La gue­rra secre­ta en Libia

Las encar­ni­za­das bata­llas que actual­men­te se pro­lon­gan en el sur de Libia no son sim­ples cho­ques tri­ba­les. En cam­bio, repre­sen­tan una posi­ble ger­mi­nan­te alian­za entre gru­pos étni­cos libios negros y fuer­zas pro Gada­fi que se pro­po­nen libe­rar el país de un gobierno neo­co­lo­nial ins­ta­la­do por la OTAN.

El sába­do 18 de enero, un gru­po de com­ba­tien­tes fuer­te­men­te arma­dos ata­có una base de la fuer­za aérea en las afue­ras de la ciu­dad de Sabha en el sur de Libia, expul­san­do fuer­zas lea­les al “gobierno” del pri­mer minis­tro Ali Zei­dan, y ocu­pan­do la base. Al mis­mo tiem­po, infor­mes del inte­rior del país comen­za­ron a lle­gar de que la ban­de­ra ver­de de la Gran Yamahi­ri­ya Ára­be Libia Popu­lar Socia­lis­ta ondea­ba sobre una serie de loca­li­da­des en todo el país. A pesar de la esca­sez de infor­ma­ción veri­fi­ca­ble –el gobierno en Trí­po­li solo ha sumi­nis­tra­do deta­lles y corro­bo­ra­ción vagos– una cosa es segu­ra: la gue­rra por Libia continúa.

En el terreno 

El pri­mer minis­tro de Libia Ali Zei­dan con­vo­có una sesión de emer­gen­cia del Con­gre­so Gene­ral Nacio­nal para decla­rar un esta­do de aler­ta en el país al cono­cer­se la noti­cia del ata­que de la base aérea. El Pri­mer Minis­tro anun­ció que había orde­na­do a las tro­pas en el sur que aplas­ta­ran la rebe­lión, y dijo a los perio­dis­tas que: “Este enfren­ta­mien­to con­ti­núa, pero será solu­cio­na­do en unas pocas horas”. Un por­ta­voz del Minis­te­rio de Defen­sa afir­mó pos­te­rior­men­te que el gobierno cen­tral había recu­pe­ra­do el con­trol de la base aérea, y decla­ró que “Una fuer­za fue pre­pa­ra­da, lue­go movi­li­za­ron avio­nes, des­pe­ga­ron y se ocu­pa­ron de los obje­ti­vos… La situa­ción en el sur ofre­ció una opor­tu­ni­dad a algu­nos cri­mi­na­les… lea­les al régi­men de Gada­fi para apro­ve­char­la y ata­car la base Tamahind de la fuer­za aérea. Pro­te­ge­re­mos la revo­lu­ción y al pue­blo libio.”

Apar­te del ata­que con­tra la base aérea, ha habi­do otros ata­ques con­tra miem­bros indi­vi­dua­les del gobierno en Trí­po­li. El inci­den­te más des­ta­ca­do fue el recien­te ase­si­na­to del vice­mi­nis­tro de indus­tria, Has­san al-Droui en la ciu­dad de Sir­te. Aun­que toda­vía no es cla­ro si fue muer­to por fuer­zas isla­mis­tas o por com­ba­tien­tes de la resis­ten­cia Ver­de, el hecho incon­fun­di­ble es que el gobierno cen­tral está bajo ata­que y no pue­de ejer­cer ver­da­de­ra auto­ri­dad o pro­veer segu­ri­dad en el país. Muchos han comen­za­do a espe­cu­lar que su ase­si­na­to, en lugar de ser un hecho ais­la­do, selec­ti­vo, for­ma par­te de una cre­cien­te ten­den­cia de resis­ten­cia en la que figu­ran de mane­ra des­ta­ca­da com­ba­tien­tes ver­des pro Gadafi.

El aumen­to de las fuer­zas de resis­ten­cia Ver­de en Sabha y otros sitios es solo una par­te de un cálcu­lo polí­ti­co y mili­tar más com­ple­jo en el sur, don­de una can­ti­dad de tri­bus y varios gru­pos étni­cos se han alza­do con­tra lo que per­ci­ben correc­ta­men­te como su mar­gi­na­ción polí­ti­ca, eco­nó­mi­ca y social. Gru­pos como las mino­rías étni­cas Tawergha y Tobou, que son ambas gru­pos afri­ca­nos negros, han sufri­do crue­les ata­ques de mili­cias ára­bes sin apo­yo del gobierno cen­tral. No solo estos y otros gru­pos han sido víc­ti­mas de lim­pie­za étni­ca, sino han sido sis­te­má­ti­ca­men­te exclui­dos de la par­ti­ci­pa­ción en la vida polí­ti­ca y eco­nó­mi­ca libia.

