Un nue­vo pun­to de infle­xión en Egipto

Egip­to ha vivi­do esta sema­na una nue­va rebe­lión popu­lar. El Pre­si­den­te Moha­med Mor­si, quien a prin­ci­pios de este año ganó la pri­me­ra elec­ción pre­si­den­cial des­de la caí­da del dic­ta­dor Hos­ni Muba­rak en febre­ro de 2011, ha tra­ta­do de con­so­li­dar su pre­si­den­cia y el domi­nio polí­ti­co de los Her­ma­nos Musul­ma­nes con: 1) un decre­to que amplía dra­má­ti­ca­men­te sus pode­res, y 2) un refe­rén­dum urgen­te, con­vo­ca­do para el 15 de diciem­bre, sobre un pro­yec­to de cons­ti­tu­ción que con­so­li­da al isla­mis­mo como la fuer­za polí­ti­ca domi­nan­te en el país.

El mar­tes 4 de diciem­bre, cien­tos de miles de per­so­nas se unie­ron a una mani­fes­ta­ción a favor de la demo­cra­cia que se diri­gió hacia el pala­cio pre­si­den­cial para denun­ciar el decre­ta­zo de Mor­si. Al día siguien­te, los Her­ma­nos Musul­ma­nes con­tra­ata­ca­ron, movi­li­zan­do a miles de sus par­ti­da­rios más faná­ti­cos para ata­car a los acti­vis­tas que rea­li­za­ban una sen­ta­da fren­te al pala­cio presidencial.

Egip­to está sobre el filo de una nava­ja. Mor­si pro­me­tió la noche del jue­ves en la tele­vi­sión nacio­nal seguir ade­lan­te con el refe­rén­dum. En pro­tes­ta, algu­nos miem­bros de su gobierno dimi­tie­ron y la rebe­lión se extien­de a sec­to­res cada vez más amplios de la pobla­ción. El ejer­ci­to, que se inter­pu­so entre los mani­fes­tan­tes y con­tra­ma­ni­fes­tan­tes isla­mis­tas que rodea­ban el pala­cio pre­si­den­cial advir­tió que no inter­ven­dría. Final­men­te, el sába­do día 8, Mor­si y los diri­gen­tes de los Her­ma­nos Musul­ma­nes deci­die­ron inten­tar cana­li­zar la revuel­ta popu­lar con­tra el decre­ta­zo por la vía elec­to­ral, evi­tan­do una con­fron­ta­ción en las calles: el Decre­to pre­si­den­cial que­dó anu­la­do, aun­que se man­ten­drá el refe­rén­dum sobre el pro­yec­to cons­ti­tu­cio­nal para el pró­xi­mo día 15. De no ser apro­ba­do, Mor­si ha anun­cia­do que con­vo­ca­ra nue­vas elec­cio­nes legis­la­ti­vas en tres meses, con el man­da­to de que el nue­vo par­la­men­to redac­te una nue­va constitución.

El jue­ves, Socia​list​Wor​ker​.org habló con Mos­ta­fa Ali y Ahmed Shaw­ki, que se encuen­tran en El Cai­ro, para pedir­les su aná­li­sis de los últi­mos acontecimientos.

Ahmed: Es una fra­se mani­da, pero es evi­den­te que hemos abier­to una nue­va eta­pa de la Pri­ma­ve­ra Ára­be. Lo que hemos pre­sen­cia­do en Egip­to, en un perío­do muy cor­to de tiem­po, es el enor­me cre­ci­mien­to de la opo­si­ción al gobierno recién ele­gi­do de Moha­med Mor­si, de los Her­ma­nos Musul­ma­nes, y la expre­sión de esa opo­si­ción en pro­tes­tas masivas.

Hace un año, las elec­cio­nes par­la­men­ta­rias fue­ron gana­das por el Par­ti­do Liber­tad y Jus­ti­cia (PLJ), el bra­zo polí­ti­co de la Her­man­dad, y por otros par­ti­dos isla­mis­tas. Hace seis meses, Mor­si ganó la pre­si­den­cia. Y aho­ra, lo que está tenien­do lugar es un recha­zo a Mor­si y la Her­man­dad por par­te de amplias capas de la pobla­ción de Egipto.

