Diá­lo­go con Joel Suá­rez: “Las resis­ten­cias par­ten de la indig­na­ción ética”

Escri­to por radio​mun​do​real​.fm
Diálogo con Joel Suárez: “Las resistencias parten de la indignación ética”Diá­lo­go con Joel Suá­rez, del Cen­tro Mar­tin Luther King de Cuba y la Arti­cu­la­ción de Movi­mien­tos Socia­les hacia el ALBA.

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¿Cuál es el sen­ti­do de la Cum­bre de los Pueblos?

Yo creo que hay en dispu­ta en la región varios mode­los de desa­rro­llo. Y de lo que se tra­ta, en defi­ni­ti­va, es en qué medi­da la voz de los movi­mien­tos socia­les, de las orga­ni­za­cio­nes socia­les, de la ciu­da­da­nía acti­va, com­pro­me­ti­da, encuen­tra en estos espa­cios de las cum­bres, en los espa­cios de la comu­ni­ca­ción alter­na­ti­va y oja­lá en espa­cios más for­ma­les de los gran­des medios, un con­tra­pe­so para la dispu­ta de hege­mo­nía sobre los sen­ti­dos del mun­do al que vamos. Creo que hoy se tra­ta de a dón­de vamos. (…) Tene­mos reli­da­des tan­gi­bles que indi­can que la mane­ra que nos hemos dado para orga­ni­zar la repro­duc­ción de la vida es insos­te­ni­ble. (…) El modo de vivir del capi­ta­lis­mo como mode­lo civi­li­za­to­rio, occi­den­tal, depre­da­dor de la natu­ra­le­za, que sacri­fi­ca a los tra­ba­ja­do­res, a los seres huma­nos, racis­ta, xeno­fó­bi­co, patriar­cal, no pue­de seguir sien­do el modo en que se repro­du­za la vida de todos y todas en el pla­ne­ta. Por­que el capi­ta­lis­mo nece­si­ta con­ti­nua­men­te la san­gre de las víc­ti­mas y en este caso las víc­ti­mas son los seres huma­nos y la natu­ra­le­za. (…) Enton­ces hay aquí en jue­go muchas visio­nes sobre ese otro mun­do posible.

Tú decías hace poco rato que es nece­sa­rio que los espa­cios de cum­bres de los pue­blos no sean vis­tos como espa­cios con­tra las cum­bres ofi­cia­les, sino que de algu­na mane­ra son para­le­los y debe­rían nutrir­se. ¿Algo así no?

Esta cum­bre no es con­tra la cum­bre pre­si­den­cial. Esta cum­bre es plu­ral y diver­sa, fren­te y con­tra un mode­lo depre­da­dor exclu­yen­te, patriar­cal, que rige en modo gene­ral en nues­tra región, aun con los cam­bios que se han dado con gobier­nos que, con mane­ras de cla­si­fi­car­los diver­sas, pero que al menos se han preo­cu­pa­do por dete­ner un poco el impac­to de las polí­ti­cas neo­li­be­ra­les y con­tri­buir a la redis­tri­bu­ción de la rique­za social.

Es cier­to pero en la prác­ti­ca estos encuen­tros ter­mi­nan gene­ran­do aper­tu­ras con algu­nos pre­si­den­tes pro­gre­sis­tas, con Boli­via, Vene­zue­la, Ecua­dor, Cuba. ¿Pero qué pasa con el res­to de los gobier­nos, con los euro­peos? ¿Cuá­les son las posi­bi­li­da­des reales de inser­tar algo de lo que de acá sale en esos otros espacios?

El pro­ble­ma es que no pode­mos seguir tra­ba­jan­do en la lógi­ca que mar­có mucho al movi­mien­to social, a las orga­ni­za­cio­nes no guber­na­men­ta­les, (…) de las gran­des cum­bres mun­dia­les (…), don­de se crea­ron espa­cios para ver cómo se inci­día, como tú colo­ca­bas al menos ahí en la gra­má­ti­ca del párra­fono 6, del artícu­lo 3 sobre finan­cia­mien­to al desa­rro­llo, tal pala­bra que indi­ca­ra una vic­to­ria. Yo colo­ca­ría más nues­tro esfuer­zo no en la lógi­ca ’de inci­den­cia en’, sino en la lógi­ca de cómo con­tri­buir a for­ta­le­cer nues­tra capa­ci­dad de par­ti­ci­par en la dispu­ta hege­mó­ni­ca sobre la visión del mun­do. Eso es lo sus­tan­ti­vo. (…) Hay otro com­po­nen­te, esa dispu­ta por la par­ti­ci­pa­ción efi­caz en el orden de las ideas, de la comu­ni­ca­ción, de la ima­gen, con los sen­ti­dos de cómo que­re­mos que se con­fi­gu­re el mun­do, tie­ne que tener una con­tri­bu­ción en la lucha social, en la lucha en las calles, en la lucha de masas. (…) Es la agen­da fun­da­men­tal de la Arti­cu­la­ción de Movi­mien­tos Socia­les hacia el ALBA: cómo recu­pe­rar la lucha social, la lucha de con­fron­ta­ción, la lucha de resis­ten­cia en las calles de nues­tros países.

