Liber­tad- Borro­ka Garaia

askatasunaOpe­ra­ción arma­da de la guar­dia civil con múl­ti­ples deten­cio­nes, des­plie­gue mili­tar por pue­blos y ciu­da­des, cri­mi­na­li­za­ción, rabia y dolor. Así trans­cu­rría la sema­na mien­tras que se pro­du­cían dos nue­vos muer­tos por la pre­ca­rie­dad capi­ta­lis­ta de la patro­nal, la ertzain­tza a man­da­to de un PNV que espe­ra­ba que las deten­cio­nes “estén ple­na­men­te jus­ti­fi­ca­das” hacía el pasi­llo a la guar­dia civil, abría bre­chas en la cabe­za, prac­ti­ca­ba más deten­cio­nes y deja­ba incons­cien­te a un joven que pos­te­rior­men­te sería denun­cia­do. La poli­cía nacio­nal espa­ño­la, por su par­te aña­día otra deten­ción y encar­ce­la­mien­to de una joven des­obe­dien­te en un nue­vo ata­que con­tra el movi­mien­to juve­nil vasco.

Todo esto suce­día en el preám­bu­lo de una movi­li­za­ción a favor de los dere­chos de los pre­sos vas­cos que se espe­ra­ba his­tó­ri­ca y masi­va. Si el nivel de recha­zo social que cau­sa­ba la repre­sión des­ata­da para enton­ces era muy alto, solo había una cosa que podía subir el lis­tón. Y así ocu­rrió. La movi­li­za­ción de Tan­taz tan­ta fue prohi­bi­da mien­tras que se hizo públi­co que la ertzain­tza ya tenía orde­nes polí­ti­cas para des­ple­gar­se masi­va­men­te por las calles de Bil­bo con el inten­to de reven­tar la movilización.

Des­bor­da­dos para enton­ces todos los lími­tes de la indig­na­ción social, des­de el pri­mer minu­to que se tuvo cons­tan­cia de la deci­sión judi­cial de poner vallas al mar, espon­tá­nea­men­te un gri­to popu­lar se hizo hege­mó­ni­co: Ni banoa (Yo voy).

Se pal­pa­ba en el ambien­te que muchí­si­mas gotas esta­ban dis­pues­tas a des­obe­de­cer y, a pesar de la prohi­bi­ción acu­dir a Bil­bo, no solo ya por las rei­vin­di­ca­cio­nes de la movi­li­za­ción sino has­ta por el mis­mo dere­cho a mani­fes­tar­se libre­men­te. La deter­mi­na­ción social no cae del cie­lo. Es fru­to de deci­sio­nes y tra­ba­jo. Así pues, las semi­llas sem­bra­das por la diná­mi­ca del movi­mien­to des­obe­dien­te vas­co que en muros popu­la­res, des­obe­dien­cia judi­cial, y diver­sas ini­cia­ti­vas se ha ido abrien­do paso por Eus­kal Herria iba dan­do sus fru­tos y por pri­me­ra vez en los últi­mos tiem­pos esta­ba al alcan­ce visua­li­zar un acto mul­ti­tu­di­na­rio masi­vo de des­obe­dien­cia civil.

Sin embar­go, las cosas trans­cu­rrie­ron dife­ren­te. La movi­li­za­ción fue des­con­vo­ca­da. Las gotas, cada una de ellas, que habían sido el cen­tro de la movi­li­za­ción pasa­ron a segun­do plano y los par­ti­dos polí­ti­cos toma­ron el testigo.

El PNV no tie­ne la posi­ción his­tó­ri­ca que tie­ne por casua­li­dad. Es bri­llan­te en su inge­nie­ría polí­ti­ca. La deci­sión del PNV en ese con­tex­to fue deci­dir entre dos opcio­nes: des­obe­de­cer a las orde­nes de Madrid crean­do un pun­to de infle­xión en este país hacia su liber­tad o inten­tar repri­mir y masa­crar a una masa que se mani­fes­ta­ba en con­tra de algo que el par­ti­do jel­tza­le dise­ñó jun­to a otros como la dis­per­sión, crean­do tam­bién un pun­to de infle­xión en este país hacia su libertad.

Su deci­sión fue ni una cosa ni la otra. Pasan­do de villano a heroe impres­cin­di­ble en pocas horas. La rei­vin­di­ca­ción de los pre­sos se cayó de la con­vo­ca­to­ria y opta­ron por el silen­cio y una nue­va mani­fes­ta­ción. La izquier­da aber­tza­le optó por ese mis­mo cau­ce en vez de seguir una filo­so­fía de con­fron­ta­ción y des­obe­dien­cia al esta­do con la espe­ran­za eter­na de que eso pue­da faci­li­tar un acer­ca­mien­to al PNV que sir­va para la reso­lu­ción del con­flic­to y el ini­cio de una “vía vasca”.

¿Cuál hubie­ra sido la mejor opción? Segu­ra­men­te la his­to­ria nos lo acla­ra­rá pues lle­ga­rá el pun­to en que la des­obe­dien­cia no será solo una entre varias opcio­nes y tam­po­co la socie­dad podrá ser eter­na­men­te depen­dien­te de lo que hagan los par­ti­dos sino poner­se en cabe­za tiran­do del carro, a no ser que lle­gue a nor­ma­li­zar­se y con­so­li­dar­se la injus­ti­cia actual que es uno de los obje­ti­vos prio­ri­ta­rios del PNV. Y el PNV es exper­to en jugar muy bien con las emo­cio­nes popu­la­res abertzales.

Sin embar­go, en la calle, la socie­dad pese a las prohi­bi­cio­nes esta­ba dis­pues­ta a movi­li­zar­se y así lo hizo una vez más de mane­ra masi­va. Lo que no traía la pan­car­ta ofi­cial y sin lo cual no tie­ne nin­gún sig­ni­fi­ca­do lo escri­to, lo lle­va­ba el pue­blo: “aska­ta­su­na” y la rei­vin­di­ca­ción a favor de los dere­chos de los pre­sos fue el hilo con­duc­tor de toda la jor­na­da de ayer de una socie­dad que no tenía ganas de callar­se. Y que inclu­so bien entra­da la noche seguía movi­li­zán­do­se tras una pan­car­ta que reza­ba Amnis­tía. La lucha por los dere­chos de los pre­sos debe con­ti­nuar más fuer­te que nun­ca pues nin­gún par­ti­do ni ins­ti­tu­ción va a resol­ver nada por si solo sino la pre­sión popu­lar cons­tan­te y decidida.

+ Cro­no­lo­gía de la manifestación

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