­pea. Por ejem­plo, en 1940 el minis­tro de Pro­pa­gan­da, Joseph Goeb­bels, pro­pug­na­ba la crea­ción de una “uni­dad eco­nó­mi­ca euro­pea a gran esca­la”, con­ven­ci­do de que “den­tro de cin­cuen­ta años” los euro­peos ya no pen­sa­ría­mos “en tér­mi­nos de paí­ses” sino continentales.

Ini­cial­men­te los pro­yec­tos nazis para la Unión Euro­pea no sobre­pa­sa­ron el papel, pero tras el des­em­bar­co de Nor­man­día, el 10 de agos­to de 1944 un gru­po de diri­gen­tes de las SS se reu­nie­ron en Estras­bur­go, una ciu­dad en la fron­te­ra entre Fran­cia y Ale­ma­nia hoy cono­ci­da por­que apes­ta a euro­peís­mo con su tri­bu­nal y su gigan­tes­ca buro­cra­cia. Los nazis tam­bién se reu­nían en Estras­bur­go por­que siem­pre han sido los más euro­peís­tas de todos, y lo que pre­pa­ra­ban enton­ces era pre­ci­sa­men­te el euro­peís­mo de hoy.

Se reu­nie­ron en el Hotel Casa Roja y aun­que las con­ver­sa­cio­nes eran secre­tas, el con­te­ni­do de las mis­mas se cono­ce (1) gra­cias a un espía fran­cés que par­ti­ci­pó en ellas e infor­mó lue­go a los alia­dos. Aho­ra cons­ta en los archi­vos con el nom­bre cifra­do “EW PA-128″, o bien por el Infor­me Casa Roja, y se com­po­ne de tres pági­nas mecanografiadas.

En pre­vi­sión de la inmi­nen­te derro­ta, las SS dise­ña­ban el papel de Ale­ma­nia en la futu­ra Unión Euro­pea. Para ello debían estre­char los lazos con la “éli­te indus­trial” del III Reich a fin de recons­truir la eco­no­mía ale­ma­na en la pos­gue­rra, pre­pa­rar el retorno de los nazis al poder así como la crea­ción de “un impe­rio ale­mán fuer­te”. Entre esos indus­tria­les esta­ban Krupp, Volks­wa­gen y Mes­sersch­mitt. En la reu­nión tam­bién par­ti­ci­pa­ron altos fun­cio­na­rios de la Mari­na y del Minis­te­rio de Armamento.

El gene­ral Eisenho­wer cono­ció el infor­me, que se envió por vali­ja diplo­má­ti­ca des­de la Emba­ja­da esta­dou­ni­den­se en Lon­dres a Cor­dell Hull, Secre­ta­rio de Esta­do de Roos­velt, quien lo cla­si­fi­có enton­ces como uno de tan­tos pro­yec­tos des­ca­be­lla­dos de los nazis. Según el infor­me, los nazis pla­nea­ban recons­truir el III Reich bajo los aus­pi­cios de la inte­gra­ción eco­nó­mi­ca euro­pea. Pero mien­tras antes de la gue­rra Ale­ma­nia se había tra­ta­do de impo­ner por la fuer­za bru­ta, des­pués de ella se debía impo­ner median­te el mer­ca­do, por el pro­pio impul­so eco­nó­mi­co del impe­ria­lis­mo alemán.

El plan de las SS con­sis­tía en colo­car sus mono­po­lios (BMW, Sie­mens, I.G. Far­ben) en el extran­je­ro con dife­ren­tes mar­cas comer­cia­les. Para ello duran­te años habían ido tejien­do una red de empre­sas fan­tas­ma a lo lar­go del mun­do, espe­cial­men­te en Esta­dos Uni­dos. Tras la gue­rra los fon­dos retor­na­rían a Ale­ma­nia a tra­vés de Sui­za para ayu­dar a reflo­tar el par­ti­do nazi. Uno de los artí­fi­ces del plan era Her­mann Abs, miem­bro de la direc­ción de Deu­ts­che Bank entre 1938 y 1945 que, des­pués de la II Gue­rra Mun­dial se con­vir­tió en su presidente.