La velo­ci­dad de los acon­te­ci­mien­tos es enor­me.. El 22 de noviem­bre Mor­si publi­có un decre­to que amplia sus pode­res enor­me­men­te. Algu­nas par­tes del decre­to están redac­ta­das de mane­ra que parez­ca que Mor­si está al lado de la revo­lu­ción: el cese del odia­do fis­cal gene­ral de la era Muba­rak. Pero el obje­ti­vo prin­ci­pal es situar su auto­ri­dad y la auto­ri­dad del gobierno – así como de la Asam­blea Cons­ti­tu­yen­te que pre­pa­ra una nue­va Cons­ti­tu­ción para Egip­to – más allá del con­trol del poder judi­cial o de cual­quier otra persona.

Lue­go, Mor­si ele­vó la apues­ta. La Asam­blea Cons­ti­tu­yen­te hizo públi­co su pro­yec­to de cons­ti­tu­ción, y Mor­si anun­ció la con­vo­ca­to­ria de un refe­rén­dum nacio­nal solo dos sema­nas después.

Pero hay un enor­me resen­ti­mien­to con­tra lo que es cla­ra­men­te una toma de poder por par­te de los Her­ma­nos Musul­ma­nes y sus alia­dos, y se refle­ja en todo el país, lo que ha pro­vo­ca­do la re-movi­li­za­ción de un gran núme­ro de per­so­nas en pro­tes­ta con­tra el gobierno. No sólo en las zonas urba­nas, que ya habían expre­sa­do un impor­tan­te apo­yo a algu­nos de los can­di­da­tos lai­cos en la elec­ción pre­si­den­cial, como Ham­deen Sabahi, sino en todo el país.

Mos­ta­fa: La ira con­tra la Her­man­dad no es sólo en los gran­des cen­tros de la revo­lu­ción, El Cai­ro y Ale­jan­dría. Un nue­vo fenó­meno de las últi­mas sema­nas es que la indig­na­ción es cada vez mayor en las zonas rura­les y las ciu­da­des pro­vin­cia­les que han sido bas­tio­nes de la Hermandad.

Las pro­tes­tas, en su mayor par­te, han sido accio­nes espon­tá­neas. Se han pro­du­ci­do varios ata­ques a la sede de los Her­ma­nos Musul­ma­nes en Ale­jan­dría, en Canal de Suez, en las ciu­da­des de Ismai­lia y Suez, en el nor­te del Del­ta y otros lugares.

Mor­si y los Her­ma­nos Musul­ma­nes no espe­ra­ban que la reac­ción que ha teni­do lugar alcan­za­se esta masi­vi­dad y radi­ca­li­dad, espe­cial­men­te en los últi­mos tres días.

Creo que se han deja­do lle­var pro­ba­ble­men­te por un nivel de con­fian­za infun­da­do de su capa­ci­dad de salir bien para­dos en cual­quier situa­ción. Salie­ron de la nego­cia­ción con Israel de alto el fue­go en Gaza cre­yen­do que eran inven­ci­bles, y que podían ren­ta­bi­li­zar a su favor lo que pare­cía una vic­to­ria para la polí­ti­ca exte­rior de Egip­to y con­so­li­dar su poder en el país. Hay muchos infor­mes, de hecho, que afir­man que Mor­si pro­mul­gó el decre­to con el vis­to bueno de los Esta­dos Uni­dos y, con­cre­ta­men­te, con la apro­ba­ción de la Secre­ta­ria de Esta­do Hillary Clinton.

No creo que espe­ra­sen el enor­me núme­ro de per­so­nas que salió a las calles. El mar­tes, se sor­pren­die­ron cuan­do cien­tos de miles de mani­fes­tan­tes mar­cha­ron hacia el pala­cio pre­si­den­cial. Y al día siguien­te, el miér­co­les, tra­je­ron a unos cen­te­na­res de mato­nes de la Her­man­dad para dis­per­sar una pro­tes­ta pací­fi­ca que pen­sa­ban que reu­ni­ría como mucho a una doce­na de mani­fes­tan­tes. Creían que así iban a des­mo­ra­li­zar a la oposición.

De hecho, suce­dió jus­to lo con­tra­rio. La movi­li­za­ción con­tra el ata­que de los mato­nes de la Her­man­dad reu­nió a miles de per­so­nas. Los mani­fes­tan­tes supe­ra­ban ini­cial­men­te en núme­ro a los mili­tan­tes de la Her­man­dad y se enfren­ta­ron a los mato­nes isla­mis­tas en una bata­lla calle­je­ra duran­te horas y horas. La Her­man­dad tuvo que traer refuer­zos de toda la ciu­dad para evi­tar que el pala­cio pre­si­den­cial fue­ra asaltado.

