Des­bro­zan­do ideas: La gue­rra no es como la pin­tan ellos- Timo­león Jiménez

Es abru­ma­do­ra la can­ti­dad de infor­ma­ción divul­ga­da por los medios en torno a los gol­pes que las fuer­zas mili­ta­res colom­bia­nas, guia­das por los ase­so­res nor­te­ame­ri­ca­nos, pro­pi­nan con­ti­nua­men­te a dis­tin­tas uni­da­des gue­rri­lle­ras, par­ti­cu­lar­men­te a las FARC, en desa­rro­llo del con­flic­to arma­do interno. El Pre­si­den­te San­tos se ha dado a la tarea de noti­fi­car él mis­mo, con inocul­ta­ble satis­fac­ción per­so­nal, los éxi­tos de sus tro­pas, advir­tien­do cada vez que la ofen­si­va decre­ta­da no va a dete­ner­se, sino que antes bien, será pro­fun­di­za­da y exten­di­da, des­car­tan­do por com­ple­to cual­quier posi­bi­li­dad de un cese el fue­go bila­te­ral, al que con­si­de­ra alta­men­te inconveniente.

Se hace evi­den­te así la inten­ción guber­na­men­tal de pre­sen­tar a la opi­nión nacio­nal y mun­dial una gue­rri­lla ase­dia­da y derro­ta­da, a la que con todo dere­cho se cobra­rá en la Mesa su inca­pa­ci­dad mili­tar y polí­ti­ca, negan­do de plano sus aspi­ra­cio­nes e impo­nien­do las con­di­cio­nes de ren­di­ción amplia­men­te pro­mo­cio­na­das des­de el anun­cio mis­mo de las con­ver­sa­cio­nes. En par­te para tapar­le la boca a Uri­be y su séqui­to, y en par­te para ali­viar las inquie­tu­des de los sec­to­res pro­pie­ta­rios de la tie­rra, la indus­tria y las finan­zas, así como a las trans­na­cio­na­les inver­sio­nis­tas fren­te al pro­ce­so de La Haba­na, Hum­ber­to de La Calle recién vol­vió a reite­rar esa posi­ción del gobierno nacional.

El Esta­do colom­biano impo­ne unas con­di­cio­nes sal­va­jes en la con­fron­ta­ción, abso­lu­ta­men­te des­pro­por­cio­na­das con rela­ción a las capa­ci­da­des de su adver­sa­rio, visi­bles ante todo el mun­do, pero hábil­men­te pre­sen­ta­das como desa­rro­llos nor­ma­les de una gue­rra con­tra orga­ni­za­cio­nes capa­ces de cual­quier cosa. La asi­me­tría de fuer­zas no pone de pre­sen­te la for­ta­le­za del Esta­do o su legi­ti­mi­dad, sino su enor­me debi­li­dad polí­ti­ca y su fal­ta de argu­men­tos mora­les. Es increí­ble que cuan­do publi­ci­tan un núme­ro cada vez más redu­ci­do de gue­rri­lle­ros des­mo­ra­li­za­dos a ven­cer, estén pre­di­can­do y apli­can­do el incre­men­to de sus tro­pas y recur­sos de todo orden a fin de lograr redu­cir­los. Tras los arra­sa­do­res bom­bar­deos se ocul­ta un angus­tio­so desespero.

Es que la gue­rra real, no la de los bole­ti­nes para la pren­sa y la tele­vi­sión, no se está libran­do del modo como la pin­tan ellos. Hay que poner de pre­sen­te que el minis­te­rio de defen­sa ha asu­mi­do la posi­ción de callar y ocul­tar los gol­pes pro­pi­na­dos por la insur­gen­cia a su apa­ra­to de muer­te y terror. Los heli­cóp­te­ros, por ejem­plo, se están cayen­do por obra de acci­den­tes y casua­li­da­des, cuan­do no se pue­de ocul­tar su caí­da, o sen­ci­lla­men­te jamás son alcan­za­dos por el fue­go gue­rri­lle­ro. El pasa­do 22 de diciem­bre, en el área rural de Bri­ce­ño, Antio­quia, fue des­trui­do por com­ple­to uno de ellos cuan­do se apres­ta­ba a des­em­bar­car tro­pas en ope­ra­cio­nes ofen­si­vas con­tra uni­da­des del Blo­que Iván Ríos.

Pese a que la res­pues­ta defen­si­va tuvo lugar en el cur­so del cese el fue­go uni­la­te­ral, el Ejér­ci­to, por temor a la divul­ga­ción del fra­ca­so, se abs­tu­vo de denun­ciar el hecho como una vio­la­ción a la pala­bra empe­ña­da por las FARC-EP, uno de sus recur­sos habi­tua­les de difa­ma­ción. Igual podría decir­se del apa­ra­to derri­ba­do el 9 de enero por uni­da­des con­jun­tas de las FARC y el ELN en el área rural del muni­ci­pio de Ano­rí, que el alto man­do mili­tar pre­fi­rió atri­buir a cual­quier otra cau­sa para evi­tar que se cono­cie­ra el des­plo­me de su plan de des­em­bar­cos de tro­pas a dis­tan­cia. Cada día es más cla­ro que la ape­la­ción al recur­so de los bom­bar­deos masi­vos no obe­de­ce a otra cau­sa que a la inca­pa­ci­dad del Ejér­ci­to Nacio­nal para gol­pear sobre el terreno a la insurgencia.

