¿Sani­dad públi­ca en un sis­te­ma privado?

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En la actua­li­dad el ata­que y retro­ce­so de «lo públi­co», peli­gran aún más con los nue­vos inten­tos pri­va­ti­za­do­res del gobierno del PP de la Comu­ni­dad de Madrid y el RD-ley que esta­mos comen­tan­do. Que duda cabe que el sis­te­ma sani­ta­rio públi­co en Anda­lu­cía y en el res­to del Esta­do espa­ñol ha supues­to un logro que debe defen­der­se «con uñas y dien­tes» como una con­quis­ta de la cla­se tra­ba­ja­do­ra. Un avan­ce en muchos sen­ti­dos, sobre todo en lo que res­pec­ta a su uni­ver­sa­li­dad y la cali­dad de la aten­ción y for­ma­ción de sus pro­fe­sio­na­les sani­ta­rios y no sani­ta­rios. Que pese a los pro­ble­mas de raíz, las per­so­nas se for­man, se invo­lu­cran y dan lo mejor de sí cuan­do saben que atien­den a todas y a todos, cuan­do se saben par­te de un colec­ti­vo de un bien común. Ese aspec­to sub­je­ti­vo tan impor­tan­te es el que qui­zás, haya impe­di­do y esté impi­dien­do que no todos los inten­tos pri­va­ti­za­do­res se hayan podi­do implantar.

Todas las mejo­ras con­se­gui­das en el ámbi­to sani­ta­rio, pese a todos los retro­ce­sos y pro­ble­mas comen­ta­dos, se hacen más evi­den­tes cuan­do lo com­pa­ra­mos con otros paí­ses capi­ta­lis­tas más ricos y reac­cio­na­rios ‑en tér­mi­nos glo­ba­les- como Esta­dos Uni­dos o Ale­ma­nia. El SNS del Esta­do espa­ñol es, pese al tópi­co xenó­fo­bo y las tesis racis­tas de la inep­ti­tud de los pue­blos del sur de Euro­pa, del menos malo del mun­do y sus pro­fe­sio­na­les y su orga­ni­za­ción en gene­ral son mucho mejo­res si lo com­pa­ra­mos con otros paí­ses anglo­sa­jo­nes. Recien­te tene­mos el mayor escán­da­lo sani­ta­rio pro­du­ci­do en Gran Bre­ta­ña, en don­de el gobierno ha teni­do que reco­no­cer, y pedir per­dón, por la muer­te de más de 20.000 pacien­tes de mayor edad. Al menos cator­ce hos­pi­ta­les están has­ta aho­ra invo­lu­cra­dos, sobre todo en el cen­tro de Ingla­te­rra, en el con­da­do de Statt­fordshi­te, don­de los pacien­tes se vie­ron pri­va­dos de la aten­ción más ele­men­tal, como agua y ali­men­tos. Esta situa­ción de las tam­bién supues­tas bon­da­des del esta­do de «bien­es­tar» vie­ne de anti­guo con las medi­das decre­ta­das por Mar­ga­ret Tat­cher que intro­du­jo mode­los de ges­tión pri­va­da en los hos­pi­ta­les públi­cos, y que han con­ti­nua­do en los pos­te­rio­res y dife­ren­tes gobier­nos has­ta la actua­li­dad con una polí­ti­ca sani­ta­ria cen­tra­da en el con­trol del gas­to y una desidia e indi­fe­ren­cia de los res­pon­sa­bles polí­ti­cos, sani­ta­rios y ges­to­res pro­fe­sio­na­les por la cali­dad y por la salud de su pobla­ción enferma.

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