El año 2013 cie­rra con 218.862 per­so­nas para­das en Eus­kal Herria y sigue sin crear­se empleo

El paro regis­tra­do des­pi­de el año con una cifra ofi­cial de 218.862 per­so­nas para­das en Hego Eus­kal Herria, según la infor­ma­ción ofre­ci­da por los ser­vi­cios públi­cos de empleo. Este dato sugie­re una lige­ra dis­mi­nu­ción del des­em­pleo del 1% en tér­mi­nos inter­anua­les, es decir, que habría 2.165 per­so­nas menos en paro res­pec­to a diciem­bre de 2012.

Sin embar­go, esta evo­lu­ción del des­em­pleo con­tras­ta con la dis­mi­nu­ción del núme­ro de per­so­nas afi­lia­das a la Segu­ri­dad Social. Con­cre­ta­men­te, la afi­lia­ción del pasa­do mes de diciem­bre ofre­ce un balan­ce nega­ti­vo del año, ya que hay 17.031 per­so­nas menos afi­lia­das al Sis­te­ma en el con­jun­to de los cua­tro territorios.

Estos datos, en prin­ci­pio con­tra­dic­to­rios, pue­den ser com­pa­ti­bles fun­da­men­tal­men­te por dos motivos:

• Razo­nes demo­grá­fi­cas, inclui­dos los movi­mien­tos migra­to­rios de per­so­nas que salen al extran­je­ro en bus­ca de opor­tu­ni­da­des laborales.

• Incre­men­to del paro des­ani­ma­do. Este fenó­meno es con­se­cuen­cia de la pro­lon­ga­ción de la cri­sis, y pro­vo­ca que cada vez haya más per­so­nas en paro que aban­do­nan la bús­que­da acti­va de empleo por fal­ta de expectativas.

En cual­quier caso, la eva­lua­ción con­jun­ta de dife­ren­tes indi­ca­do­res apun­ta a 2013 como un año adver­so que no ha traí­do la recu­pe­ra­ción de empleo en tér­mi­nos netos. Por tan­to, no es momen­to de valo­ra­cio­nes triun­fan­tes, por­que no hemos sali­do de la cri­sis y con­ti­núa des­tru­yén­do­se empleo.

Por otro lado, exis­te una lógi­ca y com­pren­si­ble ansie­dad por cer­ti­fi­car la supera­ción de la cri­sis y el ini­cio una mejo­ría tan­to eco­nó­mi­ca como labo­ral. Pero, ade­más de preo­cu­par­nos por el final de la rece­sión, tam­bién es impor­tan­te poner espe­cial aten­ción y vigi­lan­cia sobre las con­di­cio­nes en las que podría pro­du­cir­se dicha salida.

En este sen­ti­do, es nece­sa­rio denun­ciar el pro­gre­si­vo dete­rio­ro de las con­di­cio­nes labo­ra­les y sala­ria­les, así como luchar con­tra la ince­san­te y bru­tal pér­di­da de dere­chos labo­ra­les y socia­les. No olvi­de­mos que todas estas con­se­cuen­cias son las duras secue­las del pro­ce­so de refor­mas impues­tas en los últi­mos años con la escu­sa de la crisis.

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