El próximo sábado se cumplirá un uevo aniversario de aquel otro 26 de Abril de hace 77 años en el que Gernika fue asediada por la Legión Cóndor Alemana y la Aviación Legionaria Italiana. Un mes antes, el 31 de Marzo, Durango también fue víctima de un bombardeo indiscriminado que dejaría casi 300 muertos. Estos hechos se enmarcaban en una ofensiva orquestada por el Fascismo en su avance por Europa, y que en el Estado Español se expresaban con un golpe de Estado contra la II República, el 18 de Julio de 1936. Estos hechos que hoy recordamos, nos muestran la dimensión más bélica del imperialismo, el Fascismo, que emerge como último recurso de una sociedad reaccionaria que se niega a morir mientras otra nueva que está naciendo pone en cuestión al capitalismo como estructura política, económica y social.
El fenómeno ideológico que motivo la guerra del 36, sigue movilizando las estructuras políticas imperialistas, sigue amenazando la soberanía de los pueblos y los intereses del pueblo trabajador, continúa atenazando las voluntades políticas alternativas y los gobiernos revolucionarios, y no cesa en enterrar la memoria de los luchadores y las luchadoras, que en nombre de su clase, su pueblo y la libertad, se enfrentaron valientemente a este proyecto criminal.
Vivimos y luchamos, como hicieron gudaris, maquis, milicianos o partisanos, en una guerra de clases, donde los enemigos cambian de rostro, pero sus ideas y la estructura que las mantiene siguen golpeando a los pueblos: en Venezuela, en Ucrania, en Siria, en Cuba, en Colombia, en Palestina, en los territorios Mapuches o en Euskal Herria… Los objetivos siguen siendo los mismos: destruir cualquier gobierno que no responda directamente a sus intereses. Da igual que Ucrania se configurase como una democracia burguesa tradicional, o que la legitimidad popular de Venezuela sea incuestionable: son obstáculos en la lucha por la hegemonía energética, económica y política, que deben ser desestabilizados con una cobertura mediática, que confunde ‘’barbarie imperialista’’ con ‘’defensa de los derechos humanos’’.
No somos contemporáneos ni contemporáneas de aquellos y aquellas que murieron en el bombardeo, ni compañeros o compañeras de batallón de aquellos y aquellas que resistieron y se enfrentaron al avance fascista, pero compartimos su lucha internacionalista y antiimperialista. Por eso el 26 de Abril no sólo recordamos la tragedia y el terror, sino que celebramos la resistencia antifascista y la solidaridad internacionalista, hoy tan necesarias como ayer.
Honegatik guztiagatik, memoria daukagulako Inperialismoaren aurka, atzo bezala, gaur eta beti!
Eraso Inperialistarik ez Gernikan ez Inon!
AHAZTUAK 1936 – 1977 /ASKAPENA