Ahmed: Una expre­sión muy cla­ra del recha­zo a Mor­si fue la deci­sión de 11 perió­di­cos nacio­na­les de pro­pie­dad pri­va­da de sus­pen­der su publi­ca­ción el mar­tes en pro­tes­ta pre­ven­ti­va con­tra los recor­tes a la liber­tad de expre­sión que se espe­ran como con­se­cuen­cia de la direc­ción que están adop­tan­do Mor­si y los Her­ma­nos Musul­ma­nes. Inclu­so los tres perió­di­cos guber­na­men­ta­les se hicie­ron eco de estas preo­cu­pa­cio­nes. El sin­di­ca­to de perio­dis­tas se decla­ra­ron en huel­ga, y todos los perió­di­cos que se publi­ca­ron lo hicie­ron con una nota en pri­me­ra pági­na decla­ran­do que están en con­tra de cual­quier dic­ta­du­ra, con­tra la cen­su­ra y similares.

El miér­co­les, las esta­cio­nes de tele­vi­sión pri­va­das hicie­ron lo mis­mo, inclu­yen­do sus pági­nas web aso­cia­das. No trans­mi­tie­ron nin­gu­na noti­cia para enviar el men­sa­je de su oposición.

Esa deci­sión de las cade­nas de tele­vi­sión se levan­tó para comu­ni­car la noti­cia de que se esta­ba ata­can­do a los mani­fes­tan­tes pro-demo­cra­cia fren­te al pala­cio pre­si­den­cial, que está situa­do fue­ra del cen­tro de la ciu­dad y don­de resi­dió Hos­ni Muba­rak – hoy, no es la resi­den­cia pri­va­da de Mor­si , pero si don­de se reúne el gobierno.

Que los Her­ma­nos Musul­ma­nes y algu­nos de sus alia­dos envia­ron mato­nes para rom­per la sen­ta­da ha cau­sa­do una enor­me con­mo­ción y una fuer­te pola­ri­za­ción, por­que la gen­te no esta­ba acos­tum­bra­da a ver bata­llas de este tipo en las calles.

Lo que ocu­rrió el miér­co­les no fue como la revo­lu­ción del 25 de enero del año pasa­do, don­de una mul­ti­tud de per­so­nas se mani­fes­tó con­tra la poli­cía o el esta­do. En cam­bio, aho­ra, se tra­ta de «egip­cios con­tra egip­cios» – con este tipo de len­gua­je es como la gen­te expli­ca como los Her­ma­nos Musul­ma­nes envia­ron a sus mato­nes para ata­car físi­ca­men­te a los manifestantes.

Mos­ta­fa: Hace menos de un mes, la popu­la­ri­dad de Mor­si y de la Her­man­dad era muy alta. Las encues­tas reco­gían un 70% de apo­yo; inclu­so aun­que no fue­se tan alto, era muy sig­ni­fi­ca­ti­vo. Muchas per­so­nas que no habían vota­do a Mor­si en junio veían con bue­nos ojos sus pro­me­sas pre-elec­to­ra­les e inme­dia­ta­men­te pos­te­rio­res: refor­mas y mejo­ra del nivel de vida, jus­ti­cia social y satis­fac­ción de las rei­vin­di­ca­cio­nes de la revolución.

Había enor­mes expec­ta­ti­vas y un gran apo­yo popu­lar a Mor­si. Pero en cues­tión de dos o tres meses, se ha disipado.

La gota que col­mó el vaso fue el inten­to de Mor­si de impul­sar una cons­ti­tu­ción anti­de­mo­crá­ti­ca que piso­tea los dere­chos de los tra­ba­ja­do­res, de los cam­pe­si­nos, de las muje­res y de los cris­tia­nos y de las mino­rías opri­mi­das. La Asam­blea Cons­ti­tu­yen­te fue domi­na­da por los isla­mis­tas, que ela­bo­ra­ron un pro­yec­to de cons­ti­tu­ción como que­rían, y le dije­ron a la opo­si­ción libe­ral y a la izquier­da que se fas­ti­dia­ran. Y Mor­si, por su par­te, decre­tó que la Asam­blea Cons­ti­tu­yen­te que­da­ba pro­te­gi­da de cual­quier inten­to judi­cial de disolución.

En solo las dos últi­mas sema­nas, estas cues­tio­nes han pro­vo­ca­do una enor­me des­ilu­sión entre un mon­tón de gen­te que se podría cali­fi­car de sim­pa­ti­zan­tes oca­sio­na­les de la Her­man­dad – per­so­nas que que­rían dar una opor­tu­ni­dad a la Her­man­dad, que tenían gran­des espe­ran­zas en la capa­ci­dad de la Her­man­dad para lle­var a cabo las refor­mas socia­les y eco­nó­mi­cas. En lugar de las refor­mas socia­les y eco­nó­mi­cas, se han encon­tra­do con un inten­to de gol­pe de esta­do auto­crá­ti­co y dic­ta­to­rial para con­so­li­dar su poder.

