El pasado jueves 6 de febrero un grupo de inmigrantes subsaharianos intentaron saltar la valla que separa Ceuta de Marruecos por el Paso de Buitz, saldándose el intento con la muerte de al menos 10 inmigrantes, ya que la cifra puede ascender a 15 al haberse encontrado 5 cadáveres además de los 10 “oficiales”. Ante la gravedad de lo sucedido, desde ANDALUCÍA COMUNISTA queremos manifestar lo siguiente:
Nuestra más enérgica condena por la actuación de la Guardia Civil española y la policía marroquí. Dicha actuación de ambas fuerzas de seguridad ha sido lo que ha provocado esta auténtica masacre. El uso de material antidisturbio ha sido más que abusivo y desproporcionado: ha sido cruel, brutal e inhumano. Hay testimonios de inmigrantes que aseguran que una embarcación de la Guardia Civil les disparaba mientras estaban en el agua y que incluso los propios guardias civiles les pinchaban los flotadores.
La reacción de las autoridades españolas ha sido vergonzosa y casi delirante, rebosando fascismo, como las declaraciones de Arsenio Fernández de Mesa, Director General de la Guardia Civil, increpando a las ONGs por no interesarse por los tres guardias civiles heridos. Tanto las autoridades españolas como las marroquíes intentan excusarse en la supuesta violencia del grupo inmigrantes, pero en el propio video difundido por la Guardia Civil no se aprecia esa violencia de la que tanto se habla. Sin embargo, a pesar de que la propia Guardia Civil española ha reconocido el uso de material antidisturbio, extraña y sospechosamente, en el video no hay imágenes de su uso.
Lo sucedido en Ceuta no es más que un nuevo episodio de la violencia que el Estado español ejerce en sus fronteras exteriores, violencia de la que Andalucía ha sido muchas veces testigo, ya que tanto el Estado español como la Unión Europea asignan a nuestro país la función de “gendarme” frente a la llamada inmigración ilegal. Todavía tenemos en nuestra memoria la instalación de las llamadas concertinas en la frontera de Melilla, instaladas por el Gobierno del PSOE de Zapatero, un método de “control” que ralla el sadismo.
Desde nuestra punto de vista, y teniendo en cuenta nuestro proyecto político de una Andalucía libre, soberana y socialista, consideramos que todos los seres humanos han de disfrutar de los mismos derechos estén donde estén y vivan donde vivan. Luchamos por una Andalucía de hombres y mujeres libres, independientemente de su origen o procedencia. Como comunistas, consideramos que la mejor política de inmigración que desde un punto de vista progresista se tiene que llevar a cabo es el respeto escrupuloso a los derechos humanos y la solidaridad de clase. Andalucía no debe ser la frontera del racismo español y europeo, por eso la lucha por nuestra soberanía nacional ha de implicar necesariamente el librarnos de ese nefasto papel que se nos impone desde el Estado español y la Unión Europea.
Desde ANDALUCÍA COMUNISTA condenamos al Estado español y a la Unión Europea por su hipocresía. Como siempre, se deshacen en su retórica a favor de los derechos humanos y la democracia en abstracto, pero la verdad es que los hechos acaban desmintiendo a las palabras. Especialmente condenable nos parece esa lucha contra la llamada inmigración ilegal, cuando la realidad es que la primera interesada en que haya personas ilegales es la burguesía porque así puede disponer de mano de obra barata y sumisa a la que explotar, chantajear y a la que culpar de todos los males. Por eso lo decimos bien claro: ¡ninguna persona es ilegal!