2012 y la inten­si­dad de la tra­ma poli­ti­ca nacionalvenezolana

Algu­na vez un ami­go seña­la­ba que tenía la sen­sa­ción que en Vene­zue­la el tiem­po trans­cu­rre más rápi­da­men­te que en cual­quier otro país, le con­tes­té que obvio, esta­mos en revo­lu­ción. Esta tri­vial alu­sión, nos aden­tra en el ace­le­ra­mien­to del tiem­po polí­ti­co vene­zo­lano, hemos tra­se­ga­do ace­le­ra­da­men­te duran­te 12 años, de una socie­dad depen­dien­te y exclu­yen­te, a una nación sobe­ra­na y demo­crá­ti­ca, bas­ta pin­tar el mapa social y eco­nó­mi­co con los indi­ca­do­res que los orga­nis­mos inter­na­cio­na­les inde­pen­dien­tes cons­tru­yen, para enten­der la dimen­sión de la trans­for­ma­ción rea­li­za­da, sólo se requie­re ver la gran movi­li­za­ción popu­lar en defen­sa del pro­yec­to boli­va­riano duran­te todo este ciclo, para con­cluir, que efec­ti­va­men­te es una revo­lu­ción hecha verbo.

Ha habi­do dos años des­ta­ca­dos por la inten­si­dad vivi­da, uno es el 2002, duran­te el cual se die­ron los hechos dra­má­ti­cos del gol­pe mili­tar y el petro­le­ro, pero el otro sin lugar a dudas es este año 2012. Fue un año inten­so y emo­cio­nan­te para cada uno de los des­ta­ca­men­tos socia­les que pug­nan por mode­los de socie­dad contrapuestos.

Duran­te el año, la salud del pre­si­den­te tuvo en vilo a toda la nación y las elec­cio­nes pre­si­den­cia­les del 7 de octu­bre mar­ca­ron la pau­ta polí­ti­ca des­de prin­ci­pio de año con las pri­ma­rias opo­si­to­ras. A pesar de las mil con­je­tu­ras, el pre­si­den­te asu­mió de mane­ra acti­va la cam­pa­ña pre­si­den­cial, logra el triun­fo y esta sema­na regre­só de Cuba con la son­ri­sa de siem­pre, hay Chá­vez para rato.

En rela­ción a las elec­cio­nes pre­si­den­cia­les, como siem­pre, la opo­si­ción jugó ade­lan­ta­do, des­de las pri­ma­rias opo­si­to­ras de febre­ro, don­de salió triun­fan­te Capri­les Radonsky, inten­ta­ron mon­tar una matriz de vic­to­ria en las pre­si­den­cia­les, en esa oca­sión des­de esta colum­na les recor­da­mos que una cosa era que Capri­les le gana­ra a Pablo Pérez, y otra muy dis­tin­ta que pudie­ra derro­tar a Chá­vez, la opo­si­ción pen­só que gana­ba el cie­lo, sin tomar aun el poder, típi­co infan­ti­lis­mo polí­ti­co de un vario­pin­to fac­tor polí­ti­co cuyo úni­co ele­men­to de uni­dad es el odio vis­ce­ral hacia el pre­si­den­te Chávez.

Lue­go vino la paro­dia del “pro­gra­ma de la uni­dad”, reu­nie­ron a los más selec­to del sane­drín inte­lec­tual neo­li­be­ral para que for­mu­la­ra un pro­gra­ma de gobierno, el cual con­ta­ba con medi­das inme­dia­tas una vez – fan­ta­sio­sa­men­te – des­pla­za­ran a Hugo Chá­vez del poder, pero esta crea­tu­ra ter­mi­nó en la orfan­dad, cuan­do se hace públi­co y noto­rio que su con­te­ni­do era un paque­ta­zo simi­lar al apli­ca­do por Car­los Andrés Pérez en 1989, y las mayo­rías vene­zo­la­nas comen­za­ron a repu­diar­lo, el can­di­da­to opo­si­tor se apre­su­ró a negar la pater­ni­dad sobre dicho pro­gra­ma, pero su níti­da fir­ma ya repo­sa­ba sobre el docu­men­to, ade­más que su cata­du­ra neo­li­be­ral esta­ba en línea con su dis­cur­so polí­ti­co de años atrás.

Se vivió así una trans­fi­gu­ra­ción muy curio­sa, de un Capri­les que apa­re­ce en la polí­ti­ca nacio­nal de la mano de un par­ti­do tra­di­cio­nal como COPEI, se nos qui­so ven­der un can­di­da­to supra­par­ti­dis­ta por fue­ra de los par­ti­dos, inten­ta­ba repre­sen­tar lo nue­vo. De un Capri­les neo­li­be­ral cuya pri­me­ra medi­da al lle­gar a la gober­na­ción de Miran­da fue per­se­guir e inten­tar cerrar las misio­nes, qui­so ven­der­se como un “Lula vene­zo­lano”, cuyo eje de gra­vi­ta­ción era la social­de­mo­cra­cia, lo social y las misio­nes, un inusi­ta­do care­du­ris­mo polí­ti­co que sólo pue­de ser com­pren­di­do si lee­mos el prin­ci­pio de trian­gu­la­ción for­mu­la­do por Geor­ge Lakoff en su libro “no pien­ses en un ele­fan­te”, se tra­ta de habi­tar el len­gua­je que la emo­cio­na­li­dad públi­ca desee, es una con­duc­ta polí­ti­ca tipo pati­lla, soy rojo, pero me vis­to de ver­de, por­que es el color de moda.

