La mani­fes­ta­ción y noso­tros que la qui­si­mos tan­to- Jose­ma­ri Loren­zo Espinosa

Elec­cio­nes, mani­fes­ta­cio­nes y depor­te asis­ten­cial. Son algu­nas de las cosas en las que, casi nun­ca, se ponen de acuer­do poder y opo­si­ción. Con ellas la rebe­lión de las masas se cana­li­za den­tro de un orden, has­ta que pasa el peli­gro. La indig­na­ción, la pro­tes­ta, la ansie­dad social de cual­quier tipo caben en estos even­tos, don­de el ciu­da­dano repri­mi­do, que se sabe un cero abso­lu­to coti­diano, tie­ne la expe­rien­cia enga­ño­sa de ser pro­ta­go­nis­ta polí­ti­co, social o depor­ti­vo… por unas y aje­nas horas. Duran­te ese tiem­po, los indig­na­dos toman la calle, las urnas y los esta­dios, debi­da­men­te orde­na­dos detrás de una pan­car­ta o sen­ta­dos en sus buta­cas… y sin pisar la flo­res. Des­pués de un rato, todo vuel­ve a la cal­ma y nada cam­bia, por­que nin­gu­na de estas “par­ti­ci­pa­cio­nes” tie­ne poder fác­ti­co alguno.

Una esce­ni­fi­ca­ción de este dise­ño, ha teni­do lugar recien­te­men­te (11 de enero) en Bil­bao. Tal vez la mayor mani­fes­ta­ción en núme­ro de per­so­nas, de las muchas que se han con­vo­ca­do des­de 1977, pre­ce­di­da de una pri­me­ra sies­ta en San Mamés y no muy lejos de las pró­xi­mas elec­cio­nes. Tal vez mas de cien mil per­so­nas acu­die­ron a la lla­ma­da con­jun­ta de los con­vo­can­tes: PNV, Sor­tu, EA, Ara­lar, Alter­na­ti­ba, ELA, LAB, Geroa bai etc. La nove­dad rela­ti­va era la par­ti­ci­pa­ción y el pro­ta­go­nis­mo del PNV, en pri­me­ra fila. Los moti­vos ofi­cia­les, los que figu­ra­ban en la pan­car­ta de cabe­ce­ra, los que apor­ta­ron los alta­vo­ces del par­ti­do, para entrar en este acto y que no lo prohi­bie­ran los espa­ño­les, no se los cree nadie. Los ver­da­de­ros, ellos sabrán. De la opo­si­ción, pode­mos decir algo pare­ci­do aun­que su opción fue­se mas cla­ra­men­te defen­si­va, casi de cla­vo ardien­do, que integradora.

Muchos de los que acu­die­ron a la lla­ma­da de Ortu­zar y los suyos, no se preo­cu­pan habi­tual­men­te de los pre­sos vas­cos. Entre otras cosas por­que son pre­sos de ETA y por­que el PNV es uno de los res­pon­sa­bles de la actual dispersión…También por­que todos los vier­nes, en Albia, fren­te a la sede del par­ti­do, fami­lia­res y ami­gos de pre­sos – que para el PNV son invi­si­bles – así lo recuer­dan, des­de hace muchos años. Nadie de la casa de enfren­te, sal­vo la Ertzain­tza algu­na vez, se ha dado nun­ca por alu­di­do. Está cla­ro que, con estos ante­ce­den­tes, el PNV no que­ría mani­fes­tar­se por los pre­sos vas­cos. Y ade­más esta­ba la prohi­bi­ción de la ley y los jue­ces. Y eso si que no se lo sal­ta el par­ti­do, ni har­to de iku­rri­ñas. Así que el PNV que­ría otra cosa…¿Sabremos algu­na vez qué…? Tal vez cuan­do a Ortu­zar le escri­ban sus memorias.

