Los políticos en general me producen desconfianza. Salvo los que simplemente hablan claro que me producen menos. Y hablar claro al menos es no mentir descaradamente. Siempre es preferible un fascista cabrón, que un fascista cabrón mentiroso.
Basta con tener dos dedos de frente para saber que el estado español y su legalidad no aceptan el derecho a decidir si se entiende por ello el derecho de autodeterminación. Es decir, que una nación decida su destino. Lo saben en Catalunya, lo sabemos en Euskal Herria, lo sabe todo el mundo. Los vascos hoy por hoy no tienen derecho a decidir si quieren ser independientes porque están bajo una legalidad extranjera que así lo niega expresamente. Y a Egibar no le falta frente precisamente.
La ponencia de autogobierno en el parlamento vascongadillo español parte de la «conformidad a los procedimientos legales» es decir que parte desde la negación del derecho a decidir. Por eso la ponencia se inicia con la ayuda del PSOE que también niega el derecho a decidir. En resumidas cuentas, si se ajusta a la legalidad no hay autodeterminación posible, no hay derecho a decidir. Ante esta verdad cristalina el PNV solo puede ofrecer una cosa: La mentira.
Es una mentira de alto grado y una auténtica estupidez que Egibar afirme que la izquierda abertzale “se ha incorporado ahora al derecho a decidir después de años defendiendo la independencia y el socialismo”. Porque otra vez basta con tener dos dedos de frente para saber que la independencia y el socialismo es un proyecto político que se tiene que vehiculizar a través del derecho a decidir. Que no son incompatibles sino que la autodeterminación es la herramienta necesaria para que se pueda alcanzar la independencia y el socialismo. Y a Egibar no le falta frente precisamente.
Ni cara tampoco para hablar del plan ibarretxe. Que no fue bloqueado por la izquierda abertzale pese a que fue diseñado para que no lo aceptara. Tanto el plan como el mismo Ibarretxe necesitaron de los votos de la izquierda abertzale. Se lo pasó por el arco del triunfo el estado español con su legalidad. Triangulación típica del PNV para que no se mueva nada.
Ha pasado una década desde que ese plan fraude fuera presentado en el parlamento vascongadillo español y dos décadas desde que ese mismo parlamento aprobara la autodeterminación. Papel mojado. Solo el estado español se ha sentado con ETA para hablar de autodeterminación, con nadie mas.
Desde las instituciones solo hay una opción. Saltarse la legalidad anti-democrática española y convocar un referendúm de autodeterminación que haga efectivo el derecho a decidir con una pregunta clara; ¿Quiere ser ciudadano o ciudadana de una Euskal Herria independiente?. Si o no.
Esto se puede hacer esta misma semana y contaría con el apoyo total de la izquierda abertzale y de la mayoría de la sociedad vasca. Si no se hace es porque la dirección del PNV es contraria al “derecho a decidir”.
Todo lo demás es cháchara, mentiras, marear la perdiz, contemporizar, electoralismo y engaño.
Si desde las instituciones no se hace efectivo el derecho a decidir sobre nuestra independencia, la sociedad tendrá que hacerlo. Tiene que hacerlo. Sea a través de Udalbiltza o sea desde cualquier órgano de contra-poder. La iniciativa presentada en Etxarri Aranaz de cara a una consulta puede suponer un punto de inflexión en ese camino. O ese camino o seguir siendo dependientes de las mentiras de los Egibar de turno.