Amar­ga derro­ta- Borro­ka Garaia

Pese a que el títu­lo de este post ten­ga una con­no­ta­ción cier­ta­men­te nega­ti­va, el espí­ri­tu es el con­tra­rio. Una nota de opti­mis­mo ante este nue­vo año que se nos abre.

Recien­te­men­te la patro­nal vas­con­ga­di­lla decla­ra­ba que el tema sobe­ra­nis­ta en Eus­kal Herria está muy tran­qui­lo y que van a pro­cu­rar que siga estan­do así ya que la inde­pen­den­cia no es bue­na para la eco­no­mía. Lo cier­to es que tie­nen mucha razón. A par­te de que la “eco­no­mía” capi­ta­lis­ta pue­de ver­se ero­sio­na­da en el caso de dar­se una inde­pen­den­cia en bene­fi­cio de la cla­se tra­ba­ja­do­ra, a día de hoy el pro­ce­so sobe­ra­nis­ta es tan inexis­ten­te como el pro­ce­so de paz. Por eso están tran­qui­los y quie­ren que la situa­ción no cam­bie de coordenadas.

Eus­kal Herria ha deja­do de ser el mayor pro­ble­ma para el esta­do espa­ñol y nadie espe­ra que se le pue­da dar vuel­ta a la situa­ción a cor­to pla­zo. Eus­kal Herria seda­da, anes­te­sia­da, en vez de inten­si­fi­car el con­flic­to polí­ti­co por las vías que fue­ran o fue­sen, para gozo de la bur­gue­sía vas­ca y la oli­gar­quía espa­ño­la renie­ga del con­flic­to y se bus­ca la con­ci­lia­ción. En la carre­ra por la con­ci­lia­ción es don­de se han ido per­dien­do las opor­tu­ni­da­des para inten­si­fi­car una con­fron­ta­ción con­tra el capi­tal y el esta­do. El pro­ce­so de paz no es más que una auto-paci­fi­ca­ción uni­la­te­ral sin nin­gu­na opor­tu­ni­dad de que se abra paso la bila­te­ra­li­dad si no es para lle­gar al pun­to cero del con­flic­to. Un reset inco­ne­xo de la his­to­ria. El pue­blo vas­co podrá ser todo lo pací­fi­co que quie­ra pero eso por sí mis­mo no cam­bia­rá nada pues el pue­blo vas­co no ha sido ni es opri­mi­do nacio­nal y social­men­te por­que antes no lo fue­ra o fue­se. La vio­len­cia per­ma­ne­ce­rá pues es intrín­se­ca a la esen­cia bru­tal del estado.

Sin pro­ce­so sobe­ra­nis­ta, sin pro­ce­so de paz, con una cri­sis capi­ta­lis­ta que va a seguir gol­pean­do fuer­te a las cla­ses popu­la­res, con unos esta­dos don­de el auto­ri­ta­ris­mo, la repre­sión y el recor­te de dere­chos va a aumen­tar, es nor­mal que se diga que no hay que mirar los esta­dos por­que las pers­pec­ti­vas de que sal­gan derro­ta­dos no se ven por nin­gu­na par­te. De esta mane­ra , se pue­de jugar al soli­ta­rio, hacer la del aves­truz, poner las espe­ran­zas en el jue­go elec­to­ral e ins­ti­tu­cio­nal bien con­tro­la­do por el chan­ta­je de las armas del esta­do y poco más.

Pero lo cier­to es que los esta­dos deben salir derro­ta­dos para que Eus­kal Herria ejer­ci­te el dere­cho de auto­de­ter­mi­na­ción que pue­da abrir paso a la inde­pen­den­cia nacio­nal. Lo cier­to es que el capi­tal debe ser con­fron­ta­do para que la cla­se tra­ba­ja­do­ra deje de per­der. Y tan­to lo uno como lo otro, no lo va a traer nadie de fuera.

Ante esta situa­ción de derro­ta nacio­nal y social hay dos opcio­nes con resul­ta­dos muy dife­ren­tes. Acep­tar que nos enca­mi­na­mos a un calle­jón sin sali­da como pue­blo y como cla­se de no pro­du­cir­se un cam­bio radi­cal o seguir ali­men­ta­do un triun­fa­lis­mo hip­nó­ti­co sin nin­gu­na base obje­ti­va basa­do en el mar­ke­ting inver­so (el esta­do quie­re des­ani­mar por lo que hay que estar ani­ma­dos aun­que no haya sus­tan­cia para ello).

¿Razo­nes para el opti­mis­mo que se pue­dan extraer de la coyun­tu­ra polí­ti­ca? Muy pocas. Enton­ces sagaz­men­te os pre­gun­ta­réis a que venía lo de la nota de opti­mis­mo que decía al prin­ci­pio des­pués de esta expo­si­ción no apta para hoo­li­gans y cheer­lea­ders del par­ti­dis­mo corporativo.

En cuan­to a los obje­ti­vos estra­té­gi­cos esta­mos tocan­do fon­do y se aca­ba la mecha. La pared del calle­jón sin sali­da no está lejos. Que algu­nos lo vean o no lo vean es indi­fe­ren­te, el cho­que tar­de o tem­prano lle­ga­rá. Es muy difí­cil remar con­tra las leyes his­tó­ri­cas. Cla­ro que lle­ga­dos al final del camino del calle­jón sin sali­da pue­den dar­se dos resul­ta­dos, la derro­ta final sin palia­ti­vos y prác­ti­ca­men­te irre­ver­si­ble, que es la que se pro­du­ce cuan­do se inte­rio­ri­za que has gana­do pese a que hayas per­di­do o un cambio.

La pri­me­ra opción se pro­du­ce si el enga­ño ilu­so­rio lle­ga­ra a enquis­tar­se. Ya que enton­ces la reali­dad deja de inte­re­sar­nos. Nos due­le. Se recha­za por el dolor que cau­sa reco­no­cer cual­quier evi­den­cia o prue­ba de que las cosas no son como se creían.

La otra opción es la del cam­bio. Eskor­bu­to can­ta­ba que solo una casua­li­dad hará des­atar una reac­ción. Ber­tolt Brecht decía que las revo­lu­cio­nes se pro­du­cen en los calle­jo­nes sin sali­da. Soy de la opi­nión de que en Eus­kal Herria pese a todo, sigue estan­do laten­te el ver­da­de­ro cora­zón rebel­de de esta vie­ja y podri­da euro­pa capi­ta­lis­ta y que al final ven­ce­re­mos por­que tene­mos todas las pie­zas para ello. Haga­mos que ese cora­zón lata con fuer­za y lle­ga­rá nues­tra “casua­li­dad”. No habrá otra opción.

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