Sin embar­go, la situa­ción es bas­tan­te com­pli­ca­da, ya que si bien millo­nes de per­so­nas comen­za­ban a radi­ca­li­zar­se por estos temas, peque­ños sec­to­res de los res­tos del régi­men de Muba­rak, espe­cial­men­te los jue­ces, pare­cían enca­be­zar el movi­mien­to de pro­tes­ta. La Her­man­dad, en un prin­ci­pio, inten­tó cali­fi­car la amplia opo­si­ción de “revo­lu­cio­na­rios con bue­nas inten­cio­nes”, pero que esta­ban sien­do enga­ña­dos por los res­tos con­tra­rre­vo­lu­cio­na­rios del anti­guo régi­men. Hubo un ata­que ideo­ló­gi­co muy duro con­tra cual­quier inten­to de opo­ner­se a la toma del poder por la Hermandad.

Pero lo que ha que­da­do cla­ro en las dos últi­mas sema­nas es que la gran mayo­ría de las per­so­nas que iban a Tah­rir para pro­tes­tar y que se decla­ra­ban huel­ga no eran los res­tos del régi­men de Muba­rak. De hecho, muchas de estas per­so­nas habían vota­do por Mor­si, pero se habían des­ilu­sio­na­do muy pron­to con él.

Así que el opti­mis­mo des­ca­be­lla­do de que la Her­man­dad sería capaz de lle­var a cabo muy rápi­da­men­te refor­mas se trans­for­mó en su con­tra­rio: y la gen­te reco­no­ce aho­ra que la Her­man­dad no está intere­sa­da en refor­mar el sis­te­ma, en lograr la jus­ti­cia social, en redis­tri­buir la rique­za o inclu­so en cum­plir su pro­me­sa de man­te­ner un esta­do demo­crá­ti­co civil, no un esta­do islámico.

Ahmed: Quie­ro hacer hin­ca­pié en este pun­to. La gen­te está hablan­do de que los Her­ma­nos Musul­ma­nes quie­ren gober­nar para satis­fa­cer sus pro­pios intere­ses, y no los de la nación. Hoy me encon­tré con una mani­fes­ta­ción en la calle de un par de miles de jóve­nes gri­tan­do, «¡Mor­si, Mor­si, renun­cia!» que es el mis­mo lema que se gri­ta­ba con­tra de Mubarak.

Ese tipo de com­pa­ra­ción de Mor­si con Muba­rak creo que habría sido impen­sa­ble hace unos meses. Impen­sa­ble en el sen­ti­do de que los Her­ma­nos Musul­ma­nes, a pesar de todo lo que uno pue­de pen­sar de ellos, fue­ron muy impor­tan­te en la defen­sa de la pla­za Tah­rir duran­te la revo­lu­ción del 25 de enero, sobre todo los jóve­nes. Y a pesar de que los diri­gen­tes de la Her­man­dad tar­da­ron en sumar­se a la revo­lu­ción, al final resul­ta­ron ser la fuer­za polí­ti­ca mejor orga­ni­za­da en Egip­to, con la mayo­ría de las cone­xio­nes, los recur­sos más polí­ti­cos, etc.

Pero aho­ra la impre­sión es que la Her­man­dad está tra­tan­do de impo­ner sus pro­pios intere­ses egoístas.

La con­sig­na de los jóve­nes en la mani­fes­ta­ción de hoy fue: «Por todo Egip­to, una nación para todos». No es sólo retó­ri­ca vacía. El con­te­ni­do social de la con­sig­na es un Egip­to que no se limi­te a la Her­man­dad, un Egip­to que inclu­ya a los coptos.

Mos­ta­fa: Un hecho impor­tan­te es que varios millo­nes de per­so­nas que nun­ca lo habían hecho antes se han uni­do a las mani­fes­ta­cio­nes y huel­gas en las dos últi­mas sema­nas. Son las per­so­nas que se pro­ta­go­ni­za­ron la revo­lu­ción del 25 de enero. Se les lla­ma de una mane­ra muy diver­ti­da en Egip­to – son el lla­ma­do «Par­ti­do del sofá.» Se tra­ta de per­so­nas que vie­ron la revo­lu­ción por tele­vi­sión, que no esta­ban nece­sa­ria­men­te en con­tra, pero si asus­ta­dos por el fan­tas­ma del caos que podría provocar.

Se tra­ta de per­so­nas que han esta­do en la barre­ra. Muchos pue­de que hayan apo­ya­do la Jun­ta Mili­tar. Pero aho­ra par­ti­ci­pan en mani­fes­ta­cio­nes calle­je­ras, y no para que vuel­va el vie­jo régi­men. Es pro­ba­ble que no ten­gan un nivel de con­cien­cia tan avan­za­do como el de quie­nes pelea­ron en la calle los últi­mos dos años, pero están apren­dien­do rápi­da­men­te y ponién­do­se al día en cuan­to se refie­re a las lec­cio­nes de los dos últi­mos años.

En gene­ral, el movi­mien­to sigue estan­do com­pues­to por per­so­nas que han lucha­do los dos últi­mos años, pero aho­ra inclu­ye ade­más a nue­vos sec­to­res que evo­lu­cio­nan en una direc­ción radi­cal debi­do a las trai­cio­nes de los Her­ma­nos Musulmanes.

Quie­ro dete­ner­me en un pun­to. Es sobre la con­clu­sión a la que han lle­ga­do muchas per­so­nas que fue­ron tes­ti­gos de los acon­te­ci­mien­tos de los últi­mos días acer­ca de la Her­man­dad y su supues­ta inven­ci­bi­li­dad como organización.

Mucha gen­te cree que se tra­ta de una orga­ni­za­ción fas­cis­ta, muy con­tro­la­da, con cien­tos de miles de miem­bros, y que si inten­tas movi­li­zar­te con­tra ella, te aplas­ta­rá. Pero en los últi­mos días el núme­ro de per­so­nas que esta­ban dis­pues­tas a pro­tes­tar y tam­bién a luchar con­tra los ata­ques de la Her­man­dad ha sido asom­bro­so. La gen­te no creía que era capaz movi­li­zar más gen­te y levan­tar una opo­si­ción a los islamistas.

La gen­te esta­ba muy des­mo­ra­li­za­da hace dos meses. Entre los par­ti­da­rios de lle­var la revo­lu­ción has­ta el final había un sen­ti­mien­to gene­ral de pesi­mis­mo en el sen­ti­do de creer que la Her­man­dad y los isla­mis­tas eran todo­po­de­ro­sos. Pero aho­ra, las dis­cu­sio­nes han cam­bia­do, por­que vemos que en reali­dad se pue­de cons­truir una opo­si­ción masiva.

Pue­de que toda­vía no sea evi­den­te cómo se desa­rro­lla­rá esta opo­si­ción y quién la diri­gi­rá. Ham­deen Sabahi y Moha­med El Bara­dei se encuen­tran actual­men­te al fren­te del movi­mien­to, alia­dos a uno de los hom­bres de Muba­rak, Amr Mous­sa, el ex minis­tro de asun­tos exte­rio­res de la dic­ta­du­ra. Esto podría cam­biar en las pró­xi­mas sema­nas por­que mucha gen­te en las calles no quie­re que los res­tos del anti­guo régi­men diri­jan este movimiento.

Quie­ren aco­ger a nue­vas per­so­nas que qui­zás hayan teni­do reser­vas acer­ca de la revo­lu­ción, que no hayan apo­ya­do cla­ra­men­te a la revo­lu­ción, pero tam­bién hay un cre­cien­te recha­zo de cual­quier for­ma de aso­cia­ción con los sím­bo­los del anti­guo régi­men. Así que la natu­ra­le­za de la opo­si­ción es una cues­tión que se resol­ve­rá en las pró­xi­mas semanas.

Ahmed: Creo que el decre­to de Mor­si y la reac­ción con­tra él han crea­do una cri­sis ideo­ló­gi­ca. Hubo un perío­do en el que la Her­man­dad era vis­ta como un fac­tor uni­ta­rio, a tra­vés del Islam, de Egip­to, pero aho­ra se la per­ci­be como algo mucho más redu­ci­do en sus intere­ses y sectario.

Esta maña­na fui a una libre­ría, y vi una por­ta­da de la revis­ta Time que decía: «El hom­bre más impor­tan­te de Orien­te Medio», con una foto de Moha­med Mor­si: ¡el mis­mo hom­bre con­tra el que la pobla­ción egip­cia se está levantando!

Obvia­men­te, la por­ta­da era inme­dia­ta­men­te pos­te­rior al éxi­to de las nego­cia­cio­nes de alto el fue­go en la Fran­ja de Gaza con Israel. Pero aho­ra esta­mos vien­do no sólo mani­fes­ta­cio­nes, sino perio­dis­tas en tele­vi­sión hablan­do abier­ta­men­te de la incom­pe­ten­cia de Mor­si; pre­gun­tán­do­se cómo es posi­ble que des­pués de su vic­to­ria elec­to­ral y de un éxi­to seme­jan­te en polí­ti­ca exte­rior pue­da dar seme­jan­te decre­ta­zo para ampliar sus pode­res y los de la Hermandad.

La Her­man­dad ha per­di­do en bue­na medi­da la pati­na con la que se había recu­bier­to como una orga­ni­za­ción con raí­ces pro­fun­das. Una pati­na en el sen­ti­do de que la Her­man­dad esta­ba allí y era capaz de ayu­dar, aun cuan­do el régi­men de Muba­rak no lo hicie­se, en caso de desas­tres o cri­sis. Aho­ra es vis­ta como una orga­ni­za­ción que, a pesar de todo el poder que acu­mu­la, lo ha fas­ti­dia­do todo, y nada es mejor.

En esta situa­ción, se plan­tean todo tipo de cues­tio­nes socia­les, polí­ti­cas y eco­nó­mi­cas, y toda­vía no se ha resuel­to la más urgen­te: que Mor­si y la Her­man­dad están dis­pues­tos a impo­ner a tra­vés de un refe­rén­dum su cons­ti­tu­ción el 15 de diciem­bre , con­tra una cla­ra y evi­den­te opo­si­ción de masas.

Así que en la prác­ti­ca cual­quie­ra que sea el resul­ta­do del refe­rén­dum va a estar con­ta­mi­na­do por esta urgen­cia impo­si­ti­va y la legi­ti­mi­dad del gobierno se ha ero­sio­na­do en solo cin­co meses de man­da­to de Mor­si. La mane­ra de lidiar con ello, des­de el pun­to de vis­ta de la Her­man­dad, como se pue­de enten­der de los comen­ta­rios de algu­nos fun­cio­na­rios del gobierno, es la ame­na­za de la uti­li­za­ción de la fuer­za físi­ca a un nivel mucho más amplio y armada.

Y eso plan­tea otro pun­to impor­tan­te sobre el carác­ter de los Her­ma­nos Musul­ma­nes como orga­ni­za­ción: y es que ya no es sólo una orga­ni­za­ción. La Her­man­dad tie­ne el con­trol téc­ni­co sobre el esta­do y ha aumen­ta­do sus con­tac­tos en el ejér­ci­to, lo que sig­ni­fi­ca que pue­de uti­li­zar no sólo a 5.000 o 10.000 mato­nes, o a todos los que pue­da reu­nir, sino que tam­bién pue­de recu­rrir a la maqui­na del Esta­do. Esto plan­tea el con­flic­to a un nivel total­men­te diferente.

Sin embar­go, toda­vía nos enfren­ta­mos solo a la intran­si­gen­cia de Mor­si y sus ase­so­res, de sus por­ta­vo­ces y del res­to de las fuer­zas aso­cia­das con él con­tra lo que cla­ra­men­te no es un movi­mien­to mar­gi­nal lai­co de izquier­das. Han pro­vo­ca­do cla­ra­men­te una reac­ción popu­lar y la gen­te dice: «Espe­ra un minu­to, ¿hemos reem­pla­za­do un dic­ta­dor por otro?»

El con­te­ni­do social de esa con­cien­cia, ya sea nue­vo o no, es muy radi­cal. Pue­de con­du­cir al cinis­mo, lo que creo que expli­ca en par­te la pasi­vi­dad de los últi­mos meses. Pero en una situa­ción de con­fron­ta­ción como la que vimos ayer, esa pre­gun­ta se plan­tea en cada café, en cada uni­ver­si­dad, en cada lugar de trabajo.

La Fede­ra­ción Egip­cia de Sin­di­ca­tos Inde­pen­dien­tes recha­za el decre­ta­zo presidencial

La Fede­ra­ción Egip­cia de Sin­di­ca­tos Inde­pen­dien­tes (EFITU) emi­tió esta decla­ra­ción recha­zan­do la Decla­ra­ción cons­ti­tu­cio­nal que anun­ció el pre­si­den­te Moha­med Mor­si y lla­man­do a los tra­ba­ja­do­res egip­cios a movi­li­zar­se con­tra el decreto. 

Que­ri­dos her­ma­nos y la her­ma­nas tra­ba­ja­do­res,

Cuan­do hemos cono­ci­do la Decla­ra­ción Cons­ti­tu­cio­nal anun­cia­da por el pre­si­den­te Moha­med Mor­si, el 21 de noviem­bre, todos noso­tros hemos pre­gun­ta­do a nues­tros colegas:

«¿Que tie­ne esta decla­ra­ción que ver con noso­tros?» «¿Favo­re­ce o per­ju­di­ca nues­tros intereses?»

Ana­li­ce­mos jun­tos lo que está en la decla­ra­ción, y lo que el pre­si­den­te dijo en su dis­cur­so fren­te al Pala­cio Ittiha­diy­ya ante sus seguidores.

1. Hon­rar a los már­ti­res y los heri­dos, con­ce­der pen­sio­nes a las fami­lias de los már­ti­res y de los que no pue­den man­te­ner­se a sí mis­mos y a sus fami­lias a cau­sa de sus heri­das – Esta­mos total­men­te a favor.

2. El Fis­cal Gene­ral – Que­re­mos ver como se le lle­va a jui­cio. Exi­gi­mos su cese, pero esto no debe sig­ni­fi­car que el Eje­cu­ti­vo impo­ne su con­trol al poder judi­cial. ¿Dón­de están el Maris­cal de Cam­po Tan­ta­wi y Anan?

3. Pre­ve­nir la diso­lu­ción de la Asam­blea Cons­ti­tu­yen­te y el Con­se­jo de la Shu­ra, hay una serie de razo­nes que nos preocupan:

◦ Los tra­ba­ja­do­res están repre­sen­ta­dos en esta Asam­blea Cons­ti­tu­yen­te por el Minis­tro de Tra­ba­jo, Kha­lid al-Azhary. ¿Pue­de alguien que haya vis­to su actua­ción duran­te su man­da­to creer que va a defen­der los dere­chos de los trabajadores?

◦ No nos basa­mos en con­je­tu­ras: todos los pro­yec­tos que han sur­gi­do de la Asam­blea Cons­ti­tu­yen­te han sido com­ple­ta­men­te vacia­dos de los dere­chos de los tra­ba­ja­do­res, cam­pe­si­nos, pes­ca­do­res, tra­ba­ja­do­res en pues­tos de tra­ba­jo infor­ma­les. Los artícu­los que men­cio­nan los tra­ba­ja­do­res y la jus­ti­cia social no com­pro­me­ten a nadie para su apli­ca­ción real – ni al gobierno ni a los patro­nos. Al mis­mo tiem­po, los pro­yec­tos pro­te­gen los intere­ses de los due­ños de las fábri­cas y los direc­to­res de las empre­sas: en la actua­li­dad nos encon­tra­mos con patro­nos que se nie­gan a pagar los sala­rios de los tra­ba­ja­do­res y los des­pi­den, o dan órde­nes de cerrar la fábri­ca y echar a los tra­ba­ja­do­res, inclu­so cuan­do han goza­do de pri­vi­le­gios y exen­cio­nes fis­ca­les. Inclu­so han obte­ni­do prés­ta­mos ban­ca­rios y nun­ca los han devuelto.

Este pro­yec­to de cons­ti­tu­ción ata las manos del gobierno y le impi­de tomar cual­quier medi­da para reabrir las empre­sas que han cerra­do, o para sal­var sus pues­tos de tra­ba­jo, o recu­pe­rar sus derechos.

Asi­mis­mo, el pro­yec­to de Cons­ti­tu­ción can­ce­la la cuo­ta de repre­sen­ta­ción de los tra­ba­ja­do­res y de los cam­pe­si­nos en el Par­la­men­to y el Con­se­jo de la Shu­ra. No habrá nadie en abso­lu­to para defen­der los dere­chos de todos los que tra­ba­jan en Egip­to, al igual que nues­tro dere­cho a tener una Ley del Tra­ba­jo para sus­ti­tuir la injus­ta Ley 12 de 2003, o una autén­ti­ca ley de sala­rio míni­mo y máxi­mo, o segu­ri­dad social o un ser­vi­cio de salud uni­ver­sal para todos los ciu­da­da­nos, o cual­quie­ra de las otras leyes que pro­te­gen muchos de los dere­chos de las per­so­nas trabajadoras.

4. Inmu­ni­dad para las deci­sio­nes pre­si­den­cia­les – ¿Cómo pue­de el pre­si­den­te pro­mul­gar leyes, y tra­ba­jar para su apli­ca­ción, sin que nin­guno de noso­tros ten­ga dere­cho de acu­dir a los tri­bu­na­les para impug­nar­las? ¿Y si se emi­te un decre­to que prohí­ba todos los sin­di­ca­tos que se han crea­do des­de la revo­lu­ción? ¿Nadie podrá opo­ner­se a ella?

5. En cuan­to al dis­cur­so del pre­si­den­te – En su dis­cur­so, el pre­si­den­te dijo que iba a usar la ley con­tra la inte­rrup­ción de la pro­duc­ción o el blo­queo de carre­te­ras, o prohi­bir por ley las huel­gas y sen­ta­das. ¿Cómo se supo­ne que vamos a defen­der nues­tros dere­chos cuan­do nos están roban­do? ¿Se supo­ne que debe­mos dejar que nos echan de nues­tros pues­tos de tra­ba­jo, y se nie­gan a pagar­nos nues­tros sala­rios? ¿O ver a nues­tros cole­gas morir o ser heri­do por­que nues­tros jefes no pro­por­cio­nar luga­res de tra­ba­jo segu­ros? ¿O mirar para otro lado cuan­do los empre­sa­rios se que­dan con nues­tras cuo­tas de la segu­ri­dad social? … Y ¿se supo­ne que no debe­mos hacer nada?

La pri­me­ra ley que el pre­si­den­te anun­ció des­pués de la Decla­ra­ción Cons­ti­tu­cio­nal fue la Ley 97 de 2012 que modi­fi­ca la Ley 35 de 1976 sobre los sin­di­ca­tos. Lo que teme­mos es que se uti­li­za­rá esta refor­ma para sus­ti­tuir a los jefes de la Fede­ra­ción Egip­cia de Sin­di­ca­tos que la diri­gían con la ayu­da de los gobier­nos de Muba­rak, y que han lle­ga­do a la edad de jubi­la­ción, con los nue­vos líde­res de la Her­man­dad Musul­ma­na, afi­lia­dos con el nue­vo régimen.

Hay mucho que decir sobre todo ello, pero sólo añadiremos:

Hemos sido enjui­cia­dos, dete­ni­dos, sus­pen­di­dos de tra­ba­jo, trans­fe­ri­dos y per­se­gui­dos por­que ejer­ce­mos nues­tro dere­cho a la huel­ga y ha orga­ni­zar sin­di­ca­tos. ¿Por qué hemos esta­do espe­ran­do dos años, mien­tras el gobierno no decre­ta­ba una ley sobre la liber­tad sin­di­cal, y aho­ra sale depri­sa y corrien­do con una ley en nom­bre de la defen­sa de la revo­lu­ción que cri­mi­na­li­za las huel­gas y sen­ta­das? ¿Cómo pue­den poner a los huel­guis­tas a la mis­ma altu­ra que los tra­fi­can­tes de dro­gas y de divi­sas? ¿Vamos a seguir dicien­do que «no es asun­to nuestro?»

«No – ¡si es asun­to nues­tro!» Estas deci­sio­nes son un ata­que direc­to con­tra nues­tros intere­ses. Por eso tene­mos que resis­tir y luchar. Por eso no pode­mos dejar que el pre­si­den­te aca­pa­re estos pode­res y tene­mos que pro­te­ger a la Asam­blea Cons­ti­tu­yen­te y el Con­se­jo de la Shu­ra con­tra su man­da­to de disolución.

Lla­ma­mos a todos los tra­ba­ja­do­res hon­ra­dos del movi­mien­to obre­ro – ya sean de los sin­di­ca­tos inde­pen­dien­tes o de aque­llos vin­cu­la­dos a la Fede­ra­ción Egip­cia de Sin­di­ca­tos que dig­nos y quie­ran luchar – a mani­fes­tar­nos en la calle y unir­se a las sen­ta­das , para reu­nir­se como tra­ba­ja­do­res y defen­der estas con­sig­nas en sus pancartas:

1. Modi­fi­car la Decla­ra­ción Cons­ti­tu­cio­nal, como se expli­ca anteriormente.

2. Refor­mar la Asam­blea Cons­ti­tu­yen­te. Que al menos el 50% de sus miem­bros sean obre­ros y campesinos.

3. Garan­ti­zar las liber­ta­des sin­di­ca­les en la Cons­ti­tu­ción y la ley.

4. Apro­bar una nue­va ley que defien­da los dere­chos labo­ra­les de los trabajadores.

5. Ace­le­rar la imple­men­ta­ción de una ley sobre sala­rio míni­mo y máxi­mo, y vin­cu­lar­los con la subi­da de precios.

6. La read­mi­sión de todos los tra­ba­ja­do­res que han per­di­do sus pues­tos de trabajo.

7. Dimi­sión del gobierno de Hisham Qandil

Tra­ba­ja­do­res de Egip­to, ¡uníos!… ¡por nues­tro ama­do Egip­to y por todos nues­tros derechos!

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