Evi­den­cia de ello fue la explo­sión de un mina­do el 24 de diciem­bre, en el que cayó bue­na par­te de los coman­dos que pre­ten­dían avan­zar en secre­to con­tra uni­da­des de las FARC en el mis­mo muni­ci­pio, hecho que obli­gó al man­do de la Ope­ra­ción a orde­nar que se reco­gie­ran en heli­cóp­te­ros todos los coman­dos de tro­pas espe­cia­les que bus­ca­ban sor­pren­der a la gue­rri­lla en Ano­rí, Bri­ce­ño, Cam­pa­men­to y Tara­zá. Tam­po­co es váli­do, como lo hace con pre­ten­sión el Pre­si­den­te San­tos, con­si­de­rar que con los ata­ques aéreos como el rea­li­za­do con­tra uni­da­des faria­nas en zona rural de Murin­dó el pasa­do 15 de diciem­bre, don­de a las tres de la madru­ga­da fue­ron des­car­ga­das 24 bom­bas, con sal­do de un gue­rri­lle­ro muer­to, se esté pro­pi­nan­do la esto­ca­da final a las FARC.

Ni siquie­ra cuan­do el sal­do final ha resul­ta­do más trá­gi­co, como en Puer­to Ron­dón el pasa­do 18 de enero, pue­de decir­se que las naves o las tro­pas de asal­to se la cobran fácil fren­te a una gue­rri­lla a pun­to de ren­dir­se. En ese bom­bar­deo del que fue­ron víc­ti­mas a la media noche, los gue­rri­lle­ros del Déci­mo Fren­te Gua­da­lu­pe Sal­ce­do Unda com­ba­tie­ron con sus fusi­les des­de tie­rra a la avia­ción, logran­do impac­tar tres aero­na­ves y alcan­zan­do varios de sus ocu­pan­tes. Se sabe de un heli­cóp­te­ro Bell con ocho dis­pa­ros en su fuse­la­je que ate­rri­zó de emer­gen­cia en Ron­dón con un capi­tán heri­do en el estó­ma­go y un sol­da­do afec­ta­do en un bra­zo. Otro lle­gó a Arau­ca con dos sol­da­dos con­tra­gue­rri­llas muer­tos. La pelea, como se ve, es pelean­do, resis­tien­do y avanzando.

Los mili­ta­res con­ta­ron den­tro de los cadá­ve­res el de Fran­klin, con­tra quien se dijo se había rea­li­za­do la ope­ra­ción, pero su cuer­po no pudo ser encon­tra­do ya que sobre­vi­vió indem­ne. Como el de Edin­son Roma­ña, de quien se ase­gu­ró, inclu­so varios días des­pués, que había pere­ci­do en el bom­bar­deo que sufrió su uni­dad en el Meta. Ese día, 4 de enero, aca­ba­ba de reti­rar­se del lugar el repre­sen­tan­te de Arroz PTC del Hui­la, quien en per­fi­dia con el Ejér­ci­to Nacio­nal había acu­di­do a nego­ciar el pago de la ley OO2. Es obvio que lle­va­ba el dis­po­si­ti­vo loca­li­za­dor. Pese a los 5 avio­nes Kafir que se pre­sen­ta­ron lan­zan­do bom­bas de llo­viz­na y a los inme­dia­tos des­em­bar­cos de tro­pa en heli­cóp­te­ros, los com­ba­tes se pro­lon­ga­ron por cua­tro horas has­ta las ocho de la noche.

Se cono­ció de tres heli­cóp­te­ros ave­ria­dos duran­te ellos, así como de seis mili­ta­res muer­tos y otros ocho heri­dos, resul­ta­dos nega­ti­vos que des­de lue­go jamás se dan a cono­cer. Ade­más, con­si­de­ran­do que la con­fron­ta­ción no es pura­men­te mili­tar sino fun­da­men­tal­men­te polí­ti­ca, la arre­me­ti­da san­tis­ta con­tra el movi­mien­to popu­lar, amplia­men­te denun­cia­da duran­te los últi­mos días, con dece­nas de muer­tos, ame­na­za­dos y per­se­gui­dos, habla tam­bién de un pue­blo que mani­fies­ta su incon­for­mi­dad y se orga­ni­za para la lucha. Mucho se dijo sobre el cre­ci­mien­to de las FARC en los años 90, pero poco se valo­ró la olea­da de crí­me­nes ofi­cia­les impu­nes con­tra la UP y el movi­mien­to social. Aho­ra pare­cen empe­ña­dos en repe­tir lo suce­di­do en aque­lla trá­gi­ca época.

Qui­zás no vaya y les resul­te una con­se­cuen­cia seme­jan­te. La vio­len­cia ofi­cial siem­pre gene­ra­rá la lucha, así que para alcan­zar la paz es requi­si­to esen­cial poner fin a ella. Sólo así podrá con­se­guir­se ter­mi­nar con el con­flic­to. Lo demás es perdido.

Mon­ta­ñas de Colom­bia, 23 de enero de 2014.
www​.farc​-ep​.co

Artikulua gustoko al duzu? / ¿Te ha gustado este artículo?

Twitter
Facebook
Telegram

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *