La dis­per­sión sigue matan­do- Jon Garay

Estos días son espe­cial­men­te difí­ci­les para los fami­lia­res y alle­ga­dos de los pre­sos y pre­sas vas­cas. En pri­mer lugar por­que lle­gan las nie­ves, los hie­los, la llu­via. La dis­per­sión se hace más dura, más peli­gro­sa. Da más mie­do salir a la carre­te­ra. Y tam­bién por­que en estos días se cum­plen los ani­ver­sa­rios de las muer­tes de Sara Fer­nán­dez y Kar­me­le Sola­gu­ren, que falle­cie­ron en 2003 y 2004 en sen­dos acci­den­tes de trá­fi­co al ir a visi­tar a su ami­go e hijo, respectivamente.

Estas fechas, el 29 de noviem­bre y el 6 de enero, no son meras ono­más­ti­cas en el calen­da­rio, no son el recuer­do de algo que pasó. Es lo que le pue­de pasar cual­quier fin de sema­na a las cien­tos de per­so­nas que se jue­gan la vida en las carre­te­ras de Espa­ña y Fran­cia. Sin ir más lejos, tres veci­nos de Tafa­lla sufrie­ron un gra­ve acci­den­te hace dos sema­nas, y este año ya hacen un total de 13 acci­den­tes con 40 per­so­nas afec­ta­das. El más gra­ve, el de la fami­lia de Mikel Egi­bar, en agos­to, que se sal­dó con la mujer del pre­so en la UCI en esta­do muy gra­ve y los dos hijos, meno­res de edad, hospitalizados.

Pero la dis­per­sión no es solo el sus­to de un acci­den­te leve, o el dolor y las heri­das de uno gra­ve. Es la ten­sión y el des­gas­te per­ma­nen­te, el can­san­cio acu­mu­la­do, las miles de horas en la carre­te­ra, la terri­ble san­gría eco­nó­mi­ca que supo­ne. Es tam­bién preo­cu­pa­ción, mie­do, sue­ño, ago­ta­mien­to. Fami­lias y cua­dri­llas ente­ras en movi­mien­to todos los fines de sema­na. Y una sen­sa­ción de injus­ti­cia, de ver todos sus dere­chos vul­ne­ra­dos. Seguir car­gan­do con este cas­ti­go por la deci­sión polí­ti­ca de un Gobierno que quie­re blo­quear con ellos el pro­ce­so de paz.

Detrás de las polí­ti­cas irres­pon­sa­bles y extre­mis­tas del PP hay miles de per­so­nas que siguen sufrien­do. Hable­mos de dis­per­sión, o de pre­sos enfer­mos, o de quie­nes siguen en la cár­cel tras haber cum­pli­do su con­de­na, a la espe­ra de la reso­lu­ción defi­ni­ti­va del Tri­bu­nal Euro­peo de Dere­chos Huma­nos de Estras­bur­go. Hable­mos de polí­ti­ca peni­ten­cia­ria y detrás apa­re­cen amplí­si­mas capas socia­les que siguen sufriendo.

Y qué duda cabe, los por­ta­zos due­len. Casos como el de Iosu Uri­betxe­be­rria, Inés del Río, el goteo de acci­den­tes o las agre­sio­nes a fami­lia­res due­len mucho, por­que dibu­jan en la men­te de miles per­so­nas la pre­vi­sión de que van a seguir sufrien­do, de que el Gobierno está deci­di­do a man­te­ner su tortura.

La dis­per­sión es ten­sión y des­gas­te, can­san­cio acu­mu­la­do y miles de horas de carre­te­ra, con la san­gría eco­nó­mi­ca que esto supone

Al PP le bas­ta­ría con apli­car la legis­la­ción ordi­na­ria, pero se empe­ña en man­te­ner las polí­ti­cas de excep­ción con el obje­ti­vo de gene­rar más sufri­mien­to. Y la gen­te que sufre esas polí­ti­cas está deman­dan­do que se pro­te­jan ya sus dere­chos y sus vidas. Esta­mos hablan­do de gra­ves vul­ne­ra­cio­nes de los Dere­chos Huma­nos, que afec­tan a muchas per­so­nas en Nava­rra, y que están suce­dien­do a la vis­ta de todos. Y cree­mos que es nece­sa­rio dar pasos efec­ti­vos para ali­viar las vidas de estas personas.

Se ha pues­to en mar­cha la movi­li­za­ción gene­ral popu­lar del pró­xi­mo 12 de enero en Bil­bo, en la que pro­po­ne­mos un gran con­sen­so social en torno a cua­tro pun­tos: 1) Tras­la­dar a Eus­kal Herria a todos los pre­sos y pre­sas vas­cas. 2) Dejar libres a los pre­sos y pre­sas con enfer­me­da­des gra­ves. 3) Ter­mi­nar con la pro­lon­ga­ción de las con­de­nas y dero­gar las medi­das que con­lle­van la cade­na per­pe­tua. 4) Res­pe­tar todos los Dere­chos Huma­nos que les corres­pon­den como pre­sas y como personas.

Des­de Herri­ra veni­mos insis­tien­do en la nece­si­dad de un gran acuer­do social para empe­zar a dar una solu­ción a la exis­ten­cia de cien­tos de pre­sos y exi­lia­dos. Y cree­mos que la pri­me­ra eta­pa de ese gran acuer­do social es la defen­sa de los Dere­chos Huma­nos de todas las per­so­nas; ase­gu­rar una pri­me­ra esta­ción de paz en este país en la que toda la socie­dad vea que su situa­ción ha mejo­ra­do, que se res­pe­tan sus dere­chos básicos.

Esta­mos con­ven­ci­dos de que la mar­cha del 12 de enero va a supo­ner un hito his­tó­ri­co, y nece­si­ta­mos que lo sea para ace­le­rar esce­na­rios y dejar atrás el sufri­mien­to del que esta­mos hablan­do. Por eso, lo que pro­po­ne­mos a la ciu­da­da­nía y a todos los agen­tes polí­ti­cos y socia­les, es que en este día mos­tre­mos de mane­ra rotun­da ese gran acuer­do social, que sal­ga­mos a la calle por lo que nos une, la defen­sa de los Dere­chos Huma­nos y el pro­ce­so de paz.

Cree­mos que supe­rar estas medi­das de excep­ción es algo urgen­te, y que será bene­fi­cio­so para toda la socie­dad. Y mere­ce la pena hacer un esfuer­zo para ace­le­rar nue­vos esce­na­rios. Lo nece­si­ta mucha gente.

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