Abs for­mó par­te de la jun­ta super­vi­so­ra de I.G. Far­ben, el mono­po­lio quí­mi­co que fabri­có el gas Zyklon B que se usó en los cam­pos de con­cen­tra­ción y que era socio del mono­po­lio petro­le­ro esta­dou­ni­de­se Stan­dard Oil (2). Por encar­go de las SS y con el apo­yo del mono­po­lio quí­mi­co esta­dou­ni­den­se, Dow Che­mi­cal, I.G. Far­ben había inten­ta­do hun­dir la pro­duc­ción esta­dou­ni­den­se de man­ga­ne­so, una mate­ria pri­ma estra­té­gi­ca para el blin­da­je de los carros de combate.

En 1945 en Nürem­berg fue­ron con­de­na­dos 24 diri­gen­tes de I.G.Farben por come­ter crí­me­nes con­tra la huma­ni­dad y el tri­bu­nal orde­nó des­man­te­lar el con­sor­cio, que se divi­dió en las tres cono­ci­das mul­ti­na­cio­na­les Hoechst, Bayer y BASF, un mero cam­bio de mar­ca comer­cial. En 1955 Hoechst desig­nó a Frie­drich Jaeh­ne, un cri­mi­nal de gue­rra con­vic­to en Nürem­berg, como pre­si­den­te de su Jun­ta Direc­ti­va. Un año des­pués Bayer nom­bró a Fritz ter Meer, otro cri­mi­nal de gue­rra con­vic­to, para el mis­mo car­go (3). La I.G.Farben rena­cía de sus ceni­zas y con ella los nazis.

En la pos­gue­rra Abs tam­bién tuvo un papel fun­da­men­tal en la recons­truc­ción del mono­po­lis­mo ale­mán y la Unión Euro­pea. Fue el res­pon­sa­ble de dis­tri­buir los fon­dos de Esta­dos Uni­dos del Plan Marshall que fue­ron a parar a los nazis y mono­po­lis­tas ale­ma­nes. Al mis­mo tiem­po fue miem­bro de la Liga Euro­pea de Coope­ra­ción Eco­nó­mi­ca, un gru­po de pre­sión crea­do en 1946 para ace­le­rar las polí­ti­cas de inte­gra­ción europea.

Otro de los ins­tru­men­tos a tra­vés de los cua­les los nazis eje­cu­ta­ron sus pla­nes fue el Gru­po Bil­der­berg, que en 1955 impul­só los prin­ci­pios fun­da­men­ta­les del mer­ca­do y la mone­da común euro­peos. Has­ta 2004 el Gru­po Bil­der­berg estu­vo pre­si­di­do por el Prín­ci­pe Ber­nar­do de Holan­da, un anti­guo ofi­cial nazi.

Según el his­to­ria­dor Michael Pin­to-Dus­chinsky, ase­sor de los anti­guos tra­ba­ja­do­res escla­vos de los cam­pos de con­cen­tra­ción, “para muchas figu­ras impor­tan­tes indus­tria­les cer­ca­nas al régi­men nazi, Euro­pa se con­vir­tió en un pre­tex­to para per­se­guir los intere­ses nacio­na­les ale­ma­nes des­pués de la derro­ta de Hitler […] La con­ti­nui­dad de la eco­no­mía de Ale­ma­nia y de las eco­no­mías de la Euro­pa de pos­gue­rra fue sor­pren­den­te. Algu­nas de las figu­ras prin­ci­pa­les de la eco­no­mía nazi se con­vir­tie­ron en diri­gen­tes de los cons­truc­to­res de la Unión Europea”.

No entien­do por qué extra­ña tan­to el pro­gre­si­vo ascen­so de los nazis en Euro­pa. Su ambien­te natu­ral es la Unión Euro­pea. Lo raro son todos esos gru­pos que se lla­man “de izquier­da”, que se pre­sen­tan a las elec­cio­nes euro­peas ocul­tan­do el ori­gen y natu­ra­le­za nazi de las ins­ti­tu­cio­nes euro­peas. ¿No se encuen­tran un poco fue­ra de su ambien­te natu­ral? ¿O es que su ambien­te es el mis­mo que el de los nazis?

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