[Fotos y Video] Jor­na­da de inten­sas emo­cio­nes en Elorrio


La his­to­ria de Arkaitz Bellon, su jóven vida sega­da por la dis­per­sión, por la cri­mi­nal polí­ti­ca peni­ten­cia­ria, ha hecho correr rios de lagri­mas y momen­tos de viva emo­ción en Elo­rrio y en el res­to de Eus­kal Herria.

Entrar en pri­sión a los 23 años, con­de­na­do a 13 años por que­mar un caje­ro auto­ma­ti­co y un auto­bús, cum­plir la con­de­na siem­pre a cien­tos de kilo­me­tros de su pue­blo, reci­bir varias pali­zas por par­te de los car­ce­le­ros y final­men­te falle­cer a esca­sos 3 meses de su sali­da de la cár­cel, es un ejem­plo cla­ro de lo que supo­ne la tan­tas veces denun­cia polí­ti­ca peni­ten­cia­ria espa­ño­la, basa­da en la cruel­dad, la ven­gan­za y la pre­po­ten­cia de un esta­do que no ceja en opri­mir al pue­blo tra­ba­ja­dor vasco.

Arkaitz ha regre­sa­do a Elo­rrio y ha sido reci­bi­do por la prác­ti­ca tota­li­dad del mis­mo, un pue­blo que ya sufrió en 1997 la per­di­da de otro vecino en otra cár­cel espa­ño­la. Entre momen­tos de gran emo­ción, llo­ros y un silen­cio sepul­cral, el cuer­po de Arkaitz ha regre­sa­do a la tie­rra que le vió nacer. Cien­tos de per­so­nas han pasa­do por el tea­tro Arrio­la don­de ha que­da­do ins­ta­la­da su capi­lla ardien­te, para mos­trar­le el últi­mo adios al jóven mili­tan­te vasco.

Ya en la inti­mi­dad de la fami­lia y su ami­gos más cer­ca­nos se le ha des­pe­di­do en una cere­mo­cia de carac­ter pri­va­do y civil.

Ya por la tar­de, miles de per­so­nas han toma­do par­te en una mani­fes­ta­ción que ha reco­rri­do el cen­tro de Elo­rrio, recla­man­do el final de la dis­per­sión y de la actual polí­ti­ca peni­ten­cia­ria fran­co-espa­ño­la. Bajo una inten­sa llu­via y sin fal­tar el recuer­do a Arkaitz y las emo­cio­nes que se lel­van vivien­do des­de hace 3 días, l@s mani­fes­tan­tes han recor­da­do a las y los pre­sos vas­cos, exi­gi­do la amnis­tia y recor­da­do el sufri­mien­to que aca­rrea la dis­per­sión. Mien­tras todo esto ocu­rria en Elo­rrio, ami­gos de Harriet Ira­gi y Raúl Alon­so han sufri­do un acci­den­te de carre­te­ra cuan­do se diri­gian a visi­tar­les a Castellón.

Arkaitz ya for­ma par­te de la his­to­ría de Eus­kal Herria. Se le recor­da­rá siem­pre. De los que dise­ña­ron la dis­per­sión y los que la apro­ba­ron, este pue­blo sera capaz de olvi­dar­se. De olvi­dar­se, pero no de perdonar.

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