“Ante las mise­rias de “El País” y la pren­sa cor­po­ra­ti­va, cons­tru­ya­mos una res­pues­ta des­de los pueblos”

La portada de El País con la falsa foto del Presidente Chávez

Con el títu­lo “Ante las mise­rias de El País y la pren­sa cor­po­ra­ti­va, cons­tru­ya­mos una res­pues­ta des­de los pue­blos”, Alba TV, canal comu­ni­ta­rio inter­na­cio­nal rea­li­za­do des­de Vene­zue­la, pro­mue­ve esta decla­ra­ción por una nue­va comu­ni­ca­ción a la que des­de Alba Sud nos sumamos.

En las últi­mas horas, un nue­vo escán­da­lo sacu­de a uno de los prin­ci­pa­les medios cor­po­ra­ti­vos del mun­do. Esta vez el pro­ta­go­nis­ta es el dia­rio El País, de Espa­ña, que en un nue­vo ata­que al pre­si­den­te de Vene­zue­la, Hugo Chá­vez, publi­có en por­ta­da una fal­sa foto del pre­si­den­te, supues­ta­men­te entu­ba­do en el hospital.

El hecho es lamen­ta­ble por­que, aún en el caso de que hubie­ra sido cier­ta, se tra­ta de una gra­ve vio­la­ción a la pri­va­ci­dad de las per­so­nas. Pero estas empre­sas de infor­ma­ción no tie­nen lími­tes. Con tal de desa­rro­llar sus cam­pa­ñas de intere­ses, como his­tó­ri­ca­men­te con­tra Cuba, como des­de hace años con­tra Vene­zue­la, no repa­ran en abso­lu­ta­men­te nin­gún prin­ci­pio. Ni siquie­ra en el pape­lón gigan­tes­co que pue­den lle­gar a pro­ta­go­ni­zar com­pran­do una foto de ese tipo. No impor­ta la ver­dad, sino ins­ta­lar sus opi­nio­nes, ves­ti­dos de noticia.

El ata­que a Chá­vez, en ver­dad, no es un ata­que a un hom­bre públi­co que está pasan­do un momen­to deli­ca­do de salud; o no sólo ‑y no prin­ci­pal­men­te- es eso.

Es el ata­que a un pue­blo, a un sis­te­ma ins­ti­tu­cio­nal, al inten­to de un país lati­no­ame­ri­cano por rom­per la depen­den­cia y la opre­sión de los pode­ro­sos. Es un ata­que a la comu­ni­ca­ción popu­lar, que pone sobre la mesa las mise­rias de una pren­sa don­de las opi­nio­nes tie­nen pre­cio, don­de todo se com­pra y se ven­de, des­de un titu­lar has­ta una foto.

La pren­sa hege­mó­ni­ca es una pren­sa dis­cri­mi­na­to­ria, pron­ta a cons­truir este­reo­ti­pos que ata­can todo pro­ce­so de cam­bio social, cri­mi­na­li­zan los movi­mien­tos socia­les, cosi­fi­can a la mujer, segre­gan a las per­so­nas por su opción sexual, nacio­na­li­dad, cul­tu­ra, y reli­gión. Y a todo aque­llo que esca­pe a las nor­mas esta­ble­ci­das por los patro­nes del sis­te­ma. Un orden don­de cada vez mayo­res cri­sis son gene­ra­das para obte­ner mayo­res ganan­cias, con las acti­vi­da­des que sean, des­de la gue­rra y el trá­fi­co ‑de per­so­nas, dro­gas o armas- has­ta el mane­jo de información.

Este acon­te­ci­mien­to, por otra par­te, vie­ne a coro­nar un lar­go pro­ce­so de des­gas­te de la ima­gen de esta comu­ni­ca­ción empre­sa­ria. Si has­ta hace pocos años, los medios bur­gue­ses se pre­sen­ta­ban a sí mis­mos como un pará­me­tro de obje­ti­vi­dad e impar­cia­li­dad, y podían hacer­lo por­que el públi­co lo creía, a esta altu­ra esa fic­ción ya casi nadie la cree.

Un desa­fío en nues­tras manos

A fuer­za de tras­piés como el de El País, poco a poco ha ido que­dan­do al des­cu­bier­to que cada medio tie­ne sus intere­ses, no sólo por­que natu­ral­men­te tie­nen una ideo­lo­gía, que es la de los due­ños y edi­to­res del medio, sino por­que en el caso de las gran­des empre­sas pri­va­das de comu­ni­ca­ción, se tra­ta de con­glo­me­ra­dos empre­sa­ria­les con fuer­tes víncu­los con otras empre­sas. Hable­mos cla­ro: se tra­ta de los apa­ra­tos ideo­ló­gi­co-cul­tu­ra­les más impor­tan­tes que tie­nen las empre­sas y los gobier­nos del capi­ta­lis­mo para ins­ta­lar sus ideas como si fue­ran de toda la socie­dad. En nues­tra Amé­ri­ca, esta­mos hablan­do, entre otros, de gru­pos empre­sa­rios como Tele­vi­sa en Méxi­co, O Glo­bo en Bra­sil, ABC Color en Para­guay, El Mer­cu­rio en Chi­le, El Tiem­po en Colom­bia, Glo­bo­vi­sión en Vene­zue­la, Gru­po Cla­rín y La Nación en Argen­ti­na, arti­cu­la­dos con­ve­nien­te­men­te con com­pa­ñías como El Nue­vo Herald des­de Mia­mi, o El País y ABC des­de el Esta­do español.