El cari­ca­tu­res­co inten­to de Capri­les ter­mi­nó en un estruen­do­so fra­ca­so, pre­ten­dió decir como el cómi­co nor­te­ame­ri­cano Grou­cho Marx, “sino te gus­tan mis prin­ci­pios, ten­go otros”, pero se estre­lló con­tra la arqui­tec­tu­ra emo­cio­nal e ideo­ló­gi­ca de un pue­blo que abra­za los valo­res pro­fun­dos del igua­li­ta­ris­mo y la liber­tad, de unas mayo­rías que saben tomar pos­tu­ra crí­ti­ca y no sucum­ben ante los embe­le­sos del mar­ke­ting político.

La cam­pa­ña de la dere­cha opo­si­to­ra sin embar­go, logró com­pren­der el papel fun­da­men­tal que los sec­to­res popu­la­res repre­sen­tan en su regre­so al poder, en esta direc­ción tra­zó la diná­mi­ca del casa por casa, y pue­blo por pue­blo, cien­tos de kiló­me­tros reco­rrió el can­di­da­to Capri­les, por pri­me­ra vez en su vida visi­tó un cerro, pero al final los resul­ta­dos mos­tra­ron lo esté­ril de su esfuer­zo, su cau­dal elec­to­ral se con­cen­tró en los sec­to­res cla­se media y de éli­te, en los estra­tos mayo­ri­ta­rios, el D y el E, el pre­si­den­te Chá­vez con­ti­nuó hegemónico.

Pero del lado del Cha­vis­mo no se vivió la tran­qui­la per­cep­ción de vic­to­ria que acom­pa­ñó la cam­pa­ña del año 2006, por el con­tra­rio, el afec­to popu­lar tuvo que ser lucha­do por el pre­si­den­te direc­ta­men­te, se evi­den­ció la fra­gi­li­dad del PSUV, des­ta­ca­men­to que no ha logra­do cons­ti­tuir­se en un “inte­lec­tual colec­ti­vo”, con­cep­to que plan­tea Grams­ci para defi­nir a un par­ti­do capaz de arti­cu­lar­se terri­to­rial y social­men­te con la gen­te; y de lide­rar su movi­li­za­ción, por el con­tra­rio, la frac­ción revo­lu­cio­na­ria man­tie­ne una com­ple­ja tra­ma inter­na que no le per­mi­te man­te­ner pro­ce­sos orga­ni­za­dos sóli­dos ni per­ma­nen­tes, su reite­ra­da con­duc­ta de acti­var­se sólo para lo elec­to­ral sin estar en la dispu­ta coti­dia­na alre­de­dor de los pro­ble­mas de la gen­te, lo man­tie­ne como un espa­cio sim­bó­li­co, al que el pue­blo iden­ti­fi­ca como el par­ti­do de Hugo Chá­vez y en con­se­cuen­cia le otor­ga su voto.

La cam­pa­ña deja como reto la nece­si­dad de pen­sar, los ele­men­tos que difi­cul­tan la cons­truc­ción de un des­ta­ca­men­to colec­ti­vo de van­guar­dia, de un par­ti­do capaz de con­du­cir la socie­dad vene­zo­la­na en una tran­si­ción difí­cil y empi­na­da hacia el socialismo.

La cam­pa­ña tam­bién evi­den­ció la pro­fun­da inefi­cien­cia que el gobierno revo­lu­cio­na­rio com­por­ta en varios ámbi­tos de la ges­tión públi­ca, en pri­mer lugar en lo local y esta­dal, fue des­ta­ca­do las con­di­cio­nes de las vías en Anzoa­te­gui, esta­do que reci­bió con ale­gría al pre­si­den­te, pero tam­bién con crí­ti­cas direc­tas a la ges­tión de su gober­na­dor, el pre­si­den­te res­pon­dió con la fies­ta del asfal­to, sin embar­go las con­duc­tas de aban­dono y no con­cen­tra­ción en los nudos cen­tra­les de la ges­tión, aque­jan a muchos de nues­tros cua­dros gober­nan­tes. Por su par­te, en lo nacio­nal, el gobierno sigue lidian­do con la inefi­cien­cia en la pres­ta­ción del ser­vi­cio de elec­tri­ci­dad en muchas regio­nes, con las difi­cul­ta­des de las vías nacio­na­les, con la fal­ta de racio­na­li­dad y pro­duc­ti­vi­dad de muchas empresas.

Des­de la cam­pa­ña y pos­te­rior al triun­fo del 7 de octu­bre, el pre­si­den­te se ha con­ver­ti­do en el más duro cri­ti­co de la ges­tión guber­na­men­tal, ha asu­mi­do la auto­crí­ti­ca y ha for­mu­la­do la efi­ca­cia y la efi­cien­cia como ejes del nue­vo gobierno que se ini­cia del pró­xi­mo 10 de enero de 2013.

Hay para el 16 de diciem­bre, una nue­va con­tien­da, las elec­cio­nes para gober­na­dor, en ellas ya se vis­lum­bra una nue­va y pro­fun­da derro­ta de la opo­si­ción, el 2013 será un año para que la dere­cha vene­zo­la­na repien­se su estra­te­gia polí­ti­ca y comien­ce a una con­duc­ta mucho más dia­lo­ga­da con el orden hecho revolución.

Ter­mi­na el 2012, el pue­blo de nue­vo ha rubri­ca­do su con­fian­za en la apues­ta socia­lis­ta, ha sabi­do dife­ren­ciar entre los nudos pro­ble­má­ti­cos de la ges­tión y la ruta estra­té­gi­ca de un mode­lo que se ha mos­tra­do efi­caz en estos 12 años para des­es­truc­tu­rar el neo­li­be­ra­lis­mo y la depen­den­cia impe­rial, el pue­blo dis­fru­ta de las con­quis­tas revo­lu­cio­na­rias, pero no per­mi­ti­rá que la desidia revier­ta sus con­quis­tas, el pue­blo ha asu­mi­do la mayo­ría de edad.

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