Es cier­to que los vas­cos están sen­si­bi­li­za­dos, en gene­ral, por los dere­chos huma­nos, pre­fe­ren­te­men­te loca­li­za­dos en el ter­cer mun­do. Pero la cues­tión de los dere­chos de los pre­sos de ETA, fre­cuen­te­men­te ni la hue­len, cuan­do no se posi­cio­nan en con­tra o miran a otro lado, como es el caso habi­tual del PNV, Geroa…etc. Entre otras cosas, por eso, amplios sec­to­res de la izquier­da aber­tza­le y de los gru­pos pro-pre­sos, aun­que acep­ta­ron la pre­sen­cia y el pro­ta­go­nis­mo de los Ortu­zar, des­con­fia­ban de ellos. No pode­mos cri­ti­car­les. Otros muchos que fui­mos, como a un ritual repe­ti­do, lo hici­mos a pesar de esta des­con­fian­za y del opor­tu­nis­mo abier­to del PNV. Lo hici­mos enra­bie­ta­dos por la pre­po­ten­cia de los ocu­pan­tes y el mani­fies­to abu­so del dere­cho de con­quis­ta, que ejer­cen el gobierno, la Audien­cia Nacio­nal y otras ins­ti­tu­cio­nes del Esta­do, con­tan­do con la pasi­vi­dad de las “nues­tras”. Es decir, lo hici­mos no solo como apo­yo a los pre­sos, que es algo que hace­mos habi­tual­men­te a lo lar­go del año, sino como pro­tes­ta y denun­cia de la ocu­pa­ción y por los dere­chos nacio­na­les vas­cos. No fui­mos por los “abs­trac­tos” y oca­sio­na­les dere­chos huma­nos del PNV, sino por los dere­chos nacio­na­les de los vas­cos, espe­cial­men­te de los que están encar­ce­la­dos. Y si al PNV esto no le pare­ce sufi­cien­te para con­vo­car mani­fes­ta­cio­nes, que lo diga. De ahí que la del sába­do no fue­ra tan silen­cio­sa, como hubie­ran que­ri­do los con­vo­can­tes, y que el camu­fla­je de los DDHH, sir­vie­ra tam­bién para expre­sar otras rei­vin­di­ca­cio­nes de dere­chos mas con­cre­tos, que se des­bor­da­ron en gri­tos y denun­cias de la multitud.

Des­gra­cia­da­men­te toda esta pues­ta en esce­na, y la bue­na volun­tad rup­tu­ris­ta de algu­nos, no ser­vi­rá para mejo­rar un cen­tí­me­tro el ale­ja­mien­to y la suer­te de los pre­sos. Ya lo ha dicho el minis­tro de guar­dia con­tra Eus­ka­di y con­tra ETA, el minis­tro del asun­to de nor­te: “por una o dos mani­fes­ta­cio­nes no vamos a cam­biar la ley”. Les pare­cen poco y ade­más ino­fen­si­vas. Si no hacen caso al millón y medio de cata­la­nes, del 11 de setiem­bre, qué no harán con noso­tros que somos menos y, aho­ra, des­ar­ma­dos. Y, en este caso, no le fal­ta­ba razón a este minis­tro que no la tie­ne habi­tual­men­te. La mani­fes­ta­cio­nes, que tan­to qui­si­mos cuan­do la tran­si­ción, han per­di­do gla­mour polí­ti­co y poder fác­ti­co. Ya no encan­tan ni dan mie­do. Se han con­ver­ti­do en pro­ce­sio­nes regla­men­ta­rias, pre­vias al poteo del sába­do. Y segu­ras. Sobre todo segu­ras, para el sis­te­ma. No esta­mos para una pri­ma­ve­ra ára­be, ni ucra­nia­na. Y den­tro de poco ni amo­nal ni Gamo­nal. Tene­mos otras cosas que hacer y mucha mas ren­ta per cápita.

Me gus­ta­ría equi­vo­car­me en esto, mas que en cual­quier cosa, pero me temo que lo úni­co que que­da­rá de este momen­to tan “his­tó­ri­co” será el subi­dón pasa­je­ro, de los pri­me­ros días y el bajón de la resa­ca. Tam­bién nos que­da­rán las heme­ro­te­cas, con sus gran­des fotos de por­ta­da y las pre­gun­tas, deseos y expec­ta­ti­vas, que siem­pre se hacen algu­nos infa­ti­ga­bles sobre un cam­bio impro­ba­ble del PNV, y el ini­cio de una nue­va épo­ca. Cuan­do pase la marea mediá­ti­ca y el terro­ris­mo ter­tu­liano, todo vol­ve­rá a ser lo mismo…hasta el pró­xi­mo enero. Enton­ces, si hay nue­vos abu­sos de los con­quis­ta­do­res, tal vez nos demos otra vuel­ta por las calles de Bil­bao, con los Ortu­zar, Bil­bao, Egi­bar y sus old boys street.

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