Esta situa­ción, enton­ces, es al mis­mo tiem­po una opor­tu­ni­dad. La deba­cle de la pren­sa bur­gue­sa, que expre­san epi­so­dios como el de El País, aun­que no sólo estos, nos tie­ne que impul­sar en la cons­truc­ción de más y mejo­res herra­mien­tas de comu­ni­ca­ción, capa­ces de supe­rar el para­dig­ma capi­ta­lis­ta de la comu­ni­ca­ción, que aun­que en cri­sis, toda­vía es hegemónico.

Debe­mos seguir mul­ti­pli­can­do nues­tros esfuer­zos por gene­rar, des­de el mis­mo pue­blo, otra comu­ni­ca­ción, que pon­ga en pri­mer plano los intere­ses, pro­ble­mas, logros y desa­fíos de toda la sociedad.

En esta gue­rra de cuar­ta gene­ra­ción, la arti­cu­la­ción de pro­yec­tos de comu­ni­ca­ción popu­lar es una nece­si­dad estratégica.

Para poner de relie­ve una for­ma de comu­ni­car que sub­vier­ta las nor­mas comer­cia­les de esa vie­ja comu­ni­ca­ción empre­sa­ria que es pre­ci­so superar:

  • Una comu­ni­ca­ción que par­ta de las nece­si­da­des y expec­ta­ti­vas de las comu­ni­da­des: de sus reali­da­des socia­les, eco­nó­mi­cas, polí­ti­cas y culturales.
  • Una comu­ni­ca­ción que no mani­pu­le la ver­dad, sino que res­pe­te las fuen­tes y el públi­co des­ti­na­ta­rio. Que no se vis­ta de obje­ti­vi­dad y neu­tra­li­dad, por­que tal cosa no exis­te, sino que se posi­cio­ne des­de los intere­ses popu­la­res con fide­li­dad a los hechos ver­da­de­ros. La mejor for­ma de acer­car­se a la obje­ti­vi­dad, la más hones­ta, es asu­mir la pro­pia sub­je­ti­vi­dad en la pro­duc­ción, edi­ción y dis­tri­bu­ción de sentidos.
  • Una comu­ni­ca­ción, en fin, que no esté dis­po­ni­ble para ser com­pra­da y ven­di­da como cual­quier mer­can­cía, sino que sea arma en la bata­lla por una nue­va socie­dad, sin explo­ta­do­res ni explotados.
  • Una comu­ni­ca­ción diver­sa y plu­ral, que apues­te por la inte­gra­ción de los movi­mien­tos popu­la­res, que pue­da pro­yec­tar otra vida, en un mun­do cada vez más en peli­gro de colap­so, a cau­sa del capitalismo.

Tenien­do en cuen­ta la pro­xi­mi­dad de la Cum­bre de la CELAC de San­tia­go de Chi­le, con­vo­ca­mos tam­bién a los y las pre­si­den­tes y repre­sen­tan­tes de los Esta­dos allí reu­ni­dos, no sólo a pro­nun­ciar­se con­tra las agre­sio­nes mediá­ti­ca a los pro­ce­so de cam­bio en cur­so en nues­tro con­ti­nen­te, que dia­ria­men­te se reite­ran des­de la pren­sa capi­ta­lis­ta, sino fun­da­men­tal­men­te a imple­men­tar polí­ti­cas públi­cas que for­ta­lez­can ini­cia­ti­vas comu­ni­ca­cio­na­les demo­crá­ti­cas y participativas.

Con­vo­ca­mos tam­bién a las y los par­ti­ci­pan­tes de la Cum­bre de los Pue­blos a pro­nun­ciar­se en este sen­ti­do. Y sobre todo, con­vo­ca­mos a la socie­dad en gene­ral, y a los pro­yec­tos de comu­ni­ca­ción popu­lar en par­ti­cu­lar, a ampli­fi­car este deba­te y unir esfuer­zos, con estos objetivos:

  • Con­ti­nuar cons­tru­yen­do amplia­men­te, en for­ma colec­ti­va, pro­ce­sos que den como resul­ta­do la san­ción de nue­vas nor­ma­ti­vas demo­cra­ti­za­do­ras de la comu­ni­ca­ción, así como la imple­men­ta­ción efec­ti­va de las legis­la­cio­nes exis­ten­tes en este sentido.
  • For­ta­le­cer víncu­los y avan­zar en la arti­cu­la­ción de los empren­di­mien­tos comu­ni­ca­cio­na­les de los pueblos.
  • Cons­truir una agen­da común, vin­cu­la­da a las nece­si­da­des, apues­tas y desa­fíos de nues­tras reali­da­des profundas.
  • For­ta­le­cer herra­mien­tas que per­mi­tan ela­bo­rar pro­pues­tas y res­pues­tas cada vez más coor­di­na­das en mate­ria de comu­ni­ca­ción par­ti­ci­pa­ti­va y con pro­ta­go­nis­mo popular.
  • Defen­der los pro­ce­sos de inde­pen­den­cia y sobe­ra­nía que libre y demo­crá­ti­ca­men­te desa­rro­llan los pue­blos nues­tro continente.

Cara­cas, 24 de enero de 2013.

Para adhe­sio­nes, escri­biralbadelospueblos@​gmail.​com

Vea la lis­ta de fir­man­tes aquí.

Fuen­te ori­gi­nal: http://www.albasud.org/noticia/es/379/declaraci-n-urgente-por-una-nueva-comunicaci‑n

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