Las ten­sio­nes lle­ga­ron a un pun­to crí­ti­co a prin­ci­pios de este mes cuan­do fue muer­to un jefe rebel­de de la tri­bu ára­be Awled Slei­man. En lugar de una inves­ti­ga­ción ofi­cial o pro­ce­so legal, los miem­bros de la tri­bu Awled ata­ca­ron a sus veci­nos negros Tou­bou, acu­sán­do­los de haber esta­do invo­lu­cra­dos en el ase­si­na­to. Los cho­ques resul­tan­tes han cau­sa­do doce­nas de muer­tos, demos­tran­do una vez más que los gru­pos ára­bes domi­nan­tes siguen vien­do a sus veci­nos de piel oscu­ra como algo dife­ren­te a sus com­pa­trio­tas. Indu­da­ble­men­te, esto ha lle­va­do a una reor­ga­ni­za­ción de las alian­zas en la región, lle­van­do a un acer­ca­mien­to de los Tou­bou, Tua­reg y otros gru­pos mino­ri­ta­rios negros que habi­tan el sur de Libia, el nor­te de Chad y Níger con las fuer­zas pro Gada­fi. Toda­vía no es cla­ro si estas alian­zas son o no son for­ma­les, sin embar­go es evi­den­te que muchos gru­pos en Libia han lle­ga­do a la con­clu­sión de que el gobierno ins­ta­la­do por la OTAN no ha esta­do a la altu­ra de sus pro­me­sas, y que hay que hacer algo.

La polí­ti­ca racial en Libia 

A pesar de la retó­ri­ca altruis­ta de inter­ven­cio­nis­tas occi­den­ta­les hablan­do de “demo­cra­cia” y “liber­tad” en Libia, la reali­dad es todo lo con­tra­rio, espe­cial­men­te para libios de piel oscu­ra que han sufri­do la dis­mi­nu­ción de su esta­tus socio­eco­nó­mi­co y polí­ti­co con el fin del gobierno de la Yama­rihi­ya de Mua­mar Gada­fi. Mien­tras esos pue­blos goza­ron de una gran medi­da de igual­dad polí­ti­ca y pro­tec­ción legal en la Libia de Gada­fi, la era post Gada­fi ha lle­va­do a que han sido prác­ti­ca­men­te des­po­ja­dos de sus dere­chos. En lugar de ser inte­gra­dos a un nue­vo Esta­do demo­crá­ti­co, los gru­pos negros libios han sido sis­te­má­ti­ca­men­te excluidos.

De hecho, inclu­so Human Rights Watch –una orga­ni­za­ción que en gran medi­da ayu­dó a jus­ti­fi­car la gue­rra de la OTAN al afir­mar fal­sa­men­te que fuer­zas de Gada­fi uti­li­za­ron vio­la­cio­nes como arma y pre­pa­ra­ban un “inmi­nen­te geno­ci­dio”– ha infor­ma­do que: “Un cri­men con­tra la huma­ni­dad de des­pla­za­mien­to masi­vo for­za­do con­ti­núa sin tre­gua, cuan­do mili­cias, sobre todo de Mis­ra­ta, impi­die­ron que 40.000 per­so­nas de la ciu­dad de Tawergha vol­vie­ran a sus casas de las que habían sido expul­sa­das en 2011”. Este hecho, com­bi­na­do con las horri­bles his­to­rias e imá­ge­nes de lin­cha­mien­tos, vio­la­cio­nes, y otros crí­me­nes con­tra la huma­ni­dad, pre­sen­tan un cua­dro muy som­brío de la vida en Libia para estos grupos.

En su infor­me de 2011, Amnis­tía Inter­na­cio­nal docu­men­tó una serie de fla­gran­tes crí­me­nes de gue­rra rea­li­za­dos por los así lla­ma­dos “com­ba­tien­tes por la liber­tad” de Libia quie­nes, a pesar de ser salu­da­dos en los medios occi­den­ta­les como “liber­ta­do­res”, apro­ve­cha­ron la opor­tu­ni­dad de la gue­rra para rea­li­zar eje­cu­cio­nes masi­vas de libios negros así como de cla­nes y gru­pos étni­cos riva­les. Esto, por cier­to, en mar­ca­do con­tras­te con el tra­ta­mien­to de libios negros bajo el gobierno de la Yamahi­ri­ya de Gada­fi que fue elo­gia­do a lo lar­go y a lo ancho por el Con­se­jo de Dere­chos Huma­nos de las Nacio­nes Uni­das en su infor­me de 2011 que seña­ló que Gada­fi hizo todo lo posi­ble por ase­gu­rar su desa­rro­llo eco­nó­mi­co y social, espe­cí­fi­ca­men­te para sumi­nis­trar opor­tu­ni­da­des eco­nó­mi­cas y pro­tec­cio­nes polí­ti­cas a libios negros y a tra­ba­ja­do­res migran­tes de paí­ses afri­ca­nos veci­nos. Tenien­do esto pre­sen­te, no es sor­pren­den­te que Al Jazee­ra haya cita­do a un com­ba­tien­te Tua­reg pro Gada­fi en sep­tiem­bre de 2011 dicien­do: “com­ba­tir por Gada­fi es como un hijo com­ba­tien­do por su padre… [Esta­re­mos] dis­pues­tos a luchar por él has­ta la últi­ma gota de sangre.”