Me gus­ta­ría una refle­xión gene­ral de la Cuba de hoy.

En Cuba hoy se están pro­du­cien­do pro­fun­das trans­for­ma­cio­nes. Un país en el que a par­tir del año 90 se jun­tan los erro­res y des­acier­tos de esa aven­tu­ra inau­di­ta que ha sido la revo­lu­ción cuba­na, de esa dicha innom­bra­ble que nos ha toca­do vivir en la isla, que ha esta­do lle­na de ale­grías, de vic­to­rias, de feli­ci­da­des, enca­bro­na­mien­tos y empu­tamien­tos con­tra cosas mal hechas por noso­tros, que se ha jun­ta­do con un blo­queo y una agre­si­vi­dad nor­te­ame­ri­ca­na que se man­tie­ne y una cri­sis que a par­tir del año 90 se ins­ta­ló en el país por nues­tros víncu­los comer­cia­les con los paí­ses de Euro­pa del Este. Todo eso se jun­ta y ha indi­ca­do que tene­mos que pro­du­cir trans­for­ma­cio­nes (…) que pre­ten­den, pri­me­ro, dina­mi­zar la eco­no­mía cuba­na y tra­tar de resol­ver, des­de un mode­lo de desa­rro­llo sus­ten­ta­ble (…), la mate­ria­li­dad de la feli­ci­dad de los cuba­nos. Y al mis­mo tiem­po ir avan­zan­do en un país mucho más par­ti­ci­pa­ti­vo, demo­crá­ti­co, y en un con­tex­to tam­bién don­de se va a pro­du­cir una tran­si­ción gene­ra­cio­nal en el lide­raz­go de la revo­lu­ción. Y de pron­to Cuba es un her­vi­de­ro de ideas, de deba­tes, expe­rien­cias, ejer­ci­cios de prue­ba y error. Cuba está por rein­ven­tar­se te diría y en eso hay que meter la mano.

¿El recam­bio gene­ra­cio­nal de diri­gen­tes del que habla­bas tie­ne base?, ¿está preparado?

En Cuba no hay una indus­tria de pro­du­cir cla­se polí­ti­ca. (…) En Cuba hay un pue­blo que ha teni­do nive­les de orga­ni­za­ción, de ins­truc­ción, de for­ma­ción polí­ti­ca, valo­res de coope­ra­ción y sen­si­bi­li­dad, y nues­tro sis­te­ma, que es nues­tro sis­te­ma, pue­de ser una mier­da, pero nos lo dimos noso­tros, y nos corres­pon­de a noso­tros si es una mier­da cam­biar­lo y tene­mos que mejo­rar­lo. (…) La tra­di­ción socia­lis­ta, y sobre todo aque­lla como la nues­tra que copió cosas acrí­ti­ca­men­te del mode­lo sovié­ti­co, tie­ne insu­fi­cien­cias en su mode­lo demo­crá­ti­co. Pero insu­fi­cien­cias para las nece­si­da­des de pro­ta­go­nis­mo popu­lar que nece­si­ta un pro­yec­to socia­lis­ta como pro­yec­to de socia­li­za­ción del poder, no insu­fi­cien­cias demo­crá­ti­cas con res­pec­to a las demo­cra­cias que me ven­den en Amé­ri­ca Lati­na. Hay que cami­nar, cami­nar, cami­nar. No hay una indus­tria de pro­duc­ción de cla­se polí­ti­ca. Son ciu­da­da­nos y ciu­da­da­nas que por su abne­ga­ción, su entre­ga al tra­ba­jo, sus capa­ci­da­des, sus habi­li­da­des, lle­ga­rán a pues­tos de direc­ción. No vamos a tener otro Fidel Cas­tro. (…) Noso­tros tene­mos que, toman­do con­cien­cia de que no vamos a tener un lide­raz­go de la esta­tu­ra, tama­ño y den­si­dad caris­má­ti­ca his­tó­ri­ca de Fidel, ver cómo ese lide­raz­go se da de mane­ra socia­li­za­da, de mane­ras más colec­ti­vas. (…) El socia­lis­mo tie­ne que ser un pro­ce­so pro­fun­do de socia­li­za­ción del poder don­de todos y todas de mane­ra cre­cien­te, has­ta los lími­tes téc­ni­cos posi­bles, ejer­za­mos la demo­cra­cia direc­ta y par­ti­ci­pa­ti­va. Y por ahí esta­mos cami­nan­do. ¿Qué sal­drá? No sé. Pero vamos a morir en la pelea de que lo que se pre­ten­de en Cuba, y lo que que­re­mos para Cuba, es pro­fun­di­zar, embe­lle­cer el pro­yec­to socia­lis­ta cubano.

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