30 de abril, jor­na­da de lucha por el empleo digno (Mar­chas de la dig­ni­dad 22M)

Las Mar­chas de la Dig­ni­dad hemos acor­da­do que la pri­me­ra acción de con­ti­nui­dad del 22M sea una jor­na­da de lucha con­tra el paro masi­vo. Hay más de seis millo­nes de razo­nes para esta movi­li­za­ción. Somos más de seis millo­nes de per­so­nas en todo el Esta­do espa­ñol las que esta­mos sufrien­do el dra­ma del des­em­pleo. La mitad no reci­bi­mos nin­gu­na pres­ta­ción y un millón y medio reci­bi­mos la ridí­cu­la ayu­da de 426 €. En Anda­lu­cía, tene­mos un 36% de des­em­pleo que se ele­va al 65% en el caso de la juventud.

El paro masi­vo es la demos­tra­ción pal­pa­ble de la inefi­ca­cia de un sis­te­ma, el capi­ta­lis­mo, que sólo favo­re­ce a los intere­ses de los pode­ro­sos y de unas polí­ti­cas fra­ca­sa­das, las de la Troi­ka, que sólo miran por los ban­cos y las gran­des empre­sas y cas­ti­gan a las personas.

La últi­ma refor­ma labo­ral, pre­sen­ta­da a bom­bo y pla­ti­llo como la solu­ción, ha resul­ta­do un desas­tre para la crea­ción de empleo. Cada minu­to se des­tru­ye un empleo, y el que se gene­ra es pre­ca­rio, es la expre­sión grá­fi­ca del fra­ca­so abso­lu­to de las polí­ti­cas neoliberales.

No nos enga­ñe­mos. La refor­ma labo­ral va aso­cia­da a un con­jun­to de ata­ques con­tra las con­quis­tas y dere­chos de la mayo­ría social. El recor­te de las pen­sio­nes, la refor­ma de la admi­nis­tra­ción local, la refor­ma edu­ca­ti­va, el des­man­te­la­mien­to de las ayu­das a las per­so­nas depen­dien­tes, el pago de la deu­da, el aumen­to de la edad de jubi­la­ción, la des­truc­ción de los ser­vi­cios públi­cos de sani­dad, jus­ti­cia o edu­ca­ción, la pér­di­da de poder adqui­si­ti­vo, la escla­vi­tud hipo­te­ca­ria, la pre­ca­rie­dad labo­ral, los desahu­cios, la invo­lu­ción en las polí­ti­cas de igual­dad… for­man par­te de una bru­tal ofen­si­va con­tra los de aba­jo, con­tra la cla­se tra­ba­ja­do­ra, con­tra la ciu­da­da­nía, con­tra el pueblo.

Una ofen­si­va que bus­ca robar­nos dere­chos para engro­sar sus bene­fi­cios y sus cuen­tas en los paraí­sos fis­ca­les. Prue­ba de ello es que des­de que esta­lló la cri­sis ha cre­ci­do el núme­ro de per­so­nas millo­na­rias mien­tras el núme­ro de per­so­nas con pobre­za seve­ra se ha doblado.

Ante este escán­da­lo la res­pues­ta del poder esta­ble­ci­do siem­pre es la mis­ma: la repre­sión, que bus­ca cri­mi­na­li­zar la pro­tes­ta social ante los des­ma­nes de los gobier­nos. Una repre­sión que vivi­mos espe­cial­men­te en la jor­na­da del 22M y días pos­te­rio­res. Una cri­mi­na­li­za­ción eje­cu­ta­da des­de todos los ámbi­tos, inclui­dos los medios de comu­ni­ca­ción ofi­cia­les, y des­ple­ga­da como cor­dón sani­ta­rio para tra­tar de impe­dir que la pobla­ción se una masi­va­men­te a la lucha.

Hoy que­re­mos recor­dar a dos com­pa­ñe­ros que están sufrien­do injus­ta­men­te la repre­sión y la cár­cel. Miguel, de 20 años, e Ismael, de 18. Dos jóve­nes ino­cen­tes que están sufrien­do en sus car­nes la repre­sión bru­tal de este gobierno que pre­ten­de con su Ley Mor­da­za y sus cons­pi­ra­cio­nes para-poli­cia­les con­ver­tir la movi­li­za­ción ciu­da­da­na en un con­flic­to de orden público.

Nues­tra res­pues­ta tie­ne que ser la de la movi­li­za­ción, la orga­ni­za­ción y la uni­dad. Y avan­zar, tal y como lo esta­mos hacien­do, para dar más y mejo­res res­pues­tas a cada uno de sus ata­ques. El pri­mer paso, debe ser dar­nos cuen­ta de que la solu­ción la debe­mos encon­trar colec­ti­va­men­te y que no será callan­do como empe­za­re­mos a hacer­la reali­dad. Hay que tomar las rien­das. No es hora de espe­rar que nos solu­cio­nen nues­tra vida. Es hora de orga­ni­zar­se e ini­ciar la cons­truc­ción de una socie­dad más demo­crá­ti­ca e igua­li­ta­ria, con un mode­lo pro­duc­ti­vo y eco­nó­mi­co sos­te­ni­ble, al ser­vi­cio de las personas.

Esta es una movi­li­za­ción por el empleo digno, con­tra el pago de la deu­da, por la ren­ta bási­ca, por los dere­chos socia­les, por la liber­ta­des demo­crá­ti­cas, con­tra los recor­tes, la repre­sión y la corrup­ción, por una socie­dad de muje­res y hom­bres libres; es un acto con­tra el capi­ta­lis­mo, y su expre­sión en el Esta­do espa­ñol, el régi­men bor­bó­ni­co, y unos gobier­nos que nos agre­den y no nos representan.

La dig­ni­dad sigue en la calle exi­gien­do PAN, TRABAJO Y TECHO. 

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