Mien­tras los Tou­bou y otros gru­pos étni­cos negros cho­can con mili­cias ára­bes, su lucha debe ser vis­ta en el con­tex­to de una lucha con­ti­nua por la paz y la igual­dad. Ade­más, el hecho de que deban empren­der esta for­ma de lucha arma­da vuel­ve a ilus­trar lo que nume­ro­sos obser­va­do­res inter­na­cio­na­les seña­la­ron des­de el comien­zo mis­mo de la gue­rra: la agre­sión de la OTAN nun­ca tuvo que ver con la pro­tec­ción de civi­les o de dere­chos huma­nos, sino con el cam­bio de régi­men por intere­ses eco­nó­mi­cos y geo­po­lí­ti­cos. Es un hecho, acti­va­men­te supri­mi­do, que a la mayo­ría de la pobla­ción, inclu­yen­do a las mino­rías étni­cas negras, le va mucho peor actual­men­te en com­pa­ra­ción con su situa­ción bajo Gadafi.

Negros, ver­des, y la lucha por Libia 

Sería pre­sun­tuo­so asu­mir que las vic­to­rias mili­ta­res logra­das por la resis­ten­cia Ver­de pro Gada­fi en los últi­mos días serán dura­de­ras, o que repre­sen­tan un cam­bio irre­ver­si­ble en el pai­sa­je polí­ti­co y mili­tar del país. Aun­que es deci­di­da­men­te ines­ta­ble, el gobierno títe­re neo­co­lo­nial en Trí­po­li es apo­ya­do eco­nó­mi­ca y mili­tar­men­te por algu­nos de los más pode­ro­sos intere­ses del mun­do, hacien­do que sea difí­cil de derro­car sim­ple­men­te con peque­ñas vic­to­rias. Sin embar­go, estos even­tos seña­lan un intere­san­te cam­bio en el cálcu­lo en el terreno. Indu­da­ble­men­te exis­te una con­fluen­cia entre las mino­rías étni­cas negras y los com­ba­tien­tes ver­des ya que ambos reco­no­cen que su enemi­go son las mili­cias tri­ba­les que par­ti­ci­pa­ron en el derro­ca­mien­to de Gada­fi así como el gobierno cen­tral en Trí­po­li. Que­da por ver si una alian­za for­mal emer­ge de esta situación.

Sin embar­go, si se desa­rro­lla­ra una tal alian­za, sería un momen­to cla­ve en la con­ti­nua gue­rra por Libia. Como los com­ba­tien­tes de la resis­ten­cia Ver­de han mos­tra­do en Sabha, son capa­ces de orga­ni­zar­se en el sur del país, don­de gozan de un gra­do mayor de apo­yo popu­lar. Se podría ima­gi­nar una alian­za en el sur que podría con­tro­lar terri­to­rio y posi­ble­men­te con­so­li­dar el poder en toda la par­te sur de Libia, crean­do un Esta­do inde­pen­dien­te de fac­to. Natu­ral­men­te, el gri­to de la OTAN y sus apó­lo­gos sería que se tra­ta de una con­tra­rre­vo­lu­ción anti­de­mo­crá­ti­ca. Esto sería com­pren­si­ble ya que su obje­ti­vo de una Libia uni­fi­ca­da supe­di­ta­da al capi­tal finan­cie­ro inter­na­cio­nal y a los intere­ses petro­le­ros sería irrealizable.

Hay que tener cui­da­do de no plan­tear dema­sia­das supo­si­cio­nes sobre la situa­ción actual en Libia, ya que es difí­cil con­se­guir deta­lles dig­nos de con­fian­za. Más espe­cí­fi­ca­men­te, los medios occi­den­ta­les han tra­ta­do de supri­mir com­ple­ta­men­te el hecho de que la resis­ten­cia Ver­de exis­te, y mucho menos aún que es acti­va y logra vic­to­rias. Todo esto sim­ple­men­te ilus­tra aún mejor el hecho de que la gue­rra por Libia con­ti­núa, quie­ra o no admi­tir­lo el mundo.

Eric Draitser es fun­da­dor de Sto​pIm​pe​ria​lism​.com y ana­lis­ta geo­po­lí­ti­co inde­pen­dien­te basa­do en la Ciu­dad de Nue­va York. Es cola­bo­ra­dor regu­lar de Rus­sia Today, Press TV, Glo​bal​Re​search​.ca , y otros medios noti­cio­sos. Con­tac­to: ericdraitser@​gmail.​com .

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